El vuelo salía a las 12 de la mañana, así que sin falta de madrugar mucho estábamos en el aeropuerto a eso de las diez y media pasadas. Llevábamos ya todo (el check-in se hace 3 días antes y teníamos las tarjetas de embarque ya impresas) y fuimos con mucho tiempo de margen, y es que el Aeropuerto de Asturias es pequeño y solo teníamos que pasar el control de seguridad. Lo hicimos y embarcamos puntuales media hora antes de la salida del vuelo, despegando de forma puntual y aterrizando en Barcelona a las 13:15, con 10 minutos de adelanto sobre el horario previsto. Había mirado que los trenes salen a :08 y :38, parecía claro que llegaríamos al de y 38, pero no recordaba que la parada está en la T1 (donde opera Ryanair) y que nosotros aterrizamos en la T2, así que tuvimos que coger el transfer (un bus gratuito, viene perfectamente indicado) y vimos desde las escaleras salir el tren hacia el centro. La primera en la frente.
Nos lo tomamos con calma, y tras sacar el bono de 10 viajes en la máquina de Renfe Cercanías (cuesta 9,95€ y es válido para metro, bus, ferrocarril, tranvía y Cercanías dentro del área 1 de Barcelona -todo el centro e incluye también las ciudades próximas como Cornellá, Badalona o El Prat-, en caso de hacer transbordo solo nos descontará un viaje) y nos sentamos a esperar el tren comiendo los bocatas que llevábamos de casa. Cogimos el tren de las 14:08 que nos dejó unos 20 minutos después en Gracia y salimos a la calle incomprensiblemente y volvimos a entrar preguntando a la gente, bueno, tras atravesar un largo túnel subterráneo cogimos la L4 y llegamos al hotel a eso de las 3 de la tarde. Hicimos el checkin y descansamos un poco en la habitación antes de salir hacia el centro.
Para hoy más o menos el plan era ver el Gotic (muy por encima, callejear un poco principalmente pues los principales monumentos ya los conocíamos) y pasear las Ramblas, cosa que cumplimos sin mayor problema.
Volvimos a coger el metro y nos bajamos en Jaume I, al lado del Barri Gotic, que tengo bastante visto, pero nunca está demás verlo de nuevo. La primera parada fue la Catedral de Santa Eulalia, un templo gótico construido entre los siglos XIII y XV en un lugar con mucha historia sacra, y es que se construyó sobre un templo románico construido a su vez sobre una iglesia visigoda que estaba precedida por una basílica paleocristiana; vamos, que lleva siendo suelo santo casi 20 siglos, que se dice rápido. Está dedicada desde el siglo VI a la Santa Cruz y desde el IX a Santa Eulalia, la patrona de la ciudad (y no la Virgen de la Merced como se cree popularmente) Esta santa fue una doncella que según la tradición católica sufrió el martirio durante la época romana en la antigua Barcino (emplazada en la actual Barcelona) Se cuenta que fue expuesta desnuda en el foro de la ciudad y que milagrosamente, a mitad de primavera, cayó una nevada que cubrió su desnudez. Las enfurecidas autoridades romanas la metieron en un barril con vidrios rotos, clavos y cuchillos clavados en él y lanzaron cuesta abajo el barril (de acuerdo con la tradición, se trataría de la calle Baixada de Santa Eulàlia, Cuesta de Santa Eulalia). Y así, hasta trece martirios diferentes, uno por cada año de edad de la santa. Finalmente, fue crucificada en una cruz en forma de aspa, que es el emblema de la catedral y la diócesis, así como el atributo iconográfico de la santa.
En cualquier caso lo primero que vimos del monumento fue su bonita fachada, que fue acabada recientemente, en el siglo XIX.
Esperamos un poco en la animada plaza de la catedral a que dieran las 5, y es que a partir de esa hora es gratis entrar a visitarla. Lo hicimos por la parte del claustro, gótico también, y precioso. En él viven 13 ocas en honor a Santa Eulalia, y es que cuidaba ocas en Sarrià y murió con 13 años, es impactante ver estos animales en una catedral, la verdad.
Acto seguido entramos al interior de la misma, salta a la vista su estilo al estar llena de vidrieras. Son preciosas y dan mucho color, más siendo un día soleado como el que nos tocó.
