Después de un madrugón exagerado, nos levantamos a las 4:30, llegamos al Aeropuerto con tiempo para hacer una cola considerable en el mostrador de Ryanair, pues teníamos que facturar una maleta grande , previamente contratada. Entre la cola de facturación y checking, paso de controles de seguridad , no nos dio tiempo ni para tomar café. La salida del avión fue a su hora y después de tres horas y cuarto, y un café horroroso en el avión, llegamos a Budapest.
En el Aeropuerto nos esperaba un conductor con nuestro nombre en un cartel, y el personaje era curioso , era mayor , ¿ sería un segundo empleo después de la jubilación ?, con una boina calada como lo hacían los antiguos guerrilleros y con el pelo y barba cana. Empezamos a hablar en ingles, correctisimo por su parte , de como estaba Budapest , la situación de los refugiados , y de la Comunidad Europea. La verdad es que no saque en claro si era de los prosoviéticos y añoraba el pasado, o pertenecía a los nuevos aires nacionalistas que invaden Hungría. Sus razonamientos eran que el problema de Hungría con los refugiados era que era lógico el protegerse de ellos , y que la CE quería ayudar tenía que ser de una forma rápida y prestando todos los apoyos . A su vez añoraba de alguna manera , pasados mas gloriosos y ensalzaba el Imperio Astro-húngaro, y no precisamente el de Berlanga.
Después de media hora nos dejó en el hotel pidiéndonos por el trayecto 31 ó 32 euros ..... Me quedé sorprendido por la cantidad y el ó, pero mas porque teníamos acordado con el Hotel que el trayecto era gratuito. Pagamos y pasamos a recepción , y una vez hecho el checking , les comenté el tema del taxi , llamó por teléfono la recepcionista y a los cinco minutos tenía el taxista a mi lado ,dándome 30 € disculpándose del error. ¿ Que pasó con los 1 ó 2 euros ?.
Nos dieron la habitación , la cual estaba bien , moderna , buena cama y como en algunos países dela Europa Central el armario no tiene puertas o como en este caso solo una , pero era una buena habitación. Deshicimos las maletas y a las 11:30 ya estábamos dispuestos a la dura vida del turista.
Como el hotel esta ubicado en la zona del Parlamento, y teníamos visita concertada a las 16 horas, la idea era no moverse mucho y aprovechar a conocer la zona. Bajamos por la calle Hold Utca y paramos en un pequeño mercado tradicional que es una pequeña réplica del mercado que hablaremos de la visita del viernes 13. En la parte izquierda y al lado de la Embajada americana, está la Real Caja Postal de Ahorros, y levantando nuestra vista podemos ver el remate espectacular de los tejados .
Nos acercamos a la Szabadság tér y vemos su gran amplitud y sus majestuosos edificios : Casa Bedó, la Caja Postal, el Banco Nacional y el Palacio Gresham.
Nuestra siguiente parada es la Basílica de San Esteban , de estilo neoclásico, es la iglesia mas importante y mayor de Hungría, donde está depositada la reliquia mas venerada : la mano de San Esteban .
La construcción empezó en 1851 y en 1868 se les cayó la cúpula, de las que podéis ver fotos en su interior , y retrasó su final hasta 1905. Los detalles técnicos los podéis ver en cualquier enlace o guía , mi percepción es que es majestuosa , pero oscura si no hay culto , que la iluminan , siendo lo mas destacado su gran cúpula . La altura exterior es de 96 metros, que no puede ser sobrepasada por ningún edificio de la ciudad.
Es hora de probar la cerveza húngara y entramos en uno de los bares de la plaza de la Basílica ,el 0,75 , que sirven una cerveza ligera pero con sabor, no está mal y el precio bueno no llego a 3 € la cerveza grande, de medio litro.
