Tarapoto, viajando por la selva por libre I ✏️ Blogs de Peru

En primer lugar me presento, soy un español por el mundo que nunca aparecerá en el susodicho programa mostrando como mola mi casa, vivo en Perú desde hace más de 7 años y he tenido la suerte de poder viajar por el país bastante.

Cuando viajo, procuro hacerlo alejado de agencias, no conozco los hoteles mas caros, estuve 4 veces en el Cusco antes de conocer Machu Picchu y en general, siempre procuro evitar los lugares típicos o mas promocionados. Me gusta ver como vive la gente en los lugares, detesto los teatros montados para el turista, prefiero comer en un mercadito que en un restaurante de lujo y sobre todo, disfruto de un viaje en el que al llegar a casa, no tengo la sensación de haber estado pagando de más por todo.

Dicho esto, siempre he comentado a mis amigos, que, venir al Perú y no viajar a conocer el Amazonas, aunque sea por un par de días o tres, es un sacrilegio. Es una putada, “meterse“ 12 horas de vuelo entre pecho y espalda, para sólo 3 semanas, a veces incluso menos, a un país en el que es casi una obligación la visita a Machu Picchu, pero es perfectamente factible organizarse un viaje en el que conocer Cusco y la selva y lo mejor de todo viajando por tu cuenta y gastando lo menos posible.

Más adelante escribiré un diario sobre el Cusco y como gastar lo menos posible allí, pero, voy a comenzar mis diarios con el que sin lugar a dudas es mi lugar favorito de la selva.

El viaje hasta cualquier destino de selva, hay que hacerlo en avión desde Lima, conozco tres partes de la selva en zonas diferentes del Perú: Madre de Dios, Iquitos y Tarapoto.

Comenzaré con Tarapoto mi destino favorito en el Amazonas:

Para viajar de Lima a Tarapoto hay que coger un vuelo (si estás con tiempo, por carretera son unas 20 horas) existen tres compañias que realizan vuelos a Tarapoto: Lan, Taca y Peruvian airlines. Primera recomendación, Peruvian es la única que no cobra un sobre costo para los turistas extranjeros (eso del sobre cargo por ser extranjero es indignante por no decir otra cosa ), así que, en la medida de lo posible, procurar comprar los pasajes en Peruvian.

Cuando te bajas en Tarapoto del avión, lo primero que adviertes, es un bochorno que te golpea la cara, el clima no es tan agobiante como el de Iquitos, es un calor de selva baja, pero, mas llevadero, el aeropuerto es pequeñajo como casi todos los del interior del país, por lo tanto se recoje el equipaje a “toda hostia“.

Sin salir del aeropuerto, para el que le guste pasar unos dias en un Lodge de la selva, allí mismo estan los stand, donde te ofrecen tours “todo incluido“ por los alrededores de Tarapoto. Hay hoteles que estan desde 30 minutos, hasta 3 horas selva adentro, de los mas conocidos es el “Puerto palmeras“, yo en una ocasión estuve echando una cerveza con el dueño. La verdad, es una pasada de sitio, piscina, aire acondicionado, bungalows, ahora, que me disculpe mi amiguete, pero no es barato.

Yo siempre inicio mi viaje desde el mismo aeropuerto de la siguiente manera: Al salir de la recogida de equipajes, estan los mototaxistas. En la selva es el vehiculo oficial y es una gozada, de ninguna manera cambiaría un viaje corto hecho en una 4X4 por un buen mototaxi. Con el calorcito de la selva, es un lujo darse un pequeño paseo por Tarapoto, ciudad de pequeño tamaño y captial de la región San Martin.

El mototaxi desde el aeropuerto hasta la salida de colectivos hacia Moyobamba es de 4 soles, en cualquier caso, no pagar mas de 5 soles, son unos diez minutos hasta que llegas a la parada de colectivos.

Haré un aparte, para explicar que son los “colectivos“.

Vamos a ver, es cuestión de gustos, por la selva te puedes mover en autobús, hay varias compañias fiables, las carreteras son buenas, no hay mucho tráfico ni acantilados, es un viaje tranquilo, la mejor compañia para hacerlo es CIVA.