Información práctica
Acceso: En el centro del Barri Gotic (cerca de la parada de metro Jaume I)
Horario: Todos los días de 8 a 19:30
Precio: 6€ (de 13 a 17); gratis (el resto del tiempo)
Web: www.catedralbcn.org
Bueno, nos salimos rápido por conocerla ya. Y nos fuimos en dirección a la plaza del ayuntamiento, pero con calma, disfrutando de estas callejuelas desordenadas, en contraste con lo cuadriculada que es el resto de la ciudad, resultado de la urbanización en el siglo XIX, pero con un aire mágico. Este barrio me encanta, pasear por él es volver al pasado, y algo así es posible en pocas de las grandes ciudades (por eso, por el irrepetible Gaudí, y por la mágica luz del Mediterráneo personalmente prefiero Barcelona antes que Madrid)
Y llegamos tranquilamente a la Plaça Sant Jaume, que acoge el Ayuntamiento de la ciudad condal, un bonito edificio del siglo XIX construido sobre el Salón del Ciento del XIII, donde se empezó a vertebrar la vida política barcelonesa
Enfrente tiene el Palacio de la Generalitat de Catalunya, que data del siglo XIV y es un edificio precioso.
Nos vamos acercando a las Ramblas por Carrer de Ferrán, una arteria de entrada o salida al Gotic y moderna, una calle recta y ancha en contraposición con el casco antiguo.
Y antes de llegar a las mismas nos asomamos a uno de mis rincones favoritos de Barcelona, la Plaça Reial, que combina a la perfección la tradición de las plazas mayores españolas con un aroma mediterráneo con la fuente y las palmeras. Es muy bonita. Tiene varias terrazas (carillas) así que fuimos al McDonald's a tomar un café antes de patear las Ramblas de arriba a abajo.
Y nos asomamos a las Ramblas a eso de las 6, ya de noche, nos llamó la atención este hecho y es que anochece media hora antes que en Asturias, se nota que está casi 1.000 kilómetros al este de nuestra casa. Esta preciosa calle es de las más conocidas de Barcelona y está llena de puestos donde comprar souvenirs y terrazas. Tiene fama de ser peligrosa por los carteristas, pero bueno, con estar un poco atento y tomar las precauciones de cualquier gran ciudad (no dejar el móvil en la mesa, llevar el bolso bien cerrado y agarrado...) no se tiene porqué llevar uno ningún susto; además hay mucha presencia policial para evitar estos asaltos.
Empezamos tirando hacia arriba, hacia Plaça Catalunya, donde había quedado con un buen amigo de Barcelona. Esta plaza es una de las principales de la ciudad y es muy bonita, rodeada de edificios decimonónicos que dejan una preciosa estampa.
Tras el reencuentro empezamos a bajar la Rambla hacia el puerto, encóntrandonos con el Teatre Principal, decorado con luces rosas, llama bastante la atención.
Y al final llegamos al Monumento a Colón, una estatua erigida en honor al célebre navegante genovés que se erigió en 1888 como parte de las mejoras de cara a la Exposición Universal que se celebró en ese año en la Ciudad Condal.
Como buenos turistas nos hicimos unas fotos en los leones y decidimos subir al mirador que hay arriba, fue la gran primada del viaje (y eso que no era caro, solo 4.50€ por cabeza) pero nos llamaba la atención ver Barcelona de noche desde este emblemático punto. A ver, merece relativamente la pena, pero hay mejores vistas desde los montes circundantes (Carmel, Montjuic, Tibidabo...) o mismamente desde la Sagrada Familia. El personal es muy majo pero bueno, no es de lo imprescindible que hay que ver en Barcelona (el monumento sí, la subida no)
Subimos en ascensor hasta estar a 60 metros y las vistas son buenas, nos llamaron la atención sobre todo por ser de noche. Está todo acristalado y las fotos salieron fatal por el efecto de las luces contra los cristales; además empezó a soplar fuerte el viento, ¡y parecía que se movía y todo! Es bonito, no tiene nada que ver con la siguiente foto (la más potable de todas)
Información práctica
Acceso: En la confluencia de Ramblas con Paseo de Colón (al lado de la parada de Metro Drassanes)
Horario: Todos los días de 8 a 19:30 (hasta las 20:30 de marzo a octubre)
Precio: 4.5€ (descuentos para niños)-> Los precios han subido este 2015
Web: www.conocerbarcelona.com/ ...ador-colon
Tras bajar de aquí nos dirigimos al Maremagnum pasando por al lado del Puerto, nos hicimos la típica foto en los cristales del techo (es muy llamativo y casi todo viaje a Barcelona pasa por aquí a hacerse la original instantánea) y de ahí nos fuimos hacia Poblenou en metro, para cenar. Lo hicimos en un restaurante de tapas que me recomendaron mis amigos, se llama el Soco y está en el mismo barrio del hotel, bastante cerquita. Cenamos 4 personas con unos nachos como entrantes y luego hamburguesas y pizzas; es comida rápida pero de calidad y bien hecha. Quedamos bastante contentos con la calidad y el precio (unos 14 euros por cabeza) Luego nos fuimos a tomar unas cañas en las terrazas de la Rambla del Poblenou pero nos retiramos pronto al hotel, el cansancio postexámenes y el acumulado del día eran importantes y queríamos descansar bien para no estar tirados el resto del viaje.
