El día comienza temprano, a las 08:00h en pie, nos dirigimos a la primera planta del Hotel Gioberti, lugar donde está el comedor y observamos que hay disponible para desayunar, la verdad después de los comentarios que había leido sobre los hoteles italianos me esperaba bastante menos cosa, indudablemente no es comparable a lo que un hotel español de la misma categoría ofrecería, pero sin duda alguna el que se quede con hambre es por que quiere. En una escala del 1 al 10 le daría un 7.5.
Una vez cargadas las pilas para afrontar la mañana cogemos nuestros aperos y nos encaminanos de nuevo a la estación de Termini, localizamos la linea de metro correspondiente y embarcamos destino a Colosseo, objetivo de la mañana... Foro Romano, Palatino y si da tiempo de algo más ya veremos.
El metro llega a su destino, localizamos los carteles que indican "Uscita", aprendimos rápido que significaba salida, siempre estaba junto a los carteles de Exit. Es temprano y la iluminación en los corredores del metro de Roma no es excesivamente alta, por lo que andas con los ojos abiertos a tope para no llevarte a nadie por delante, unos metros mas allá empezamos a vislumbrar la salida, poco a poco los ojos intentan acostumbrarse a los primeros rayos de sol que empiezan a asomar por la bocana de metro y de repente te encuentras con esto

Quizá fue mi imaginación pero tuve la sensación de que todos aquellos que salían por la bocana del metro enmudecían repentinamente, el hecho de llamarlo "Colosseo" es más que merecido por que a primera vista es colosal, lo cual hace pensar que en su momento era una obra titánica y que debía enmuedecer a todo aquel que lo viera por primera vez
A pesar de encontrarnos directamente con el Coliseo nuestro objetivo inicial es El Foro, por lo que avanzamos por la Via de los Foros Imperiales hasta la entrada del antiguo Foro, que por cierto está un pelín escondida. Comprobamos que para entrar había que pagar entrada, no puedo precisar de que importe por que usamos el Roma Pass. Como ya sabiamos, desgraciadamente, hay varias construcciones del Foro de las que no queda gran cosa en pie, pero por suerte hay algunas otras que están en bastane buen estado, entre estas últimas La Curia, El Arco de Septimo Severo y el Arco de Tito, El templo de Antonino y Faustina y la Basílica de Majencio de la que aunque no queda en pie más que una de sus fachadas nos da una idea se su magnitud. Lástima que algunas otras no estén tan bien conrservadas, como el Templo de Saturno, la Basílica Julia o el Templo de las Vestales.

Una vez llegamos al arco de Tito vimos el camino que lleva al Palatino, se dibuja un pasaje en subida bordeado a la derecha por lo que probablemente en su momento fueron hermosos jardines y por lo que un poco elevado parece un mirador sobre el foro. Visitamos el Palatino y poco a poco fuimos tomando conciencia sobre como vivían sus moradores y realmente no vivian mal. Vistas directas sobre el Circo Massimo, Vistas elevadas sobre el Foro, su propio estadio, fuentes, el Coliseo en otro de sus lados, etc...



A pesar de que la última fotografía de esta seríe no pertenece a este día nos ofrece una buena vista del Palatino desde el Circo Massimo
Visitar el Foro Romano y el Palatino nos ocupa toda la mañana y pensamos que antes de entrar al Colieo es conveniente comer, por lo que contando que el Roma Pass nos permite viajar sin pagar durante 72h y que volver a Termini son apenas 10 minutos decidimos acercarnos a un restaurante que vimos en la misma estación y que parecía tener buena pinta. Acertamos de pleno, la comida estaba muy bien, había para elegir dos o tres primeros y dos o tres segundos, incluyendo carne que te la hacen al momento. Siento no haber apuntado el nombre, pero para poder situar a aquel que esté por la zona y busque un lugar donde comer está saliendo de la estación hacia Via Gioberti.
Una vez recargadas las baterías nos volvemos en busca del Coliseo, al llegar a el vemos una gran cola para acceder, pero siguiendo las indicaciones de aquellos que han estado antes que nosotros nos colamos por un lado y comprobamos que es para adquirir la entrada, nosotros al llevar el Roma Pass accedemos sin problemas, sin colas y sin descontar la segunda entrada a la que da derecho, puesto que la entrada al Foro y Palatino incluye la visita al Coliseo. En este punto decidimos alquilar la audioguia, para ello has de dejar tu DNI en la ventanilla de alquiler, no es que nos haga mucha gracia dejar un documento tan importante en manos de alguién desconocido pero... es lo que hay. Junto con la audioguia te proporcionan un plano que, como todo en Roma, te lo pueden proporcionar en frances, ingles, italiano y otro idioma que ahora no recuerdo, pero no en español, por lo que te has de apañar con alguno de los otros, a nosotros nos dio el código de audioguia para escucha en español y sin preguntar nos entregó el mapa en italiano. La audioguia me pareció bastante útil, a pesar de que en alguna ocasión se extiende demasiado en alguna explicación.
En lo que al Coliseo en si se refiere hay que decir que es impresionante, su estructura es digna de elogio, todo pensado para que el espectáculo fuera realmente único.

