Diario de Levante: Valencia, Benidorm y Murcia ✏️ Blogs de España

Por la mañana se celebró la final del campeonato en el propio Colegio Mayor Lope de Vega, Cataluña A contra Canarias A, ganando la primera selección. Nosotros aprovechamos el día para hacer un poco de turismo por Benidorm, aprovechando nuestro coche de alquiler. Aparcamos en L’Aigüera, que está muy cerca del centro, y aprovechamos para hacernos fotos con todas las llamativas figuras que vimos por la calle; al parecer pertenecen a la exposición «Galaxia Hung«, del artista taiwanés Hung-Yi, y son geniales.

Paseamos por la zona peatonal, llena de bares, restaurantes, tiendas, etc, la verdad es que estaba muy animada. Como ya era la hora de comer buscamos un local por la zona peatonal, decantándonos, dadas las buenas críticas por La Tapería, del Grupo Aurrea. A pesar de no haber reservado había mesas vacías así que rápidamente nos sentaron (escogimos interior, que se estaba más fresco). Tras observar los cuatro la carta decidimos pedir dos entrantes para compartir y un plato principal para cada uno:

-Champiñones rellenos de morcilla y crema de pimiento
-Chipirones con romescu y tierra de txistorra
-Lomo de bacalao al pil pil para Pelayo
-Solomillo de cerdo ibérico para Manu
-Bacalao con crema de gambas para Begoña
-Huevos Napoleón con solomillo y foie para mí

Las raciones eran muy abundantes y resultó estar todo verdaderamente sabroso así que nos convenció. Pagamos 101’9€, con cuatro cafés y ocho cañas. Tras la comida caminamos hasta el Casco Antiguo, donde está la Iglesia de San Jaime y Santa Ana (la más antigua de la ciudad), el Balcón del Mediterráneo (con estupendas vistas de ambas playas: Levante y Poniente), Plaza Santa Ana, etc. Cogimos un helado en un local llamado Victoria y caminamos hasta el paseo de la Playa de Levante, donde tomamos unos cafés y unas aguas con gas en una de las terrazas (6’9€). Volvimos al parking, pagando 7’75€, y dejamos a Manu y Bego en el Aeropuerto de Alicante para que cogiesen el vuelo de vuelta.

Nosotros continuamos nuestro viaje poniendo rumbo a Murcia, pero antes quiero recomendar lugares para visitar y restaurantes en Benidorm que llevaba anotados y que no nos dio tiempo a ver (se aceptan, por supuesto, sugerencias y opiniones):

-La Cruz de Benidorm: mirador desde el que se ve la ciudad, en el Parque Natural de Sierra Helada. La cruz la instalaron los frailes franciscanos en 1961 para liberar a la ciudad de los pecados y nuevas costumbres, como el uso del bikini. En los bajos de la Sierra hay acantilados y zonas ideales para bucear.

-Mercados y mercadillos: Rincón de Loix (en la explanada que hay junto al Hotel Pueblo, de X y D 8-14: ropa, productos frescos y puesto de churros), Foietes (X 8:30-14, fruta, verdura, rodeado de bares y restaurantes, al lado del pabellón de deportes), Rastro de Polop (D 8:30-14), Mercadillo del Cisne, Les Nits del Castell (en verano, en el Castillo de Benidorm, artesanía y pintura), Mercado de Mercaloix (zona comercial cubierta, con ropa, electrónica, juguetes, comida, etc.).

-Gran Hotel Bali: 186 metros de alto, 52 pisos, impresionantes vistas de 360 grados. Hay un mirador al que se puede subir en ascensor pagando 6€. En su momento fue el hotel más alto de Europa pero es que Benidorm es la ciudad con más rascacielos de España, por si no los sabíais.

-Tossal de la Cala: al final de Poniente, hay un asentamiento ibérico tardío, con una pequeña ermita y un mirador.

