Viajando ando... en el Sudeste Asiático ✏️ Blogs de Asia Sudeste

Chiang Mai

Lunes 10 de enero de 2011 – En chiang Mai…

Recorrer Chiang Mai es reencontrarse con el budismo tailandés en su máxima expresión. La ciudad de Chiang Mai es la ciudad de los templos, la calma, la oración. Una ciudad hermosa para caminar tranquilo, recorrer disfrutando de tanta historia y sobre todo, de ese clima tan particular de oración que se recrea al entrar a la ciudad amurallada y sus trescientos templos…

Nuestro hotel se ubicaba en un barrio muy tranquilo, con enormes mansiones, muy cerca de la ciudad amurallada, la parte histórica de Chiang Mai, donde está concentrado su atractivo cultural. Fuimos caminando hacia allí para empezar a disfrutar de la religiosidad de Tailandia. En cada templo o escuela (cada escuela tiene su templo), flamea junto con la bandera tailandesa, la bandera del budismo theravada (una bandera amarilla). Todos los hombres tailandeses deben ser monjes por una etapa de su vida y las familias adquieren gran prestigio en ese momento en que se adquiere la toga. Tradicionalmente el tiempo que se pasa en un templo (aquí llamados wat) son tres meses, durante la cuaresma budista (phan saa) que empieza en julio.

En la vida cotidiana, el budismo se mezcla con rituales animista y se les consulta a los monjes para determinar la fecha de una boda o hacer un buen negocio. Las casas de los espíritus (phraa phuum) se construyen en el exterior de los edificios y casas para animar a los espíritus a que vivan cómodos con la familia, pero de manera independiente a ellas. Las casas de los espíritus suelen ser estructuras muy decoradas, que simulan pequeños wat en miniatura, situados sobre un pedestal en los jardines, frente a las casas. A los espíritus se les ofrece comida y bebida a diario y muebles para hacerle más cómoda la vida.

Chiang Mai cuenta con más de trescientos templos, casi como Bangkok que es una ciudad muchísimo más grande. La arquitectura de sus templos es distinta a lo que suele verse en otros lugares de Tailandia, se destacan por su detallado tallado en madera y los coloridos murales que los decoran. Otro detalle peculiar de la región son los enormes paraguas que adornan la parte más alta de los templos, los leones de Singha custodiando la entrada y los chedi (pequeñas pirámides) de base ancha, de influencia birmana.

El Wat Phra Singh es un excelente ejemplo de la arquitectura lama. Edificado en 1345, este wat contiene murales que representan las costumbres lamas. Junto con él, el Wat Chiang Mong es el más antigua ubicado dentro de las murallas, construido por el rey Mengrai, fundador de Chiang Mai en 1296. Tiene dos famosas imágenes de Buda (el buda sila y el buda de cristal) que dicen que tiene el poder de atraer las lluvias.

El Wat Ched Luang contiene las ruinas de una enorme ched (torre) que se hundió durante el terremonoto de 1545. También el Wat yet lop está inspirado de manera algo imperfecta en el templo Mahabodhi de India. Sus siete capiteles representan las siete semanas que se supone que Buda pasó en Bodhaya después de su iluminación. El Wat Siam Dok contiene la imagen de Buda de bronce de 500 años de antigüedad y unos coloridos murales que representan la vida de Buda…

Y la lista de templos podría seguir… caminamos todo el día mirando templos y escuelas budistas que nos transportaban a una época lejana. Era como estar en China, no en India… no… en Tailandia… estábamos en Tailandia!! la verdad que caminar por Chiang Mai cansó bastante pero fue una de las mejores caminatas del viaje. Con tantas imágenes de Buda, cada templo tenía lo suyo, algo que lo hacía especial y diferente.

Volvimos al hostel como a las seis de la tarde, luego de caminar muchas muchas horas desde las nueve de la mañana, apenas paramos para almorzar. Almorzamos en una tratoria italiana impecable (la comida de tailandia es riquísima, pero cada tanto, volver a sentirse cerquita de casa con un buen plato de pasta, no está nada mal). Contratamos la excursión para el día siguiente al campamento de elefantes. Descansamos un rato en el hostel y luego nos fuimos con Simon, un canadiense que también paraba en el hotel.

