Amaneció no muy temprano, y preparamos las maletas, realizamos el check-out y pudimos dejar las maletas en el hotel, el tiempo que quisiéramos que nos las guardaban.

Desayunamos en una cafetería churreria... que rico!! Mira que a mi no me da más por los churros pero los pidió mi chico y buenisimos!. En la calle Peatonal Carrera de Espinel.
Luego antes de que apretara mucho el sol, hicimos el recorrido andando que recomendaba la audioguía. Pasando por La Muralla y Puerta Almocábar, varias Iglesias, El Palacio de Mondragón, La casa del Gigante, Los puentes Viejo, romano y Nuevo, la Alameda del Tajo, La plaza de Toros, los baños árabes y los Jardines de Cuenca. Fue un paseo guapisimo. Ronda tiene mucho que ver, y mucho que visitar.


Después del paseo... y subir por el puente Romano y viejo a los jardines de Cuenca... nos ganamos tomarnos algo fresquito y comer unas tapitas.. ¿Dónde?... os lo imagináis ¿no?.

Después de comer recogimos nuestras maletas, y nos pusimos rumbo a Sevilla. Ver todos los carteles indicando lo cerquita que estabamos de



Cogimos un B&B muy cerquita del Puente de Triana, en pleno centro. Pensamos que la ubicación en una ciudad tan grande, era importante. Nuestra idea en Sevilla era visitar la Catedral, El Alcázar y la Plaza de España, callejear, pasear por el casco antiguo y ver a unos amigos.

Hicimos el Check-in, dejamos las cosas, y salimos "pitando" del B&B. Dimos un paseo por la orilla del Guadalquivir, cruzamos el Puente de Triana, y paseamos por la calle Betis. Aprovechamos la "hora del Rosario" para colarnos a ver la Esperanza de Triana. Que bonita estaba. Al entrar a la Parroquia de Santa Ana, el olor a las frores frescas inundaba el templo, y allí estaba ella tan preciosa como la recordaba. Luego caminamos hasta el final de la Calle Betis, cruzamos el puente de San Telmo y estuvimos rondando la Torre del Oro. Las bandas de música, que acompañan a las Cofradías de Semana Santa, estaban ensayando a la orilla del río, cosa que hizo aún más agradable el paseo.
Cuando nos juntamos con una amiga de Sevilla, tomamos algo en la calle San Jacinto (esta lleno de terrazas con mucho ambiente), y nos fuimos a cenar a su casa.
Sevilla es ENORME... así que entre que cruzamos hasta donde vivía y volvimos, nos acostamos tarde y queríamos madrugar para entrar temprano a la catedral. Mañana... iba ser un día largo largo...