10 días por Croacia: de Zagreb a Dubrovnik ✏️ Blogs de Croacia

Tras levantarnos nos marchamos hacia Sibenik, que ha servido de escenario para Juego de Tronos (las escenas de Bravoos son de allí). Es un pueblo pequeño, muy bonito, con mucho encanto y situado en un enclave espectacular, junto al mar y frente a varias islas, realmente precioso. En la oficina de turismo nos dieron un mapa y nos señalaron los monumentos y lugares a visitar, y eso hicimos. Finalmente acabamos visitando la fortaleza que está en la cima del pueblo, donde las vistas eran aún mejores si cabe. La entrada te da derecho a ver otras 2 fortalezas más que están fuera del pueblo, pero vista una, vistas todas, así que no lo aprovechamos. Comimos buen pescado en el paseo marítimo (Riva, como le dicen alli), y nos marchamos a Trogir.
Para ir allí había según el GPS (la app Sygic para Iphone) una ruta por autopista y otra de carretera secundaria bordeando la costa, más lenta. Elegimos la segunda porque la idea era conducir viendo paisajes bonitos, y lo cierto es que no defraudó.
Trogir es un pueblo muy pequeño también, se ve en unas pocas horas. Es muy bonito igualmente, pero ya empezaba a percibir que todos los pueblos se iban pareciendo mucho los unos a los otros, y cada vez me iban sorpendiendo menos... No quiero con ello desanimar a nadie, pero Zadar, Sibenik y Trogir, siendo distintas, tenían construcciones muy similares. De hecho revisando fotos de calles he conseguido saber dónde las había tomado gracias a la geolocalización, pues a veces me resultaba imposible distinguir una casita de piedra, ventanas verdes y tejas rojas de Zadar de otra de Sibenik o Trogir. Esta sensación me acompañó ya hasta el final del viaje.
Cuando empezó a anochecer nos marchamos a Split, donde nos alojamos en la Guesthouse Stagnja, un lugar que nos encantó, el mejor sitio en el que estuvimos en todo el viaje. Y salimos a cenar al Mazzgoon, dentro de las murallas del palacio, otro sitio que recomiendo para cenar. Split ya de entrada me pareció una pasada! Había muchísima gente pero aún así, me pareció precioso lo poco que vi.

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Split es una ciudad impresionante, rebosante de historia, que desde el minuto uno me atrapó. Tras desayunar pillamos un mapa en la oficina de turismo y nos metimos dentro del recinto del palacio de Diocleciano, visitando el templo de Jupiter, la catedral, el tesoro, la cripta, los sótanos y la torre. En general ves todo esto a la sombra, ya que las calles son estrechas, lo cual se agradece! Cuando vimos los puntos de interés recomendados por la oficina de turismo nos dedicamos a perdernos por los rincones y a callejear, una gozada!
Por la tarde nos fuimos al puerto para coger el ferry a Hvar, bueno, en realidad a Stari Grad. A pesar de que llegamos 1 hora y 40 minutos antes a la cola, no conseguimos tener sitio en el ferry de las 17:00, y tuvimos que esperar al de las 20:00... En verano por lo visto es así, y de hecho al comprar el billete ya nos avisaron de que eso no garantizaba que cogiramos el de esa hora... La espera la amenizamos dándonos un chapuzón en una playa cercana, no era para tirar cohetes pero menos da una piedra!
Sobre las 23:00 llegamos a Hvar Town, un pueblo pequeñito, muy bien conservado, con una fortaleza y un bonito puerto. El sitio es muy bonito. Tras dejar las cosas en el apartamento que habíamos reservado por Airbnb dimos un breve paseo para explorar el pueblo antes de dormir.
Y Hvar estaba en plena ebullición! Lleno de gente joven, yates de lujo, pubs, discotecas...Por algo la llaman la Ibiza croata! Nosotros no buscábamos ese tipo de planes, pero si os gusta este tipo de ambiente, Hvar es vuesto sitio.

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Este día lo íbamos a dedicar a explorar playas de Hvar con el coche y a estar relajados y tranquilos. Nuestro primer destino fue Milna, a 4 kms de Hvar Town. Tiene una pequeña cala nada más llegar, que al final nos resultó de las más cómodas del viaje, por lo que luego os contaré. En esta cala las piedras son grandotas, por lo que te dejas la espalda en el suelo... Hay también la opción de alquilar unas tumbonas (opción que os recomiendo) y olvidarte de las fastidiosas piedras. La playa como os dije es pequeña pero muy azul y el agua está templada así que es una gozada bañarse. A la izquierda de la playa hay varios sitios para comer. El verdadero tesoro de Milna es llegar a una cala que está más escondida. Mirando de frente a la playa tienes que ir andando a la derecha, tras pasar un campinf llegarás a una segunda cala que también está bien y se parece mucho a la primera, pues hay que seguir, andar un poco por un monte y entonces llegas a una tercera cala, escondida, donde apenas hay gente y que está muy muy bien.
Luego intentamos ir a la playa de Zarace, pero nos fue imposible encontrar aparcamiento, y además el acceso en coche a través de una cuesta con un solo carril para ambas direcciones es muy complicado.
Entonces fuimos a Dubovica, donde tienes que dejar el coche arriba y bajar andando una cuesta bastante pronunciada y larga... No es precisamente cómodo, la verdad.
Finalmente fuimos a una playa de arena ( ) en Jelsa, situada junto a dos campings en las afueras. Lo que nos dijeron que era una playa de arena acabó siendo realmente una porción de 10 metros de largo por 3 de ancho de fango o tierra mojada... Ahora sí, la playa, como es habitual, de agua muy clara y azul. Tras pasar un buen rato bañándonos visitamos el pueblo de Jelsa, muy pequeño y con mucho encanto también, pero de nuevo con un gran parecido a otros que ya habíamos visto...

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