-Parques: Elx, L’Aigüera (diseñado por Ricardo Bofill, alberga la Casa Consistorial, el Auditorio de Julio Iglesias)

-Cable ski en la Playa de Levante, Parques de aventura como Terra Mítica, Aqualandia, Mundomar

-Zona de copas: C/Gerona, Plaza del Castillo, Playa de Levante, Zona guiri (El Rincon del Loix: C/Lepanto, C/Mallorca, C/Ibiza), terraza del Hotel Canfali

-Excursiones cercanas: Guadalest, Altea, Calpe, Villajoyosa (industria chocolatera como Valor y gastronomía pesquera, casas colgadas de colores), Benissa (arroces, putxero, cocido de pulpo), Fuentes del Algar, Isla de los periodistas (con un bonito fondo marino)

RESTAURANTES

-Paella: J.Manu, Bar Mal Pas, Marisquería Córdoba, Son de Mar, Punto de sal, Aitona, Amigos Bistro, Ulía, La Falúa, Restaurante Hotel Nadal, Restaurante panorámico Belvedere, Rice, El Pescaito (paella y pescado), Los Molinos (fuera de zona turística)

-Tapas: The Zodiac Bar, bares de la C/Sto Domingo, Zona de los vascos en Paseo de la Carretera y alrededores (La Cava Aragonesa, Pintxos Aurrea, La Brasería, Atxuri), Viandas de Salamanca, Calle Alameda para tomar algo en sus bares

-La Mejillonera (especializado en mejillones, pero también tienen arroces, barato), XOXO para hamburguesas, Crepes de Liberty Bennireggae, ChicoCalla (moderno, más de 40 vinos por copa), El Mesón, La Fava, Las Gaviotas (pescado frito), UPtown (hamburguesas caseras gourmet), Duomo (italo-español), Localolita foodtruck, D-vora Gastrobar con bonitas vistas, Vinoteca LA Despensa, Restaurante Peter en Finestrat

-Cervecería l’Abadía (más de 100 referencias), chiringuto Tiki beach

Continuamos ruta, como dije, hasta Murcia capital, en donde había reservado la noche anterior una habitación en el Hotel Casa Emilio a través de Booking (40€ sin desayuno). El recepcionista, muy majo, nos dejó aparcar en uno de los vados del hotel toda la noche, pues apenas había alojados. Dejamos las maletas en el cuarto y nos dirigimos rápidamente al Casino de Murcia antes de que cerrase (los domingos es gratis de 19 a 21 así que no pagamos nada).

Es un edificio precioso que merece la pena visitar, nos encantó. A través de unos códigos QR que había en cada sala escuchamos con nuestro móvil las explicaciones de las 12 preciosas habitaciones que lo conforman. La visita no dura mucho y no se hace en absoluto pesada, muy recomendable.

Al salir dimos una vuelta por la Plaza de Santo Domingo, el Teatro Romea, el Kilómetro Cero (de peregrinación a Caravaca), y todas las callejuelas del centro. Tomamos un par de cañas y un par de pastelitos de carne en Zaher, local famoso donde sirven esta rica especialidad de la ciudad (hojaldre relleno de carne o carne con sesos). Son contundentes y muy grandes, quizás deberíamos de haber compartido uno, pagando 11€ por todo.

A continuación nos sentamos en un local de la Plaza de las Flores llamado Mesón de Murcia donde pedimos:

-Una Marinera (pincho estrella de Murcia: un pico con ensaladilla y anchoa)
-Dos caballitos: gamba rebozada y frita
-Un tomate partido con anchoas

Para beber una caña y un agua con gas, pagando por todo 21’2€. Tras la cena nos volvimos al hotel caminando, dando un paseo por la bonita ciudad, y sin querer nos topamos con parte de la antigua muralla, el Mercado de las Verónicas, el Puente de los Peligros, etc.

👉 Ver Etapa: Diario de Levante, día 4: Benidorm y Murcia ⏫ Volver arriba Compartir:

Salimos del Hotel Casa Emilio cuando estuvimos listos, con la suerte de que pudimos dejar el coche en el vado todo el día, y atravesamos el Puente de los Peligros para entrar en el Casco Histórico. La verdad es que la situación del hotel es muy buena, pues no está en pleno centro de callejuelas estrechas, pero está al otro lado del río, donde es más fácil aparcar. Primero visitamos el Mercado de las Verónicas pero al ser lunes no había pescado así que muchos puestos estaban cerrados.

Nos acercamos al Monasterio de Santa Clara con el objetivo de visitar su Museo pero resulta que cierra los lunes así que no pudimos verlo. Nos acercamos entonces a la Farmacia Ruiz Seiquer, famosa por su parte antigua de madera (muy bonita) y luego tomamos un café y un refresco en la Plaza de Santo Domingo, concretamente en Sirvent (3’5€).