Quizá para los más duchos en historia y los más purtistas este comentario sea un sacrilegio, pero al contemplar el Coliseo desde dentro, ver las maquetas que explican el funcionamiento de rampas y elevadores para la salida a pista de fieras y gladiadores, observar la disposición de las gradas y ver toda su ingenieria, empiezas a pesnsar, siempre y cuando hayas visto Gladiator, que esta película no se desencamina mucho de la realidad


Desde una balconera situada justo enfrente del Arco de Constantino se obitene una buena vista del mismo junto con los restos de la Meta Sudans y también del templo de Venus y Roma


Una vez visitado el Coliseo por dentro dimos una vuelta por su exterior, sobretodo por que yo quería contemplar con calma la fachada opuesta al Arco de Constantino, ya que es la única que queda prácticamente completa. Como se puede comprobar en la fotgrafía los turistas que aparecen dan una referencia sobre su importante altura

Caminando por el Foro, el Palatino y el Coliseo vimos en varias ocasiones a turistas que llevaban consigo un libro, en varios tamaños, que eran fotografias de los monumentos tal cual están hoy en día pero con una transparencia que se superpone y lo completa, lo que te permite ver, por ejemplo, el Templo de Majencio al completo. Si lo hubieramos sabido con anterioridad lo habríamos comprado sin dudarlo, es muy útil y ayuda mucho a entender lo que estás viendo. Es caro, si, pero hubiera agradecido tenerlo cuando visitaba el foro.
Desde aquí y con calma nos vamos caminando por la Via de los Foros Imperiales en busca de los mismos, Los Foros Imperiales. Se pueden ver desde la calle. Queda en bastante buen estado el mercado de Trajano y sobretodo su espectacular Columna Trajana, tal y como la recordaba de los libros del cole. Es esplendida, desde el pedestal hasta la estatua de San Pedro, originalmente había una de Trajano, está repleta de bajorelieves y a pesar de la distancia desde la que la estamos viendo me siento muy contento, es uno de los monumentos, aunque sea funerario, que me ha empujado siempre a concocer Roma.


Llegados a este punto, media tarde, apetece un cafelito, o en este caso un Capuccino, por lo que nos vamos en busca de la Plaza de Venecia, con la esperanza de encontrar algún café. Como todos imaginaréis para ir desde los Foros Imperiales hasta la Plaza de Venecia hay que pasar por el Monumento a la Patria de Victor Enmanuel II, realmente sus formas son descomunales, es un edificio realmente grande. En las fotos recientes, de 3/4 meses atrás, que había visto de turistas ya había comprobado que estaba en restauración, los trabajos han avanzado y las zonas que no están visibles han cambiado, pero ello no diiculta la visión del monumento, además al ser un elemento simértrico no acabas de perder la perspectiva

Decidimos no entrar, a parte de tener unas buenas vistas no nos decía nada en especial este monumento por lo que simplemente lo contemplamos desde la calle. Los italianos llaman despectivamente a este monumento "La máquina de escribir" ya que su forma recuerda a una de estas antiguas máquinas.
Por cierto, disfrutamos de ese capuccino y de un pequeño tentempíe en una cafetería muy cercana al monumento, no tenía nada de especial pero por lo menos no fue excesivamente caro. Aprovechamos el alto para revisar los mapas y los puntos que teníamos previsto visitar esa tarde. El siguiente punto la "Piazza Mattei" una pequeña plaza en la que encontrariamos una pequeña fontana por todos conocida, la Fuente de las Tortugas, pero por sorpresa topamos con el Area Sacra situada en Largo Agentina, no estaba previsto visitar este punto pero ya que estabamos allí... Tanto mi pareja como yo coincidimos en que esta zona se debería llamar La Plaza de los Gatos, era increible la cantidad y el tamaño de los gatos que se agrupaban en esta zona


Por desgracia también nos encontramos con este cartel, para aquellos que tenemos y queremos a los animales nos enconge nuestro corazoncito, espero no tener que colgar jamas un cartel como este.

