![]() ![]() Norte de Cataluña, con algún toque francés y Tarragona. ✏️ Blogs of Spain
Relato de nuestras vacaciones de verano en el norte de Cataluña: Valle de Arán, la Cerdanya, Nuria, Camprodón... Incluye algunos toques franceses y final imprevisto en Tarragona. Iré subiendo etapas conforme vaya teniendo tiempo para redactarlas, pero he pensado que cuanto antes lo empiece, antes lo terminaré. Así que allá va y disculpad si tardo en completarlo.Author: Artemisa23 Input Date: ⭐ Points: 5 (11 Votes) Index for Blog: Norte de Cataluña, con algún toque francés y Tarragona.
01: Itinerario y viaje hasta Vielha.
02: Lugares para visitar en el Valle de Arán (La Val d'Aran).
03: Vielha y Betrén.
04: Subida al Montcorbisón y Hayedo de Carlac. Bausén.
05: Tredós, Salardú, Arties, Artiga de Lin y Els Uehs Deth Joeus.
06: Lagos de Gerver y Saut Deth Pish. Collada de Varradós.
07: Lagos de Colomers y recuerdos de Beret. Se nos acabó el Valle de Arán.
08: Bellver de Cerdanya, Prat del Cadí y Prullans (Lleida). Llegamos a la Cerdaña.
09: Jardines Artigas y Fonts del Llobregat. Dos paseos en la provincia de Barcelona.
10: De Llivia a Puigcerdá, la Cerdaña de Girona con entornos franceses.
11: Nuria (Girona): Valle, Santuario, Tren Cremallera y ruta senderista. Queralbs.
12: Camprodón (Girona).
13: Tarragona: legado romano Patromonio de la Humanidad y pasado medieval.
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![]() Lagos de Colomers y recuerdos de Beret. Se nos acabó el Valle de Arán.En nuestra última mañana en el Valle de Arán estuvimos haciendo la ruta de los 7 Lagos de Colomers, que se nos estropeó el día anterior por causa del atasco. También pongo unas fotos de la zona de Beret de nuestro anterior viaje, cuando subimos en el telesilla Blanhiblar, que nos ofreció fantásticas panorámicas.
LOS LAGOS DE COLOMERS.
Nuestro último día en el Valle de Arán no fue como lo habíamos planificado. En teoría, a primera hora de la mañana visitaríamos un pueblecito (Unha o Baguerge), alguna iglesia, si cuadrábamos el horario y finalmente haríamos la ruta de los Lagos de Gerver, aprovechando que teníamos que parasar por el Puerto de la Bonaiga de camino hacia nuestro siguiente destino en la Cerdanya. Sin embargo, por culpa del atasco que expliqué en la etapa anterior, nos vimos obligados a intercambiar las caminatas, con lo cual los 7 Lagos de Colomers pasó a convertirse en el punto y final de nuestra estancia en el Valle de Arán, un epígolo de lujo, ciertamente.
![]() ![]() Para compensar, amaneció otro día espléndido, con una luz maravillosa. Según las previsiones, haría calor pasado el mediodía. Madrugamos más, desayunamos temprano, hicimos el check-out en el hotel y repetimos el camino de la jornada anterior por la C-28 hasta Salardú, donde tomamos el desvío a Baños de Tredós. En total 18 kilómetros y media hora de coche, conforme al itinerario de Google Maps que pongo a continuación.
![]() Afortunadamente, esta vez nos encontramos la carretera concurrida pero sin atascos, con lo cual llegamos pronto al aparcamiento del Balneario, donde hay que dejar el coche, pues durante el verano y otros días de máxima afluencia en adelante la pista está cortada para vehículos no autorizados. Desde allí bien se continúa a pie o también se puede utilizar un servicio de taxis 4X4 que lleva a los senderistas cuatro kilómetros y medio más allá, hasta un lugar denominado la Montanheta, punto de inicio habitual de la ruta.
Recorrido en el taxi.
![]() El taxi compartido cuesta 4 euros por persona y trayecto, de modo que se puede utilizar de ida y vuelta, solo de ida o solo de vuelta. Pese a temernos lo peor, a esa hora no había demasiada cola y los vehículos salían en cuanto se llenaban, independientemente de los horarios establecidos, así que media hora después ya estábamos de camino.
Panel informativo en el aparcamiento de los Baños de Tredós.
![]() Durante el trayecto (un cuarto de hora, aproximadamente), el taxista nos explicó el caos que se había montado el día anterior, después de cerrarse el aparcamiento por estar repleto ya a primera hora de la mañana. Nadie lo avisó y siguieron llegando vehículos y más vehículos que, al no poder avanzar, originaron un atasco monumental que duró casi todo el día. ¡A nosotros nos lo iba a contar! Así que, por nuestra experiencia, en puentes, fines de semana y demás días conflictivos, en caso de encontrarse con esta situación, lo mejor es desistir, dar la vuelta cuanto antes y preparar una actividad alternativa.
