Visitas a lugares olvidados o desconocidos de Madrid y anécdotas poco conocidas de aquellos lugares más visitados. Iré creando etapas según vaya visitando sitios nuevos. Autor:CharucagFecha creación:⭐ Puntos: 4.9 (31 Votos)
[size=18]Situación: C/ Alcalá 237
Metro: Ventas, línea 2
Madrid ha sido siempre una ciudad con gran tradición taurina y más en una época en que pocas distracciones había: verbenas, bailes y toros, poco más.
La antigua plaza de toros, construida en 1874, se situaba en los terrenos donde hoy se levanta el Palacio de los Deportes y su limitado aforo hacía que fueran pocos lo que podían acceder y que el precio de las entradas fuera muy caro.
A principio del siglo XX el torero Joselito propuso la construcción de una nueva plaza mucho mayor que la ya existente, o monumental, que eliminara ambos inconvenientes. En 1918 la Diputación Provincial asume el proyecto y decide encargar el diseño y construcción de la nueva plaza a D. José Espeliú, gran amigo de Joselito.
La familia Jardón cede unos terrenos situados en La Venta del Espíritu Santo a la Diputación a cambio de la explotación comercial de la plaza durante 50 años, oferta que es aceptada por la Diputación y se inicia la construcción de la misma en 1922.
El 17 de junio de 1931 se inaugura la plaza con una corrida benéfica a favor de los obreros sin trabajo, presidida por el Alcalde y un numeroso plantel de maestros. Los ganaderos ofrecieron las reses gratis y fueron muchos los toreros que actuaron de forma desinteresada.
El follón que se armó fue tan monumental como la plaza. Los terrenos en los que se asentaba la misma estaban situados junto al Arroyo Abroñigal, zona de desmonte y chabolismo. Al mismo tiempo era el camino utilizado para acceder al cementerio cercano y allí se juntaron vivos y muertos en unas calles estrechas, en absoluto preparadas para la que se armó. Los coches y tranvías quedaron atascados y muchos diestros no pudieron llegar a tiempo, excepto Bejarano y Bienvenida que, más listos que los otros, decidieron bajar a pie desde la cercana plaza de Manuel Becerra.
Fue tal el alboroto que, después de esto, la plaza quedó cerrada durante otros tres años en lo que se terminaron las obras de desescombro y acondicionamiento de la zona y de los accesos.
Por fin se procede a la inauguración real de la plaza, acontecimiento que se produce el 21 de octubre de 1934, con un cartel formado por los maestros Belmonte, Lalanda y Cagancho. Desgraciadamente su arquitecto no pudo asistir a la inauguración pues había fallecido con anterioridad.
Los madrileños ni siquiera pudieron gozar un par de años de este monumental coso pues la Guerra Civil interrumpió los festejos. Durante este periodo el interior de la plaza se convirtió en una enorme huerta.
La plaza está construida en estilo neomudejar. El edificio consta de 4 pisos y 5 pabellones o torres. Cada piso está recorrido por una galería circular que da acceso a las diferentes localidades y puede recorrerse la plaza en su totalidad excepto en la planta baja pues en ella están situados los corrales que se ubican entre los tendidos 2 y 3.
Nos encontramos con la plaza de toros más grande de España y la tercera en tamaño en el mundo, después de la de Méjico DF y la de Valencia en Venezuela. Sin embargo, su coso, con un diámetro superior a los 60m. es mayor que el de ambas ciudades.
Toda ella está decorada con azulejos y con ventanas que recuerdan el estilo nazarí. La decoración se debe al arquitecto Manuel Muñoz Monasterio, a quien se debe la construcción del Estadio Bernabeu, el Sánchez Pijuan y otras muchas otras obras arquitectónicas.
En la actualidad el edificio pertenece a la Comunidad de Madrid y se utiliza no solo como plaza de toros sino también para todo tipo de representaciones culturales, desde conciertos de artistas conocidos, hasta torneos de tenis pasando por representaciones de grandes óperas.