Fuimos al Bazar Nocturno de Chiang Mai. Supuestamente es un mercado antiquísimo que se encuentra en donde funcionaba la ruta del comercio con china. Hoy, de eso queda poco ya y se ha hecho una gran feria a cielo abierto, con decenas y decenas de negocios que venden los típicos recuerdos de tailandia y algunas especies. Me embolé un poco dando vueltas, lo positivo fue encontrar azafrán que me habían pedido que lleve de vuelta a Buenos Iares!!! Conseguí azafrán en hebras que supuestamente es el mejor.

Volvimos en tuc tuc al hostel… fue una aventura a toda velocidad. Fue el tuc tuc con más onda que tomamos en todo el viaje hasta ahora, tuneado, con luces y música tecno bien fuerte… un loco el flaco que manejaba! En fin, un rato de internet y a descansar… los días de vacaciones están pasando rápido y el cansancio se va acumulando!!

DIA 14 – Martes 11 de enero – Elefantes en Chiang Mai

Verdaderamente este fue un día en el que hicimos de todo…. uno de esos días que quedará para el recuerdo de estas buenas vacaciones.

Empezamos el día desayunando bien temprano y con algunas dudas. Nos tenían que pasar a buscar por el hostel para hacer la excursión al campamento de elefantes pero tardaron bastante. llamamos y estaba todo ok. Mientras tanto conocimos a una pareja de australianos que paraba en el hostel con los que la pasamos muy bien. .. dos payasos eran así que fue muy divertido cruzarlos en este camino. Se querían enganchar en nuestra excursión pero no había mas lugar ya… una pena!

Nuestros compañeros de excursión este día fueron unos yanquis, una ucraniana y el resto nunca supe, eran poco sociables todos… mucho no hablamos. En fin, la primer parada del día fue en un jardín de orquídeas y mariposario… muy bonito para pasar el tiempo, saqué algunas fotos. Les ponen frutas a las mariposas para que se asienten a comer y se las pueda fotografiar… son muy grandes y de unos colores muy llamativos. Dimos algunas vueltas por el orquideario pero la verdad que no era lo que más nos interesaba… queremos ver elefantes! no flores!! jejeje…

Viajamos como una hora más hacia el norte de chiang mai hasta llegar al campamento de elefantes. Ya al acercarnos nos volvíamos locos al ver a esos enormes animales deambular por la ruta. Aquí veríamos el denominado show… un momento en el que sentí muchas contradicciones. El show muestra todas las habilidades que los adiestradores han enseñado a los elefantes. Primero los vimos bañarse con una manguera y en el río, parecían disfrutarlo. Luego al comenzar el show los elefantes se presentan, hacen algunos movimientos de baile…. y muestra un cartel que dice WELCOME con el que desfilan… uno de ellos corrió unos troncos, otro izó la bandera de Tailandia y otros jugaron al futbol. Finalmente un enorme elefante agarró un pincel con su trompa y empezó a dibujar…. no podíamos dejar de admirarnos de tanta destreza pero claro… todo era muy antinatural. Nos sacamos muchas fotos con los elefantes y marchamos en la combi hacia otro predio, cerca de allí. Luego de cruzar un puente colgante llegamos al corral de los elefantes y subimos a una “casa” en un árbol debajo de la cual los elefantes “estacionaban” y te podías subir….

Andar en elefante es una experiencia sumamente fuera de lo común… ¿qué hiciste hoy? nada, anduve en elefante por la selva de tailandia… son esos momentos grosos que te sentís en una experiencia única…. se sarandeaba bastante y cuando caminaba por la ladera de la colina que estaba inclinada, parecía que nos iba a tirar a los dos. Anduvimos en elefante una hora casi, paramos para darle algo de comer (bananas) y el chofer aprovechó para almorzar también.

Luego de dar un lindo paseo con los elefantes, almozarmos con varios grupos más de excursionistas en un restaurant con buffet libre muy bueno… kilos de pad thai comí!! Llego el turno a la tarde del “bamboo rafting” (así escrito parece algo sumamente interesante pero en la práctica fue muy aburrido!!! ) Navegamos por el río que atraviesa todo el campamento con una balsa hecha de cañas de bamboo…. el río era muy tranquilo, la balsa iba bien despacito… estuvo lindo para ver al detalle la naturaleza y la selva de Tailandia… pero adrenalina de rafting, cero!!