Yo prefiero los “colectivos“, en primer lugar, porque no tienen un horario establecido de salida, funcionan desde las 6 de la mañana hasta las 12:00 de la noche por lo que no tienes que ceñirte al horario de salida y llegada de los buses que no siempre coincide con tu interés. En el colectivo se conoce gente interesante de la zona, de las que aprendes cosas para tu viaje o para la vida, que en ningún foro de viajeros podrán enseñarte. Así que 4 soles, a la parada de colectivos y en cuanto se llena el coche a comenzar el viaje.

En el paradero de colectivos hacia Moyobamba, estan continuamente partiendo los autos, se tarda en llenar el coche entre 5 y 30 minutos, yo nunca he tenido que esperar mas de media hora para partir. El precio del pasaje es de 20 soles y el viaje hasta Moyobamba es de 2 horas.

Foto saliendo de Tarapoto hacia Moyobamba.

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Si viajas de día, los paisajes son preciosos, en 5 minutos se sale de la ciudad de Tarapoto, durante la primera media hora, se ven a uno y otro lado, los cultivos de arroz, de palma, la naturaleza explotada por el hombre, a partir de allí, el terreno empieza a estar menos alterado, hay una sucesión de pueblitos hasta llegar a Moyobamba a los costados de la carretera. En algunos pueblos, aprovechando los badenes que hay para bajar la velocidad, suele haber niños con una sonrisa de oreja a oreja que venden cantidad de frutas, jugos, dulces de la zona.


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Hay que tener en cuenta una cosa cuando se viaja a la selva. La gente de la selva, es gente feliz, hospitalaria, alegre, es una gozada hablar con los lugareños, tomarse un jugo de frutas en cualquier lugar, relacionarse y aprender, la selva es el paraiso, el clima, la variedad de comida, la musica, la alegria, la libertad, en la selva te cargas de energia de una forma dificil de explicar.


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Tarapoto es una ciudad mas grande, pero Moyobamba es una pequeña ciudad de selva, donde no tienes que preouparte por nada, así que relajate y disfruta del lugar sin ningún miedo, puedes salir por Moyobamba de dìa y de noche, no hay ningún peligro.

Hasta aquí la primera parte del viaje, en solo 2 horas desde el aeropueto en Tarapoto a 200 msnm, estamos en una pequeña ciudad de selva a 900 msnm, el calor es mucho menos, la temperatura en la noche, para mi gusto, es extremadamente agradable y sin agobio ni necesidad de aire acondicionado.

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Moyobamba es una ciudad, no al modo en que entendemos los europeos las ciudades, mas bien, es un pueblo grande, fué la primera ciudad en la selva fundada por los españoles, por lo que, en su plaza de armas cuenta con su correspondiente iglesia colonial.


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En Moyobamba hay multitud de Hoteles, hostales y hospedajes donde alojarse, la variedad de precios es grande. Apenas si llegan turistas a esta parte de la selva, por lo que, nadie te persigue para venderte tours, artesanias o darte la murga, la gente vive a su ritmo y uno puede disfrutar de este pueblo a su aire sin incomodidades.

Un buen lugar para alojarse es el Hospedaje El Porton, si no recuerdo mal, la habitación individual esta a 45 soles y la doble a 90 soles, tiene un pequeño jardín muy agradable, hamacas y el dueño “Pocho“, es un sujeto de lo mas amable que te echa una mano en cualquier cosa que necesites. Habitaciones sin aire acondicionado pero con ventilador. A esta altitud de 900 msnm en la selva, al no ser un calor agobiante es mas que suficiente para dormir bien. Este es el link de su pagina de facebook: www.facebook.com/ ...mp;fref=ts

En Moyobamba, ya se puede empezar a disfrutar de la gastronomia de la selva. En mi opinión, la comida de la selva es la mejor y mas variada de todo el Perú. La variedad de frutas es absolutamente abrumadora, los precios son baratos y no es necesario pretender comer hormigas o suri (un pequeño gusano), para probar sabores distintos y exóticos. Por ejemplo, un cebiche de paiche con yucas fritas y jugo de camu camu, hará que te plantees quedarte a vivir allí para siempre.

