Del sable del Sahara a la devastación de Tindouf. ✏️ Diarios de Viajes de Argelia

Me levanté a las 09:15 de la mañana, había dormido genial, calentito y cómodo, al levantarme, mi momento de paz era, como contemplaba por la ventana del tren, esas preciosas montañas, respirando aire del desierto.

Una vez llegué a la estación de tren de Béchar, no tardé mucho en salir de aquella ciudad, en mi opinión no tenía mucho interés.

Béchar => Taghit 95 kilómetros
Precio del bus 100 DZD (0,68€)
Duración del trayecto 1h30”

Nota: El minibus que se dirige a Taghit, no se ubica en ninguna de las terminales de bus de Béchar.


Dentro del minibus, había una mujer cubana, que estaba destinada, por temas de trabajo, en el hospital de Taghit, llevaba dos años y le faltaba uno mas, para poder volver a casa.

Una vez llegué a Taghit, me encontré un pueblo, con muy poca demanda hotelera, el hotel Taghit, el principal de allí estaba en obras, uno de los obreros me llevó a una casa de huéspedes, el precio eran 6700DZD (45,89€) era de muy buena calidad y habían algunos turistas, no me podía permitir pagar ese precio desorbitado.

Con suerte encontré un “Auberge de Jeneus” se supone que son de la cadena, de albergues de la HI Hostels, era un albergucho sucio pero por 200DZD (1,36€) dormí sin problemas.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Al levantarme, estaba mareado sin fuerzas, con temblores, no tenía ganas de hacer nada de nada.

Subir a la duna, fue todo un reto y esfuerzo, bueno y visitar, el bosque de las palmeras y el Ksar, ni lo voy a contar. Lo único que quería era largarme, pero no de allí, si no largarme a mi casa.

Caminaba por las calles de Béchar, como un zombie, no me entraba nada en el estomago, solo líquido y a cuenta gotas. Compré el billete a Tindouf y salí en el último bus de la tarde.

Tindouf

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Sobre las 06:15 de la mañana, el segundo chófer nos despierta, todo el autobús teníamos que pasar un control, subió un militar y comenzó a pedir la documentación, a todos los pasajeros, pero cuando llegó mi turno…


El militar con una cara de asombro, me dijo que saliera del bus y lo acompañara a la caseta militar, me senté en una silla, después vino el sinfín de preguntas.

De donde eres?
Donde Vas?
A que?
De que origen eres?
Nacionalizado español, pero de origen argelino?
Conoces a alguien en Argelia?
En Tinfouf?

Apuntaron todos mis datos, en una ficha, una vez acabaron me dieron la mano y me dijeron “Bienvenu Algerie”

Llegué a las 07:00 de la mañana, a la terminal de bus de Tindouf, hice un café hasta las 08:00, llamé a Mohamed un saharaui, que conocí en el barco de Almería a Ghazaouet, vino a buscarme con su Citroen ZX matricula Sevilla, fuimos a su casa, me recibieron con un desayuno, pero necesitaba dormir.

Me levanté a la hora de comer, con la gran sorpresa, que le llamaron de la comisaría de policía de la ciudad y que nos teníamos que presentar allí. Esto ya me comenzaba a hacer mucha gracia, parecía: el juego de la oca, de oca a oca y tiro porque me toca. De comisaría en comisaría y vuelta a empezar!

Al llegar allí, aquello no parecía una comisaría de policía, si no que parecía un fuerte militar, de alta seguridad donde retenían a Hulk. Pues ahí estaba yo otra vez, en una sala de interrogatorio, con tres policías a la moda de la gabardina negra, con las preguntas de siempre, que ya me las sabía de memoria.
Le dijeron a Mohamed, que para entrar en el Frente POLISARIO Saharaui, necesitaba una carta de invitación del POLISARIO Saharaui español. Gran cagada por mi carta, pero me hubiese quedado en las mismas.

Razones: La carta para visitar a nivel personal no la expiden, ¡Fin del cuento!

Si se quiere entrar, te tienes que apuntar alguna asociación, o ONG que programe una salida allí, las ONGs no se con que frecuencia van allí.
Las asociaciones de saharauis, creo que van un par de veces al año para diciembre y semana santa. De manera que para visitar, los puestos hay que apuntarse alguna excursión organizada, pagar lo que pidan y no es barato.

Todo esto fue una auténtica lástima, porque si no le hubiese dado el teléfono, de Mohamed al militar en la entrada de Tindouf, hubiese entrado acompañado de Mohamed, para ver a su familia que reside allí. Hubiese hecho, la visita y nadie se hubiese enterado de nada, ni policía, ni militares ni frente POLISARIO, ni nada!


Mohamed intentó convencer, a la policía con el argumento de que su familia vivía allí y el se hacía cargo de mi, pero el no seguía firme.

Salí de allí indignado, fuimos a ver a un amigo suyo, que nos recibió en su casa y merendamos.

Después de merendar, me enseñaron la ciudad de Tindouf es una ciudad devastada, destrozada, pobre. Realmente no tiene ningún interés turístico, pero en mi filosofía viajera, siempre he pensado que hay que ver la dos caras del país, la mala y la buena.

No me desagradaba estar allí, además la gente de allí me parecía muy noble y autentica.

Estuvimos en unas chabolas, con gente viviendo en pobreza, allí habitaban argelinos y saharauis.

Fuimos a comprar carne de camello, para la cena.

El amigo de Mohamed era muy buena persona, además era profesor de música y nos tocó algo con su instrumento.

Me despedí de Mohamed con un abrazo y agradeciendo su hospitalidad, me subí al bus.