Luego anduvimos en un carro con huelles y fuimos hata la aldea de mujeres refugiadas de Birmania, las denominadas “cuello de jirafa”. Según el folclore de sus tribus, arribaron a la zona central de Myanmar (antigua Birmania) hace alrededor de 2.000 años, procedentes del desierto de Gobi, en lo que es ahora la República de Mongolia. Más tarde los birmanos los obligaron a desplazarse a las montañas de Myanmar oriental y hoy, las últimas 12 aldeas de los kayan están situadas en el estado de Kayah, entre la capital, Loikau, y el lago Inle. El mismo término padaung (en birmano) significa “cuello largo”, aunque ellos prefieren su nombre étnico: kayan. Se cree que antiguamente, la finalidad de estos anillos era la protección contra los ataques de los carnívoros, que habitualmente mataban a sus presas mordiendo su garganta. En aquellos tiempos la sociedad padaung era matrilineal y monógama, pero finalmente se convirtió en polígama dada la escasez de individuos, mermados por las guerras. Esto situó a los varones en una especial situación de poder, en la que la fidelidad de las mujeres tenía un importante papel. Así pues, la infidelidad de la cónyuge, era castigada con la retirada de la espiral de anillos de cobre u oro, con la consiguiente incapacidad de sujetar con normalidad la cabeza, ya que los músculos del cuello se habían atrofiado a lo largo de los años. Estas mujeres tendrían que resignarse a vivir recostadas o sujetar la cabeza con sus propias mano

Estos anillos, además de ser un adorno, son indicativos de la posición social de su dueña y en el pasado todas las mujeres lucían oro en sus cuellos. Hoy en día, este peculiar collar consiste en una espiral de cobre, adornada con objetos brillantes, que es limpiada dos veces al día para evitar que el metal produzca heridas en el cuello, además de prevenir la formación de moho en el mismo. Aunque hoy en día aumenta el número de mujeres que no se colocan estos anillos, perdura entre las que lo llevan desde la infancia dada la imposibilidad de retirarlo.

Fue un día muy largo, lleno de actividades. Volvimos al hostel Five Star Bakcpakcer y luego de un rato del ritual de internet fuimos hasta un shopping que habíamos visto cerca de nuestro barrio para dar unas vueltas y comer algo…

Día 15. Miércoles 12 de enero de 2011 – En el Tiger Kingdom de Chiang Mai

Hoy era nuestro último día en Chiang Mai y quedaba mucho por hacer aún. Nos levantamos temprano y dejamos todo listo con las mochilas para partir a la tarde.

Nos fuimos al Tiger Kingdom, un mini zoo donde uno se puede meter en las jaulas con tigres de diferentes tipos y tamaños… Lo primero que hay que hacer es elegir el tamaño del tigre con el que se quiere estar (chico, mediano o grande) y en función de eso pagar la entrada (unos 500 baths promedio). Luego se entra a la jaula y bue… la experiencia es magnífica. Supuestamente los tigres no están dopados pero si no lo están, son muy muy tranquilos!!! Se puede tocar el lomo de los tigres, agarrarles la cola, acostarse encima prácticamente!!! - una experiencia única que dudo repetir!!- fueron unos 10 minutos que estuvimos dentro de la jaula de los tigres grandes, mientras aprovechamos para sacar algunas fotos de los más chiquitos que estaban en otra jaula, jugando.

Fuimos hasta el tiger Kingdom en tuc tuc. El chofer nos llevó luego a ver el show de unas serpientes cobra que la verdad, no me pareció productivo.Con los tigres y elefantes ya era demasiado… el lugar de las cobras era un tugurio en las afueras de la ciudad que además no daba mucha seguridad. 200 baths cobraban por tocar a las cobras… esperé afuera mientras Picu despuntó el vició.

Volvimos a la ciudad de Chiang Mai pero me bajé antes de llegar al hostel para recorrer algunos templos más. Quedaba tiempo para ir a tomar el avión así que aproveché para caminar un rato más. Algunos templos siguieron sumando exotismo y belleza inigualable. Uno de los más raros de esta tanda fue un wat con unos elefantes en su entrada, bellísimamente tallados y otro muy pequeño pero con mil imágenes de buda tallado en sus cuatro posiciones.

La vuelta al hostel se hizo larga. Eran casi 30 cuadras y no quise ir en tuc tuc para despedirme caminando de la ciudad. Nos fuimos al aeropuerto pero cuando llegamos Picu se dio cuenta que se olvidó el celular cargando en la recepción… y tuvo que volver! suerte que el aeropuerto estaba cerca!! Igual llegamos bien a tomar el avión (era de una empresa rara, NOK Air y creo que tardamos mas tiempo esperando en el aeropuerto que lo que duró el vuelo en sí… el destino era la gran ciudad del sudeste: BANGKOK!!