Tenemos reservado en el restaurante Hungarikum Bistro, y las referencias que tenía eran buenas y se confirmaron totalmente . Comimos el menú que tenían de sopa gulash , pata de pato asada con cebollas , patatas y col braseada y tarta de manzana con canela y salsa de vainilla . También nos dieron unos chupitos de palinka , aguardiente de fruta de fabricada por ellos. La comida de los cuatro ,con vino incluido 26000 Huf es decir 87 € , por una comida excepcional y un trato maravilloso. Pudimos entendernos en inglés , pero seguro que si solo hablas español serán capaces de hacerse entender , con una tablet que van las fotos de cada uno de los platos. Extraordinaria comida para empezar nuestra estancia en Budapest. Por cierto aprendimos alguna palabra en húngaro que agradecen cuando se las dices gracias = köszönöm ( pronunciado quésenem ) o muy bueno = nagyon jó.
Teníamos reservada visita guiada en español en el Parlamento y allí nos dirigimos. La primera impresión exterior es extraordinaria, es un edificio grandioso de 268 metros paralelos al Danubio. Diseñado en 1885 y acabado en 1902, es un batiburrillo de estilos , neogótico, neorománico y neobarroco e inspirado en el Palacio de Westminster. La entrada ahora es muy sencilla , hay que dirigirse al Centro de Visitantes y si has sacado por Internet las entradas es presentarlas cuando llegue tu hora. La visita es guiada en español por una guía , que no es la alegría de la huerta, pero al ser corto el recorrido, tres cuartos de hora, no se te hace pesada. El interior es enorme, y podéis sacar mas detalles en las guías ,pero para mi lo mas destacado son las escaleras de entrada y la sala del Senado . Tal vez te desilusione algo , pero es porque el exterior es muy hermoso y el interior es mas sobrio y serio.
La salida a la noche, en noviembre anochece a las 16 horas, es gélida , pero te reconforta desde el momento que te vas por la orilla del Danubio y ves el Parlamento iluminado, así como las vistas ,también muy bien iluminadas de la colina de Buda. En nuestro paseo hacía el puente de las cadenas pudimos ver el “monumento” de los zapatos , que hablaré mas adelante.
Bajamos andando por la orilla del Danubio con el fresco de la noche hasta el puente de las cadenas , contemplando el espectáculo de Buda iluminada. Vemos el espectacular hotel Four Season ,que fue el Palacio Gresham construido con el estilo Art Nouveau en 1907, iluminado con gusto y sine stridencias.
Nos desviamos algo hacia el sur por ver los preparativos del mercadillo de Navidad que se abreel viernes , en la la plaza Vorösmasty Ter. Vemos que le falta los últimos toques y no hay nada abierto ,por lo que volvemos sobre nuestros pasos y pasando de nuevo por la Basílica de San Esteban iluminada ,nos dirigimos al hotel para descansar un poco e irnos a cenar.
Hemos reservado una trattoria italiana, no porque acostumbremos a ir a restaurantes no del Paísque visitamos, sino porque nos la había recomendado mi hijo que había estado allí con unos húngaros y lehabía resultado muy interesante. Se trata de la La Trattoria Pomo D'oro , y efectivamente es un localque perfectamente te lo puedes encontrar en el Trastevere romano, toda la decoración típica a igual quela comida italiana. No desmerece para nada a cualquier trattoria , los productos son buenos y bien elaborados y aunque el local es grande , se come notablemente . Comimos unos antipastos, quesos y embutidos , y después pasta con boletus, exquisita, rissoto y dos pizzas , postres y regado eso si convino tinto húngaro de la región de Villány . El total 27233 huf, 89,65 € para cuatro.
Hora de volver al hotel , el día ha sido largo, nos levantamos a las 4:30 y son las 11 de la noche.
Mañana será otro día.
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Después de un buen desayuno en el hotel, nos dirigimos a la parada del tranvía cerca del Parlamento y compramos en la estación de metro que está al lado , 10 billetes para trasporte público por 3000 Huf, 9,93 €. Cogimos el tranvía número 2 hasta la parada de Fovam Ter justo en el puente de de laLibertad ( Szabadsag hid ) . Intentamos pagar, pasando los billetes por la máquina de comprobación ,pero no pudimos saber si lo hicimos bien o no. La intención es lo que vale.