![]() Los lagos de Colomers se encuentran en el Parque Nacional de Aguas Tuertas y Lago de San Mauricio (Parc Nacional d’Aiguestortes i Estany de Sant Maurici). Existen dos rutas señalizadas para recorrer los lagos; una circular corta (marcas de color amarillo), de 7 kilómetros, unas cuatro horas de duración, 250 metros de desnivel y un grado de dificultad medio; y otra larga (marcas de color rojo), de 12 kilómetros, seis horas de duración, 750 metros de desnivel y dificultad alta. La vez anterior habíamos hecho la larga y teníamos previsto repetirla, pero con el cambio de planes nos resultaba imposible, pues por la tarde debíamos emprender viaje hacia la Cerdanya. Así que nos conformamos con la ruta corta, muy bonita también, que recorre siete lagos, si bien hicimos algún añadido.
Detalle de la ruta corta en el panel informativo, delimitada con línea azul.
![]() Un pequeño recuerdo con una parte de las fotos de la ruta, durante nuestro viaje anterior.
![]() El Circo Lacustre de Colomers es un macizo de montañas dispuestas en círculo con picos que rondan los tres mil metros de altitud, entre los que destacan la Creu de Colomers (2.895 metros), el Tuc de Bergús (2.841 metros), el Tuc de Ratera (2.861) y el Gran Tuc de Colomèrs, el más alto, con 2.933 metros. Debe su nombre al explorador francés, de padres españoles, Charles Joseph Colomers de Jullan, que lo dio a conocer en 1838, suscitando el interés por las montañas pirenaicas de exploradores y viajeros, como el poeta Jacinto Verdaguer. El circo da lugar al río Aiguamox (Aiguamòg) que desemboca en el Garona de Ruda, frente al pueblo de Tredós.
![]() Al dejar el taxi, subimos por un sendero pedregoso muy concurrido, que nos llevó hasta el Estanh dera Lòssa (primer lago), que quedó a nuestra izquierda mientras pasábamos por unas tablas de madera, ya que el terreno suele estar encharcado.
![]() ![]() ![]() Con el río a nuestra derecha, proseguimos en continuo ascenso hasta el Estanh Major (segundo lago), que está represado y ofrece unas amplias perspectivas de todo el entorno.
![]() ![]() El espectacular paisaje que contemplamos hoy en día ha sido consecuencia de la erosión producida por el hielo de los glaciares sobre un macizo granítico, cuyo centro es el Gran Tuc de Colomers. Este proceso dio lugar a una serie escalonada de una cincuentena de lagos, con al menos 32 de más de media hectárea, de formas habitualmente redondeadas, separados por morrenas que se fueron formando a lo largo del periodo de glaciación, que alcanzó su mayor intensidad hace unos 40.000 años. Muchos de estos lagos se encuentran unidos entre sí por un canal artificial subterráneo que desagua en el Estanh Major de Colomers.
![]() ![]() ![]() Cruzamos la presa y bordeamos el lago, dejándolo a nuestra izquierda, hasta llegar al Refugio de Colomers, pasado el cual tomamos un empinadísimo sendero a la derecha, que nos condujo hasta el Estanh Mort (tercer lago), que ofrece unas vistas bellísimas. En sus inmediaciones se separan las rutas corta y larga.
![]() ![]() Continuamos por la izquierda, admirando un panorama plagado de pequeños lagos sin nombre y donde las altivas cimas de los picos (tucs) trazaban llamativos zigzags en el cielo azul. Con sol y buen tiempo, esta parte de la ruta es una auténtica delicia, ya que se avanza prácticamente en llano o hacia abajo entre paisajes espléndidos.
![]() ![]() ![]() Después, pasamos otros lagos, de cuyo nombre no estoy segura ni siquiera tras examinar los mapas, si bien lo más importante no es su denominación sino la belleza del entorno.
![]() ![]() El cruce del río nos proporcionó nuevas y preciosas panorámicas en las inmediaciones del Estanh Garguilhs de Jos (o eso creo), sobre el que se precipita una cascada.
![]() ![]() Tras una zona de praderas bastante encharcadas, salimos al Estanh des Cabidornats, un lago muy fotogénico, que cuenta con una isla en su centro.
![]() ![]() ![]() Por fin, aparecimos en el Estanh Long, con una preciosa gama de colores verdes y azules, enmarcado al fondo por el Tuc de la Ratera.
![]() ![]() ![]() Y en sus orillas, paramos a tomar nuestros bocadillos. No fue muy fácil, porque el sol apretaba y tardamos en encontrar un sitio a la sombra, ya que no abundan los árboles tan cerca del agua.
![]() ![]() Avanzamos un poco más hasta el Estanh Redon, ya fuera de la ruta corta y en cuyas inmediaciones nos dimos la vuelta porque se nos hacía tarde. Todavía pasamos junto al Estanh de Cloto de Baish, fantástico también y del que me acordaba mucho por las fotos de nuestro viaje anterior .![]() ![]() ![]() Desde allí, seguimos hasta las inmediaciones de la presa, completando la ruta circular, pues en adelante se continúa por el mismo sendero de la ida hasta la parada de taxis.