A la hora de comer, como siempre, precios para todos los gustos. Desde el mercado, donde puedes comer por 5 soles, hasta el restaurante La olla de barro, donde por 25 o 30 soles puedes comer de auténtico escándalo, La olla de barro es, digamos, el restaurante VIP de la ciudad. De cualquier manera, la visita al mercado es imprescindible, de verdad, parece mentira la cantidad de frutas y verduras que hay en la selva, todo ecológico sin pagar un sobreprecio por ello.

Es recomendable agarrar un mototaxi que por unos 3 soles, puede llevarte a alguna de las puntas de la ciudad desde donde se puede contemplar desde lo alto el rio Mayo, visitar el orquidiario de Moyobamba o los baños termales. También hay un jardín botánico a las afueras, unos 20 minutos en mototaxi y 8 soles por el viaje, donde, se puede contemplar gran variedad de flora de la selva en un recorrido, por un sendero abierto en la selva, las plantas tienen su cartelito con el nombre todo muy ordenado, en ese lugar tambien hay una zona para observar los colibries. Todas estas visitas las puedes realizar simplemente en mototaxi, al no haber turismo no hay agencias que vendan tours, lo que hace del viaje, algo mucho mas auténtico.


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Ya depende de cada uno, yo he pasado en Moyobamba en alguna ocasión hasta 1 semana, simplemente disfrutando de la comida y metiendóme en la selva por los alrededores, pero por lo general, cuando se esta viajando sin demasiado tiempo, con pasar una noche es suficiente para continuar con el viaje.

A la hora de partir, nuevamente en un mototaxi por 1,5 o 2 soles al paradero de colectivos, esta vez para viajar hasta Nuevo Cajamarca.

Desde Moyobamba hasta Nuevo Cajamarca son aproximadamente 50 minutos y el pasaje en colectivo esta a 10 soles, al llegar uno solo tiene que indicar que su viaje continua hasta Pedro Ruiz, los mismos conductores te ayudan a pasar las maletas de un coche a otro, para continuar el viaje. En la siguiente etapa se cruza el Bosque de protección Alto Mayo.

Desde Nuevo Cajamarca hasta Pedro Ruiz el viaje es de aproximadamente 2:45 minutos, la mayor parte del cual, se pasa, atravesando un alucinante Bosque de protección. Hasta hace pocos años, no había carretera y ese viaje se hacia en 2 dias .

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Literalmente se va cruzando a traves de la selva, gran parte en subida, en la parte mas alta del Bosque Alto Mayo, se pasa por encima de los 2000 msnm, por lo que, el tipo de vegetación es muy cambiante. Durante este viajecito se pasa por gran cantidad de pequeños pueblos, algunos de apenas 10 o 12 casas de madera, si quieres parar a comprar algo, a estirar las piernas o a tomar una cerveza o comer algo por el camino, simplemente háblalo con la gente que vaya en el colectivo, es algo habitual incluso pararse a comer en un restaurant al paso en medio de la selva.

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La ultima parte del viaje, es todo de bajada hasta Pedro Ruiz, localidad a orillas del rio Uctubamba y cruce de carreteras hacia multiples destinos, no se trata de un lugar bonito, precisamente por la carretera, lo recomendable aquí es tomar un mototaxi y en 25 minutos y por 10 soles, se llega hasta Cuispes un auténtico paraiso en la tierra.

Cuispes es un pueblito subiendo a la montaña, imposible de encontrar para un turista convencional, a pesar que, todo el mundo en Pedro Ruiz lo conoce. La carretera termina en el pueblo, por lo que, una vez allí el ruido de coches, contaminación de cualquier tipo, ect es absolutamente nulo. Cuando se pisa este pueblo por primera vez, la sensación es de haber dado un paso atrás en el tiempo, la gente allí se dedica principalmente a la agricultura, trabajan el campo con bueyes y antiguos utiles de labranza, cultivan cualquier cantidad de frutas y verduras, es un lugar, en el que se podría vivir tranquilamente sin necesitar nada del exterior, allí todo se produce.