Cruzamos el puente hasta la orilla de Buda para ver de cerca el Hotel y Balneario de Gellert, no llegamos a entrar pero es un edificio de principio de siglo XX. Una vez en esa orilla , vimos que estábamos al lado de la Iglesia Rupestre y decidimos pasar a verla . Si no pasáis no pasa nada , es una pequeña gruta , en la que aquellos momentos estaban en misa unas devotas señoras mayores. Nos costó 200 Huz , y aunque es poco dinero , no merece la pena. Si que merece la pena las vistas que se ven desde ese lado del río del puente.
El puente es una obra de ingeniería en hierro y pintado en verde, y la verdad es que es muyespecial, con el paso del tranvía amarillo , el río azul oscuro y el cielo azul , ponían un coloridoparticular , aunque yo me lo imagine con colores sepias de la etapa comunista .
Una vez en la parte de Pest , pasamos a ver el Mercado Central, que aunque se ha convertido en un reclamo turístico, sigue siendo un referente a la hora de la compra diaria de los habitantes de Budapest. Tiene una parte baja donde están las tiendas tradicionales , destacando los puestos de embutidos y patés, carnes, sobre todo pollo y cerdo , fruterías y colmados con infinidad de paprikas,dulces, picantes en polvo , en caja , y lo mas curioso en tubo.
Me traje una en tubo para probar a hacer un marmitako, espero no estropearlo. En el segundo piso hay bares donde te puedes tomar algo rápido a la hora de comer y muchas tiendas de souvenirs y de artesanía , a mi particularmente me gustaron las de encajes y bordados , tal vez porque los contraluces producían buenos efectos para hacer alguna foto.
Nos dirigimos por la calle Vacy Utca, llena de comercios de todo tipo, hacia la calle que cruza el puente de Isabel , Erzsebet hid , e ir a la derecha hasta llegar a la plaza Ferenciek Tere donde esta el Palacio Klotild y el pasaje de Paris en su planta baja , pero estaba de obras y solo pudimos ver el exterior de este edificio modernista.
Por cierto y antes de continuar , el encanto de Budapest está en sus edificios con ese aire decadente que todavía tienen,por no haber podido ser rehabilitados, pero que poco a poco lo van haciendo y aunque dejemos de verlos por una temporada larga.
En la Ferenciek tere me encontré en un balcón una “ pedicuría” pero no se que hacia este señor tomando el sol, a no ser que no viera lo que le estaban haciendo en los pies :
Proseguimos nuestro camino hasta llegar a la Gran Sinagoga de Budapest , con su fachada deladrillo rojo y amarillo , construida en 1858. Constructivamente hablando podría pasar por una Iglesia cristiana por la forma, disposición y su rosetón central. Algunos han llegado a llamar a esta Sinagoga La Catedral Judía, que puede llegar acoger a 3000 feligreses.
El interior merece la pena , aunque fueron 3000 Huf los que pagamos cada uno , para ver solo el interior de la sinagoga. En el exterior hay un cementerio judío , no comparable por ejemplo al impresionante de Praga , pero como todos estos “monumentos” tiene su punto, aunque solo sea para recordar la barbarie de la raza humana.
En el recinto de la Sinagoga está el Árbol de la vida , hecho con pequeñas láminas de metal con el nombre de cada uno de los que murieron victimas de los nazis en la II Guerra Mundial.
Continuamos recorriendo el barrio judío , con esperanza de encontrar algún bar para tomar una cerveza , pero el que buscábamos estaba cerrado , esta zona es de marcha y abren por la tarde.
Llegamos a la plaza de Frank Liszt , con el conservatorio dedicado a su memoria , y allí pudimos tomarnos una cerveza, antes de pasar a comer al restaurante, en la misma plaza que teníamos reservado. Menza es su nombre y era recomendado por varios foros , pero la verdad es que nos decepcionó . Es una cafetería restaurante grande , decorada años 80 , funcional , muchos camareros y oficinistas de la zona de alrededor. Esperábamos más, aunque no estuvo mal , platos húngaros con toques modernos, unas sopas y cerdo y ganso de segundo , no recuerdo los nombres , y bastantes especiados.