Pablo García
polviajero.com

---

Bangkok

13 de enero de 2011 – Dia 16 del viaje por el sudeste… Bangkok

Bangkok es una de esas ciudades que amé. Definitivamente para mí, la mejor ciudad del sudeste asiático. Tiene todo lo que tiene que tener una ciudad para que sea mi destino favorito (y al que siempre pienso en volver!!!): templos antiquísimos a la sombra de gigantescos centros comerciales, rascacielos altísimos y casas en ruinas, cafés y restos con la cocina de todo el mundo y mercaditos para comer comida local estupenda…Bangkok es una mezcla de pasado, presente y futuro en cada calle, espléndida y asombrosa y con miles de cosas para ver y hacer… en fin, con esta presentación no quedan dudas de que amé mis días en Bangkok.

Llegamos de noche, por lo que no tuvimos mucho tiempo para ver la ciduad. Nos tomamos un bus que sale desde la planta baja del aeropuerto que nos llevó hasta el centro y desde allí un taxi hasta el hotel donde nos íbamos a hospedar… si Bangkok me gustó mucho, el Hotel Rambutrí tuvo mucho que ver con eso!!! lejos, el mejor alojamiento de todas las vacaciones… llegamos a las nueve de la noche (las empleadas del hotel bastante agretas por cierto pero bueno… dejamos las cosas y nos fuimos a caminar por la zona de Kao San Road… la gran calle del sudeste asiático!!)

La mañana comenzó temprano. Al lado del Hotel hay un barcito al cual, además de robarle internet todo el tiempo, nos hicimos habitué de almuerzos y desayunos. Allí empezaban cada uno de nuestros días en Bangkok. Caminamos por la Soi (calle) Rambutri algunas cuadras viendo toooooodos los lugares que había aquí para comer y disfrutar… evidentemente nos iban a faltar días en Bangkok! llegamos luego a Kao San Road, la gran calle del sudeste asiático… una bulliciosa peatonal donde se puede comprar y probar lo que sea…

Anduvimos un largo rato caminando por Kao San… la verdad que Bangkok es una ciudad muy calurosa, como pocas!! La veo distinta a Kuala Lumpur o Singapur, es mucho más asiática, no tan occidental… nos metimos, por ejemplo, en un gran mercado – feria al borde del gran canal… y todo lo que uno imagina de un viaje por Asia lo teníamos delante de nuestros ojos… un mercado repleto de puestos vendiendo carnes al aire libre, todo tipo de pescados, tortugas, sapos y víboras… en fin, lo que sea para comer!!. Gatos que iban y venían, puestos con extrañas frutas (la fruta del dragón es lo más exótico que he visto en mi vida en frutas).

Seguimos nuestra caminata hacia el WAT INTRAWIHAN, un templo que tiene un enorme buda de pie en su frente, de unos cuarenta metros de alto… imponente! Luego nos fuimos hacia otro templo, el WAT BENCHAMABOPHIT que era algo realmente majestuoso. Completamente revestido en mármol, con enormes tejados rojos en varios niveles, y decoración dorada en su interior, era algo fantástico… brillaba con el fondo del cielo celeste de Bangkok.

Paseamos por el Rio Chao Pharaya y seguimos viaje de vuelta hacia el hostel. La piscina de la terraza nos esperaba en una tarde calurosísima… costó la caminata realmente, y el sol estaba terrible pero la recompensa de la pileta hacía que cualquier esfuerzo valga la pena.

A la tarde me fui solo a seguir recorriendo la ciudad ya que a mi compañero de viaje no le gustaba mucho la onda de pasear por templos y prefirió quedarse en el hotel. Me fui caminando hacia los jardines reales (SANAM LUANG) … hay algunos templos en la zona de los jardines que son bellísimos, allí también está el Museo de Historia Nacional… y si uno sigue caminando llega a los enormes murallones del gran palacio… realmente impresionante!! (vi al palacio por fuera, no entré porque ya iba a cerrar y quería recorrerlo con tiempo!!)

Algo que me llamó mucho la atención durante la caminanta por Bangkok es la cantidad de enormes retratos del rey y la familia real que hay distribuidos en las esquinas y avenidas de la ciudad con hermosas ofrendas florales… las caras del rey y la reina están por todos lados!