Y ya que estamos en esta zona podemos aprovechar para hacer un pequeño recorrido por los alrededores y ver algunos edificios interesantes.
Podemos subir por la calle Alcalá en dirección a Manuel Becerra y entrar por la calle Cardenal Beluga. En esta calle nos encontramos con este precioso edificio y junto a él otros dos que tienen toda la pinta de ser antiguas fábricas reconvertidas en viviendas.
Un poco más adelante nos cruzamos con la calle Londres y esta calle merece la pena recorrerla en toda su extensión pues es muy cortita y en ella quedan varios de esos antiguos hotelitos de dos alturas con un pequeño jardín, algunos muy bien conservados.
Siguiendo la calle Cardenal Beluga llegamos hasta la Avenida de los Toreros donde se encuentra el colegio Fundación Caldeiro, edificio construido entre 1904 y 1906 y cuya construcción se debe al notario D. Manuel Caldeiro que quiso levantar un internado para la educación moderna de los muchachos.
Hoy en día es un colegio regentado por religiosos.
Y por último regresamos a la calle de Alcalá y cruzando la calle nos adentramos por la calle Bocángel hasta llegar al Colegio Santa Susana y la actual Parroquia de San Patricio. Este edificio data de 1889 y se levantó gracias a la generosidad de Dª Susana Benítez de Lugo que quiso ofrecer a las niñas y jóvenes de esta depauperada zona de Las Ventas del Espíritu Santo una oportunidad de formación de la que carecían hasta entonces.
Otra de las joyas poco conocidas que esconde esta ciudad nuestra. El museo pertenece al Ministerio de Cultura por donación de la esposa y en él podemos contemplar la vivienda y su mobiliario, el taller y una amplia colección de cuadros del pintor.
Se encuentra en la calle del General Martínez Campos, en el número 37.
Para llegar podemos ir en metro, línea 1 (Iglesia), línea 5 (Rubén Darío) y líneas 7 y 10 (Gregorio Marañón). También podemos llegar en bus, líneas 5, 7, 14, 16, 27, 40, 45, 61, 147 y 150. Por último advertir que es zona de ORA y que en los alrededores hay dos aparcamientos públicos de pago.
El horario es bastante amplio, de lunes a sábado de 9,30 a 20 horas ininterrumpidamente, domingos y festivos solo abre por la mañana de 10 a 15 horas. Cierra los lunes y ciertos días señalados que pueden consultarse en la página web.
Sorolla nació en Valencia en 1863 y estudio Bellas Artes en esta misma ciudad. Gracias a una beca estudió en Roma y París y en 1887 se instala en Asís como discípulo de José Benlliure. En la exposición universal de París de 1889 Sorolla se encuentra con la pintura nórdica y su particular tratamiento de la luz que abre un mundo nuevo al artista. En 1990 consigue el Gran Premio de España y Portugal en esta exposición y se abre la etapa más brillante de Sorolla, exponiendo en París, Berlín, Colonia, Nueva York,… con gran éxito en todos ellos.
En 1888 se casa con Clotilde García del Castillo con quien tuvo 3 hijos, un varón, Joaquín, y dos niñas: Clotilde y Elena. En 1920 sufre una hemiplejía de la que nunca llega a recuperarse y fallece tres años después en Cercedilla. Posteriormente, su esposa, dona al estado la casa y todo su contenido a fin de establecer un museo dedicado a su esposo. Su primer director fue su hijo Joaquín quien también dona al estado nuevos fondos pues nunca se casó y murió sin descendencia.
La Casa
El museo se ubica en la que fue vivienda del pintor y su familia, edificio construido entre 1910 y 1911 siguiendo las ideas del propio pintor hasta el punto de que los jardines fueron diseñados por él.
El conjunto consta de dos edificios diferenciados y adosados: la vivienda y el taller que comparten un patio interior de estilo cordobés y todo ello rodeado por un jardín que es en realidad 3 jardines diferentes como podemos apreciar en el plano.