Teníamos sacadas entradas para la Ópera , por lo que fuimos hacia el hotel para descansar media hora y salir de nuevo. El edificio es espectacular , mas por dentro que por fuera, y la obra que vimos un poco pesada, Wagner es así, “ El Oro del Rhin “ , cantada en alemán y subtitulada en la parte superior del escenario en húngaro e inglés, y con una sonoridad espectacular. Por cierto teníamos entradas en el segundo anfiteatro , pero nos pusieron en el patio de butacas, no nos quejamos.
Cenamos en el café Bouchon , pero llegamos bastante tarde y fue muy rápido todo , aunque todo correcto: comida húngara con toques franceses. Un gintonic en el hotel fue el gran remate.
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Desayunamos como mandan los cánones, muy bien, en el magnífico buffet del hotel, y salimos dispuestos a la pelea de un día que se presentaba duro.
Fuimos andando por la ribera del Danubio hasta nuestra primera parada que era los zapatos del Danubio. Es una alegoría a los judíos ahogados por los nazis. Los obligaban, eso dice la leyenda, a quitarse los zapatos y después los arrojaban a las frías aguas.En conmemoración de estos hechos hay unas pequeñas esculturas en hierro de zapatos de mayores,jóvenes , niños, mujeres y hombres. Te hace pensar, el simbolismo es escalofriante.
Continuamos hasta el punte de las cadenas y una vez cruzado cogimos el funicular que te sube ala colina de Buda. Allí lo primero que hicimos fue dirigirnos al Palacio Real , que vimos por fuera sin perder tiempo en ver la Galería Nacional Húngara , el Museo del Castillo y la Biblioteca Nacional. Cabe destacar , todo en el exterior, la escalinata de los Habsburgo, la Fuente de Matías y la estatua de unvaquero húngaro amansando a un caballo.
El patio es impresionante pasando por la puerta de los Corvino con su gran cuervo negro que representa al rey Matías Corvino. Verás en todo Budapest cuervos por todas las partes.
Paseando fuimos entrando en lo que era la antigua ciudad de Buda , pasando por el Palacio de Sandor , sede presidencial actual, donde puedes ver un cambio de guardia bastante modesto. Llegamos a lo que para mi fue el mejor edificio y la mayor sorpresa de Budapest: La Iglesia de Matías.
Los orígenes de la iglesia se remontan hace mas de 500 años y se llama de Matías porque en ella se casó el rey Matías Corvino en 1496, aunque la Iglesia fue rehecha en 1896 , por lo que es relativamente moderna , con un carácter muy particular, en el exterior neogótica con unos tejados de mosaicos de vivos colores y el interior indefinible , pues es una pintura continua sobre las propias paredes , con unos colores fuertes pero no vivos, en los que abundan los amarillos, ocres y rojos en todos los matices , lo que hace que su interior sea muy cálido. Os paso unas fotos :
En la parte posterior y dando hacia el rio está el pastiche de Dysneylandia llamado el Bastión delos Pescadores donde todos los japoneses se hacen miles de fotos sobre una estructura que representa unas murallas con torres terminadas en punta. Otro de los horrores permitidos , es el Hotel Hilton que desentona por completo con el entorno , aunque sirvió para una foto curiosa :
La parte buena del mismo son las vistas espectaculares que tienes de Pest.
Continuamos la visita por la antigua Buda , sus casas pertenecientes a la burguesía de los tiempos de esplendor . Son calles tranquilas , poco transitadas por los turistas , un remanso de paz.
Salimos por la puerta de Viena, en el lado opuesto del Palacio y nos dirigimos hacia el restaurante reservado para ese día Csalogany 26, ubicado en la calle del mismo nombre y como dice mi mujer , si no supiéramos que allí había un restaurante , no hubiéramos entrado. El sitio esta dentro de un soportal y con poca publicidad , pero lo bueno esta la lleva dentro. No es barato pero alguna guía el aborada por los de Budapest , dicen que es el mejor restaurante , y tienen razón. Cocina creativa sobre una base húngara . Cada día tienen un menú que cambia, hay uno del día por 2500 Huf, otro de 8000 , de cuatro platos que fue el que escogimos , y otro de 12000 de ocho platos. Los puedes hacer con maridaje de vinos con cada plato y sube 4000 mas. El nuestro consistía en una especie de paté en gelatina, un rissoto con carpa, un ragú muy suave y un postre de tres chocolates con vainilla,impresionantes todos. Con vino , cervezas , cafés se nos puso en 45 € por persona , caro pero mereció la pena.
