![]() ![]() 40 días en China ✏️ Blogs de China
Relatos, experiencias y pensamientos sobre mi estancia de 40 días en China.Autor: Amaiacubo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (5 Votos) Índice del Diario: 40 días en China
01: Mi primer día: Viaje a Cantón
02: The bellboy
03: La diferencia de ser chino
04: Los taxistas me matan
05: ¿Dónde está mi ropa?
06: A comer tocan
07: Masajes en los pies
08: Y al final....Xi'an
09: Con la salud me he topado
10: Vaya con el visado...
11: Salir de marcha en China
12: Y volveeemos a la carga....
13: Con la gripe
14: Totally fake
15: Police breakfast
16: The end of the pillow
17: Passport number
18: Tsao chien!!!
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Etapas 4 a 6, total 18
Hoy me ha tocado el taxista kamikaze. Volantazo p'aqui y volantazo p'alla, me ha llevado hasta el apartahotel a toda mecha no sin antes zigzaguear como un loco metiéndose en huecos imposibles, pitar hasta a María santísima y casi atropellar a un señor. Toda una experiencia. Me ha hecho recordar que en una ocasión, mi jefe su hija y yo tomamos un taxi para ir a un mercado. Le enseñamos la notita con el nombre del mercado en chino que nos habían facilitado y emprendió su marcha a lo Carlos Sainz con cara de muy pocos amigos. Después de tomar unas cuantas curvas a dos ruedas paró bruscamente en un lugar que no conocíamos de nada casi subiéndose a la acera. Abrió la puerta para apearse y nosotros como locos le decíamos que no, que siguiese (todo esto haciendo gestitos con las manos, claro). El hombre, en vez de hacernos el gesto internacional para que esperásemos, nos soltaba parrafadas en chino que sirvieron de muy poco para unos ignorantes en la materia como nosotros. Como veía que no nos íbamos a entender, se largó sin más dilaciones hasta un edificio pequeño y mugriento que había en frente y que hasta ahora no habíamos visto: eran unos urinarios públicos. Se estaba cagando. Cuando ya pararon nuestras carcajadas apareció el taxista con cara sonriente de satisfacción y tomó de nuevo la carretera mucho más tranquilo y sosegado. Y me pregunto yo...¿se estaría cagando también el taxista de hoy?
Por cierto, mientras íbamos en el taxi a la velocidad del sonido, hemos pasado por delante de un hospital cercano a mi apartathotel. En un cartel inmenso rezaba: The first people's hospital of Foshan
Muy bueno lo de hospital de gente, aunque a juzgar por la pinta que tenía y lo negro de los azulejos de la entrada, solo me queda decir una cosa. Si me pasa algo...¡Qué Dios me coja confesada! Etapas 4 a 6, total 18
Por primera vez he utilizado el servicio de lavandería del hotel y no he salido muy bien parada. Tomé la aséptica bolsa destinada a ello, metí dentro todo lo que necesitaba (entre ellas unas cuantas piezas de ropa interior) y a la noche llamó al timbre una amable señorita devolviéndome toda mi ropa limpia y planchada en perchas. Hasta aquí todo bien. A la mañana siguiente fui a coger una de mis tangas que se encontraba dentro de una bolsa colgando de una de las perchas antes mencionadas y esa fue la última vez que las vi. Sin despedirse ni nada desaparecieron de mi habitación como por arte de magia.
