DATOS ÚTILES
· Interés de la visita: Lo mejor de Budapest, es merecidamente el edificio más conocido y visitado de todo el país y uno de los Parlamentos más bonitos del mundo. Tanto por fuera como por dentro impresiona se mire por donde se mire.
· Precio: 2000HUF (6.6€); 1000HUF (3.3€ entre 6 y 24 años); extracomunitarios 5200HUF, 2600HUF estudiantes
· Horario: Solo visitas guiadas, en español a diario 10.15 13.15 14.15 16
· Reserva: Sí, por internet y con tiempo, sobre todo en temporada alta (link de abajo)
· Página web: latogatokozpont.parlament.hu/en
· Ubicación: Distrito V (Pest)
· Como llegar (desde Oktogon): Está junto al Danubio, se puede ir dando un agradable paseo a la vera del río desde el centro, o en metro, justo enfrente está la parada Kossuth Ter (línea 2)
· Tiempo desde el centro: 5 minutos
HISTORIA
El Parlamento Húngaro se construyó en 1896 para conmemorar el milenario de la llegada de los magiares a la actual Hungría, bueno, en realidad tiene trampa, y es que aunque ninguna guía lo ponga por suerte tengo una asignatura llamada Historia y Cultura Húngara y la imparte un profesor que es una eminencia de historia pero que la hace superamena, pues bien, nos llevó de paseo por Pest en una clase y nos contó que en realidad llegaron en 895, pero que en el siglo XIX el gobierno vio que no podía acabar las obras para ese año, por lo que pidió a los historiadores que movieran un año la fecha y así poder hacer un milenario por todo lo alto inaugurando el Parlamento, Andrassy y la Plaza de los Héroes.
Estoy aburrido en casa y sin mucho que hacer contando los minutos que quedan para que llegue un amigo de España, así que creo que es un buen momento para contar la historia del pueblo húngaro, un pueblo con origen asiático y que fue desplazándose a lo largo de los siglos poco a poco hacia Occidente, hasta que a finales del siglo IX el empuje de otros pueblos asiáticos les hicieron llegar a la base de los Cárpatos, una gran llanura rodeada por completo de montañas y habitada por diversos pueblos, e incluso por el debilitado Imperio Franco, con jinetes extraordinarios y varios cientos de miles de personas lograron conquistar toda la llanura y allí se instalaron en 895 tras ir conquistando poco a poco las tierras fértiles a orillas del Danubio y sus afluentes.
Algo a tener en cuenta de la construcción del Parlamento es que a finales del siglo XIX Hungría no es el pequeño país que es hoy en día, ocupaba gran parte de la cuenca del Danubio y llegaba incluso al Mediterráneo a través de la Dalmacia croata, por lo que se construyó un gran parlamento para un gran reino. Sin embargo con la derrota en la Primera Guerra Mundial y el bochornoso Tratado de Trianon (sigue estando muy muy presente en Hungría) fue desgajada y se instauró un odio mordaz a Europa Occidental y Rumanía (el segundo sigue aún latente) que hizo que el gobierno húngaro se aliara con Hitler quien les prometió devolvérles sus tierras y lo llegó a cumplir durante la Segunda Guerra Mundial.
LA VISITA
Como bien pone arriba para visitar el Parlamento por dentro debemos reservarlo por Internet, y es que se pueden sacar las entradas el mismo día pero suelen estar agotadas. Mejor asegurar. Añadir también que vi muchas veces el Parlamento por fuera y me impresionó todas y cada una de ellas, pero también lo hizo por dentro, creo que es imprescindible entrar.
Centrándonos en la visita teníamos hora para las 4 y estábamos antes de las 3 y media delante del imponente edificio. Llovía, pero ni el agua ni el cielo gris le quitaban un ápice de grandiosidad y belleza.
Delante hay una gran plaza con varias estatuas de héroes nacionales que lucharon por la independencia con los austriacos, principalmente cabecillas revolucionarios que fueron condenados a muerte por las tropas de los Habsburgo.
El edificio es neogótico y simétrico; su portada es simplemente preciosa. Lo de ser neogótico es por una razón bien sencilla, y es que durante el siglo XIV los húngaros eran un reino totalmente independiente y se considera su mejor época, así que aquí buscaron volver a su mejor momento histórico. Seguro que los más observadores os preguntaréis porqué hay dos banderas, pues bien, lo explicaré. La primera es la húngara, y la segunda es la de Székelyföld (País Szekely), el país historicamente reclamado por los húngaros en la Transilvania rumana, y es que al desmembrarse el Reino de Hungría en 1920 más de 3 millones de húngaros se quedaron en el extranjero, quedándose más de uno en esta región rumana. Es toda una provocación a Rumanía, y el odio entre ambos países no tiene pinta de ir a acabar pronto, pasó hace más de un siglo y los jóvenes húngaros no quieren ni oír hablar de los rumanos.