Desde la calle se accede al jardín sevillano, inspirado en los Reales Alcázares de Sevilla y desde este jardín se entra en la casa después de subir una pequeña escalera que nos adentra en un atrio porticado. Sin embargo la visita no sigue este camino sino que nos dirige hacia los jardines y nos hace entrar directamente al taller del artista.
El visitante accedía a la casa desde este atrio y al traspasar la puerta se encontraba con un pequeño recibidor amueblado con un precioso banco de alto respaldo (banco de coro de dos plazas, del siglo XVII) y del que parte la escalera que nos conduce a la gran sala de estar con su hermosa rotonda.
Desde esta sala se accede al resto de la casa: la parte privada y el taller del artista.
Antes de entrar a la sala hay una puerta que nos conduce a una pequeña sala decorada con azulejos y que contiene varios bargueños y desde esta podemos acceder al comedor. En esta salita se expone un humilde mantel bordado con motivos “salmantinos”, bordado que está casi perdido en nuestros días.
El comedor es una preciosidad con sus muros decorados con una guirnalda de flores, hojas y frutas pintada con mimo por el propio Sorolla sin que falte en ella una representación de las damas que la cuelgan. Tanto el comedor como la salita adyacente abren sus ventanas al atrio porticado.
La sala de estar tiene amplios ventanales que dan al patio cordobés y toda una pared redonda y acristalada que forma la rotonda y abre sus ventanas al tercer jardín y que, en verano, permitía que entrase el sonido de la fuente que se encuentra a los pies de la rotonda. En esta sala se encuentra una preciosa lámpara Tifanny, comprada en Nueva York por el artista y que tiene una hermana menor en el comedor.
En la pared del fondo de esta sala hay un hueco que da acceso a un pasillo del que parte la escalera que sube hasta los dormitorios y que expone en sus paredes una hermosa colección de aguabenditeros de cerámica. Sobre un mueble se expone una imagen de la Virgen del siglo XVI.
Y, por último, desde esta sala y frente a la puerta por la que hemos entrado hay un corto pasillo que nos introduce en el taller del artista.
El Taller
El taller está situado en un edificio separado, de una sola altura y que tiene acceso propio al jardín. Consta de un taller y dos salas anexas, una de las cuales hacía las veces de despacho.
El taller es una sala inmensa a la que le entra la luz por todos lados. Una enorme claraboya permite el paso de la luz directa del cielo y varios ventanales permiten el acceso de la luz desde el patio cordobés. Existía otra ventana que permitía la entrada de la luz desde la pared de enfrente pero se tapió en los años 30, aunque no he conseguido averiguar la razón.
Este taller permitía al artista ejercer su profesión en cualquier época del año con independencia del tiempo que hiciera. Aquí pasaba la mayor parte de su tiempo y la estancia está llena de objetos que le eran queridos: recuerdos de viajes, libros, cerámicas, esculturas, etc. Son impresionantes los faroles moros que cuelgan del techo
Y en esta sala se encuentra una cama que usaba el artista para darse un pequeño descanso y que en el museo llaman “turca” no porque obedezca a lo que se entiende por cama turca sino porque su decoración recuerda a ese estilo.
En esta sala siempre colgaron muchos de sus cuadros y se ha conservado todo tal cual lo dejó el artista.
Junto al taller estaba su despacho que era a la vez sala de exposición, donde el artista colgaba los cuadros que en ese momento tenía a la venta. La otra sala eran una especie de almacén para los marcos, telas, etc. Hoy esta es la sala 1 del museo y en ella se expone cuadros de la familia del pintor.
Los jardines
La zona de jardín está subdividido en tres jardines diferentes separados por pequeños escalones, el primero de inspiración sevillana, exactamente se inspira en los jardines de Los Reales Alcázares de Sevilla. Aquí podemos admirar un hermoso rododendro que nos ofrece sus preciosas flores.
El segundo jardín se inspira en El Generalife, con una preciosa fuente a ras de suelo y surtidores de agua a los lados que vierten sus chorros en una alberca estrecha y larga.