A continuación nos dimos una vuelta por la Universidad, que dispone de un precioso claustro, y la Catedral, pues al estar en misa pudimos entrar. Admiramos sus altos techos, el órgano y la espectacular Capilla de los Vélez.

A las 13 horas habíamos quedado con mi amiga Inma en el Mercado de Correos para tomar algo; se trata de una antigua oficina de Correos en la que hay varios ambientes y puestos de comida y bebida, con mesas en el centro para sentarse y degustar las viandas escogidas. Como llegamos un poco antes de la hora pedimos un vermú y un espumoso. Matías fue nuestro camarero, otro friki del vino, por lo que conectamos enseguida y nos dio varias recomendaciones de vinos y restaurantes de la zona. Al poco llegó Inma, a la que hacía bastantes años que no veía, así que estuvimos de charla un buen rato. Finalmente pedimos dos vermús, dos espumosos, un amontillado y una ración de pulpo, pagando 31’4€ por todo.

Inma quiso llevarnos a comer a un chiringo que está justo delante del Monasterio de Santa Clara pero también estaba cerrado, se ve que los lunes son mal día para hacer turismo en Murcia capital. Acabamos sentándonos en la terraza de un local que estaba al lado justo del Museo, llamado La Alacena. Al entregarnos la carta el camarero nos advirtió que se habían quedado sin varias cosas así que finalmente pedimos:

-Tres marineras
-Mojamas
-Tres croquetas
-Dos bocatas de solomillo con foie para Pelayo y para mi (no hay foto)
-Tartar de atún para Inma (no hay foto)
-Postre de oreo

Hacía un calor terrible, a pesar de estar debajo de un gran parasol. Pedimos para beber varias cañas, agua y cafés pero no sé cuanto fue la cuenta final, pues nos invitó Inma. Tras la comida nos despedimos de ella y nos fuimos al Casino de Murcia, pues se celebraba durante esos días una Experiencia Verema, evento del cual nos advirtió Matías, del Mercado de Correos. Había que anotarse previamente por Internet para poder entrar y además si querías participar en alguna de las catas así que hicimos el trámite desde el teléfono. Cuando llegamos resulta que había stands en las dos plantas del Casino con bodegas principalmente de Murcia, pero también de otras regiones, y conseguimos plaza par la cata de las 17 horas, de vinos de la DO Yecla.

Primero participamos en la cata, dirigida por Cristina Tierno, de la agencia Efecto Directo, a la que vinieron Pedro, el enólogo de La Purísima, Sira, la Directora Comercial de Bodegas Barahonda y uno de los dueños de Bodegas Castaño. Nos regalaron además a todos los participantes una bolsa de tela con una libreta, un servidor de vino, boli, etc, con la publicidad de Yecla, un bonito detalle.

Esta DO, creada en 1975, es la única de España formada por tierras que se encuentran en un sólo municipio, que además le da el nombre, Yecla. Se exporta sobre un 95% de la producción a más de 40 países de todo el mundo. La zona se encuentra entre los 535-800 metros, con pluviometría media de 300mm/año, más de 3300 horas de sol al año, con inviernos fríos y veranos calurosos (clima mediterráneo continentalizado). La oscilación térmica es de unos 20ºC, diferencia que ayuda a alcanzar una maduración de uva óptima. Los suelos presentan arcilla, arena y granito, con baja cantidad de materia orgánica pero adecuada permeabilidad, en pendiente.

Conocida principalmente por los tintos elaborados con la variedad Monastrell, pues el 82% de os cultivos son de esta variedad, que se considera autóctona (y que, por cierto, consideran que desarrolla su potencial a partir de 13 grados).Entre las variedades más utilizadas, además de Monastrell, se encuentran la Cabernet Sauvignon, la Syrah, la Merlot, la Garnacha Tintorera, la Garnacha Tinta y la Petit Verdot; entre las blancas más utilizadas están la Macabeo/Viura, la Chardonnay, la Sauvignon Blanc, la Verdejo, la Malvasía, la Moscatel de grano menudo, la Merseguera y la Airén. En la zona hay más de 4500Ha, con unos cuatrocientos viticultores y nueve bodegas amparadas por la DO Yecla: Bodegas La Purísima, Bodegas Familia Castaño, Bodegas Antonio Candela e Hijos, Bodega Conde de Montornés, Bodegas y Viñedos Evine, Bodegas Sociedad Agrícola Viña Vista, Bodegas Barahonda, Bodegas Casa Boquera y Viñedos Casa de las Especias.

