Toscana Mayo´08 ✏️ Blogs de Italia

Teniamos reserva para las 9:50h y era el museo mas alejado de nuestro hotel lo que nos hizo colocar el despertador a las 7:45 muy a nuestro pesar. Debido a la hora no necesitamos hacer uso de la reserva pues no había cola, lo cual nos supuso ahorrar 8 euros que dábamos por perdidos. Imponente obra pictórica en la galería Palatina, desde el medievo hasta el siglo XIX, sala con exposicion de trajes de época, sala de obras en plata entre otras. En la parte posterior estan los jardines de Bóboli para estirar las piernas y dar un paseo entre sombras y árboles. Tras los jardines fuimos a ver las dos iglesias y plazas proximas al Palazzo Pitti, la del Carmen y la del Santo Spirito. A la vuelta parada obligada para observar el Puente Vechio y recorrer los rincones a su alrededor. La comida del domingo la hicimos en otra recomendación del foro, la Tratoria ZÁ-ZÁ en la Piazza del Mercato Centrale, comida abundante, bien preparada, en un local con decoración algo étnica, con paloma en su interior como pseudomascota por el suelo picoteando migas. Alli tomamos el Bistec alle Fiorentina y la Pizza ZÁ-ZÁ con un Chianti recomendado por la casa. Recomendable por calidad precio.
Tras la comida y un rato de paseo por calles inexploradas dimos con la Gelateria VIVOLI, para muchos la mejor de Florencia y por las colas y venta de gelatos bien pudiera serlo. Riquisimossssssssssss, y desde 1,60€ segun tamaño tarrina. Los de 5€ dan para comer un buen rato. Esta situada esta Gelateria en Via dell´Isola della Stincha muy cerca de Piazza della Santa Croce adonde nos dirigimos luego.
Esta parte era la que nos quedaba sin ver agrupando el plano por sectores. Dada la proximidad, la última parte de la tarde la dedicamos a contemplar las vistas de Florencia al anochecer desde San Miniato, preciosa iglesia románica (la única de Florencia creo) que es indispensable visitar, de lo mas bonito de Florencia y además sin cobrar entrada. PRECIOSA
A la vuelta cogimos el bus de la linea 12 a los pies de San Miniato y tras pasar por Piazza Michelangelo en el descenso nos dejó muy cerca de S.M.Novella y del hotel. Por cierto que el conductor se negó a cobrarnos, no sé si es que hay que comprar el billete previamente, no se venden en el bus o simplemente era tarde. Decidimos ir a cenar algo ligerito en una pizzeria cercana al hotel que nos recomendó Federica, el Funiculí, en Via Il Prato. Barato y rápido para ir ligeros a dormir.

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Nos quedaban dos dias por delante y teníamos mas o menos visto Florencia, asi que el lunes que cierran la mayoría de museos en Florencia nos fuimos a ver Siena y San Gimignano. Nos levantamos a tiempo suficiente para llegar a la parada de buses de la calle Via degli Orti Oricellari, a dos calles del hotel 3 minutos antes de que arrancara el bus para Siena directo, por autopista y sin paradas de las 9:30 que nos dejaría 1h y media mas tarde en Piazza San Doménico de Siena. A los pocos pasos de camino al Centro Histórico nos encontramos con la Pasticceria-Café más famosa de Siena- NANNINI, deliciosos pasteles y café recien molido. Está en Via Banchi di Sopra a la izquierda direccion Piazza Il Campo.
Siena es una ciudad muy hermosa, medieval con edificios bien conservados pero que se ve en una mañana salvo mucho interés por conocerla a fondo. Todos sus puntos de interés están a muy pocos pasos de distancia, Duomo, Sta. Maria della Scala, Via di Cittá, Piaza Il Campo, Palazzo Pubblico, Piazza del Mercato.
La comida la hicimos en el restaurante Spadaforte, en la misma Piazza Il Campo 13, mirando al Palazzo a la derecha, pedimos una Ribollita típica sienesa (deliciosa sopa espesa con verduras, fagioli y pan del dia anterior recocido) Inolvidable lo buena que estaba; una Bruschetta Senese, una Insalata Pecorino y una Lasagna todo ello regado por un blanco Vernaccia de San Gimignano. El precio razonable.
Decidimos irnos por la tarde para San Gimignano, pero en lugar de deshacer el camino nos perdimos sin querer por un sitio precioso, un barranco natural que dividía una parte de Siena que fue a dar a la Casa de Santa Caterina, cerca de la parada de los buses. Cogimos el de las 16h para San Gimignano, que tardó hora y media en llegar, al llegar nos recibió la lluvia en un dia que se fue tornando gris a medida que avanzaba.
San Gimignano es un pueblo medieval que en sus mejores tiempos tenía 72 torres de las que conserva 14 en la actualidad, está amurallado y está excelentemente conservado. Merece la pena verlo sin duda, pero en medio dia lo tienes visto tb. El regreso a Florencia se hace via Poggibonsi, a unos 15km de San Gimignano donde hay que hacer trasbordo de bus, nosotros cogimos el último del dia que sale a las 20:34 y no sin cierto miedo por ser el último. Desde Poggibonsi es directo el bus y en menos de 1h estas en Florencia

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Nos levantamos a las 9h, ya sin prisa porque lo principal lo habiamos visto, teníamos todo el dia libre para ver cosas que se nos habian pasado o no dimos importancia a su debido tiempo. Decidimos que sería buen momento para ver el Duomo por dentro, no sabiamos que no cobraban entrada, solo por subir a la cúpula de Bruneleschi; asi como las tumbas de famosos artistas toscanos en la Santa Croce.
Recordamos una trattoria familiar y tipicamente toscana que Federica nos habia dicho uno de los primeros dias, Mario, en Via Rosina 2 justo al lado de la ZÁ-ZÁ. Nada tiene que ver con ésta última, tiene menú del día con 3 primeros a elegir y 3 segundos, compartes mesa con quien te toque que esté comiendo, en mesas de 4 personas. Los camareros van todos uniformados con camisetas con los colores de la Fiorentina. Por unos 15 euros se come.
Hay que tener en cuenta a la hora de buscar sitio para comer que se cobra desde 3€ por servicio hasta 20%.
Compras de rigor a la tarde en unos sitios muy apetecibles, tanto por la mercancía como por la presentación.
La última cena en Florencia nos decantamos por Il Profeta que tb nos trató la vez anterior que fuimos allí y no nos defraudó, tomamos un Risotto al rosso de montalcino y dos tipos de carne de segundo cada uno con su salsa que no recuerdo, pero cada cual mejor. Un gran sabor de boca para la última cena.

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