![]() ![]() Un viaje por la Historia y los mitos: Malta y Sicilia. ✏️ Blogs de Europa Sur
Viaje de 13 días por las islas de Malta y SiciliaAutor: Chema2011 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (1 Votos) Índice del Diario: Un viaje por la Historia y los mitos: Malta y Sicilia.
01: Preámbulo y detalles.
02: Día Uno: Viaje y llegada a Malta
03: Día Dos: Tour por Malta
04: Día Tres: Tour por Gozo y Comino.
05: Día Cuatro:Llegada a Sicilia. Taormina
06: Día Cinco: Taormina, Cefalú y camino hacia Palermo.
07: Día Seis: Palermo.
08: Día Siete: Monreale-Erice-Castellmmare del Golfo.
09: Día Ocho: Segesta-Agrigento.
10: Día Nueve: Valle de los Templos-Piazza Armerina (Villa del Casale)-Ragusa.
11: Día Diez: Ibla-Noto-Siracusa
12: Día Once: Z. A. Neapolis-Catania.
13: Día Doce: Etna-Gargantas del Alcántara.
14: Día Trece: Regreso y conclusión.
Total comentarios: 3 Visualizar todos los comentarios
Etapas 10 a 12, total 14
Tras un estupendo y madrugador desayuno, y esperando evitar lo que pudiéramos el enorme calor que se predecía, nos dirigimos al llamado Valle de los Templos, aunque verdaderamente no es un valle sino que está en una elevación del terreno cercana a la actual ciudad de Agrigento (por cierto cuna del dramaturgo y premio nobel, Luigi Pirandello). La antigua Akragas fundada en el siglo sexto a.C. por colonos de Rodas y Creta, tuvo su esplendor en el siglo quinto a.C. Hostigada varias veces por los cartagineses y los romanos hasta convertirse en romana en el siglo tres a.C. hasta su caída en manos de ostrogodos, bizantinos y finalmente normandos. De su época de esplendor queda este Valle en su época protegido por murallas.
La entrada si solo se quiere ver los templos cuesta 10 euros (la mitad los menores de 25 años), si también se quiere ver el Museo Arqueológico son 13,50 euros. Los templos se encuentran situados a lo largo de una larga vía de dos kilómetros al final de los cuales hay aparcamiento y taquilla. ![]() ![]() Pero no es el único templo. También están el de Juno o Hera, el de Hercúles, de Zeus, de Cástor y Polux, en distinto grado de ruina. ![]() ![]() Pero el auténtico protagonista es el llamado Templo de la Concordia, llamado así por una inscripción latina encontrada en las proximidades aunque no se sabe a quién estaba consagrado. Perfectamente conservado, curiosamente, porque fue iglesia durante el siglo sexto d.C., permite ver las columnas que no son realmente cilíndricas sino troncocónicas (es decir más delgadas arriba para parecer más altas) y las pequeñas protuberancias en dos tercios de su parte central (se les llama éntasis) para evitar que el estrechamiento sea observable. Así como inclinadas hacia el centro del templo para que se vean totalmente verticales desde cierta distancia. En fin un dechado de arquitectura y de efecto óptico. A un lado hay una enorme estatua de Ícaro colocada aquí en 2011 con “atributos” proporcionados a su tamaño y que dio motivo a comentarios sicalípticos a la excursión anteriormente citada. Son las licencias que da la edad y el pensar que los que te oyen no te entienden. ![]() ![]() Tras nuestra “travesía por el desierto” nos dispusimos a partir hacia Piazza Armerina para visitar otro nuevo lugar Patrimonio de la Humanidad como el que dejábamos, la Villa Romana del Casale. El trayecto a recorrer que recomiendan los GPS es a través de Caltanisetta pero Google Maps aparecía una zona en rojo y con desvíos así que forzamos a nuestro GPS a ir por Ravanusa, las distancias eran similares y las carreteras en todos los casos secundarias. No podíamos ni imaginar que nos encontraríamos una carretera en algunos tramos con baches que parecían hechos por bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y gracias a que evidentemente la carretera era más que solitaria, evidentemente, podíamos esquivarlos. Por lo que nos llevó dos horas media los aproximadamente 100 kilómetros. Conclusión