Se elaboran vinos rosados, principalmente con Monastrell, cuya fermentación se hace sin hollejo; al parecer alcanzan buena intensidad aromática, acidez y frescura; me llamó la atención que Cristina dijo que eran ideales para acompañar platos que llevasen tomate (una de las cosas de comer que más me gustan). Otra opción son los vinos dulces y de licor, estos últimos fortificados con aguardiente vínico.

1.Old Hands blanco 2020: vino blanco, 100% Sauvignon Blanc, cultivado en terreno arenoso, elaborado por Bodegas Purísima. Envejecido con lías para obtener mayor volumen en boca.

2.Filarmonía 2020: vino tinto elaborado con Monastrell, Syrah y Merlot que crecen en suelo limo-arenoso. La primera variedad lleva una crianza de cuatro meses en barrica de roble francés (80%) y americano (20%), de Bodegas Purísima. Mezclan parcelas a distintas alturas con el fin de aportar frescura.

3.Hécula 2019: vino tinto, 100% Monastrell criada en vaso y de más de 50 años de edad media que crece a 750 metros de altitud en suelo calizo, con crianza de seis meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), de Bodegas Castaño.

4.Barahonda organic 2018: vino tinto elaborado con Monastrell y Syrah que crece en suelo principalmente calizo, con crianza de seis meses en barricas de 500 litros de roble francés, de Bodegas Barahonda.

5.El Bicho Raro 2018: vino tinto elaborado con Tintorera, Syrah y Monastrell, con 12 meses de crianza en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), de Bodegas Barahonda.

6.Barahonda Summum 2018: vino tinto, 100% Monastrell, con fermentación maloláctica en madera y posterior crianza de dieciséis meses en barricas nuevas de roble americano (90%) y francés (10%), de Bodegas Barahonda.

7.Casa Cisca 2015: vino tinto, 100% Monastrell que crece en vaso y cuenta con una edad media de más de 100 años, a 700 metros de altitud en suelo arenoso y pedregoso, con dieciséis meses de crianza en barrica de roble americano (70%) y francés (30%), de Bodegas Castaño.

8.Enesencia 2020: vino dulce natural (vendimia tardía), 100% Monastrell de más de 25 años de edad media a 850 metros de altitud y suelo arenoso, con crianza de cuatro meses en barrica de roble francés, 126gr/litro de azúcar residual y 13º (la fermentación se para con frío), de Bodegas Purísima. No se elabora todos los años, pues la uva no siempre llega a Octubre en buenas condiciones.

9.Castaño Dulce 2016: vino dulce, 100% Monastrell en vaso de más de 35 años de edad media a 750 metros de altitud, con crianza de seis meses en barricas usadas de roble, 180gr/litro de azúcar residual y 16º, de Bodegas Castaño.

Tras la interesante cata pasamos para la zona de los stands, donde probamos referencias de:

–Bodegas Hispano-Suizas, de Utiel: probamos tres espumosos, Tantum Ergo (uno a base de Pinot Noir, otro a base de Chardonnay y Pinot Noir y el tercero Vintage 16), y un Albariño
-Bodegas La Purísima
-Bodegas Barahonda
-Península Viticultores
-Bodegas Fos

Sobre las 21 horas salimos del Casino y pasamos de casualidad por delante de Bonache, la otra famosa pastelería que elabora pastelitos de carne, así que pedí uno para comparar: he de decir que me gustó mucho mucho más el de Bonache.

Cogimos el coche y pusimos rumbo al Parador de Lorca, donde habíamos reservado tres noches mediante una oferta de verano de 3×2, no llegando hasta las 22:30. El edificio, que se encuentra en lo alto de una colina, con estupendas vistas, es precioso tanto por dentro como por fuera. En la recepción nos entregaron las llaves del cuarto y avisaron al comedor para que nos sirviesen la cena. Estos fueron los platos que pedimos:

-Media tabla de quesos y media de chacinas lorquinas
-Salmorejo sobre ensalada de quinoa y salazones para mí
-Cordero segureño guisado con ciruelas para Pelayo, receta de origen sefardí

Pedimos para beber una caña, un agua con gas, una copa de tinto y un café, pagando por todo 62€. La verdad es que estaba todo muy rico. Volvimos a nuestra estupenda habitación, admirando el espectacular edificio, y a dormir.

Una vez abandonada Murcia Capital, paso a relatar lo que quedó pendiente para otra vez:

VISITAS
-Museo del Convento de Santa Clara

-Parque de Floridablanca (datando de 1849, es considerado el primer espacio verde público de España; cuenta con numerosos árboles centenarios), Jardín El Malecón (jardín botánico) y jardín chino

-Recorrer el paseo por el Río Segura y cruzar el Puente Materola/Pasarela del Malecón (pasarela atirantada de acero diseñada por Javier Manterola)

-Atravesar los puentes de Calatrava: Puente del Hospital y Pasarela Jorge Manrique

-Ruta Street Art: existe incluso una oficina municipal del grafiti (rostro de Salvador Dalí de Kobre)

-Mirador Quitapesares, desde donde hay vistas de la ciudad y la huerta murciana

-Cristo de Monteagudo: en lo alto de una colina, con 14 metros de altura, donde también hay restos de un castillo; no se permite el acceso

GASTRONOMÍA

-Confitería Roses

-Churra (Juanjo, recomendación de Juanlu), La Tienda de Susana (imita a una tienda de ultramarinos de los años 50 que había en el lugar, para croquetas de cocido), Salzillo (pisto, paparajotes), Los Navarros, Restaurante Real Casino, La Pequeña (Miguel, recomendación de Juanlu) , Puerta de Murcia, Rincón de Pepe, Cucú, La Barra de Juan, la Tapeoteca, Mibarra, Torremolios, La Fragua de Vulcano (en unos antiguos baños árabes), Pura Cepa (Juan Francisco, recomendación de Juanlu), La Bien Pagá (recomendación de Matías).

👉 Ver Etapa: Diario de Levante, día 5: Murcia ⏫ Volver arriba Compartir:

Nos levantamos a las 9 y bajamos al comedor del Parador de Lorca a desayunar: fruta, dulces, embutidos, zumos, y un largo etc para repetir y repetir. El edificio nos pareció aún más bonito de día, rodeado de restos arqueológicos (todavía en investigación) y dentro del recinto del Castillo de Lorca; de hecho desde el comedor se puede ver una parte de los restos excavados a través de una cristalera. Hay una sinagoga del siglo XV, un aljibe, restos de la muralla, varias torres y más construcciones pero no pudimos visitarlas al estar cerradas por el COVID. Desde la terraza del Parador hay estupendas vistas del Valle del río Guadalentín.

Tras el desayuno nos dirigimos a Cartagena, dejando al llegar el coche en un parking gratuito que se encuentra en el número 2 de la Calle Ribera de San Javier. Caminamos hasta el centro de la ciudad donde nos topamos con el Teatro Romano pero no fuimos capaces de encontrar la entrada y es que está a bastantes metros, al lado del Ayuntamiento: al parecer se entra por un túnel subterráneo (había tanta cola que al final desistimos de visitarlo). El teatro fue construido entre los años 5 y 1 a.C. cuando la ciudad era Carthago Nova, con capacidad para unos siete mil espectadores.

Alrededor del yacimiento hay varias fotos y explicaciones muy interesantes que relatan cómo se iniciaron las excavaciones en 1988 y no remataron hasta 2003, encontrando una compleja superposición de estructuras y épocas. Al parecer estuvo en uso hasta el siglo III y fueron construyéndose edificaciones, entre ellas la Catedral, que acabaron dejando sepultado al teatro. No podían imaginar la grandiosidad romana que iban a descubrir.

Vimos el Ayuntamiento y alrededores, que es una zona realmente preciosa, justo enfrente del puerto. Allí hay una enorme estatua de un hombre, en honor a las víctimas del terrorismo, o la cola de ballena, que hace alusión a Cabo Tiñoso y Cabo de Palos, zona de paso de las migraciones de estos grandes animales. Entramos en la estancia del Museo Naval donde se encuentra el famoso submarino del Teniente de Navío de la Armada Española Isaac Peral (entrada: la voluntad, recomendando 3€/persona), que es un edificio anexo. Además del submarino diseñado por Peral hay una exposición muy interesante sobre la vida del ingeniero, construcción del submarino, vida en el interior, otros submarinos famosos, colección de maquetas de barcos y submarinos, etc.