Seguí mi caminata hasta el WAT SUTHAT, un bellísimo templo que está a la entrada del barrio llamado Little India, y luego el WAT THEPTHIDARAM donde pude ver una ceremonia de oración de los monjes… fue un momento muy intenso, con algunos cantos y plegarias… la devoción a buda es total! Para ingresar a los templos hay que descalzarse y luego se juntan las manos delante de la cara para hacer la reverencia a buda para luego arrodillarse y besar el piso varias veces.

La última posta de esta larga caminata fue el cerro donde se encuentra el WAT SAKET, un pequeño templo, ubicado en la “montaña dorada” (phukhao thong) con una enorme estupa dorada en su cima… y unas vistas panorámicas de la ciudad realmente fabulosas. Conocí ahí a Mercedes, una chica argentina que estaba terminando ese día sus vacaciones por el sudeste y con ella me volví caminando de vuelta a khao san… era una larga caminata pero charlando y compartiendo anécdotas de viaje, se pasó rápido.

De vuelta al hotel, ducha y cena y un paseo por los shoppings de Bangkok. Picu quería recorrer el outlet de adidas pero nunca llegamos… volvimos a khao san y nos encontramos con un flaco que vendía todo tipo de insectos cocidos para comer… y bue… tuve que hacer el esfuerzo jejejeje! un escorpión, cucarachas, guzanos, y ranitas fueron el menú para cerrar este largo día…

Bangkok es una ciudad excelente… se las recomiendo!!!!

Día 17 – En Bangkok, recorriendo el palacio real… 14 de enero de 2011

Bangkok tenía mucho para mostrar y por más que caminase todo el día, siempre quedaría algo más por ver. Desayunamos en el bar vecino del hotel que nos proveía de wi fi y luego nos fuimos caminando hasta el palacio Real, llamado Grand Palace, que además albergaba el templo del buda de esmeraldas…

El Gran Palacio es la antigua residencia real, ahora el rey vive en un palacio adjunto mucho más moderno (y protegido!) y este espacio solo lo usa para ceremonias importantes. Es realmente deslumbrante, con brillo por donde se lo mire y decoraciones magníficas. Me podría quedar horas admirando cada detalle. Decenas de cientos de personas deambulan sacando fotos a todo, en todo lados… el gran palacio deslumbra a cada viajero. Y el templo del Buda esmeralda, que se alberga en su interior, también es bellísimo. Brilla con todo su esplendor y las decoraciones de cada muro parecen infinitas.El Gran Palacio fue construido en 1782 como residencia para la familia real a orillas del Chao Phraya. Rodeado de murallas, en su interior se encuentran edificaciones de estilo tai y algunas de estilo victoriano. Cuando se atraviesan las murallas, se descubren innumerables construcciones que sorprenden por su belleza. Destacan el Dusit Maha Prasat, un vestíbulo construido en forma de cruz. Las cuatro alas están cubiertas por tejados escalonados y en el centro se erige la aguja de las nueve tiaras, soportada por cuatro garudas (el rey de los pájaros en la mitología india). Éste fue el primer edificio que se construyó en el Gran Palacio. En el centro del recinto se encuentra la Residencia Chakri, de estilo europeo, donde se albergan las urnas funerarias de los reyes. En su interior se encuentra el trono donde el rey recibe a las delegaciones extranjeras. El Chedi de Oro, de estilo Ayuthaya contiene diversas reliquias budistas y el Templo de Angkor, réplica de otro templo de Camboya. Sorprenden las innumerables figuras mitológicas por todos los rincones, el dorado y los detalles de algunos pabellones como el de los Guardias, los chedis de diversos estilos que se alzan por todas partes y la tranquilidad que envuelve el ambiente.

Después de la visita al palacio, seguí solo la caminata. Realmente la belleza de Bankok no deja de sorprenderme. No puedo creer que estoy caminando por estas calles viendo todo esto. Me resulta como casi mágico observar esas cúpulas, las decenas de imágenes de buda y las enormes estatuas. Son imágenes que alguna vez vi en la tele en algún documental y nunca creí que iba a llegar a ver en vivo y en directo.

Fui a ver otro templo, del otro lado del río que atraviesa la ciudad. Me costó llegar pero disfruté mucho de la caminata. Crucé por varios mercados locales, algunas calles muy complicadas para cruzar y finalmente por el enorme puente que une a las dos grandes mitades de la ciudad. El WAT PRAYUM es el templo donde me dirigía. En los mapas que tenía, realmente parecía más cerca.