Cuando pregunté en recepción me dijeron que no sabían nada y que buscase bien en mi habitación, aunque ya había revuelto Roma con Santiago. Tras varias conversaciones y ver que no iba a sacar nada en claro, decidí ahorrar saliva y salir a comprar ropa interior nueva. Muy buena experiencia en China, lo recomiendo. Una vez en el centro comercial me dí cuenta de que iba a ser una tarea mucho más difícil de lo que creía. En principio porque las chinas no usan tangas y me niego a colocarme uno de esos bragones de cuello vuelto que suelen usar. Las pocas tiendas que tenían T-back eran de un diseño que escandalizarían a Rocco Siffredi, lo cual me da que pensar que en China las tangas solo las usan los putones verbeneros, con perdón. Total que me compré dos tangas en rojo y tres en negro (ya sabéis, los colores de los putones, con perdón otra vez...), ni por el forro la de leopardo que me ofreció la dependienta, una naranja fosforescente con mariposas en el culete y por último otra amarilla, la más sencilla de todas de la marca Calvon Klair (no es coña, es lo que pone en la etiqueta). De entre las rojas y negras, a parte de estar adornadas con puntillas hasta vomitar, debo destacar una roja de lunares con un lazo de raso en la parte delantera que me llega hasta la rodilla. Seguro que cuando me fui de la tienda con todo aquel arsenal la dependienta pesaría: "menuda pitiki esta hecha la laowei* esta...". Colgaría fotos de ellas, pero me he olvidado el cable USB de la cámara... El siguiente problema fue encontrar un sujetador de mi talla, ya que la mayoría no pasan de la 80 y yo necesito la 95. Los que eran más bonitos no había talla y tenían un relleno de cemento armado de 4 cm. de grosor, que es lo que me faltaba. Y los de talla grande tenían un diseño que a mi abuela le hubiesen encantado. Finalmente solo encontré uno normalito de color morado, mi color preferido (es sarcasmo puro y duro, lo odio). A la tarde me dirigí a una de las fábricas y me mostraron un pantalón blanco para aprobar el grosor del tejido. Lo toque...lo volví a tocar...pero no estaba segura. Hasta que se me ocurrió sacar una de las tangas rojas que me acababa de comprar y la metí dentro del pantalón. No se transparentaba. Aprobado. La chica que me mostraba las prendas casi se mea de la risa. *Laowei es como nos llaman a los extranjeros en general. Etapas 4 a 6, total 18
Hasta ahora no os había hablado de la comida por que me temo que en ese aspecto estoy achinada completamente. Nada me asusta, por muy raro que sea el plato lo pruebo todo y las cosas que al principio no me gustaban en absoluto, ahora las como con placer. Supongo que es cuestión de educar al paladar: no es que no nos gusten esos platos, es que nuestra lengua es virgen con respecto a algunos sabores.
Hoy de todas formas ha sido especialmente satisfactoria. El jefe de la fábrica de Dong guan, en un intento de hacerme la pelota por las cagaditas que han hecho, se ha tirado un largo y nos ha invitado a una comida de 500 RMB (unos 50€), lo cual es carísimo para ser China. Todo estaba muy bueno y algunos platos no los había probado nunca. Ya había catado en otras ocasiones las vieiras con brotes de ajo que están de muerte y que nosotras mismas fuimos a elegir a las peceras que prácticamente todos los restaurantes tienen, por muy cutre que sea. Junto a las almejas escogimos una raya, que ha sido el mejor pescado que he probado nunca en China. Normalmente suelen servírtelo muy blandurrio y viscoso, no sé si por la forma de cocinar o por las aguas calientes del mar de China, pero este estaba fetén. También elegimos unas gambas que el chico nos sacó amablemente con una red. Junto a ellas había un....no sé como explicarlo...yo lo voy a llamar "armadillo de mar", aunque la traducción literal del chino de ese bicho es "pollo de mar", no sé porque. Es como si a una nécora le pones una coraza de armadillo por encima, no se le veían ni los ojos. Según me han dicho se utiliza para hacer sopas, así que probablemente lo he comido y yo sin saberlo. Me encantaron las gambas fritas con hojas de té. Es más, pienso hacer este plato en cuanto vuelva a casa. Y por primera vez en China probé el cerdo agridulce. Yo ya estaba pensando que era un invento de los restaurantes chinos occidentales. Todo ello regado con té de margaritas riquísimo. En fin, que he comido de miedo. Una vez terminada la visita a la fábrica y en un nuevo intento de hacer la pelota (como si no hubiera sido suficiente la super comida) el jefe nos llevó a un parque de atracciones. Sí, como oís. Pues allá que nos montamos todos en los autos de choque, en los que, por supuesto, tenían la versión china del gitano subido de pie en uno de ellos masacrando a toda la concurrencia. Después, cogiditos todos de la mano entramos en la casa del terror (de un cutre que no te menees). Yo iba la primera y me daba la mano el "guía" de la casa del terror al cual tuve que apartar tres veces su mano de mi teta. Se pensaría que entre la oscuridad y los empujones no me iba a dar cuenta... Después de la jornada laboral, Lena y yo hemos ido a darnos un masaje de pies que me ha dejado como nueva. Aunque tenía mucho miedo después de mi experiencia con los masajes y que podéis leer en otro de mis diarios. Todavía se me ponen los pelos de punta solo de recordarlo. Etapas 4 a 6, total 18
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