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Pero el mayor atractivo de este desconocido lugar, es darse la aventura de zambullirse en su bosque en la ceja de selva en lo alto de la montaña, en el cual, se encuentran varias de las cataratas mas altas del mundo, en un bosque alucinante y sin turistas, el puñetero paraiso digo yo. Supongo que en unos años, cuando lo descubra el turismo convencional y destructor, dejará de ser lo que es, pero en la actualidad, poder visitar un sitio así totalmente al margen del mundo es un lujazo al alcance de muy pocos conocedores.
Merece un capítulo aparte.

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La manera en la que dí con mis huesos en Cuispes, por primera vez, fue un tanto inesperada. Viajaba por segunda vez a Tarapoto, buscando evadirme del caos de Lima. En mi anterior viaje, no había llegado mas allá de Moyobamba, a 2 horas de Tarapoto, la calidez y seguridad que me daban todos las conversaciones que tenía con la gente de esta zona de la selva, hicieron que decidiera ir mas allá hasta Chachapoyas, ciudad eminentemente turística, donde se encuentran, entre otros muchos atractivos, Kuelap o la catarata Gocta.

El caso es, que, viajando en un colectivo hacia Pedro Ruiz y charlando con las personas con las que compartía vehiculo, hablabamos de los lugares increibles que se encuentran en la selva y que solo la gente de aquellos lugares conoce. Coincidió que una de las personas, un anciano de Chachapoyas, me habló como en su juventud pasaba largas temporadas en casa de sus abuelos en un pueblecito llamado Cuispes, me habló de como trepaban a las palmeras para comer sus frutos, de los monos, tucanes y perezosos. Hasta allí, no pasaba de ser una anécdota más de lo que es una infancia típica en la selva. Hasta que, captó mi atención por completo, mencionando unas cataratas gigantes que se encontraban en el bosque y que la mayor parte de la gente, ni siquiera en la región Amazonas conocía.

Al llegar a Pedro Ruiz, que hasta ese momento solo era un lugar de paso hacía Chachapoyas, me meti a desayunar a un pequeño restaurante al costado de la carretera y le pregunté a la señora que atendía, que sabía de Cuispes y las cataratas arriba en la montaña. La señora me confirmó la historia del anciano, que ya había continuado su viaje hacía Chachapoyas, corroborando, como esa catarata había sido medida en 2007, dando una altura total de 895 m. En la región Amazonas, algo mas alejada de Pedro Ruiz, también se encuentra la catarata Gocta de 770 metros y muy famosa por su altura en el Perú, así que, esta catarata resultaba ser 125 metros mas alta.

Por supuesto la boca se me hacía agua, ¡¡¡un bosque de cataratas en la selva y sin turistas!!! Es un poco absurdo pero me emociono al recordarlo, me sentía Indiana Jones.
Agarré un mototaxi de inmediato y por 10 soles comenzamos la subida hasta Cuispes.

La subida hacía Cuispes se hace por una pista sin pavimentar (buena señal, pensé) y según se va tomando altura, uno comienza a estar literalmente sobre las nubes. A parar el mototaxi y mientras el chico me miraba curioso y divertido, yo tiraba algunas fotos y me llenaba los pulmones de aire, las vistas según se va tomando altura en la montaña, son alucinantes.

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En una media hora se llega al pueblo, los niños te saludan, la gente te sonrie, les divierte ver un colgao por allí con pintas de ser de fuera.
Una vez en el pueblo fuí a la plaza de armas, donde hablando con un lugareño, me dijo que iba a buscar a Jarvik. Jarvik un muchacho de ventitantos años, es Ingeniero Agrónomo y crecio en Cuispes, estudió fuera y ha decidido regresar a su pueblo porque quiere hacer que progresen los suyos, 5 minutos con el y ya lo estaba admirando. Jarvik me comentó que ese lugar es desconocido por el turismo y de inmediato comencé a bombardearle a preguntas. Estuvimos horas charlando sobre su pueblo, el bosque, los animales, las cataratas, los restos arqueológicos esparcidos por la selva, misteriosas lagunas en lo alto de la montaña, cuevas, incluso ¡¡¡momias en medio de la selva!!!....