La noche la pasamos bien, el hotel es cómodo y no hay ruidos aparte del viento que soplaba fortísimo a rachas, aunque obviamente eso no es culpa del hotel ni mucho menos.
Nos lo tomamos con calma, y tras sacar el bono de 10 viajes en la máquina de Renfe Cercanías (cuesta 9,95€ y es válido para metro, bus, ferrocarril, tranvía y Cercanías dentro del área 1 de Barcelona -todo el centro e incluye también las ciudades próximas como Cornellá, Badalona o El Prat-, en caso de hacer transbordo solo nos descontará un viaje) y nos sentamos a esperar el tren comiendo los bocatas que llevábamos de casa. Cogimos el tren de las 14:08 que nos dejó unos 20 minutos después en Gracia y salimos a la calle incomprensiblemente y volvimos a entrar preguntando a la gente, bueno, tras atravesar un largo túnel subterráneo cogimos la L4 y llegamos al hotel a eso de las 3 de la tarde. Hicimos el checkin y descansamos un poco en la habitación antes de salir hacia el centro.
Para hoy más o menos el plan era ver el Gotic (muy por encima, callejear un poco principalmente pues los principales monumentos ya los conocíamos) y pasear las Ramblas, cosa que cumplimos sin mayor problema.
Volvimos a coger el metro y nos bajamos en Jaume I, al lado del Barri Gotic, que tengo bastante visto, pero nunca está demás verlo de nuevo. La primera parada fue la Catedral de Santa Eulalia, un templo gótico construido entre los siglos XIII y XV en un lugar con mucha historia sacra, y es que se construyó sobre un templo románico construido a su vez sobre una iglesia visigoda que estaba precedida por una basílica paleocristiana; vamos, que lleva siendo suelo santo casi 20 siglos, que se dice rápido. Está dedicada desde el siglo VI a la Santa Cruz y desde el IX a Santa Eulalia, la patrona de la ciudad (y no la Virgen de la Merced como se cree popularmente) Esta santa fue una doncella que según la tradición católica sufrió el martirio durante la época romana en la antigua Barcino (emplazada en la actual Barcelona) Se cuenta que fue expuesta desnuda en el foro de la ciudad y que milagrosamente, a mitad de primavera, cayó una nevada que cubrió su desnudez. Las enfurecidas autoridades romanas la metieron en un barril con vidrios rotos, clavos y cuchillos clavados en él y lanzaron cuesta abajo el barril (de acuerdo con la tradición, se trataría de la calle Baixada de Santa Eulàlia, Cuesta de Santa Eulalia). Y así, hasta trece martirios diferentes, uno por cada año de edad de la santa. Finalmente, fue crucificada en una cruz en forma de aspa, que es el emblema de la catedral y la diócesis, así como el atributo iconográfico de la santa.
En cualquier caso lo primero que vimos del monumento fue su bonita fachada, que fue acabada recientemente, en el siglo XIX.
Esperamos un poco en la animada plaza de la catedral a que dieran las 5, y es que a partir de esa hora es gratis entrar a visitarla. Lo hicimos por la parte del claustro, gótico también, y precioso. En él viven 13 ocas en honor a Santa Eulalia, y es que cuidaba ocas en Sarrià y murió con 13 años, es impactante ver estos animales en una catedral, la verdad.
Acto seguido entramos al interior de la misma, salta a la vista su estilo al estar llena de vidrieras. Son preciosas y dan mucho color, más siendo un día soleado como el que nos tocó.
Información práctica
Acceso: En el centro del Barri Gotic (cerca de la parada de metro Jaume I)
Horario: Todos los días de 8 a 19:30
Precio: 6€ (de 13 a 17); gratis (el resto del tiempo)
Web: www.catedralbcn.org
Bueno, nos salimos rápido por conocerla ya. Y nos fuimos en dirección a la plaza del ayuntamiento, pero con calma, disfrutando de estas callejuelas desordenadas, en contraste con lo cuadriculada que es el resto de la ciudad, resultado de la urbanización en el siglo XIX, pero con un aire mágico. Este barrio me encanta, pasear por él es volver al pasado, y algo así es posible en pocas de las grandes ciudades (por eso, por el irrepetible Gaudí, y por la mágica luz del Mediterráneo personalmente prefiero Barcelona antes que Madrid)
Y llegamos tranquilamente a la Plaça Sant Jaume, que acoge el Ayuntamiento de la ciudad condal, un bonito edificio del siglo XIX construido sobre el Salón del Ciento del XIII, donde se empezó a vertebrar la vida política barcelonesa
Enfrente tiene el Palacio de la Generalitat de Catalunya, que data del siglo XIV y es un edificio precioso.