Despues de comprobar la fauna romana,


Retomando los pasos que nos han llevado a la Piazza Mattei, o lo que es lo mismo pasando de nuevo por El Area Sacra, nos encaminamos a la Plaza Navona (Estadio de Domiciano), tardamos poco en llegar y lo primero que nos encontramos es la Fuente del Moro, vemos en el centro de la plaza la Fuente de los Cuatro Rios, tapada por restauración aunque con algun hueco acristalado en la estructura de protección para poder contemplarla, aunque se aparcialmente. Al fondo de la plaza la Fuente de Neptuno. Cuando se inundaba esta plaza para celebrar los juegos debía ser esplendida

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Disfrutamos durante unos instantes del lento transcurrir de la plaza, todo el mundo parece pasear por ella con calma, disfrutando del caminar pausado y del relajante sonido del agua de sus fuentes aderezado por algún que otro músico callejero que con más o menos traza te hacen sentir que estás en la Roma de las películas como Vacaciones en Roma. Lentamente nos vamos deslizando de nuevo desde la Fuente de Neptuno hacia la Fuente del Moro para ir en busca de un lugara para cenar llama "Il Baffeto" que en losviajeros.com alguien recomendaba. Es temprano, las 19:30h pero hemos quemado mucha energía durante el día y nos queremos retirar pronto para descansar y afrontar la próxima jornada con frescura. Llegamos al lugar elegido y comprobamos que su éxito le precede, ya se empieza a formar una prominente cola, a pesar de ello estamos decididos a cenar allí y pacientemente nos colocamos en la cola. Miesntras esperábamos se colocó tras nosotros un hombre pequeño con aspecto de pasar desapercibido fácilmente, pero pronto comprobamos que ni mucho menos esa era su intención ya que apenas colocarse en la cola me pregunto en ingles que si eramos italianos, yo le repondí que no sin mucho ánimo de entablar conversación, me sentía cansado y lo único que quería era sentarme y cenar, pero el hombre no se dió por vencido y volvió a la carga, pregunto que si hablaba inglés y que el era estadounidense, le comenté que hablaba un poco de inglés y que nosotros eramos españoles. al parecer eso fue suficente indicativo para el de que estabamos dispuestos a entablar conversación. Unos instantes después se acercó una chica joven que el hombre nos presentó como su hija. Tras varios minutos de hacer cola empecé a entender por que el hombre quería entablar conversación con unos desconocios, a pesar de que hay una cola y el ordén de llegada se respeta el restaurante monta las mesas buscando siempre grupos que las completen, si queda libre una mesa de 4 no sientan a la primera persona de la cola si no al primer grupo de 4 de la cola. Evidentemente era más fáci encontrar mesa para 4 que para 2 y el pequeño hombre parecía saberlo. A pesar de tener pocas ganas de entablar relaciones internacionales pensé que si que tenía ganas de sentarme por lo que accedí a entrar en la conversación, rápidamente el camarero pregunto para 4 y nos sentamos nosotros. La verdad es que he de admitir que fue una cena muy agradable y he de admitir que a pesar de mi pésimo inglés hicieron todo lo que estuvo en su mano para entenderme. Durante la cena el hombrecillo me confirmó que había estado ya en alguna ocasión en el lugar y que estaba en Roma por razones de trabajo, algo relacionado con la Universidad de Roma, estudios de efectos del sol sobre el univeso,



Desde aquí nos dirijimos de nuevo hacia Plaza Navona en busca de un autobus, por cierto el único que cogimos durante nuestra estancia en Roma, que nos llevaría hasta la mismísima puerta del hotel. Era la hora de una buena ducha y descansar hasta el próximo día. ¡Uf! que cansancio... merecido descanso.