Holanda, país de ensueño ✏️ Blogs de Holanda

Este día teniamos pensado ir a La Haya, la capital administrativa y sede de la monarquía. Después de hacer una hora y pico de autopista, llegamos a esta limpia ciudad. En sí, la ciudad está bien y tiene ciertos lugares como el parlamento o la residencia real, que estuvieron muy bien, pero al igual que Rotterdam (dónde no fuímos) no es una ciudad tan Holandesa como puede ser Amsterdam, su arquitectura es más nueva y la ciudad es mucho menos turística, aunque más limpia que Amsterdam. Después de una mañana de compras y visita a los principales monumentos, nos despedimos de La Haya para llegar a Gouda, una ciudad típica holandesa con bastantes canales, una preciosa iglesia, y un carácter muy medieval. Nos quedamos a comer en una pizzera de la plaza del centro.
Sólo nos faltaba ver la sorpresa del día, Delft, una ciudad que nos encandiló con sus canales y puentes por todas partes, entre casas holandesas de todo tipo y una plaza enorme y bellísima, en fin, una ciudad alegre y colorida, bucólica diría yo. Después de unas compras y una gran caminata por la hermosa ciudad, volvimos al bungalow para ya irnos a cenar y directos a la cama.

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Nos esparaban más de dos horas de carretera para llegar a la preciosa ciudad de Brujas, por lo que mentalizamos a mi hermana y mi madre (puesto que a mi y a mi padre nos encanta la carretera) para el trayecto.
Despedimos por un breve tiempo Holanda, para entrar de repente en otro mundo, que aunque parecido, no es igual. Me sorprendió como en tan solo kilómetros de distancia, el paisaje cambiara tanto, puesto que iniciamos el recorrido por Bélgica con campos de maíz, cosa que no vimos en Holanda, y a parte, el color de la hierba parecía más oscura y todo, pero bueno, la verdad que la llegada a Brujas fué muy bonita, con su muralla y su molino.
Al pasar con el coche por el puente y atravesar la puerta que separaba la muralla entramos en un cuento de hadas, lleno de casas medievales, dónde no había practicamente asfalto y toda la calzada era de piedra, y la verdad es que lo que dicen de Brujas es verdad, es una de las ciudades más bellas de Europa, lleno de chocolaterías, tiendas antiguas (y de recuerdos), plazas, callejones, canales, etc etc. pero lo que más me enamoró fué su tour por el canal, en pintorescas barcazas pasaban por lugares de ensueño, que desde luego es cosa que hay que ver al menos una vez en la vida, pues todo es indescriptiblemente precioso y pintoresco. Nos gustó mucho también la plaza principal, con típicos edificos y mansiones de estilo flamenco. Dejamos por la tarde Brujas, después de unas cuantas compras de chocolates y recuerdos típicos, para llegar ya de noche a la casa, dónde cenamos de un Mc Donald's que compramos por el camino. Al día siguiente nos esperaba la gran sorpresa del viaje.

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Nos levantamos con ganas ese día, porque tocaba ver un pueblo que la gente del lugar describía como el pueblo más bonito de Holanda. Había visto ya unas cuántas fotos, pero no me imaginaba ni por asomo lo que podría llegar a ser esta bonita experiencia.
Tras unas dos horas de camino, llegamos entre campos vírgenes y canales, a la entrada de Giethoorn. Dejamos el coche en un pequeño parking y preguntamos en un encantador hotel rural que había cerca, por dónde se llegaba a la zona de los canales, y nos indicó que había dos zonas diferentes, la pequeña y otra más grande. Bueno, entre campos, plantas silvestres y árboles, llegamos a la zona pequeña, preciosa y tal como me la imaginaba, con patos, cisnes, los puentes de madera, casitas con tejado de paja y sus barquitas, ... bueno, todo muy muy rural, y de hecho estábamos practicamente solos, y aprovechamos para hacer fotos. Después, nos fuimos a la otra zona, en concreto en la zona de restaurantes y servicios, dónde comimos un buenísimo plato de pescado holandés con patatas fritas. Desde este lugar, salían barquitos de madera minúsculos para hacer el tour de los canales, pero nosotros preferimos alquilar una bicicleta holandesa antes de entrar a este mágico mundo. La bicicleta se freneba con los pedales, íendo hacia atrás, pero también tenían bicicletas normales. Bueno, seguimos la señalización para entrar al verdadero Giethoorn, y sólo diré que entramos en un sueño, directamente, no tengo palabras para describir el lugar, bucólico, encantador, mágico.... casi todas se quedan cortas, porque realmente este fué el sitio, que nos dictó un antes y un después en nuestros recuerdos. Nos maravillamos entre casas con jardín y tejado de paja, canales, puentes, caminitos, animales, naturaleza, ... sencillamente hay que verlo porque nunca me hubiera imaginado poder visitar un lugar tan tan tan y tan bonito como este, para mí, el lugar más bonito que haya visitado nunca.
Nos costó irnos, pero aún teníamos dos horas de camino de vuelta, que nos sirvieron para pararnos con el coche en Amersfoort, preciosa ciudad medieval que no tuvimos tiempo de ver con detenimiento, y Oudewater, un minúsculo pueblo famoso por las brujas.

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