Bajamos hasta el Danubio y pudimos ver el Parlamento al atardecer desde la ribera de enfrente.
Atravesamos el Danubio por el puente de Margarita y bajamos por lac alle de las antigüedades , estaban cerradas que lástima, Falk Miksa utca, hasta el hotel.
Teníamos un detalle del hotel de entrada a los baños de Szechenyi y decidimos ir un rato . Cogimos zapatillas , traje de baño y toallas y pedimos un taxi que nos llevó hasta los baños. Por cierto si coges un taxi llamando es mucho mas barato que cogiéndolo en la calle, ir nos costó 2000 Huf ( 6 € ) y la vuelta 4000 ( 12€ ).
La entrada fue agobiante , pues estaba allí todos los Erasmus de Budapest, y nos costó entrar .Yo me dirigí a la zona de hombres , donde un pasillo inmenso, oliendo a choto de forma descarada, había infinidad de taquillas , donde dejabas tu ropa que luego abrirías con la pulsera que te daban , pero recuerda siempre la taquilla cual es , te puedes volver viejo buscando la tuya.
Salimos a la zona exterior de baños , debía de hacer unos 6º , pero el agua estaba caliente ,sobre unos 35º , y era una delicia disfrutar de la temperatura de los chorros , de las corrientes de agua a la luz de la luna. La mayoría de la gente eran jóvenes , pero si había gente local hombres y mujeres disfrutando de las cualidades de las aguas. Salimos y nos dirigimos al hotel , para prepararnos para laúltima noche.
Del hotel salimos en dirección de ver el Mercadillo de Navidad. Había una zona central elevada llena de bares con comida y alrededor mesas para sentarse , nos daba pena irnos de allí sin probar algo de allí , pero teníamos reservado también la cena, así es que nos dimos una buena ración de vista.
Alrededor de esta zona de comidas había multitud de puestos de artesanos de verdad, con cosas bastante interesantes, picamos con algún adorno originales de navidad, alguna jarra y flores de cerámica.
Nos dirigimos hacia la zona del hotel donde teníamos la cena, pero antes pasamos por la Basílicade San Esteban, pues el día anterior habían sido los atentados de Paris y queríamos ver si había algo.
Efectivamente , había miles de velas y una bandera negra en la puerta de la Basílica.
Llegamos al restaurante elegido ,Kispiac, lugar diminuto con mesas para 18 personas , a nosotros nos tocó en una alta pegada al mostrador que daba directamente a la cocina , por lo que veíamos como preparaban todas las comandas.
Pedimos unas entradas de embutidos húngaros, paté para compartir y después pato asado y unas salchichas, postre tarta de chocolate acompañado por un vino excelente , tal vez el mejor de todos.Como veis la carta , como en muchos otros sitios , está puesta a tiza en la pared.
Y una buena botella de vino tinto húngaro de la región de Villainy
El hotel nos quedaba cerca , por lo que todavía nos dio tiempo a tomarnos un Gin-tonic en el bar del hotel con el camarero de la noche anterior , gran barman, conversador y amable. Se puede hacer entender uno si sabes algo de inglés , pues la mayoría de la gente joven que está en hoteles y en la restauración lo conocen y hablan perfectamente , pero lo mas importante y es algo que hemos visto entodos los que hemos tratado es su gran amabilidad y disposición a entenderse con el cliente.
Te ha quedado muy bien, me ha gustado mucho. Me gusta la franqueza con la que cuentas lo bueno y lo regular. Las fotos son muy buenas, y me ha traído buenos recuerdos, aunque nosotros estuvimos en verano. Te dejo 5 estrellas. Saludos
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Es un paseo muy agradable entre vegetación (que en invierno no lucirá tanto) y vas parando en sucesivos miradores. A mí sí me pareció que merece la pena, a no ser que tengas el tiempo muy justo y te obligue a prescindir de otro lugar que te apetezca más.
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