Ah, y que no se me olvide, la cúpula mide 96 metros (el número mágico para los húngaros); es más, en ese año se aprobó una ley que sigue vigente hoy en día y que prohibe terminantemente que cualquier edificio supere los 95 metros de altura en todo el país, ese privilegio solo lo tienen el Parlamento y la Basílica de Szent Istvan.
Su diseño salió a concurso, y los que resultaron en segundo y tercer lugar gustaron tanto al pueblo y al gobierno que decidieron construirlos como ministerios justo enfrente del Parlamento, en la misma plaza. Es curioso, pero para mí el ganador fue el mejor diseño de largo.
La fachada del lateral es espectacular, el edificio es una pasada, de los más guapos que vi en mi vida sin duda alguna.
Nos sobraba tiempo así que nos acercamos al Danubio (Duna en húngaro), donde nos encontramos una estatua muy fotogénica, la de János Arany, quizá el mejor poeta húngaro de todos los tiempos, y que se sentaba aquí en el siglo XIX a inspirarse con Buda frente él y el Danubio a sus pies.
Y a pocos metros del Parlamento nos encontramos con uno de los monumentos que más me ha hecho pensar, Los Zapatos frente al Danubio, en honor de los miles de judíos que murieron fusilados aquí en 1944 por parte de oficiales nazis y de los propios húngaros afiliados al Partido Nazi.
Se erigieron porque supuestamente les descalzaban antes de fusilarles y que cayeran al Danubio; sin embargo esto no es del todo cierto, y es que nuestro profesor nos contó que eso sucedía raras veces, cuando estaba el suelo nevado para que pasaran frío antes de morir (que cruel puede llegar a ser el hombre...) o cuando sus zapatos tenían valor; sin embargo en una película de los 60 sobre estos hechos para evitar rodar un fusilamiento y poder herir sensibilidades ponían una imagen de los judíos en fila frente al río, yéndose la cámara y apareciendo después solo los zapatos como metáfora.
En cualquier caso pone los pelos de punta la verdad.
Entramos al Parlamento, pasamos el control de seguridad con nuestra guía y empezamos a subir las escaleras. Impresionan, están bañadas en oro y la opulencia es importante.
Llegamos a la parte central, donde nos esperan largos pasillos con arcos apuntados y bóvedas ricamente decoradas.
Hasta llegar a la impresionante escalera central, que solo se abre cuando llegan personalidades importantes del plano internacional. Es toda una oda al poder que llegó a atesorar el enorme Reino de Hungría durante el siglo XIX.
La decoración es magnífica y se cuida hasta el más mínimo detalle, como poner el escudo de Hungría y de todas sus regiones históricas en las bóvedas.
La decoración también es preciosa, con las profesiones tradicionales del país representadas en pequeñas estatuas.
Pasamos por la Sala de la Corona, la joya encargada por Szent Istvan (el Rey Esteban, primer rey coronado de Hungría) y símbolo del reino. Está custodiada por 3 soldados y no se pueden hacer fotos (van unas desde la sala contigua) Tiene la cruz torcida, no se sabe porqué, pero ese detalle se ha convertido en uno de los símbolos del país.
Esta sala contigua es preciosa, es la antesala de una de las dos cámaras del Parlamento (actualmente solo se usa una -Congreso-, pero anteriormente era bicameral), al ser simétrico te enseñan indistintamente una u otra y no hay ninguna diferencia.
En nuestro caso fuimos al Senado, en desuso, pero precioso en cualquier caso. Tiene que ser una gozada "trabajar" aquí. Los escudos que se ven sobre la mesa que preside la cámara son de todas las regiones históricas del Reino de Hungría.
Y para cerrar la visita una preciosa vista del Danubio desde un decorado pasillo del Parlamento.
Sin embargo, para mí la mejor vista del Parlamento no es ninguna de las anteriores. Es cierto que desde la plaza (Kossuth Lajos Ter) es precioso, que el interior corta el hipo y que incluso los laterales son espectaculares. La mejor vista es desde Buda y de noche, os aconsejo tomar el metro hasta Batthyány Ter un día después de anochecer y dejaros asombrar al asomar la cabeza por las escaleras, es increíble, todos los adjetivos se quedan cortos.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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