Definitivamente me faltaba el latigo y un chino de 1,20 a mi lado, era como estar en una película, yo creía que ya no había lugares así, que todo aparecía en el Lonely planet, pero afortunadamente no. Pase la noche en La Posada inquieto tomando notas, mientras me balanceaba en una hamaca, por cierto, rodeado de ¡¡¡luciernagas!!!, recordé haber visto alguna de niño en mi infancia, pero estar allí en un pueblo perdido en la montaña, debajo de varias palmeras de 10 metros cuyas hojas se recortaban contra un cielo, dios mio, el cielo en lugares como ese parece mentira, uno se puede quedar horas embobado mirando hacia arriba y para colmo las luciernagas alrededor, era como estar en un cuento.
Ahí esta mi hamaca, jeje:

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Por la mañana a eso de las 6 y tras una ducha, desayuné con Jarvik en el comedor de La Posada a base de frutas y cafe producidas en el pueblo, desayuno de lujo para un día de lujo. Hablando de cataratas, Jarvik me dijo que no solo estaba la Catarata Yumbilla de 895 metros, si no, que, había otras 2 Cataratas una de 540 metros y otra de 400 metros de caída, bueno, mi emoción a estas alturas y pese al sueño era absurda e inenarrable.

Partimos hacia la Catarata Yumbilla, la mas alta de las tres y tras unos 30 minutos caminando hacia la montaña, nos internamos en el bosque, por un sendero, que, según me comentó, los propios lugareños habían abierto con la esperanza de que algún día llegaran turistas. Yo entre mi, pensaba, hasta que punto sería bueno para ese lugar, que se convirtiera en otro destino masificado. En ese punto, dentro del bosque primario, rodeado de arboles que tienen cualquier cantidad de años, juré amor eterno a la ceja de selva. La vegetación de la ceja de selva es de pelicula, pareciera que fuese a aparecer un elfo en una rama o que un hobbit iba a asomar la cabeza desde el interior de cualquier retorcido tronco enorme. Helechos gigantes, palmeras gigantes, musgo, orquideas en cantidad, bromelias, lianas cayendo de los árboles como en las peliculas de tarzan y para colmo las nubes moviendose entre la selva, uffff increible de verdad .

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A ver, que me dejo llevar por la pasión, en unas 2 horas y media aproximadamente se llega a la catarata Yumbilla, por el camino se cruzan varias cataratas mas pequeñas y de nuevo impresión total . Semejante caida de agua, con un cesped como si alguien lo cuidara casi a sus pies, para tumbarse, cerrar los ojos y no creerse, el poder disfrutar de un lugar así, acompañado de un ya amigo y sin japoneses tirando fotos alrededor.
Foto de la última de las 4 caidas de la Catarata Yumbilla:

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La verdad ese rato que estuve allí quedará en mis recuerdos para siempre, momentos mágicos, llamaba a mis amigos, porque, sentía la necesidad de compartir lo que estaba viviendo con mas gente. Después de un buen rato allí tirado conversando, ya de regreso, fuimos a ver la segunda catarata gigante de 400 metros de altura, una pasada, preciosa, no hay palabras.

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De camino hacia el pueblo y como estaba con ganas de aventura, en vez de regresar por el sendero, bajamos desde la catarata en linea recta hacia el pueblo, mientras Jarvik por delante, iba haciendo camino con un machete de 1 metro, por medio de la vegetación, con dos c...
La catarata desde la distancia mientras bajabamos:

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Yo creo que estaba en el pueblo a eso de las 2 del medio día cansado, pero, con una sensación de, no se, cuando uno se da viajes así y encima te das cuenta que casi no estas gastando dinero, el placer es doble si señor. Por cierto, Jarvik cobra 20 soles, demasiado barato a mi parecer, por un tour de 6 horas y la habitación esta a 45 soles para una persona, la doble 90 soles, pero de lujo con chimenea y vistas al orquidiario del hospedaje.