Y por último el tercer jardín que combina una pérgola de estilo italiano con una alberca sevillana situada al pie de la rotonda y presidida por un conjunto escultórico denominado “Fuente de las confidencias”, obra del escultor Marco Diaz Pintado.
En los jardines se exponen columnas que provienen de yacimientos arqueológicos, fuentes, escudos, etc. Las esculturas en bronce que coronan alguna de estas columnas son reproducciones de otras encontradas en Pompeya.
Al fondo de este tercer jardín se encuentran las salas dedicadas a taquilla, tienda, consigna y parte del patico cordobés que ha sido cerrado con cristales y hoy alberga una exposición de muebles y cerámica. Al fondo está la sala dedicada a sus dibujos y que ocupa el espacio de la antigua cocina.
Por último comentar que en el museo se exponen dibujos y cuadros de Sorolla pero también una gran variedad de esculturas muchas de ellas de Benlliure y de su hija Elena pero también hay obras de Rodin y otros artistas contemporáneos de Sorolla y tallas antiguas así como mobiliario de gran calidad como bargueños, aparadores, lámparas, braseros, etc. De igual modo son muy interesantes las colecciones de cerámica, benditeros, joyas, etc.
Hoy os propongo una visita diferente, completamente fuera de los circuitos habituales: una visita a la Sacramental de San Isidro, el cementerio más antiguo de cuantos podemos encontrar en Madrid.
Ya los romanos enterraban a sus muertos fuera de las ciudades, por una cuestión obvia de higiene. Las tumbas se levantaban en las orillas de los caminos de forma que los más adinerados ocupaban los lugares más cercanos a los mismos y construían grandes monumentos funerarios que hablaban de la ocupación de la familia y daban fe de su riqueza e importancia social.
Con el advenimiento del cristianismo la higiene dio paso al deseo de ser enterrado lo más cerca posible de las reliquias de los santos, en el convencimiento de que cuanto más cerca de ellas fuese enterrado uno, mayor sería la posibilidad de alcanzar el cielo, algo así como que los buenos vecinos hablarían bien de ti a Dios y este se lo acabaría creyendo . Como las reliquias se guardaban bajo el altar de las iglesias, todo el mundo quería ser enterrado en ellas y los más poderosos llegaban a ser enterrados dentro de las mismas iglesias y los menos afortunados se tenían que conformar con ocupar una tumba lo más cerca posible de sus muros.
Los problemas higiénicos que esta costumbre originó se empezaron a notar ya en el siglo XVIII pero en el XIX la situación llegó a extremos tales que en algunas ciudades, como en París, tuvieron que ser abandonadas muchas casas cercanas a las iglesias por las enfermedades y pestilencias que se derivaban de los muchos cuerpos en descomposición, hasta que la necesidad de crear cementerios fuera de las zonas habituadas se hizo urgente.
Madrid no fue ajeno a esta necesidad y en 1811 se efectuó el primer enterramiento en este cementerio de San Isidro, cuyo proyecto se debió a D. José Llorente, arquitecto de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Curiosamente en un principio se iniciaron los enterramientos en nichos pues las familias querían alejar a sus difuntos de la tierra y acercarles lo más posible al cielo. Así, cuanto más rica una familia, mas alto estaba su nicho.
Este cementerio se divide en varios patios, siendo los más antiguos los de San Pedro, San Andrés y San Isidro, levantados a imagen de claustros con nichos y también sepulturas a pie de tierra, propios de los primeros años del siglo XIX.
Mención especial merece el patio de la Purísima Concepción que ofrece un concepto totalmente diferente: un espacio abierto concebido como un gran parque poblado de cipreses y en el que se ofrece dos tipos de sepulturas: los consabidos nichos y parcelas de tierra en donde levantar cada uno el monumento funerario que más se adaptase a los gustos o necesidades de cada familia. Todos ellos se vendían “a perpetuidad” de tal forma que cada uno de estos monumentos es propiedad de la familia que lo levantó hasta el fin de los tiempos y ello ha dado lugar a uno de los problemas más severos de este cementerio: el abandono de estos monumentos aunque alguno de ellos pueda ser una verdadera obra de arte.