![]() ![]() En total hicimos 8,23 kilómetros y tardamos 5 horas y 20 minutos, con múltiples paradas para fotos y bocadillo. El desnivel fue de 350 metros y el grado de dificultad lo considero medio; en verano y con buen tiempo, está al alcance de cualquier senderista habituado a caminar por la montaña. La recompensa en forma de extraordinarios paisajes merece la pena.
![]() ![]() ![]() Quien tenga más interés, puede leer el relato completo de esta fantástica caminata en mi diario de senderismo pinchando el siguiente enlace: RUTA DE LOS 7 LAGOS DE COLOMERS (LLEIDA). Valle de Arán y P.N. Aigüestortes.
![]() Nada más acabar la ruta, el taxi nos llevó al aparcamiento y pusimos rumbo hacia Bellver de Cerdanya, donde dormiríamos aquella noche. Teníamos por delante 145 kilómetros y más de dos horas y media en el coche, ya que las carreteras por las que teníamos que circular no permiten demasiadas alegrías. Pero eso queda para la próxima etapa.
RECUERDOS DE BERET. Antes de salir del Valle de Arán, volvimos a pasar por el Puerto de la Bonaigua y me acordé de nuestro anterior viaje, cuando estuvimos en la zona del Plan de Beret. Durante el verano, existe la posibilidad de tomar el telesilla Blanhiblar hasta la cota 2.200, con fabulosas vistas de Beret, Baqueira, Val de Ruda, Montarto y Aneto-Maladeta.
![]() ![]() Además, tuvimos la suerte de que, pese a estar a finales de agosto, nevó en las cumbres, con lo cual pudimos tirarnos bolas de nieve mientras contemplábamos unas preciosas panorámicas con varios lagos de fondo, los Estanhs de Vaciver (lo he visto escrito con “b” y con “v”, así que lo copio tal cual está en el folleto que me dieron en la Oficina de Turismo del Vielha), en torno a los cuales se pueden hacer bonitas rutas de senderismo. Lo tendremos en cuenta para la próxima vez porque volver, volveremos a no mucho tardar, ya que el Valle de Arán me ha vuelto a fascinar y nos han quedado bastantes cosas por ver debido a la falta de tiempo disponible.
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![]() Bellver de Cerdanya, Prat del Cadí y Prullans (Lleida). Llegamos a la Cerdaña.En nuestro primer día en La Cerdanya, estuvimos en Bellver de Cerdaña, hicimos la corta senderista hasta el Prat del Cadí y finalizamos contemplando unas vistas estupendas desde el pueblecito de Prulláns.
LA CERDANYA (LA CERDAÑA).
Esta comarca natural, cuya capital es Puigcerdà, proviene de los antiguos territorios de la Marca Hispánica y actualmente se divide entre España (Baja Cerdaña) y Francia (Alta Cerdaña), mientras que, a su vez, la parte española la comparten las provincias de Lleida y Girona. Esta distribución tiene su origen en el Tratado de los Pirineos de 1659, por el cual España cedió a Francia treinta y tres pueblos de la zona más al norte, que pasaron a integrar la Alta Cerdaña, bajo administración francesa, a excepción de la villa de Llivia, que pertenece al estado español pese a encontrarse dentro de territorio galo.
![]() La Cerdaña presenta una serie de características que la convierten en peculiar, por ejemplo, a diferencia del resto de valles pirenaicos, que se articulan de norte a sur en torno a un río principal que recoge afluentes por los costados, esta comarca lo hace de este a oeste, lo que le confiere un clima más cálido y con muchas más horas de sol. Al norte, queda la solana, con altas montañas en torno a los 3.000 metros, como la Tossa Plana de Lles o el Puigpedros. Al sur, se encuentra la umbría, donde destacan la imponente muralla de roca del Parque Natural del Cadí-Moixeró y la estación de esquí de la Molina, la más antigua de España, que abrió en 1908. Los ríos principales que fluyen por su territorio son el Segre, que sigue camino hacia el Ebro, y sus afluentes, el Raur, la Llavanera y el Querol.
Foto del plano de la Cerdanya que me dieron en una Oficina de Turismo.
![]() Situación de la Cerdaña en el plano peninsular.
![]() Si bien habíamos estado alguna vez de paso por esta comarca, nunca la habíamos visitado. Lo bueno de esto para vosotros es que no os torturaré con fotos de mis posados vintage
![]() VIAJE DESDE SALARDÚ. Tardamos más de dos horas y media en recorrer los 145 kilómetros que hay desde Salardú a Bellver de Cerdanya, primero por la C-28 y la C-15 hasta Sort, donde pasamos por la puerta de la célebre Administración de Lotería de la Bruja de Oro. Estuvimos a punto de parar para comprar algún décimo, pero desistimos porque vimos mucha gente esperando. Allí tomamos la espantosa N-260, el llamado Eje Pirenaico que nos llevaría ya directamente hasta Bellver.
