Tonga es un pequeño país del Pacífico Sur, con 100000 habitantes y 176 islas, aunque sólo 36 están habitadas. Lo que quizás llama más la atención de Tonga es que se trata del único reino del Pacífico, y es el único país de la zona que nunca fue colonizado, ya que aunque fue protectorado británico, nunca dejó de tener un gobierno local. El archipiélago fue apodado “Friendly Islands” por el capitán James Cook a finales del siglo XVIII por la amable acogida que recibió de sus habitantes, aunque en realidad se cree que la intención de los jefes tribales era matar y comerse a Cook, pero no llegaron a ponerse de acuerdo en cuándo hacerlo y al final Cook se libró y nunca supo lo cerca que había estado.
Las islas de Tonga se dividen en cuatro grupos principales: Tongatapu, Ha’apai, Vava’u y las Niuas. En Tongatapu, que es la isla más grande, está la capital Nuku’alofa y la residencia de la familia real. En esta isla se concentra el 70% de la población total del país. A 120 km al norte de Tongatapu está Ha’apai, un grupo de islas coralinas y volcánicas que (dicen) tienen las mejores playas del país. Otros 120 km al norte de Ha’apai está Vava’u, el verdadero centro turístico de Tonga por sus aguas cristalinas y su vida acuática. Las Niuas son 3 islas volcánicas aisladas y de difícil acceso a 500 km al norte de Tongatapu. Para viajar de un grupo a otro hay ferries, pero lo normal es volar. La compañía que opera en Tonga se llama Chatham’s Pacific y es neozelandesa.
Y la pregunta del millón es: por qué Tonga? He dejado lo mejor para el final: Tonga es uno de los poquísimos sitios en el mundo donde uno puede nadar entre ballenas jorobadas, que van a criar allí en invierno desde la Antártida. La “temporada” de ballenas va de julio a octubre. Cuando empezamos a pensar dónde iríamos de vacaciones a finales de julio – principios de agosto sabíamos que queríamos visitar alguna isla del Pacífico para escapar del frío de Wellington (si habéis leído mi diario de NZ sabréis que hace poco más de un año me vine aquí a vivir), y la idea inicial era visitar las Cook, pero cuando nos enteramos de lo de las ballenas no pudimos resistirnos y cambiamos de plan. Tonga es mucho más rústico y menos turístico que las Cook (o Fiji, o Samoa…), pero el hecho de poder nadar con ballenas nos parecía una oportunidad única, así que allá nos fuimos!
Algunas agencias de viaje organizan paquetes de una semana a Tonga, pero suelen quedarse en Tongatapu y nosotros queríamos ir a Vava’u, ya que es la mejor zona para ver ballenas, así que nos lo montamos por nuestra cuenta, como casi siempre. Cogimos los vuelos con AirNZ desde Auckland (algo menos de $600 por persona ida y vuelta, unos 350€) y los vuelos internos con Chathams Pacific (Tongatapu-Vava’u-Tongatapu unos $370 por persona). Pasaríamos 4 noches en Vava’u y 3 en Tongatapu. En Vava’u reservamos una cabaña en el Blue Lagoon, un “resort” (y lo pongo entre comillas para que no os imaginéis el típico resort de Bora Bora…) en una pequeña isla donde sólo hay 8 cabañas. Cogimos un paquete de 4 noches, comidas, traslados desde el aeropuerto y excursión de ballenas por unos $2200 para dos personas. No es barato, pero el tener una isla casi para ti solo fue una experiencia increíble. Lo de coger pensión completa es casi obligado al estar solos en la isla y no tener medios para comprar comida o cocinar. Elegimos este porque nos encantaron las fotos de los fales o cabañas, son de lo más original y auténtico.
En Tongatapu hay algunos hoteles pero no nos convencía ninguno, así que decidimos tirar la casa por la ventana y reservamos en el Fafà Island Resort (este sí parece más un resort de verdad), un hotel también en su propia isla, a unos 20 minutos en barco de Tongatapu, regentado por una familia alemana. Curiosamente, Tonga tiene mucho turismo alemán, no me preguntéis por qué. Es, probablemente, el mejor hotel de Tonga y a nosotros nos gustó mucho, pero tengo que decir que aunque el Blue Lagoon era bastante más rústico, la ubicación era muchísimo más idílica. Además, aunque el Fafá también tiene pocas cabañas (13), lo notamos mucho más concurrido. Al fin y al cabo, es el hotel de los paquetes turísticos… Al estar regentado por alemanes, los precios los dan en euros, y cogimos un paquete de 3 noches con pensión completa y traslados desde/al aeropuerto por 926 € para dos personas.
Como actividades, reservamos un tour por Tongatapu con Toni, el dueño de una guesthouse que hace recorridos turísticos por la isla. Como os imaginaréis, el transporte público es escaso y alquilar un coche (nuestra opción habitual) era un poco complicado, ya que hay que sacarse el carnet tongano, que aunque sería un bonito souvenir implicaba ir a la comisaría de policía a hacerlo y no queríamos perder mucho tiempo. Nuestro vuelo de AirNZ llegaba a Tongatapu a eso de las 10 de la mañana, y el vuelo a Vava’u no salía hasta las 5 de la tarde, así que teníamos unas horas para visitar la isla y lo más sencillo era contratar un tour guiado. Toni es británico y tiene un sentido del humor peculiar. Fue fácil contactar con él por email y acordar horarios y precio (unos 90€ por un tour para nosotros solos, recogiéndonos en el aeropuerto y dejándonos allí también al terminar). Tongatapu no es la séptima maravilla del mundo, pero tiene sitios curiosos que bien merecen una visita. La segunda actividad que teníamos reservada, a parte de las ballenas, era un día de buceo en Vava’u, pero al final por un problema con la reserva no llegamos a hacerlo. Dicen que Vava’u tiene uno de los mejores buceos del Pacífico, tanto por la cantidad de vida que hay como por sus aguas cristalinas.