A estas alturas ya me había dado cuenta, que el viaje que estaba buscando se encontraba allí, así que me quedé otra noche mas, porque necesitaba ir a conocer mas a fondo ese bosque. A la mañana siguiente y tras la segunda noche consecutiva hasta las tantas mirando las estrellas en una hamaca, subimos temprano de nuevo a la selva en la montaña. Esta vez iríamos a ver restos arqueológicos de estos que ningún gringo hasta el momento había pisado. Y es que, los pocos que habían llegado al pueblo lo hacían sin demasiado tiempo, porque, como dice Jarvik, “los gringos siempre tenemos que tener todo planificado“, cuanta razón. El caso es que, fué un segundo día de trekking en la parte de arriba de la montaña, muchas de las sendas que abren en la selva, enseguida son devoradas por esta, así que, hay que ir haciendo camino al andar, como dijo aquel. Estuvimos viendo restos arqueológicos de culturas pre-incas comidos por la selva y pude sentarme a almorzar codo con codo con una momia en un estado de conservación alucinante para estar a la intemperie.

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Bajamos hasta el pueblo otra vez sin mayor incidencia, mas allá de una tromba de agua, de esas que solo caen en la selva, así que nos metimos a una cueva en la roca y disfrutamos del espectáculo, en ningún sitio llueve como en la selva. Del pueblo de Cuispes se podría hablar horas por su magnifica sencillez, uno puede ver como vivian nuestros abuelos, lo absurdos que somos en las ciudades, lo mucho que hemos desaprendido en los últimos 100 años. Una pequeña anecdota, cuando les hablé de como en España, para tener una casa, uno tiene que pagar durante 30 años, la mitad de lo que gana al Banco, ellos se reian inocentes, atención al matiz, no se burlaban solo les parecía absurdo, ¿lógico no?. En Cuispes, cuando un vecino necesita casa, entre los vecinos la construyen en un mes y medio y al final del trabajo, el dueño les invita a una pequeña fiesta . Uno se siente un imbecil y dichoso a la vez, por la manera tan simple en la que esta gente te abre los ojos.
Cuispes, mas allá de las cataratas, es un lugar de ensueño para cargar las pilas, para recapacitar, para aprender, uno, cuando se va de este pueblecito, además de con pena, se va con las baterias totalmente llenas.

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Al día siguiente, Jarvik prometió llevarme a un pueblo vecino, desde donde poder visitar unos sarcofagos, restos pre-incas que se encontraban en la ladera de la montaña. Es curioso yo conocí esos sarcofagos hace ya 1 año y recientemente a aparecido en la noticia, que se han descubierto unos sarcofagos, los que yo visité, en San Jerónimo. Hablé con Jarvik sobre lo interesante que sería para su posada que pudieran incluir también la visita a esos sarcofagos de dificil acceso y por lo que he sabido, ya esta llevando turistas desde La Posada hasta allí. Esta es la noticia del “descubrimiento“: culturavivaenamazonas.blogspot.com/ ...n-san.html

Mi viaje, esta vez terminó allí, ya no pude ir a Chachapoyas, que visité algunos meses después y describiré en otro diario, lo que si puedo decir, es que, jamás, nunca, en mi vida, habría esperado que existiera un lugar así, poder conocerlo de primera mano, disfrutarlo cuando aun se mantiene virgen, para mí y sin lugar a dudas, es mi lugar favorito en todo el Perú.

Mis sentimientos, no obstante, son encontrados, por una parte, egoistamente, me gustaría que permaneciese así, inocente e inexplorado, para de vez en cuando poder escaparme a ese, mi pequeño paraiso . Por otra parte, creo que sería importante para el lugar que entrara algo de turismo, que ayudara a la gente del pueblo a cuidar de su increible bosque de las cataratas, para que, si en algún momento alguna minera, le da por encontrar cualquier cosa por allí, tengan la fuerza para defenderlo. Tristemente, en Perú, demasiados paraisos naturales, estan desapareciendo en las manos de las empresas, europeas, estadounidenses y chinas, con la implacable voracidad del neocapitalismo liberal que gobierna el mundo, haciendo que cualquier pueblo bajo el que haya oro, petroleo u otros minerales, este condenado en pos del mal llamado desarrollo a tener un triste destino.

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Recomiendo hacer este viaje, un viaje dentro de un viaje. La selva, hay que conocerla cuanto antes, cada año que pasa queda menos, en 50 años, tristemente, no será ni una sombra de lo que es. La gran esperanza de la selva amazónica es que, cada vez, haya mas gente que la conozca y la defienda. ¿Te la vas a perder?

FIN de la historia.

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