La visita que propongo es a este último patio pues es el más accesible y el que guarda las obras más espectaculares.
Este patio fue proyectado en 1850 y obtuvo la oposición frontal de los cofrades por lo que tuvo que rehacerse pero se mantuvo el planteamiento de un gran anfiteatro arbolado y se tuvo presente detalles tales como una red de acequias para canalizar el agua de lluvia y aprovecharla para el riego de los cipreses que adornarían el cementerio.
Panteón de Hombres Ilustres.
Este panteón se erigió en 1887, a iniciativa del Ministerio de Fomento y con la finalidad de ofrecer un homenaje a algunos de las figuras más representativas de diversas áreas de la cultura.
Inicialmente se proyectó como una tumba triple, pues allí se pensaba dar descanso a los restos de Donoso Cortés, Moratín y Meléndez Valdés, todos ellos fallecidos en Francia y cuyos restos se repatriaron. Sin embargo, durante su construcción se tomó la decisión de alojar también los restos de Francisco de Goya. Los artífices de este proyecto fueron el arquitecto Joaquín de la Concha y el escultor Ricardo Bellver.
Panteón de La Gándara
Este panteón guarda la mejor joya de este cementerio: una escultura de un ángel, obra del escultor italiano Giulio Monteverdi.
Habitualmente puede verse desde el exterior a través de la reja que cierra el recinto, pero es posible acceder al interior y contemplar toda su belleza con las visitas guiadas que organiza el cementerio.
Se trata de un conjunto de un ángel sentado junto a un féretro cubierto por un paño, de un realismo tal que cuando lo vi, lo primero que pensé fue ¡vaya, ya lo han tapado y no se puede ver completo!. La impresión de realidad es absoluta.
El ángel merece una mención aparte. De una belleza sublime, una gran delicadeza de formas, una perfección en la realización, la expresión del rostro es de enorme dulzura y melancolía. Y qué decir del detalle con que están esculpidas las alas, cubiertas de pequeñas plumas en las que se pueden apreciar desde el cañón hasta los pequeños pelos. ¡Una maravilla!
En el exterior nos aguardan diferentes esculturas representando a las virtudes, de perfecta factura, cada una de ellas de un escultor diferente y todas ellas de gran calidad.
Panteón Guirao
Este panteón es obra del escultor Agustín Querol y data de 1909.
Se trata de un conjunto escultórico de enorme belleza, tanto en su conjunto como en cada obra individual. Desgraciadamente la obra está realizada en piedra arenisca que es muy poco resistente a las inclemencias del tiempo, así que las obras se van desmoronando poco a poco. Afortunadamente el conjunto más importante está salvaguardado por una de las alas de un ángel, que ofrece un pequeño refugio de la lluvia.
La entrada posterior cuenta con una hermosísima puerta de estilo modernista vigilada por un bello y delicado ángel.
En este caso nos encontramos con 4 cipreses de gran envergadura que forman parte del propio conjunto escultórico y lo enmarcan y que, al ser propiedad privada, no pueden ser podados ni regados por la administración del cementerio.
Panteón de La Fornarina
En este caso nos encontramos ante una simple tumba a pie de suelo pero coronada por una bellísima escultura de Benlliure.
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La Fornarina fue una famosa cupletista de principio del siglo XX. En aquel entonces el cuplé era un arte sensual y con gran carga erótica y las cantantes de cuplé tenían fama de ofrecer sus favores a cambio de regalos. La Fornarina llevó su arte fuera de España y dio a conocer el cuplé en el extranjero. Desgraciadamente contrajo la sífilis y murió con tan solo 30 años.
Panteón Alonso Martínez
Este cementerio merece la pena visitarse no sólo por la calidad de los panteones sino también por la calidad de los hombres y mujeres que en él encuentran descanso.