Google Maps no conoce el estado de conservación de las carreteras, al menos en Sicilia. Felizmente llegamos a las dos al desvío de nuestro destino, pero antes de seguir paramos a comer en un restaurante llamado Trattoria La Routa. Al bajar el calor reinante era tremendo. El coche marcaba 42º y no creo que engañara pues el calor era infernal. Pareciera que el sitio no hubiera conocido calores parecidos pues la terraza cubierta (que algo refrescaba) no tenía ni un ventilador ni nada que se le pareciera que le hiciera más agradable. Y encima nos informaron que había un incendio próximo (Más tarde nos enteramos que el incendio había producido la deflagración de varias bombas de la guerra). Curiosamente no había pizzas así que como con el calor tampoco es que se apeteciera nada muy contundente optamos por lomo de cerdo con champiñones que estaba bueno. Repuestos nuestros estómagos partimos para la próxima Villa Romana y aparcamos sin problemas en el estacionamiento (2,5 euros) Descubierta a finales del siglo diecinueve, fue construida probablemente a finales del siglo tercero d.C. y perteneció a algún miembro de la familia imperial. De una enorme superficie (unos 3500 metros cuadrados) tiene zona de invitados, de los dueños de la casa, del servicio, así como unas termas. Pero lo más interesante es su suelo cubierto completamente de mosaicos, conservados en muy buen estado la convierten en un lugar único e imprescindible de visitar. La gran ventaja de la hora en que fuimos es que había pocos visitantes y pudimos disfrutar de su visión con toda tranquilidad. Los temas tratados en ellos son de los más variados: mitológicos, vida cotidiana, de caza, de juegos de circo, fiestas, cosechas y dibujos geométricos. Uno de los más famosos son las chicas realizando deportes con trajes que parecen actuales (le llaman sala “delle dieci ragazze in bikini, de las diez chicas en bikini). Todo un festín para la vista. Maravillosos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Entrabamos en el llamado Val di Noto (Valle del Noto). Desde la época árabe hasta 1812 cuando nació el Reino de las Dos Sicilias, Sicilia se dividía en tres Valles: Val di Mazara, al oeste, Val Demone al noreste, y Val di Noto, al sureste. El 1693 un terremoto con epicentro en el Mar Jónico frente a Catania de grado XI (once) en la escala de Mercalli (que llega hasta doce) sacudió la isla. Se considera el terremoto más fuerte registrado en Italia en toda la historia. La destrucción que se deduce por su grado fue enorme y las muertes llegaron a sesenta mil. Tras esta catástrofe se reconstruyeron siguiendo un mismo patrón que se le llama el Barroco Siciliano, reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2002. Hay donde elegir ciudades como Caltagirone, Ragusa, Scicli, Noto, Catania, Módica,… Nuestra ruta nos iba a llevar por Ragusa, Noto y más adelante Catania. A las seis llegábamos al aparcamiento público gratuito cercano al B&B Iblaresort donde nos hospedábamos, pegadito a la Iglesia de las Animas Santas del Purgatorio. Tras subir las maletas a la habitación, por unas escaleras estrechas, ya que el B&B es una casa reformada muy moderna situada justo la zona de separación de la Ragusa Superiore e Ragusa Ibla (o simplemente Ibla). Nos dispusimos a aprovechar las últimas horas de sol para hacer la visita. Eran las mejores para evitar en algo el calor que estábamos soportando. Lo primero fue ir hacia la iglesia de Santa María delle Scale (cuyo nombre no engaña pues para acceder hay que subir bastantes escalones) viendo en el camino notables ejemplos de palacios barrocos. Después nos acercamos a la Iglesia de Santa Lucia desde el que se divisa la típica panorámica de Ibla con la cúpula azul de cerámica de Caltagirone (ciudad próxima y famosa por su cerámica) de la iglesia de Santa María dell´Itria a la izquierda y en la lejanía, a la derecha, la cúpula del Duomo de San Giorgio. ![]() Los