El WAT PRAYUM es conocido como el templo de las tortugas porque su portal de ingreso está rodeado por un enorme piletón con decenas y decenas de tortugas acuáticas. Tuve una pequeña dificultad en este templo: se me cayó la cámara de fotos!! (insulté a todos los budas, putié mucho porque se aboyó el lente… pero bue). Pensé que se había roto pero por suerte andaba bien (se había corrido el botón del autofoco entonces parecía que se había roto esa función pero finalmente me di cuenta del detalle!). Este pequeño accidente me quitó bastante las ganas de seguir dando vueltas.

Me volví para el hostel en un tuc-tuc por unos 50 bath. Después del susto y las puteadas por la cámara no quería ver nada más. Un buen chapuzón en la pileta del Rambutri limpiaría toda la mala onda. Además, el agua estaba buenísima.

A la tarde, ya casi la nochecita, fuimos con Ezequiel a la parte moderna de la ciudad para hacer algunas compras. Me sorprende lo grande que son los shopping, de ocho o nueve pisos cada uno… desde relojes de rubíes hasta ferraris y kimonos, de todo se consigue. Son verdaderas mecas del consumo, donde literalmente se puede consumir cualquier cosa!

Esa noche mi compañero de viaje se volvía para Malasia y de ahí a Buenos Aires. Volvimos al hotel temprano para que termine de armar sus cosas dado que a las cuatro de la mañana lo pasaba a buscar la trafic para ir al aeropuerto. Para mí era un momento de sensaciones diversas porque de algún modo comenzaba un viaje nuevo. Ahora estaría en Asia, pero solo. Con todo lo que eso implicaba. Me generaba mucha expectativa!!!

Me desperté para despedirlo. Me tomé un cafecito en el Seven Eleven de al lado del Hotel y luego a dormir de vuelta. Un detalle que me había olvidado de contar es que este día recibir un mail muy lindo: un amigo de la infancia se casaba y me invitaba a su casamiento. Me puso muy contento realmente y me quedé pensando largo rato en los amigos que andaban lejos y hacia mucho no veía.

Día 18 – Recorriendo el mercado flotante… 15 de enero de 2011

Hoy comenzaba un nuevo viaje por el sudeste asiático… Ezequiel ya estaba en Malasia listo para volver a casa y yo tenía casi un mes más de viaje. Solo por un par de semanas y luego, si todo iba bien, me encontraría con nacho, nuevamente en Bangkok. Pero para eso faltaban muchos días, muchos kilómetros y algunos países en el medio.

Me levanté temprano porque había arreglado con una agencia para ir de excursión al mercado flotante en las afueras de la ciudad de Bangkok. En realidad, la ciudad de DAMNOEN SADUAK está a unos ochenta kilómetros de la ciudad de Bangkok y es conocida como la Venecia del Sudeste Asiático por su sistema de canales de navegación que reemplazan las tradiciones calles de cualquier ciudad.

Uno de los lugares más divertidos y pintorescos que se pueden visitar durante una estancia en Bangkok es, sin duda, el mundialmente conocido mercado flotante de Damnoen Saduak. Se presenta como un destino obligado y por eso, obviamente, está plagado de turistas. Por eso lo mejor es ir bien temprano a la mañana para evitar verlo lleno de hordas de visitantes que desvirtúan lo que hace años era un lugar de lo más auténtico, pero a qué lugar no le ocurre esto ya por desgracia.

Se trata de un sistema de canales flanqueado por algunas casitas de madera que sirven como improvisados restaurantes, bares y tiendas y que hacen más acogedor el verdadero sentido de este sitio: el comercio flotante. Para disfrutar mejor de la experiencia y ayudarles a mantener el negocio montado en torno a este lugar, lo mejor es alquilar la correspondiente barca, con la que darás una vuelta de una hora entre las vendedoras y sus barcas-tienda, que tratarán de colocarte plátanos, souvenirs, cremas curativas, especies, platos de arroz y un sinfín de productos.

No está de más disfrutar de un buen regateo mientras te balanceas en la barca sobre un agua no muy cristalina. El recorrido es entretenido y el contacto con los lugareños es muy interesante. Las mujeres tailandesas con ropa de tonos índigos y sombreros de paja reman en sus barcas mientras preparan deliciosos platos. La verdad es que caminando por DAMNOEN SUDUAK uno se siente en Asia verdaderamente, son imágenes casi de película y al igual que el gran palacio, un paraíso para las fotos. De hecho la tapa de la lonely planet que me acompaña como fiel guia de este viaje, tiene una foto de este lugar.