Panteón de los duques de Denia (Benlliure)
Otra de las joyas del lugar es este panteón cuyo exterior nos recuerda un túmulo y en cuya puerta de entrada podemos admirar dos bajo relieves modernistas muy hermosos
y cuyo interior alberga un maravilloso Cristo en la Cruz. Obra en mármol de gran belleza. Desgraciadamente la escultura sufrió daños durante la Guerra Civil y pueden observarse los estragos causados por las balas.
Panteón de los Marqueses de Amboage
Entre los muchos panteones que pueden admirarse, se encuentra este edificio de estilo neogótico, que sabe aunar la factura clásica gótica con el uso de materiales modernos, como el hierro y la cerámica vidriada. Obra del escultor Arturo Mélida y realizado en 1889.
Este panteón está realizado en estilo neogótico, utilizando todos los recursos arquitectónicos y estéticos propios del gótico: arcos apuntados, bóvedas, vidrieras.
Sin embargo, en su tiempo, esta obra supuso un verdadero escándalo pues no se concebía la utilización del hierro como medio de expresión artística y, menos aún, la unión de este material con otros más nobles como la madera o la piedra. Sin embargo la aguja que corno la torre es de una enorme belleza y se atiene a todos los cánones de la estética gótica.
Por último destacar la utilización de la cerámica vidriada como parte de los recursos ornamentales.
Cristóbal Oudrid fue un conocido músico de mediados del siglo XIX, pianista, director de orquesta y compositor de zarzuela.
Su panteón es curioso por ser una tumba típicamente romántica, imitando un montón de piedras.
Y, además, el cementerio nos ofrece una gran variedad de panteones de gran belleza, muchos de ellos de estilo neo mudéjar, neogótico, romántico, con profusión de esculturas de gran calidad
Y unas vistas excelentes de Madrid
Por último no olvidar que este cementerio se encuentra situado a espaldas de la Ermita de San Isidro, dedicada al patrón de nuestra ciudad. No se trata de un edificio especialmente interesante, pero ya que estamos pues se puede echar una ojeada.
El título de este diario es perfecto. Es sorprendente la cantidad de preciosos rincones que pueden llegar a esconder las ciudades. Te lo dejo estrellado. Gracias por la aportación, charuca.
He pasado ante la puerta de esta iglesia cientos de veces. Siempre me ha llamado la atención con su llamativa fachada. Sin embargo, nunca me había detenido para entrar en ella, la mayor parte de las veces a causa de la prisa.
Tengo que agradecer al autor el reportaje, porque con él por fin he podido verla por dentro. Las fotos y la descripción son muy ilustrativas. Me ha sorprendido, además, el interior, cuya peculiar mezcla de estilos medievalistas tiene muchas más dosis de mudéjar de lo que me esperaba. En él tienen mucha presencia los arcos túmidos, los arabescos, etc, aunque el protagonismo principal sea para los apuntados y las bóvedas nervadas góticas. También me han llamado la atención algunas de las columnas, que a primera vista me parecen más bien bizantinas.
Sin embargo, he decir también que no le veo tanto modernismo al retablo principal, que tiene mucha fantasía, pero una inspiración más bien historicista. En él no domina la inspiración vegetal, ni predomina la forma curva, ni se rompen los convencionalismos para crear formas nuevas. Más bien se recombinan las que ya se conocen con mucha imaginación y un ligero (sólo ligero) toque modernista en algunas zonas. Además, a mí la decoración del templo me parece de un monocromatismo demasiado monótono, a pesar de la impresionante forma en la que éste es roto en la bóveda del crucero.
Es una pena que en este blog no haya más entradas desde 2014.
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Normalmente es un arroyo que llega poco mas que a la rodilla. Pero esta tarde llevaba tanta agua, que si metes un barco te das en la frente con los puentes.
Una fuente sin agua, es como un jardín sin flores.
Que no hagan como con el Templo de Debod, que lo dejaron sin agua para los restos... Con lo fotogénica que era la charca. Este verano creo que vi a la momia pidiendo agua a los turistas.
angiedel Dr. Livingstone 04-03-2013 Mensajes: 9448
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Entiendo que en este caso no seria capaces de hacerlo y más siendo tan mediática. 