sudores empleados en la subida no fueron pocos pues seguía haciendo bastante calor pero el panorama lo merecía. Era imposible abstraerse de las andanzas televisivas del Comisario Montalbano. Bajamos y nos encaminamos por Via Giulia, su prolongaciónes, Tenente di Stefano y Capitano Bocchieri hasta desembocar en la Piazza Duomo, donde está San Giorgio que aparece en muchísimos capítulos del citado Comisario ![]() ![]() ![]() ![]() Santa Maria Maddalena, Santísima Trinidad y la de Tomás Apóstol. Y en el Jardín Ibleo están las iglesis de San Vicenzo Ferreri, San Giacomo y la de los Capuccini. Vamos que si la visita te coge un domingo no se puede decir que no había donde oír misa. En el Jardín Ibleo descasamos un ratito disfrutando del frescor que el verde permitía, sentados en un banco, todo muy concurrido pese a que eran las diez de la noche. Pero es que había que refrescarse como fuera. Incluso funcionaba aún el tren turístico que llaman Trenino Barocco y que sale desde el Duomo Regresamos por dónde venimos disfrutando de la iluminación nocturna hasta nuestro lugar de descanso. La arquitectura enamora pero el aire acondicionado de la habitación era impagable y disfrutando de él, caímos en los brazos de Morfeo. Etapas 10 a 12, total 14
Nos dispusimos a desayunar en una salita minúscula a tono con el edificio. Incluía unos cannoli por lo que pudimos disfrutar de otro de los “must” de la comida siciliana. En este caso de ricota. También dispone el hotel para desayunar de una terraza pero no había sitio pues tenía unas tres mesas. Pero en este caso era más agradable el interior pues el calor no daba descanso. (Perdonad la reincidencia en el comentario del calor pero es que las temperaturas mínimas eran de 32º por lo que ni por la noche remitía). Cargamos con nuestro equipaje hasta el aparcamiento y pusimos rumbo al centro del Val di Noto, y que le da nombre: Noto. Está próxima y a solo una hora de Ragusa. La mejor ruta, más rápida, es pasando por Modica e Ispica. Lo digo pues el GPS elige como ya he comentado la ruta en teoría más corta pero luego no es más rápida por el estado de las carreteras. No obstante hay que decir que el paisaje agrícola de esta zona es muy bonito con muchas zonas de olivos con separaciones de muros de piedras perfectamente colocadas.
Cuando llegamos, nos dirigimos a un aparcamiento de pago próximo al centro o lo que es lo mismo la Via Vittorio Emanuele (se ve que no son muy originales poniendo nombres a las calles en toda Sicilia). El aparcamiento en la via Cavour cerca del Estadio Municipal (Stadio Cumanale) no es muy grande pero encontramos a esa hora todavía sitio. Más tarde y siendo sábado encontrar plaza sería evidentemente más complicado. Noto se reconstruyó íntegramente tras el malhadado terremoto a 10 kilómetros de las ruinas que quedaron. Por lo que su urbanización responde al trazado lineal que corresponde al Barroco. Tres vía paralelas que respondían a los tres estamentos de la época: nobleza, iglesia y pueblo. Construida en piedra caliza que le da actualmente ese color dorado como pasa en Malta. El mundo barroco en sus edificios da al conjunto una impresión de escenario. El edificio más llamativo, la Catedral de san Nicolo, sufrió daños con un nuevo terremoto en 1996, pero tras siete años de obras se reconstruyó respetando el original. Todo un hito para la ciudad y Sicilia entera. ![]() Recorrer la Via Vittorio Emanuele es todo un espéctaculo hasta la Piazza 16 Maggio con la fachada del convento de San Domenico. ![]() ![]() ![]() Lástima, que un sol sin piedad nos enturbiara las vistas con los sudores que nos provocaba. No hacía más que tratar de quitar protagonismo a los lugares únicos que estábamos viendo a lo largo de este viaje. Tras nuestro recorrido nos decidimos por irnos para Siracusa, donde íbamos a pernoctar y comer allí. No era mucho tiempo pues en las cercanías de Noto empieza la autopista