Pasamos toda la mañana recorriendo ese precioso lugar. Después del mediodía ya estábamos de vuelta en Bangkok, almorcé y me fui a recorrer el Museo de Historia Nacional. Es el mayor en todo el sudeste asiático. La construcción del siglo XVIII, acoge una de las colecciones de arte más extensas, interesantes y completas de la historia de Siam. El recorrido por sus salas es imprescindible para comprender la evolución del arte tai. Aquí están representados todos los periodos y estilos. Pintura, instrumentos musicales, cerámica, restos arqueológicos, herramientas, etc. se exhiben de forma didáctica. En las inmediaciones se encuentra el Teatro Nacional, que combina estilo tai y occidental, donde se pueden ver representaciones de danza, música y teatro.

Volví caminando de Museo hacia el Hotel. Me sentía contento porque ya caminaba por Bangkok como si hubiera vivido siempre aquí. Lástima que esa noche ya me iba. Pasé a buscar las ropa que había dejado en la lavendería. Agarré la mochila, armé todo y me fui para la estación de tren. Esa noche viajaba a Laos.

Llegué relativamente temprano a la estación de tren, casi a las seis y el tren salía a las ocho de la noche. Pero tenía que dejar la habitación del hotel libre y no sabía con qué me iba a encontrar en la estación de trenes…

La estación de tren estaba repleta de gente, algunos mochileros, muchos locales y mucha policía. A las seis de la tarde sonó por los parlantes el himno nacional y todo el mundo se puso de pié y cantó el himno. Tailandia no dejaba de sorprenderme.

El tren estaba mucho mejor de lo que esperaba. Me tocó el coche 3, de segunda clase, no por rata sino porque ya no había primera. El tren me resultó un poco extraño porque tiene dos asientos y una sola cama pensé (luego me di cuenta que esos dos asientos se hacían cama!!) En fin, nos repartieron almohadas, sábanas y frazadas y me compré una sopa para comer… mientras tanto, los motores del tren ya se ponían en marcha y una sirena comenzaba a sonar.

A las ocho de la noche partimos. A horario. Viajaremos toda la noche hacia el norte a la frontera entre Tailandia y Laos. La ciudad donde debo bajarme del tren se llama NONG KHAI, igual allí termina, no es difícil. Ahí se curza caminando a laos por el Puente de la Amistad y se toma otro tren hasta Ventianne, a poquito kilómetros, capital del país vecino.

Pablo Garcia
polviajero.com

---

Ayuthaya

Sábado 29/01/2011 …. día 32 de viaje. Volver a Bangkok

Después de unas semanas de haber estado recorriendo Laos y Vietnam, tuve que volver a Tailandia por un motivo muy importante: Nacho, un amigo viajero, llegaba a Bangkok. Los días en Vietnam habían sido intensos y volver a Bangkok me daba la calma de volver a un lugar conocido… llegué de noche, porque el vuelo se retrasó algunas horas. Me tomé el bus desde el aeropuerto a Kao San Road y desde ahí fui para el hostel que había reservado a unas pocas cuadras.

Al otro día me levanté temprano, desayuné un riquísimo panqueque en el hostel y me fui a esperar a Nacho al aeropuerto. A las once aterrizó su vuelo proveniente desde Doha! Una locura encontrar acá, en la otra parte del mundo.

Nos subimos a un tuc tuc y mientras nos poníamos al día en las conversaciones (había mil temas para charlar!!!) Nacho aprovechó para filmar un poco la simbiosis de estilos que se encuentran en Bangkok: rascacielos, pagadas, templos, autopistas, carros, todo junto en esta ciudad que a mí ya me había deslumbrado.

Nos hospedamos en el Hotel Rambutrí por lo que al poco rato ya estábamos charlando en la pileta. Fue un poco engorroso el proceso del check inn porque habían tomado mal la reversa (pedí una habitación twin, es decir, con dos camas y nos dieron una habitación double, es decir, con una cama matrimonial). Nada, una discusión, un descuento, y todos contentos a la pileta!

A la tarde fuimos a recorrer algunos templos. El que más nos gustó fue el WAT PHO. Este templo es especialmente conocido por tener en su interior al gran Buda Reclinado que, con sus 46 metros de largo y 15 metros de altura, es la estatua de Buda reclinado más grande de Tailandia. Toda la estatua está recubierta de pan de oro. Realmente, el Buda Reclinado resulta más espectacular en vivo y en directo que en cifras e imágenes. Sorprende ver como la estatua encaja casi milimétricamente en el templo en el que se encuentra. Apenas hay sitio para los dos pasillos por donde se le rodea caminando.