![]() Y he dicho espantosa porque realmente me lo pareció. No me suelen amilanar las carreteras por muy viradas y tortuosas que sean y, además, mi marido conduce muy bien, pero esa me pareció especialmente incómoda, aunque también puede ser que me pillara en un momento malo: curvas, curvas y más curvas, inacabables, una tras otra, kilómetros y kilómetros, subiendo y bajando, un horror, sobre todo después de alcanzar la trasera de un camión, al que fue imposible adelantar durante un tramo larguísimo, bajando, por la línea continua y lo rápido que iba. La cosa se arregló un poco a partir de La Seo de Urgell, al circular ya por un terreno más llano. Atravesamos paisajes muy bonitos, aunque apenas hice alguna foto, pues lo que más deseaba era llegar a nuestro destino cuanto antes. Al fin, al fondo, apareció ante nosotros la bonita estampa de Bellver de Cerdanya.
![]() BELLVER DE CERDANYA. Las dos noches en Bellver de Cerdanya las pasamos en el Hotel Bellavista, situado al borde de la carretera N-260. El precio fue de 152,64 euros, incluida la tasa autonómica, lo que estaba muy bien teniendo en cuenta que se trataba de un fin de semana de la primera quincena de agosto. Por lo demás, quedamos muy contentos: aunque sencillo, el hotel es confortable, tiene ascensor, piscina y también cuenta con aparcamiento, un buen restaurante con menús y un servicio excelente tanto por atención como por rapidez, si bien en el comedor había que atenerse a turnos con reserva previa, debido a la alta demanda, a la limitación de aforo y al mantenimiento de la necesaria distancia entre mesas por la pandemia.
![]() La habitación que nos destinaron en la cuarta planta tenía unas vistas excelentes hacia Bellver y la sierra colindante, estaba muy bien insonorizada y apenas escuchamos el tráfico de la carretera. Era un placer asomarse y ver cómo cambiaba el perfil de la villa y su fondo según variaba la luz del sol. En invierno, con las cimas nevadas, debe componer un bonito espectáculo. ![]() Después de cenar en el hotel, salimos a dar una vuelta y llegamos al centro del pueblo en unos diez minutos a pie. Tras un paseo no muy largo, hicimos unas fotos y regresamos a la habitación. Estábamos bastante cansados, quizás más por el viaje en sí que por la caminata de esa misma mañana en los Lagos de Colomers.
![]() El día siguiente decidimos tomárnoslo con calma, así que nos levantamos relativamente tarde, y tras desayunar en el hotel, dedicamos la mañana a visitar tranquilamente Bellver.
Pese a los edificios modernos, el fondo con las sierras es precioso.
![]() Tras cruzar el puente sobre el río Segre, continuamos por la Avinguda Pere Sicart, en dirección al Barrio Antiguo o Barrio de la Plaza, situado en la parte más alta de la villa. Si se llega en coche, se puede estacionar en el Parking de la Muralla, que es bastante amplio.
![]() ![]() Bellver fue fundada en 1225 por Nunó Sanç, conde vitalicio de Rossello y Cerdanya, que le otorgó Carta de Población. Antes de ser villa, Bellver era un castillo que formaba parte de un conjunto de fortificaciones y torres de vigilancia para defender y controlar el Cami Rial, que atravesaba el condado de Cerdanya y unía el de Conflent con el de Urgell. El rey Jaime II de Mallorca ordenó la construcción de las murallas en 1277 y facilitó el crecimiento de una población que llegó desde diferentes lugares. En torno al castillo, surgió el Barrio Antiguo, que adquirió una forma rectangular, condicionada por la colina en la que se asentaba la fortaleza.
![]() Para visitar el casco histórico, seguimos el itinerario sugerido por los paneles informativos municipales, de cuyo plano acompaño la siguiente fotografía. También se puede consultar la página web de la Oficina de Turismo, donde se ofrecen explicaciones muy detalladas de cada sitio, incluyendo su historia y sus leyendas.
![]() Empezamos por la Plaza del Portal (Plaça Portal), situada en el exterior del recinto amurallado, frente al lugar donde antaño estuvo una de las dos únicas entradas a la villa, protegiendo la cual había dos torres, de las que solo se conserva la Torre de la Cárcel.
![]() Aunque inevitablemente atrajo nuestra atención, ignoramos de momento la florida escalera de Joan Alay, que conduce directamente al casco viejo, y continuamos por el camino de ronda, dejando la muralla a nuestra izquierda, hasta llegar a otra escalera. ![]() ![]() ![]() Tras subir sus peldaños, giramos a la izquierda hasta salir a la Plaza de Gustavo Adolfo Bécquer, que cuenta con un mirador con amplias vistas de la Cerdanya hacia levante, donde pudimos localizar la carretera y nuestro hotel.