que recorre todo el este de la isla. Llegamos a Siracusa. El hotel Posta está en la isla de Ortigia justo a la entrada junto a uno de los puentes que la unen con el resto de la ciudad, el Ponte Umbertino. ![]() Curiosamente al lado del hotel había un “100 Montaditos” (que no sabíamos que fuera una multinacional) pero nosotros buscamos un restaurante italiano también próximo llamado Trattoria del Buongustaio (esta es la forma en que se conoce en italiano al gourmet o sibarita, el amigo de lo bueno) que tenía aire acondicionado y estaba muy tranquilo y pudimos comer agradablemente. Yo particularmente pulpo y calamares a la Luciana, muy ricos. Tras los deberes estomacales completados nos dirigimos hacia el interior de Ortigia. Mencionar Ortigia en particular y Siracusa (segunda fundación corintia en la isla después de Naxos, próxima a la actual Taormina) en general, es hablar de Historia en mayúsculas: del sabio y dicen que despistado Arquímedes (nacido aquí), de los tiranos (antiguos dictadores) que como Dionisio el Viejo que cuentan se le ocurrió poner la espada encima a Damocles colgada por un pelo de caballo, que visitaron el poeta Píndaro, Esquilo, el padre de la tragedia griega, y Platón y sus relaciones agitadas con los tiranos, de la ninfa Aretusa convertida en manantial y su acosador Alfeo que no cesó en su empeño hasta mezclar por amor sus aguas de río con las de su amada. Fue reconstruida con el resto de las ciudades del Val del Noto tras el terremoto ya mencionado. Modernamente tampoco tuvo mucha suerte pues los aliados y alemanes bombardearon esta zona antes, durante o después del desembarco en la isla de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Iniciamos el recorrido por la Piazza Emanuele Pancali, donde están las ruinas del Templo de Apolo ![]() ![]() ![]() ![]() Continuamos hasta la fuente Aretusa cuyas aguas son dulces, pues aquí cuenta la mitología que es donde la diosa Artemisa (a la que estaba consagrada la ciudad) convirtió en manantial a la ninfa Aretusa que huía de su obstinado amante Alfeo. ![]() ![]() ![]() ![]() Etapas 10 a 12, total 14
Tras el desayuno, cargado el coche, partimos para la Zona Arqueológica de Neápolis. Era domingo y el primero de cada mes la entrada es gratis. Aparcamos (de pago) enfrente de la zona de taquillas y de pequeños restaurantes y algunas tiendas. Aunque no había que pagar teníamos que sacar entrada. Pese a que solo eran las nueve y media había bastante gente, sobre todo grupos que probablemente querían aprovechar también la gratuidad. Y como no, el calor era de campeonato pese a la hora temprana.
Neápolis era la extensión de la Siracusa marítima y parece mentira lo poco que queda de lo que fue una ciudad que llegó a tener entre los siglo 4 y 5 a.C. hasta tres cientos mil habitantes. El orador Cicerón, en su visita a Siracusa, la definió como "la mayor ciudad griega y la más hermosa de todas ellas" Lo primero que se encuentra tras entrar, es el anfiteatro, que es de época romana, que solo se puede ver desde arriba. ![]() ![]() ![]() En la parte de arriba está la llamada cueva de Ninfeo, fuente alimentada por el acueducto Galermi construido alrededor del año 480 a. C., que trae las aguas del río Anapo desde la antigua ciudad de Pantalica. ![]() Después regresamos hacia donde estaba la bifurcación para tomar la ruta de la Latomía. Afortunadamente esta parte está en unos jardines por lo que llegar hasta ella no se hizo tan pesado como podría pensarse por el calor. Desde la distancia se divisa la abertura que tiene una forma característica y una gran acústica de tal manera que el Tirano Dionisio la usó de prisión y podía oir fácilmente lo que los presos tramaban. Debido a esto el pintor Caravaggio, que llegó a estar por estos pagos después de su expulsión de Malta, la llamó “il Orecchio Di Dionisio” (la oreja de Dionisio). Ya se ve que yo no soy solo el que tiene imaginación. ![]() ![]() Realmente