Y por fin llegó la hora de embarcar. Después de los controles aduaneros de rigor pero necesarios e imprescindibles por fin nos encontramos subidos en el barco Serenade of the Seas el cual nos iba a llevar durante una semana por aguas atlánticas y caribeñas. En concreto íbamos a poder visitar las islas de Barbados, Santa Lucía, Antigua, Saint Maarten e Islas Vírgenes de los Estados Unidos según el mapa insertado anteriormente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Embarcamos como 3 horas y media antes de partir para así poder familiarizarnos con el barco lo antes posible, así como para estar de forma más relajada. Pudimos haberlo hecho a partir de las 14h ya que a esa hora abrían el check-in pero lo hicimos después de devolver el coche finalmente sobre las 18h. Previamente ya habíamos visitado el barco para dejar el equipaje con tranquilidad en el camarote (9060). El camarote que elegimos fue un exterior con terraza y la verdad es que no nos arrepentimos en ningún momento de haber abonado suplemento por ello puesto que las vistas de la puesta de sol, la entrada/salida de los puertos que visitamos así como el romper el barco las olas hacen todo ello una experiencia muy placentera que, bajo nuestro punto de vista, justifica ese sobreprecio respecto a otros camarotes.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una vez en el interior del barco pudimos comprobar como éste poco a poco se iba llenando y el gran ambiente que reinaba ya en él. Visitamos las cubiertas de las piscinas, el gym, comedores, salas de baile y el ambiente que reinaba en todas partes era ya de fiesta. La piscina estaba a tope, mucha gente en el agua, también bastante haciendo deporte en la cubierta o bien dentro del gimnasio así como los primeros pasos de baile ya se veían en la zona de recepción y atención al cliente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Media hora de partir tuvo lugar el obligado simulacro de evacuación en caso de emergencia. Se nos distribuyó en función de la ubicación de nuestro camarote y siguiendo una serie de instrucciones básicas de dónde y cómo colocarte en el barco así como llegar hasta allí todo según una combinación de números y letras que estaban insertadas en tu seepass o tarjeta de embarque.
La primera y muy grata sorpresa llegó a la hora de la cena. Habíamos elegido el segundo turno de cena al contratar el crucero (20,30 h) puesto que el primero comenzaba a las 18,30. En un principio nuestro temor era que no encontrásemos a ningún viajero más de nuestro país ya que se trataba de un crucero con puerto de salida en San Juan de Puerto Rico, pero todas nuestras dudas o temores quedaron disipadas al comprobar que las personas con las que íbamos a compartir mesa y mantel durante 7 cenas eran de un total de once, nueve de Barcelona ciudad (además de al igual que yo afines al baloncesto la mayoría de ell@s) y una pareja de recién casados que nos acompañó tenían muchas simpatías con nuestra ciudad por diversos motivos. Tras presentarnos antes de empezar a servirnos la cena los camareros pude comprobar que la simpatía, alegría y camaradería iban a reinar todos los días entre nosotros como así ocurrió.
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Embarcamos como 3 horas y media antes de partir para así poder familiarizarnos con el barco lo antes posible, así como para estar de forma más relajada. Pudimos haberlo hecho a partir de las 14h ya que a esa hora abrían el check-in pero lo hicimos después de devolver el coche finalmente sobre las 18h. Previamente ya habíamos visitado el barco para dejar el equipaje con tranquilidad en el camarote (9060). El camarote que elegimos fue un exterior con terraza y la verdad es que no nos arrepentimos en ningún momento de haber abonado suplemento por ello puesto que las vistas de la puesta de sol, la entrada/salida de los puertos que visitamos así como el romper el barco las olas hacen todo ello una experiencia muy placentera que, bajo nuestro punto de vista, justifica ese sobreprecio respecto a otros camarotes.
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Una vez en el interior del barco pudimos comprobar como éste poco a poco se iba llenando y el gran ambiente que reinaba ya en él. Visitamos las cubiertas de las piscinas, el gym, comedores, salas de baile y el ambiente que reinaba en todas partes era ya de fiesta. La piscina estaba a tope, mucha gente en el agua, también bastante haciendo deporte en la cubierta o bien dentro del gimnasio así como los primeros pasos de baile ya se veían en la zona de recepción y atención al cliente.
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Media hora de partir tuvo lugar el obligado simulacro de evacuación en caso de emergencia. Se nos distribuyó en función de la ubicación de nuestro camarote y siguiendo una serie de instrucciones básicas de dónde y cómo colocarte en el barco así como llegar hasta allí todo según una combinación de números y letras que estaban insertadas en tu seepass o tarjeta de embarque.
La primera y muy grata sorpresa llegó a la hora de la cena. Habíamos elegido el segundo turno de cena al contratar el crucero (20,30 h) puesto que el primero comenzaba a las 18,30. En un principio nuestro temor era que no encontrásemos a ningún viajero más de nuestro país ya que se trataba de un crucero con puerto de salida en San Juan de Puerto Rico, pero todas nuestras dudas o temores quedaron disipadas al comprobar que las personas con las que íbamos a compartir mesa y mantel durante 7 cenas eran de un total de once, nueve de Barcelona ciudad (además de al igual que yo afines al baloncesto la mayoría de ell@s) y una pareja de recién casados que nos acompañó tenían muchas simpatías con nuestra ciudad por diversos motivos. Tras presentarnos antes de empezar a servirnos la cena los camareros pude comprobar que la simpatía, alegría y camaradería iban a reinar todos los días entre nosotros como así ocurrió.
LUNES, 15 DE AGOSTO 2011.
Este primer día de crucero fue el único día de navegación completa. Ello nos vino “de perlas” debido al cansancio acumulado de nuestro periplo previo por tierras de la Florida. Nos levantamos más tarde que ningún día, fuimos a desayunar relajadamente y a continuación tuvimos a una charla en la cubierta 13 con Iván, nuestro embajador internacional e interlocutor de la compañía naviera ante todos los hispanohablantes, bueno también italohablantes, francófonos y alemanes puesto que domina todos estos idiomas. En esta charla de más de hora y cuarto de duración nos comentó, muchas veces en forma divertida, el funcionamiento del barco, horarios, excursiones, normas teléfonos de información e incluso contestó a muchas de nuestras dudas antes de formularle la pregunta. Sin duda Iván tiene lo que se llama “don de gentes”. Como he dicho anteriormente este día nos sirvió para relajarnos y recuperarnos del cansancio acumulado en los días anteriores al crucero así que lo dedicamos a pasear y conocer el barco y a hacerles fotografías de recuerdo de algunas estancias. Por la tarde tuvo lugar el cóctel de bienvenida a cargo de la Capitana de la nave y toda su tripulación. La pregunta que me hice mientras se procedió a dicha presentación es que ¿Quién la manejaba si ella y su tripulación estaba con nosotros, un piloto automático como en el caso de los aviones????? Tras la citada bienvenida, con cocktel incluido, un paseo por las tiendas del barco a la espera de que llegase nuestra hora de dirigirnos al restaurante y reencontrarnos con nuestros compañeros de mesa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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