![]() ![]() El nombre de la plaza obedece a que el poeta sevillano se alojó en una posada (Cal Pantanó) de la villa en 1860, y se inspiró en las torres y callejuelas del barrio antiguo para su leyenda de La Cruz del Diablo. En la plaza también pudimos ver dos agujeros abiertos en la roca, un refugio antiaéreo construido en 1937, durante la Guerra Civil, y un depósito de munición que los franceses instalaron durante su ocupación de 1692.
![]() ![]() ![]() Sin tomar la cuesta abajo, subimos por la escaleras a la izquierda y luego a la derecha hasta la Iglesia Parroquial de Sant Jaume, patrón de Bellver. Erigida posiblemente sobre una capilla anterior, se trata de un edificio gótico de una sola nave y tres capillas laterales, que data de finales del siglo XIII. Fue reformada en el siglo XVIII y su campanario se levantó en 1767. A espaldas del templo, se puede visitar un pequeño jardín donde las monjas cultivaban plantas medicinales.
![]() ![]() ![]() ![]() El Altar Mayor, dedicado a la Virgen, data del siglo XIV y se encuentra expuesto en el Museo Episcopal de Vic.
![]() De la iglesia, salimos a la Plaza Mayor (Plaça Major del 27 de abril), cuyo nombre conmemora la fecha en que, durante la Guerra Civil, un numeroso grupo de anarquistas, encabezados por Antonio Martín, apodado “el cojo de Málaga”, intentaron tomar Bellver, pero los vecinos lo impidieron, enfrentándose a ellos y matando a su cabecilla.
![]() El origen de la plaza se remonta al siglo XIV y se convirtió en el centro popular, comercial y administrativo de la villa, pues albergaba tanto festejos como juicios de la Inquisición, y celebraba un mercado semanal y una feria anual. A la derecha de las puertas de cada casa, hay una ventana que servía de escaparate a las tiendas de antaño y en algunos de sus dinteles se conservan grabados u otros vestigios de los productos que se vendían allí.
![]() A la derecha de la torre de la iglesia, se encuentra la antigua Aduana, edificio del siglo XVI, restaurado. El conjunto de la plaza presenta un atractivo aire medieval y resultaba muy bonita de contemplar tal como lo hicimos nosotros: solitaria y sin coches. También debe lucir mucho cuando se instalan los puestos de época, al estilo medieval, durante las fiestas.
![]() ![]() ![]() Seguimos por el Carrer del Castell hasta llegar al Mirador de Jaume Villa, el lugar donde se encontraba el castillo erigido en 1072 por Guillem Ramón, conde de Cerdanya, convertido ahora en un privilegiado balcón desde el que contemplamos el valle del Segre y sus bosques de ribera hacia poniente, mientras que la solana presentaba un paisaje más áspero y seco, donde, sin embargo, no faltan los pinos. De la fortificación solo se conserva una cisterna medieval, ya que el resto quedó destruido tras la explosión del polvorín, alcanzado por un rayo en 1665.
![]() Completamos el periplo por el Barrio Antic bajando hasta la Plaça Abat Oliba, desde la cual se continuamos por el Carrer del Mig hasta la Plaça Pau Claris, donde cerramos el rectángulo, frente a la vistosa escalera de Joan Alay.
![]() ![]() Sin embargo, antes de eso, estuvimos paseando entre casas de piedra y callejuelas empinadas, de las que recuerdo las flores del Carrer Cadell, cuyos peldaños conducen directamente hasta la Plaza Mayor desde la Calle Mig.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Nos gustó Bellver. Además, encontramos buen ambiente pero sin aglomeraciones. Aunque vimos varios sitios interesantes para comer, decidimos reservar temprano en el restaurante del hotel y así tener más tiempo disponible para la pequeña ruta senderista prevista para esa tarde.
PRAT DEL CADÍ DESDE EL COLLADO DE PALLERS. En la Cerdanya hay muchas rutas de senderismo interesantes para realizar, algunas relacionadas con picos emblemáticos, como el Puigmal o el Puigpedrós; otras, con bellas zonas lacustres, como los Lagos de la Pera, o los de Malniu o Fontviva, y también con valles, como La Llosa, Angostrina, Campcardós, etc. Al ser conscientes de que disponíamos de poco tiempo en esta zona, escogimos una de sus caminatas más sencillas pero a la vez más significativas: la subida al Prat del Cadí desde Estana (Collado de Pallers), en el Parque Natural del Cadí-Moixeró.
![]() Desde nuestro alojamiento en Bellver hasta el aparcamiento del Collado de Pallers tuvimos que recorrer 18 kilómetros, una media hora de trayecto en coche, primero por la N-260, en dirección a La Seo d’Urgell, hasta la localidad de Martinet, donde giramos a la izquierda hacia la LV-4055, que poco después abandonamos para seguir de frente por una estrecha pista asfaltada que se adentra en la montaña en dirección a Estana, dejando atrás los desvíos a Villec y Beixec. El trayecto no permitía muchas alegrías al volante, pero lo compensaba el precioso paisaje que fuimos contemplando durante la subida, pese a que el azul del cielo lo emborronaban las nubes.
![]() En nuestro caso, no tuvimos problemas en llegar con el coche hasta el pequeño aparcamiento del Collado de Pallers, junto al cual se inicia el sendero. Si está completo, habrá que estacionar el vehículo unos ochocientos metros antes, en el parking de Estana.
Itinerario desde Bellver en Google Maps.
![]() Los datos oficiales de este sendero desde Estana señalan 7,6 kilómetros de longitud (total, ida y vuelta por el mismo camino), 2 horas y cuarto de duración, un desnivel de 360 metros y un grado de dificultad bajo en verano y con buen tiempo, ya que si ha llovido el camino puede estar resbaladizo y si hay nieve se pueden necesitar raquetas o crampones.
![]() Afrontamos un sendero empinado y pedregoso, aunque no demasiado incómodo. De pronto, la tierra cambió de color y adquirió un llamativo tono rosáceo, que según creí entender en el panel informativo al traducirlo del catalán, se debe a la gran presencia de óxido de hierro en los depósitos de conglomerados que se remontan al final de la Era Primaria.
![]() ![]() ![]() Al alcanzar el Coll Roig (1.770 metros), el bosque se abrió y pudimos extender la mirada hacia el valle de Bastanit, rico en pino negro, abetos, serbales, abedules y rododendros. Además, la pared rocosa del Cadí emergía imponente en la distancia.
![]() ![]() ![]() ![]() Continuamos caminando por senderos de color rosa entre los árboles hasta que, finalmente y casi de improviso la vegetación se abrió, dando paso a una inmensa pradera, el Prat del Cadí, a 1.827 metros de altitud, cerrada por un infranqueable muro compuesto por moles rocosas de más de 2.600 metros, como el Puig de la Canal Varidana o Vulturó (2.649), el más alto. Mirando de frente, de izquierda a derecha, según el panel informativo, , podíamos distinguir el Pic de Costa Cabirolera, el Puig de la Canal del Cristall o el Puig del Quer, todos con más de 2.500 metros de altura.
![]() ![]() El sol empezaba a ganar terreno a las nubes en el cielo, otorgando una luz especial a aquel lugar bellísimo y sorprendente, donde nos sentimos motas diminutas formando parte de la inmensidad del paisaje.
![]() En resumen, pese al sendero pedregoso, que se nos hizo un poco pesado a la vuelta, ya casi todo en descenso, nos gustó mucho esta ruta. Además, es corta y con buen tiempo no presenta demasiadas complicaciones a las personas acostumbradas a caminar por la montaña, lo que permite conocer uno de los lugares emblemáticos de la Cerdanya durante cualquier escapada por la zona, aunque sea breve.
![]() ![]() Si alguien tiene interés, puede leer el relato completo de la caminata en mi diario de senderismo, pinchando el siguiente enlace: PRAT DEL CADÍ DESDE ESTANA, LLEIDA.
PRULLANS. Caía la tarde cuando tomamos la carretera N-260 para volver a nuestro hotel, una vez terminada la ruta del Prat del Cadí. Como aún era temprano para cenar, decidimos acercarnos hasta el pueblecito de Prullans, del que había leído que es muy bonito. Además, nos pillaba de paso, pues está solo a cuatro kilómetros de Bellver, tomando desde la N-260, la carretera LV-4037. Acompaño itinerario de Google Maps.
![]() Situado a 1.100 metros de altitud y con poco más de 200 habitantes, las nuevas edificaciones han conservado en general la esencia de la arquitectura popular de la comarca, si bien la zona antigua del pueblo es muy pequeña y realmente se reduce al entorno de la Iglesia parroquial de Sant Esteve, que conforma un panorama espectacular al fundirse con paisaje. Documentada ya en el siglo X, consta de una única nave con ábside semicircular, la parte que mejor conserva su aspecto original, ya que el templo fue completamente restaurado en los años 70 del pasado siglo.
![]() ![]() ![]() ![]() Sin embargo, haciendo bueno su apelativo de “Mirador de la Cerdanya”, lo que más nos sedujo de Prullans fueron las fantásticas panorámicas que ofrece de toda la Sierra del Cadí y su entorno. Además, el sol poniente iluminaba el panorama con una luz tenue que le otorgaba un encanto muy especial. Merece la pena conocer este sitio sobre todo por las vistas. Así que conviene escoger bien la hora para hacerlo. Si no os apetece o no os da tiempo llegar hasta allí, cerca del cruce de la carretera, en la N-260 hay un amplio Mirador, desde el que también se pueden contemplar idénticas vistas aunque a menor altura. El sitio concreto figura en el mapa de arriba.
![]() ![]() ![]() Desde allí, fuimos hasta Bellver, donde cenamos en el patio-terraza de una agradable pizzería del centro, el único sitio que encontramos mesas libres en el exterior. Al día siguiene nos despedimos de Bellver y su bella estampa desde el balcón de nuestro hotel.
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![]() Jardines Artigas y Fonts del Llobregat. Dos paseos en la provincia de Barcelona.Antes de dirigirnos a Llivia para continuar con nuestro periplo por La Cerdaña, fuimos a ver un par de cosas en la provincia de Barcelona: los Jardines Artigas, diseñados por Gaudí, y las Fuentes del Llobregat, donde nace uno de los ríos más importantes de Cataluña. Concluida nuestra estancia en Bellver de Cerdanya, después de desayunar emprendimos el viaje de la jornada, que terminaría en Llivia, donde habíamos reservado tres noches de alojamiento. Sin embargo, en vez de hacer el recorrido más corto, de apenas 23 kilómetros y 25 minutos en el coche, dimos un rodeo, que nos supuso nada menos que 90 kilómetros y dos horas en el coche, con el objetivo de ver un par de cosillas que me habían llamado la atención en internet y que no nos sería posible visitar en los días siguientes por cuestión de horarios. Así, el itinerario de la mañana, a lo largo del cual íbamos a pasar por tres provincias catalanas (Lleida, Barcelona y Girona), quedó conforme a la captura de Google Maps que pongo a continuación:
![]() Para llegar a nuestra primera parada, pusimos rumbo al sur, primero por la N-260, luego por la N-1411, para tomar después la C-16 hasta Guardiola de Begeda, donde tomamos la B-402, que nos llevaría hasta los Jardines de Artigas en la Pobla de Lillet, ya en tierras de Barcelona. Previamente, pasamos por el túnel del Cadí, que con algo más de cinco kilómetros es el cuarto más largo en las carreteras de Cataluña y une la Cerdaña con el Alto Bergadá. Inaugurado en 1984, supuso un gran revulsivo para el desarrollo económico y turístico de ambas comarcas al reducir considerablemente en tiempo, longitud y seguridad las comunicaciones con otras zonas catalanas, Barcelona en particular. Tuvimos que pagar peaje, 12 euros en concreto, ya que no atañe solo al túnel sino también a la C-16 (Autopista de Montserrat) en la que se encuentra, que llega hasta Guardiola de Bergadá, lo que supone en total unos 18 kilómetros. La principal alternativa es circular entre montañas por nuestra vieja conocida de la zona oeste, la serpenteante carretera N-260, si bien hay otra posibilidad que utilizamos nosotros de regreso, por la Molina, pero eso ya lo contaré.
JARDINES ARTIGAS (JARDINS ARTIGAS). Un inconfundible escenario Gaudí. En la recóndita localidad de Pobla de Lillet se encuentran estos pintorescos jardines, una de las obras más desconocidas de Antoni Gaudí. Para llegar hay que entrar en el pueblo por la Plaça del Fort, luego continuar por las calles Pontarró, Àngel Guimerà y Salvador Torrents hasta encontrar la vía del tren, que hay que seguir hasta llegar al aparcamiento de los Jardines. Mucho cuidado aquí porque el Tren del Ciment funciona y, como es necesario circular durante un tramo sobre las propias vías, hay que estar muy atentos a los semáforos, que, os aseguro por experiencia propia, pueden pasar inadvertidos con bastante facilidad. ¡Ojo, pues!
Los coches pasan por encima de la vía para ir al parking, así que atención al semáforo.
![]() La entrada general cuesta 4,5 euros (existen tarifas reducidas para niños, mayores, etc) y se adquiere en la misma taquilla, ya que no disponen de venta online. El horario de visita varía dependiendo de la temporada, así que antes de acercarse es mejor consultarlos en su página web: turismelillet.cat/ ...s/?lang=es
![]() La visita es libre, si bien existe un itinerario recomendado, señalizado con flechas de color amarillo y, además, se puede consultar lo que se va viendo en un folleto que se descarga por internet. Se puede recorrer todo tranquilamente en unos 40 minutos. Hay bastantes escaleras, de modo que no es una visita recomendable para personas con movilidad reducida.
![]() ![]() Pese a que la mañana estaba bastante nublada y deslucía un poco el panorama, nada más bajar las escaleras de acceso nos gustó lo que divisamos, pues enseguida nos sumergimos en un inequívoco escenario Gaudí.
![]() ![]() En el folleto, leímos la historia de este curioso lugar, cuya construcción se remonta a principios del siglo XIX, cuando Eusebi Guell fundó en el Clot del Moro la primera fábrica de cemento Portland de Cataluña, cuyos hornos utilizaban carbón de las minas Catllarás. Debido a la considerable distancia entre el núcleo de población, en la Pobla de Lillet, y la explotación minera, Guell decidió encargar a Gaudí el proyecto del Xalet de Catllarás, que se utilizó para viviendas de los trabajadores y los ingenieros de las minas.
![]() Durante su realización, Gaudí se alojó en la residencia de la familia Artigas, propietaria de una de las fábricas textiles más prósperas de la época, y en señal de agradecimiento, el arquitecto les regaló el diseño para un jardín en un terreno colindante a su casa y a su fábrica.
![]() ![]() Al comienzo, nos encontramos con el llamativo Puente de los Arcos, donde nos detuvimos, como todo el mundo, para hacer fotos. Sin cruzarlo, seguimos por la izquierda, contemplando una vista general muy atractiva con el propio puente y el río, que parecía sacada de un cuento de hadas.
![]() ![]() ![]() Poco a poco, iríamos descubriendo rincones tan sugerentes como las Fuentes de la Cascada y la del Buey, la Gruta, con el arco centenario y la Fuente de la Magnesia y la Pérgola con la Fuente del León en su interior.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() En la distancia, mirando hacia lo alto, podíamos vislumbrar lo que se llama la Glorieta, el símbolo emblemático del jardín, situada en una roca calcárea y que sirve también de mirador, al que se accede cruzando el río por el Puente de Arco Cojo y el Águila.
![]() ![]() ![]() Las vistas desde arriba permiten contemplar un panorama general de todo el jardín, que es pequeño pero muy bonito, diferente en cualquier caso.
![]() ![]() ![]() ![]() La fusión de la arquitectura con la naturaleza mediante un vínculo que alimenta la fantasía aparece incluso en la forma de las barandillas que delimitan la zona de paseo, imitando troncos y ramas y rematadas con elementos de piedra con formas caprichosas.
![]() ![]() ![]() Gaudí proyectó una única entrada para el jardín, flaqueada por serpientes, de lo más peculiar también. Al fin, llegamos al extremo opuesto del Puente de los Arcos, donde se encuentran las cariátides de un hombre y una mujer, que constituyen uno de los puntos fuertes para tomar la típica foto de recuerdo.
![]() ![]() Reconozco que me encanta Gaudí, así que disfruté mucho durante el paseo. Quizás no compense hacer un viaje a propósito para ver este sitio, pero resulta muy recomendable si se viaja por la zona, combinándolo con otros lugares interesantes y que no se hallan muy lejos, como el nacimiento del río Llobregat, por ejemplo.
![]() FUENTES DEL LLOBREGAT (FONTS DEL LLOBREGAT). El nacimiento del río Llobregat se encuentra en la población de Castellar de n’Hug, a solo diez kilómetros de los Jardines de Artigas, por la carretera BV-4031. Pongo la captura del itinerio en Google Maps.
![]() Nuestra idea inicial era aparcar en el pueblo, muy pintoresco por lo que pudimos comprobar en la distancia, visitarlo y acercarnos caminando hasta el río, lo que supone un agradable paseo de dos kilómetros en total. Sin embargo, como no dejaba de ser lo más previsible en un domingo de la primera quincena de agosto, todo estaba a rebosar y ni siquiera vimos un sitio libre para dejar el coche. Curiosamente, sí lo encontramos en el aparcamiento de las propias Fonts. De verdad, no me explico cómo tuvimos tanta suerte allí.
![]() ![]() El acceso es gratuito y la visita libre. Hay un itinario habilitado, con escaleras, pasarelas, barandillas y miradores que se asoman al curso del río hasta su nacimiento, en cuyo recorrido se contemplan preciosas cascadas. Si se llega desde al pueblo, la ruta es circular y normalmente se hace de bajada, sin repetir el tramo. En nuestro caso, al aparcar junto a las Fonts tuvimos que hacerlo lineal, primero de subida y luego de bajada.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Las aguas brotan con fuerza entre las peñas de roca caliza que bordean la localidad de Castellar de n’Hug, procedentes de la lluvia y la nieve acumuladas durante el invierno en los picos cercanos como el Puigllançada y la Tossa de Alp.
![]() ![]() ![]() El Llobregat es uno de los ríos más importantes de Cataluña, pues la atraviesa de norte a sur pasando por las comarcas del Berguedá, el Bages y el Baix Llobregat hasta que, finalmente, desemboca en el mar Mediterráneo, formando un delta.
![]() ![]() ![]() Aunque bastante cortita, nos pareció una excursión muy chula, pese a la gran cantidad de gente que había. También merece la pena dar un paseo por la zona en torno al río, junto al aparcamiento, si bien no pudimos acceder a las bonitas vistas que deben contemplarse cerca del antiguo molino, pues el paso está cerrado por una alambrada.
![]() ![]() ![]() ![]() Igualmente fue una lástima no haber podido visitar Castellar de n’Hug. Nos quedamos con las ganas, así que procuraremos volver en otra ocasión con más tiempo y ver más cosas aparte del río.
![]() Teniendo en cuenta todo lo que me enrollo y para no hacer este relato excesivamente largo, voy a dejar lo que visitamos a lo largo de la tarde para la siguiente etapa. Así, al mismo tiempo, mantengo un poco más ordenados los lugares, ya que tanto los Jardines Artigas como el nacimiento del Llobregat se encuentran en la provincia de Barcelona y no pertenecen a la Cerdaña. Journeys 7 to 9, Total 13
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