Nos vamos acercando a las Ramblas por Carrer de Ferrán, una arteria de entrada o salida al Gotic y moderna, una calle recta y ancha en contraposición con el casco antiguo.
Y antes de llegar a las mismas nos asomamos a uno de mis rincones favoritos de Barcelona, la Plaça Reial, que combina a la perfección la tradición de las plazas mayores españolas con un aroma mediterráneo con la fuente y las palmeras. Es muy bonita. Tiene varias terrazas (carillas) así que fuimos al McDonald's a tomar un café antes de patear las Ramblas de arriba a abajo.
Y nos asomamos a las Ramblas a eso de las 6, ya de noche, nos llamó la atención este hecho y es que anochece media hora antes que en Asturias, se nota que está casi 1.000 kilómetros al este de nuestra casa. Esta preciosa calle es de las más conocidas de Barcelona y está llena de puestos donde comprar souvenirs y terrazas. Tiene fama de ser peligrosa por los carteristas, pero bueno, con estar un poco atento y tomar las precauciones de cualquier gran ciudad (no dejar el móvil en la mesa, llevar el bolso bien cerrado y agarrado...) no se tiene porqué llevar uno ningún susto; además hay mucha presencia policial para evitar estos asaltos.
Empezamos tirando hacia arriba, hacia Plaça Catalunya, donde había quedado con un buen amigo de Barcelona. Esta plaza es una de las principales de la ciudad y es muy bonita, rodeada de edificios decimonónicos que dejan una preciosa estampa.
Tras el reencuentro empezamos a bajar la Rambla hacia el puerto, encóntrandonos con el Teatre Principal, decorado con luces rosas, llama bastante la atención.
Y al final llegamos al Monumento a Colón, una estatua erigida en honor al célebre navegante genovés que se erigió en 1888 como parte de las mejoras de cara a la Exposición Universal que se celebró en ese año en la Ciudad Condal.
Como buenos turistas nos hicimos unas fotos en los leones y decidimos subir al mirador que hay arriba, fue la gran primada del viaje (y eso que no era caro, solo 4.50€ por cabeza) pero nos llamaba la atención ver Barcelona de noche desde este emblemático punto. A ver, merece relativamente la pena, pero hay mejores vistas desde los montes circundantes (Carmel, Montjuic, Tibidabo...) o mismamente desde la Sagrada Familia. El personal es muy majo pero bueno, no es de lo imprescindible que hay que ver en Barcelona (el monumento sí, la subida no)
Subimos en ascensor hasta estar a 60 metros y las vistas son buenas, nos llamaron la atención sobre todo por ser de noche. Está todo acristalado y las fotos salieron fatal por el efecto de las luces contra los cristales; además empezó a soplar fuerte el viento, ¡y parecía que se movía y todo! Es bonito, no tiene nada que ver con la siguiente foto (la más potable de todas)
Información práctica
Acceso: En la confluencia de Ramblas con Paseo de Colón (al lado de la parada de Metro Drassanes)
Horario: Todos los días de 8 a 19:30 (hasta las 20:30 de marzo a octubre)
Precio: 4.5€ (descuentos para niños)-> Los precios han subido este 2015
Web: www.conocerbarcelona.com/ ...ador-colon
Tras bajar de aquí nos dirigimos al Maremagnum pasando por al lado del Puerto, nos hicimos la típica foto en los cristales del techo (es muy llamativo y casi todo viaje a Barcelona pasa por aquí a hacerse la original instantánea) y de ahí nos fuimos hacia Poblenou en metro, para cenar. Lo hicimos en un restaurante de tapas que me recomendaron mis amigos, se llama el Soco y está en el mismo barrio del hotel, bastante cerquita. Cenamos 4 personas con unos nachos como entrantes y luego hamburguesas y pizzas; es comida rápida pero de calidad y bien hecha. Quedamos bastante contentos con la calidad y el precio (unos 14 euros por cabeza) Luego nos fuimos a tomar unas cañas en las terrazas de la Rambla del Poblenou pero nos retiramos pronto al hotel, el cansancio postexámenes y el acumulado del día eran importantes y queríamos descansar bien para no estar tirados el resto del viaje.
La noche la pasamos bien, el hotel es cómodo y no hay ruidos aparte del viento que soplaba fortísimo a rachas, aunque obviamente eso no es culpa del hotel ni mucho menos.