Se trata del primer navío de propulsión eléctrica, uno de los hisos en la historia de la navegación mundial. Isaac, nacido en Cartagena en 1851, recibió una educación militar y científica que se dedicó a investigar diversos campos, entre ellos la electricidad y la ingeniería. Inicialmente el proyecto de Isaac, un submarino torpedero, fue apoyado por el Ministro de Marina y la Reina Regenta María Cristina, consiguiendo la botadura del mismo en 1888.

A pesar de que las pruebas fueron un éxito, el nuevo Ministro de Marina detuvo el proyecto, Isaac abandonó la Armada y el submarino quedó abandonado durante años. En 1929 se recupera y se expone en el paseo marítimo de Cartagena. Con el paso de los años se fue deteriorando por la acción de a sal, humedad, contaminación, etc., por lo que se restauró y se trasladó al Museo para exhibirlo a cubierto. Al lado se encuentra el primer torpedo lanzado en inmersión de la historia, que tuvo lugar en Cádiz en 1890 por Isaac. Según el almirante norteamericano George Dewey, la guerra de 1898, tras la cual se perdieron las últimas colonias españolas, hubiese sido muy diferente si España hubiese utilizado submarinos.

Tras la interesante visita nos sentamos en una de las agradables terrazas de la Calle Mayor (Bar Columbus): una caña y un agua con gas (6€). Allí decidimos dónde ir a comer, decantándonos por Bodega La Fuente, un local tradicional que sirve un montón de pinchos pero la especialidad son las anchoas. Tienen una serie de ofertas que incluye bebida y pincho por 2’2-2’7€, dependiendo de la composición de este último. Esto fue lo que pedimos:

-Plato de lomo de cazón
-Plato de anchoas
-Pinchos variados con bebida

Pagamos por todo 35’8€ y la verdad es que estaba todo buenísimo, sobre todo el cazón y las anchoas. Por cierto, había una chica limpiando anchoas en el propio local, a la vista de los clientes, todo un arte. Caminamos de vuelta al parking para recoger el coche y nos dirigimos a la Batería de Castillitos, en Cabo Tiñoso; ya os aviso que la carretera es muy estrecha, virada y está falta de mantenimiento (buenos agujeros). La batería fue construida en 1930 para dar defensa a la Base Naval de Cartagena y hoy en día está en estado de abandono; Aún así el lugar tiene mucho encanto y es ideal para ir con niños e investigar las numerosas edificaciones con túneles, cañones, estancias, fosos, bóvedas, barrotes, pasillos, etc. Al parecer fue declarada Bien de Interés Cultural.

Construida bajo las órdenes de Primo de Rivera como parte de un plan de defensa, fue dotada de dos cañones de costa que todavía se pueden ver y que en su momento eran lo más avanzado que existía (y que según la Wikipedia eran capaces de disparar proyectiles de casi una tonelada a 35 km). Estuvo en servicio hasta 1994, momento en que comenzó el deterioro hasta que se restauró en 2009. Tiene pinta de castillo medieval, mimetizándose muy bien con el entorno.

Volvimos a hotel y nos dimos un baño en la bonita piscina, que cierra a as 20:30 (llegamos justos, de hecho). Después de la ducha nos dirigimos en coche hasta el centro de Lorca, aparcando en un parking privado que hay al lado del Ayuntamiento (3’45€). Lorca es conocida como la «Ciudad de los cien escudos» por sus fachadas y pasado noble. Dimos una vuelta por el casco y nos sentamos a tomar algo en una terraza en plena Plaza de España: agua con gas y cerveza (2’75€).

Buscamos un local para cenar, decantándonos por Museo de los Musso, que resultó ser un agradable local regentado por una encantadora familia, que nos atendió de maravilla. Esto fue lo que pedimos:

-Berenjena frita
-Pulpo frito
-Entrecot
-Postre de la casa: tarta de queso en la base y tocinillo del cielo en la parte alta

Tengo que decir que estaba todo riquísimo y las raciones eran gigantes, además nos quedamos un buen rato de charla con la encantadora familia. Pedimos para beber tres copas de vino, una agua con gas y un café, pagando por todo 52’3€.. Volvimos al Parador a dormir.

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