En la parte trasera del templo veremos decenas de recipientes y en una mesa cercana encontraremos urnas con monedas. Representa la tradición budista de repartir limosna. Si queremos realizarla, podemos agarrar una de las urnas e ir echando las monedas en los distintos cuencos.

Seguimos caminando recorriendo algunos templos más y al atardecer nos tomamos un bote para cruzar el Río NAMMAR CHOO PHRAYA. Fuimos a ver otro de los grandes templos de Bangkok, el WAT ARUM. Wat Arun es uno de los principales templos budistas de Bangkok. Su nombre significa Templo de la Aurora o Templo del Amanecer. Wat Arun, el templo más famoso de Bangkok. Con 82 metros de altura, su torre (prang) central es la más alta de Bangkok. La arquitectura del templo es de estilo Khmer y recuerda a los templos de Camboya. En las esquinas del templo se sitúan cuatro prangs de menor altura. Todas las torres del Wat Arun están decoradas con porcelana china.

Se hizo de noche ya, nos quedamos dando vueltas alrededor del templo y después volvimos para cenar en Kao San. Todo un ritual de nuestros días en tailandia. Arreglamos el viaje para ir al día siguiente a Ayutahaya.

Día 33. Domingo 30 de enero de 2011. De viaje a Ayuthaya.

Nuevamente teníamos que madrugar. El plan original era pasar el día en Tailandia y a la noche viajar ca Camboya pero resulta que los micros a Camboya solo salen por la mañana por lo que tendríamos que perder un día viajando para llegar a Siam Rep.

Hoy fuimos a recorrer la vieja capital de Tailandia, la ciudad de Ayuthaya, que en realidad es una isla. En el curso de la confluencia de tres grandes ríos, MAE NAM LOBURI, CHAO PHRAYA y PASAK, se conforma esta isla, que debe su nombre al hogar de Rama en la epopeya hindú del Ramayama. Desde el 1350 al 1767 Ayuthaya fue la capital cultural de la nación tailandesa. Durante su apogeo, las potencias extranjeras asiáticas y occidentales no perdieron de vista esta ciudad tan estratégica y sus sucesivos reyes tuvieron que frustar varios intentos de invasión. Tras varios años de guerra, la capital cayó y la familia real huyó hacia la zona donde hoy se encuentra Bangkok, llamaba Thomburi. Los birmanos saquearon Ayuthaya y se llevaron los tesoros religiosos y culturales de la ciudad.

Por más que sabíamos algo de esto y también sabíamos que Ayuthaya era Patrimonio Histórico de la Humanidad, nunca imaginamos todo lo que veríamos en este día. Ayuthaya ha sido una enorme sorpresa.Sus ruinas están divididas en varios grupos, de acuerdo al lado del río del que se encuentre. Hay un grupo en la isla central y otro en los canales. En primer lugar visitamos el Chedi de la MOntaña Dorada (Phukao Thong), que es una inmensa pirámide que se yergue sobre una enorme planicie. Luego fuimos a ver el espectacular WAt CHAI WATTANARAM. Un poco alejado de los demás templos, al oeste de la ciudad se encuentra este templo que es uno de los mejores conservados e impresionantes. Tiene una forma similar al de Angkor en Camboya. Su chedi principal en forma de mazorca alcanza los 30 metros de altura. La entrada son 50 BTH.

Fuimos también al Wat Phanan Choeng Worawihan, un templo de corte más moderno, se caracteriza por tener uno de los budas más grandes que hemos visto en Tailandia. Cuando entras en el templo ves que el buda ocupa prácticamente toda el espacio. Después recorrimos el Wat Yai Chai Mongkhol: Para mi fue uno de los templos más bonitos. Tiene un chedi de 60 metros de altura y un buda recostado. Data de 1357 y se encuentra en muy buen estado. Es uno de los pocos a los que puedes subir y contemplar unas vistas bastante bonitas. La entrada cuesta 20 BTH.

La verdad es que el día en Ayuthaya fue algo increíble. Estuvo tan bien que nos dio tiempo a volver al hotel y meternos un rato en la pileta. El calor de Bangkok realmente lo ameritaba. Después sería tiempo de compras y partir luego hacia Camboya.

Pablo
polviajero.com

---