se oían los ecos de todos los que estábamos allí, especialmente los chiquillos que disfrutaban pegando gritos. La altura es, dicen, de 23 metros y su profundidad de 65 m. No importaba el ruido pues allí se estaba bien fresquito. ![]() ![]() Démeter, estaba preocupada por la desaparición de su única hija y se lo tomó muy mal y dejó de producir frutas y verduras, y empezó a vagar por toda Sicilia buscándola. En su peregrinación perdió su hoz en Trapani (de dónde surgieron sus salinas), y Sicilia entera estaba quedándose convertida en un desierto. Entonces Zeus (Júpiter), padre de Perséfone y hermano de Hades (entre dioses todo queda en familia), y que en principio no le había parecido mal el casorio, mandó a Hermes (Mercurio) para que mediara en el asunto. Y obligaron a Hades a un acuerdo en que su mujer estuviera con él seis meses del año y otros seis meses con su madre (¡Ay, las suegras…!). Eso sí, Hades, antes dio de comer seis pepitas de granada a Perséfone para asegurar su fidelidad, pues si comías algo en el Inframundo tenías que regresar a él. Y así se explican las estaciones del año, cuando la madre está con su hija corresponde a la Primavera y el Verano, la diosa de la agricultura está contenta, todo florece y crecen los cultivos y los otros seis meses (uno por cada semilla que comió) son el Otoño y el Invierno cuando está sin su hija, todo se marchita. ¿No les gusta? Bueno, retomemos el relato. Llegamos al hotel y afortunadamente no hubo problemas para entrar en las habitaciones pese a la hora. Vaciamos y dejamos el coche en el garaje del hotel, reservado previamente, pues no es muy grande y exactamente como en Taormina tuvimos que dejar las llaves en recepción. El aspecto por fuera del Hotel Villa Romeo no tiene nada que ver con su interior, con su aspecto antiguo y elegante como ya comentamos en el hotel de Taormina. En este caso recordaba los camarotes de primera del Titanic. Y nos dispusimos ir a comer, por lo que nos echamos en brazos de la canícula de Catania. Si hay una ciudad que puede decir que ha renacido de sus cenizas esa es Catania. Fue destruida por las erupciones del Etna ya en época romana varias veces, pero en el siglo 17, en 1669 una gran erupción llegó a la ciudad y por si fuera poco, el gran terremoto de 1693, del que ya hemos hablado la volvió a destruir. Es evidente que estos antecedentes tienen que influir en el carácter de sus habitantes que aprovecharon la piedra negra volcánica para reconstruir sus edificios lo que le da ese aspecto tan característico y convertirla en la pujante segunda población de Sicilia. Así tomamos rumbo al centro caminando por Via Antonino de Sangiuliano, larga y recta. Domingo, mediodía y con todo el calor del mundo éramos dueños de la calle, todo estaba cerrado. En la plazuela de Antonino Galdolfo nos encontramos una fuente que tenía el agua fresca ¡Maravilla! Por lo que pudimos saciar nuestra sed, seguimos hasta doblar en un callejón llamado Vía Casa de Mutilato y nos encontramos con la Piazza Vicenzo Bellini donde está en Teatro Bellini, ![]() Abandonamos la Plaza y volvimos a la calle inicial subiendo unas aceras en escalera hasta que nos encontramos con la calle Crociferi que tomamos. En esta calle es donde hay en pocos metros cuatro iglesias: San Giuliano, San Francisco de Borja, San Benedetto y San Francisco de Asís (algunas de ellas con la fachada en restauración). Muy cerca de esta última están el museo Belliniano, los restos romanos (un teatro y un odeón) y la casa natal de Giovanni Verga, nacido y muerto aquí. Escritor famoso, sobre todo por su relato que dio origen a la ópera “Cavalleria Rusticana” que se desarrolla en la Sicilia del siglo 19, con música de Pietro Mascagni, cuyo maravilloso Intermezzo sirvió de banda sonora de la escena final de “El Padrino III” que ya mencionamos cuando vimos el Teatro Massimo en Palermo. Si vuelven a ese día podrán oirlo. Doblamos por la Via Vittorio Emanuele (no podía faltar) y desembocamos en la Piazza Duomo. ¡Cielos que visión ésta! ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Según cuentan, en el siglo octavo había un nigromante, de nombre Heliodoro, que era capaz de darle vida al elefante y cabalgar sobre él. El nombre deformado del mago terminó por servir para llamar al elefante. Por otro lado parece que en época prehistórica hubo elefantes enanos en la isla como parece deducirse por elefantes encontrados y hoy expuestos en el Museo Arqueológico de Siracusa. Sea por lo que sea hoy es el símbolo de Catania. En cuanto a la patrona de la ciudad, Santa Ágata, fue una mártir de le época romana nacida en la ciudad y a la que su velo salvó a la ciudad de un río de lava. En los primeros días de febrero es cuando sale en procesión y se venden unos dulces llamados “minni di Sant´Agata” con forma de senos de mujer con una cereza en lo alto para “recordar” el cruel martirio de la Santa, a la que fue privada de ellos. Tras maravillarnos con el conjunto nos propusimos comer y para que íbamos a movernos de allí. Así nos sentamos en la terraza del Caffé del Duomo. Se notaba que era domingo y mediodía de un caluroso día pues a mi parecer la mayoría éramos forasteros y no tuvimos ni que esperar para encontrar mesa. Yo pedí unos “penne alla boscaiola” riquísimos y nuestra correspondiente “birra Moretti” grande. Comimos perfectamente con un servicio “a la siciliana” magnífico. Quiero decir con esto que los camareros en todos los sitios que estuvimos nos parecieron de una gran amabilidad y eficiencia. Tras esto nos metimos por la Via Etnea (la larga y comercial calle de Catania), la Piazza dell´Universitá, también magnífica, vimos la Basilica della Collegiata, de barroco siciliano hasta volver a la Piazza Vicenzo Bellini pues habíamos visto allí una gelatería, la Comis Ice Café. No sabemos porque no nos dejaron pedir si no nos sentábamos en la pequeña terraza que posee (quizás para poder cobrar más), pero lo cierto que en la terraza hacía un calor terrorífico y era casi imposible disfrutar del helado, así que pagamos y salimos rápido. Nos metimos ahora por el Via degli Invalidi di Guerra (paralela a esta es la de los “Mutilato” de antes. ¡Hay que ver que nombres…!) retomamos la Via Antonino de Sangiuliano, que seguía solitaria, si no más hasta desembocar en la avenida del hotel. Cuando traspasamos su umbral su fresco interior nos pareció delicioso y nos dispusimos a disfrutar de él hasta la tarde. A eso de las siete volvimos a repetir el mismo recorrido y aquello parecía otra ciudad, los restaurantes abiertos, las tiendas con mucha gente paseando, las terrazas concurridas. Tras el calor la gente se dedicaba a hacer lo que llaman “passeggiata” (el paseo). La iluminación de los monumentos es espectacular. Por un callejón pegado al Duomo se atraviesa un arco que forma la Puerta Uzeda que une la Catedral con el Palacio de los Clérigos, que es también Museo Diocesano y unos metros más allá se atraviesa la llamada Puerta de Carlos V por ser la única de las antiguas murallas construidas en ese periodo y que durante la erupción de 1669 fue cerrada para interrumpir el camino de la lava. Cruzada la misma se llega a la Vía Cardenal Dusmet que da a un pequeño parque llamado Villa Pacini en ese momento muy concurrido con gente buscando el frescor del verde. Por allí hay numerosos quioscos de bebidas y comidas rápidas. Pasado el parque nos encontramos con el puerto. Nos compramos unos arancini para cenar. Uno es una “bomba” alimenticia suficiente y regresamos para el hotel ahora disfrutando de la animación callejera del domingo por la tarde. ¡Vaya cambio, como el día y la noche (nunca mejor dicho)! Y a descansar. Etapas 10 a 12, total 14
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (1 Votos)
![]() Total comentarios: 3 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |