Escapada de una noche a las Rías Baixas en familia, aprovechando un examen que tenía el sábado a las 16:30 en Pontevedra. Así preparamos un finde un poco recortado (por tema exámenes mi tiempo era limitadillo) y nos fuimos el sábado 16 y el domingo 17 de mayo. Cavilamos mucho sobre qué hacer, si ver Pontevedra el sábado e ir a Vigo a dormir para ver Baiona y Tui el domingo, si dormir en Pontevedra y movernos desde ahí... Pero finalmente me tiró el norte de las Rías Baixas, una zona que pisé siendo un niño y de la que no tengo apenas recuerdos, la Ría de Arousa, y una en la que nunca estuve y a la que tenía ganas, Barbanza. Y para eso preparamos el viaje, para visitar Pontevedra, que vi hace dos veranos aprisa, corriendo y sin mucho sentido dejándome guiar unicamente por mis pasos, y los dos destinos anteriormente citados.
Esa misma semana nos pusimos a buscar el hotel, y reservamos una triple en el Pazo O Rial, un estupendo palacio del siglo XVII entre Vilanova y Vilagarcía de Arousa, un poco apartado de todo, pero no había problema al ir el coche, y que nos salió por 115€ con desayuno incluido. Es una pasada de hotel, el edificio es increible, el desayuno supercompleto y las habitaciones enormes y muy silenciosas; además de tener un personal muy amable, lo recomiendo encarecidamente.
La preparación dejó muchísimo que desear, pilló en medio de los exámenes y tan sólo me pude bajar un plano del casco histórico de Pontevedra, muy útil y con una ruta que pasa por todos los puntos de interés (www.visit-pontevedra.com/ ...co_esp.pdf) y nada más, pero bueno, tenía claro que el primer día tras el examen veríamos el Monasterio de Poio y la Illa da Arousa, y para el domingo Barbanza y sus tres grandes atracciones (A Curota, Corrubedo y Castro de Baroña), aunque por falta de tiempo descartaríamos las Dunas de Corrubedo al intentar cuadrar ver también al Avilés en Santiago esa misma tarde.
Día 1- Sábado 16/05/15: Pontevedra, Poio y Arousa
Madrugamos para aprovechar a tope el día (salimos de casa a las 8 de la mañana) y dejar Pontevedra vista y rematada antes del examen (16:30), para luego visitar el Monasterio de Poio y cenar por la Ría de Arousa tras una visita la Illa.
TOTAL: 408 kms.
Llegamos a Pontevedra a las 11 de la mañana, pero entramos por la parte Sur para acercarnos al lugar del examen y demás, total, que dejamos el coche hacia las 11 y cuarto enfrente de la Estación de Autobuses.
Pontevedra es historica y actualmente la capital de las Rias Baixas, amén de haber sido el puerto más importante de toda Galicia. Según la leyenda fue fundada por Teucro, un héroe de la Guerra de Troya, bajo el nombre de Helenes. Sin embargo, los estudios arqueológicos dicen lo contrario, que nació a raíz de la villa romana Turoqua sin que hubiera anteriormente ningún asentamiento.
Nos fuimos al centro por la Avenida de Vigo y ya al llegar a la Praza da Peregrina tomamos un café y nos pusimos a seguir el itinerario que llevaba descargado en el móvil (os recomiendo bajarlo, luego nos dieron el mismo plano en la Oficina de Turismo, pero por si la pillais cerrada o algo, está el link más arriba) y nos dirigimos al principio de la misma, a la Alameda del Arquitecto Sesmero, donde nos encontramos con la Oficina de Turismo y una chica muy amable nos dio el plano en papel y nos comentó un poco por encima que ver. El centro es muy pequeño y las distancias son mínimas, la verdad que en un par de horas se ve, y merece mucho la pena.
Esta alameda es muy bonita y un punto de entrada perfecto para el casco histórico pontevedrés y acoge el Monumento a los Héroes del Ponte Sampaio, una batalla librada en ese municipio pontevedrés en la Guerra de Independencia, en la que tras liberar toda la provincia a excepción de la capital, las tropas españolas comandadas por Morillo aguantaron valerosamente las embestidas del Ejército Napoleónico, que tras verse repelido en tres ocasiones tratando de cruzar por dicho puente se retiraron desordenadamente, siendo la batalla que liberó definitivamente Galicia de los franceses.
Acoge además el bonito Ayuntamiento de la ciudad.
En la parte trasera de la Casa Consistorial, ya en el centro propiamente dicho, se encuentra el Conjunto Escultórico El Fiel Contraste.
Seguimos ruta la Praza Alonso de Fonseca, realmente bonita y como todas en Pontevedra con una fuente en medio.
[img][https://lh6.googleusercontent.com/-leYiisDsQU0/VVzFpgAOKhI/AAAAAAAACN4/xZ9i09dE_j0/w800-h532-no/DSC00706.JPG/img]
Al fondo de la plaza está la Basílica Menor de Santa María la Mayor. No es una catedral, pero este templo gótico-renacentista podría serlo perfectamente y es el más bonito de Pontevedra. Su fachada, que es una especie de retablo de piedra, es la obra por excelencia del plateresco gallego y merece la pena asomarse a su interior a admirar sus 3 naves y sus vidrieras (está abierta todo el día pero no se pueden hacer fotos)
Bajamos a la pequeña Praza das Cinco Ruas (todo el centro está en cuesta hacia el río, luego tocaría subir, pero tampoco es muy pronunciado) que es pequeña, y que como su propio nombre indica, de ella salen 5 calles estrechas y bastante fotogénicas.
Seguimos bajando hacia el río y llegamos al Parador, que se encuentra en la Casa do Barón
Además había una boda, con un señor Rolls Royce en la puerta que nos dejó boquiabiertos.
Y llegamos ya a la ribera del Lérez, muy cerquita ya de su desembocadura en la Ría de Pontevedra. De la otra vez que vine me acordaba de una fantochada de Colón, y aquí está, es un jardincillo conmemorativo a la construcción de la Santa María con la que descubrió América, que fue construida en Pontevedra.
Pero en la placa conmemorativa dicen que fue usada por el almirante pontevedrés, con un par, la verdad es que nos echamos unas risas con esta reinterpretación histórica.
Justo al lado está ya el Río Lérez, cerca ya de desembocar en la Ría de Pontevedra. Enfrente de este jardincillo tenemos la Ponte do Burgo, construido por los romanos y que da nombre a la ciudad (por el término latino Pontem Veteram -puente viejo-) Por él pasa el Camino Portugués, que une Tui con Santiago de Compostela, y así lo indican las conchas que lo jalonan en las arcadas.
Y aquí una vista del río.
Empezamos a subir de nuevo hacia el centro, y nos encontramos con la bonita Praza de Celso García de la Riega
Tras subir una bonita calle llegamos a la Praza do Teucro, que acoge el edificio de la Cámara Agraria Provincial (izquierda) y unos antiguos preciosos al fondo.
Y tras una pequeña subida llegamos al Liceo, pegado al Ayuntamiento donde empezamos nuestro recorrido, de muy bonita planta.
Seguimos nuestro precioso paseo por Pontevedra hasta alcanzar la Praza de Curros Enríquez, de la que guardaba un muy buen recuerdo. Y merecidamente, es una plaza bastante alargada y a la que la fuente le da un toque ideal.
Y llegamos a la mayor plaza de Pontevedra, y una de las más bonitas, la Praza da Ferrería, con la Iglesia de San Francisco al fondo rodeada de jardines y con muchas terrazas. Nos sentamos a tomar algo admirando esta maravilla.
E intentamos acceder a la iglesia, (DESCRIPCION).
Delante, los Jardines de Casto Sampedro hacían la imagen de postal, si bien la gente que estaba dentro no era del todo recomendable, no así el resto de la plaza, a tope de pontevedreses disfrutando del sol.
Y bajamos al punto más esperado del día, la preciosa y celebérrima Praza da Leña, pequeña y con su cruceiro en medio tomando el nombre de ser donde se vendía la madera hace siglos... Pero llena de toldos de terrazas que afeaban muchísimo uno de los rincones más bonitos de Galicia y seguramente de España, una auténtica pena.
Tras esta pequeña decepción llegamos a la Iglesia de San Bartolomé, con una espectacular fachada.
Y acto seguido entramos en el Museo Provincial de Pontevedra, un edificio muy moderno y con muestras de arte de todas las etapas históricas. Hicimos una visita rápido y pasando muy por encima que había aún bastante que hacer pero pasamos un rato agradable, y además es gratis, así que está bien aunque solo sea por refugiarse del sol de las Rías Baixas, que pega más que en el resto de la costa gallega con su especie de microclima.
Información práctica
Acceso: En el centro de Pontevedra
Horario: 10-21 (martes-sábado) 11-14 (domingos y festivos) Cierra los lunes
Precio: Gratis
Web: www.museo.depo.es/
Y llegamos otra vez a la altura del río para ver por fuera el bonito Mercado de Abastos, muy cerca ya del final de nuestra visita a la capital de las Rías Baixas.
Y para acabar, a eso de la 1 y media, una parada en la Praza da Verdura, última recomendación del plano y una preciosa plaza también llena de terrazas, pero rodeada de edificios muy bonitos.
Dimos una vuelta buscando sitio para comer, y nos sentamos en la Praza do Teucro en el Los Raíles donde pedimos mariscos varios, el precio bastante normal para lo que es Galicia, la comida mala (siendo amable y tirándola por alto) El pulpo duro, las zamburiñas enanas... Una comida que no nos gustó nada y por la que aforamos 20 euros por cabeza, lo desrecomiendo totalmente, sin duda el error del viaje. Tras esto dimos un paseo por la ribera del Lérez y tras hacer el examen (aprobé jeje) cogimos el coche y nos fuimos de Pontevedra.
CONCLUSIONES DE PONTEVEDRA: El centro histórico es precioso en su totalidad, una combinación de estrechas calles con plazas que transportan a otra época con sus fuentes o cruceiros en medio. Es pequeñito, pero la convierte en mi ciudad preferida de Galicia por su ingenuidad y por ser tan poco conocida, por encima incluso de Coruña y Santiago (que también son preciosas, al César lo que es del César).
Para ver la ciudad basta con 2-3 horas para el viajero medio, y es, sin duda, una de las visitas imprescindibles de Galicia.
La segunda parada fue el Monasterio do Poio, en lo alto de una colina y dominando el inicio de la Ría de Pontevedra. Se cree que está fundado en el siglo VII y que la orden benedictina se instaló aquí en el siglo X tras la invasión musulmana. Protegido y mimado por los monarcas de los siglos XII y XIII empieza a ganar riqueza, convirtiéndose en el centro económico y cultural de toda la región; incluso el Emperador Carlos V les otorgaría un privilegio para que inauguraran un Colegio Mayor de Teología.
El poder de Poio en toda la zona de Salnés seguía siendo muy importante hasta la Desamortización de Mendizábal de 1835, cuando los fueros del monasterio quedan eliminados y la orden benedictina abandona el lugar; que sería retomado por la Orden de la Merced medio siglo más tarde, reconstruyendo buena parte del edificio y restaurando la biblioteca que cuenta con más de 80.000 ejemplares, siendo una de las más grandes de toda Galicia.
Ya lo había visto por fuera hace un par de años, en la plaza (donde se aparca) hay un cruceiro en medio, el Ayuntamiento a un lado y la impresionante Iglesia renacentista al otro. Es preciosa.
Me había quedado con ganas de entrar, y por fin me pude sacar la espinita. Lo primero que se ve es el Claustro das Procesiones, renacentista y con una preciosa fuente en el medio. La bóveda de crucería es muy bonita también.
Entramos a la iglesia, con un retablo mayor muy recargado, y donde estaban preparando una boda, con su alfombra roja y velas a ambos lados del pasillo, tuvimos suerte porque empezaba en tres cuartos de hora y entramos por los pelos.
Entre los dos claustros que componen el monasterio tienen una sala con diversos restos escultóricos e incluso algún códice.
Y tras esto llegamos al Claustro do Cruceiro, que tiene por las paredes de los corredores 200 metros cuadrados de mosaicos con la temática del Camino de Santiago, desde Roncesvalles a Compostela con las principales ciudades. Es precioso. Creo que solo por ver esto merece la pena venir al monasterio.
Y en el centro un jardín con arbolillos y un cruceiro en el medio, que da nombre al claustro.
Al salir nos encontramos con uno de los mayores hórreos de Galicia.
Información práctica
Acceso: A unos 5 kms. de Pontevedra. En coche está bien indicado.
Horario: www.monasteriodepoio.com/ ...ecios.html
Precio: 1.50€
Web: www.monasteriodepoio.com/
Y tras esto nos fuimos a descansar un rato al hotel, que se nos estaba haciendo largo el día. Qué decir del hotel, es una auténtica pasada, os lo recomiendo por completo.
A eso de las 8 menos cuarto nos pusimos en camino de la Illa da Arousa, donde decidimos ir a cenar. Unida a Vilanova por puente en 1975 esto le convirtió en un lugar turístico, aunque no de masas, lo que le hace mantener el aire genuino de un pueblo volcado al mar.
Pero antes de ir a cenar a Porto do Xufre, nos dirigimos al Parque Natural do Carreirón, mirando hacia la tranquila Ría de Arousa y con un camino bordeando la costa precioso (creo que bordea casi toda la isla) Las vistas eran bonitas y las fotos en familia cayeron en decenas.
Tras este paseo nos dirigimos a Porto do Xufre, capital de la isla, pero dando un rodeo siguiendo el contorno de la misma y dejándonos sorprender por la cantidad de bateas que pueblan esta ría que hace de frontera entre Pontevedra y A Coruña.
Y tras esto sí que nos fuimos al pueblo marinero de Porto do Xufre, sorprendentemente tranquilo para ser sábado en pleno puente de San Isidro. Nos sentamos en un restaurante que nos recomendaron dos lugareños, A Meca, y aquí sí que nos pegamos una señora mariscada por un precio similar al de la comida (21€/persona) con sus zamburiñas, pulpo, navajas y almejas a la marinera, todo ello riquísimo y que nos dejó completamente llenos. Además cenar ese marisco en la terraza en una temperatura agradable y con estas vistas es un recuerdo inolvidable. ¡Qué señora cena!
Viendo las pocas perspectivas de pasear por aquí, nos fuimos a Vilanova a bajar un poco la cena pero tampoco había mucho, así que al hotel a descansar que el domingo tocaba seguir conociendo la Ría de Arousa, aunque del otro lado, de la parte coruñesa en la apenas conocida por el turismo de masas Barbanza.
Día 2- Domingo 17/05/15: Península da Barbanza
Para hoy teníamos planeado visitar el Mirador de A Curota, las Dunas de Corrubedo y el Castro de Baroña, pero se nos pegaron algo las sábanas y decidimos dejar Corrubedo sin visitar al ver que se trata de caminar y requiere un tiempo que no teníamos. Luego ya nos fuimos a Santiago a comer y a ver el fútbol (y bajamos, manda huevos...) y para casa.
TOTAL: 399 kms.
Tras desayunar como reyes en el hotel, nos dirigimos a la primera parada del día, el Mirador da Curota, que a más de 600 metros de altitud es el punto más alto de las Rías Baixas y se ven las 3 desde él (la de Arousa, en la que está, solo que ya del lado coruñés; la de Pontevedra y la de Vigo) Está indicado ya desde la autopista y la carretera está en bastante buen estado, aunque las pendientes son curiosas.
El sitio es precioso, y la verdad sea dicha, las fotos son de postal, y más si hay suerte y el día es despejado (como fue nuestro caso)
Bajo nosotros tenemos la Ría de Arousa, con cientos de bateas poblándola y la Illa, donde ayer degustamos una cena increible, enfrente nuestro.
Alargando la vista hacia el Oceáno Atlántico tenemos el final de la Península do Barbanza con Ribeira bañada por la ría.
Mirando hacía tierra adentro tenemos muchas más bateas, y el final de la Ría de Arousa con las sierras gallegas por detrás.
Y fijándonos en las Rías Baixas en su conjunto tenemos una magnífica perspectiva. La Illa da Arousa en primera instancia, la península de O Grove colgando entre las rías de Arousa y Pontevedra por detrás, y Ons queriendo destacar por delante de las Cíes. Es un lugar espectacular y sorprendentemente vacío y semidesconocido, no me lo explico.
Y tras deleitarnos con las vistas bajamos otra vez a la altura del mar, aunque esta vez a la desembocadura de la Ría de Muros e Noia, donde se encuentra el Castro de Baroña, nuestra última parada del viaje. Situado en un promontorio junto al mar, gran parte de él desapareció comido por las olas del Atlántico, si bien es el mejor ejemplo de castro costero.
Se baja un camino por un bosque en unos 5-10 minutos para llegar allí, y ya desde lejos vemos que está rodeado por playas preciosas y desiertas.
El castro en sí está completamente abierto al público, y es muy llamativo verlo aquí, en plena playa, en una pequeña península.
El pequeño istmo tenía una doble muralla con foso defensivo, y tenía que ser difícil de tomar al asalto, al verdad sea dicha.
La planta de las edificaciones del castro se conserva perfectamente, y es una gozada a poco que guste la fotografía jugar con enfocar las piedras o el mar.
Dentro del castro hay dos partes diferenciadas, una en la entrada y otra más arriba, la Acrópolis, de carácter más publico y donde estaban todas las dependencias comunes.
Y la verdad, que para estar totalmente abierto al público 365 días al año 24 horas al día el estado de conservación es muy bueno.
Y tras esto pusimos rumbo a Santiago (ya conocida) a comer de tapas y a San Lázaro y luego a casa; tras un finde preciosa por este entorno del Norte de las Rías Baixas tan guapo y desconocido.
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· Pontevedra: Te sorprenderá
· Barbanza: Preciosa y sin masas
LO MENOS RECOMENDABLE
· Sinceramente nada me disgustó
LAS SORPRESAS
· A Curota: Supe de su existencia de refilón y es preciosa.
· Monasterio do Poio: Uno de los secretos de la Ría de Pontevedra
LAS DECEPCIONES
· La comida de Pontevedra
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Explorar la Costa da Morte
· Pasear por las Dunas de Corrubedo
· Rematar Rías Baixas (nos faltan Baiona y Tui)
Un saludo viajeros!
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33305
Esa misma semana nos pusimos a buscar el hotel, y reservamos una triple en el Pazo O Rial, un estupendo palacio del siglo XVII entre Vilanova y Vilagarcía de Arousa, un poco apartado de todo, pero no había problema al ir el coche, y que nos salió por 115€ con desayuno incluido. Es una pasada de hotel, el edificio es increible, el desayuno supercompleto y las habitaciones enormes y muy silenciosas; además de tener un personal muy amable, lo recomiendo encarecidamente.
La preparación dejó muchísimo que desear, pilló en medio de los exámenes y tan sólo me pude bajar un plano del casco histórico de Pontevedra, muy útil y con una ruta que pasa por todos los puntos de interés (www.visit-pontevedra.com/ ...co_esp.pdf) y nada más, pero bueno, tenía claro que el primer día tras el examen veríamos el Monasterio de Poio y la Illa da Arousa, y para el domingo Barbanza y sus tres grandes atracciones (A Curota, Corrubedo y Castro de Baroña), aunque por falta de tiempo descartaríamos las Dunas de Corrubedo al intentar cuadrar ver también al Avilés en Santiago esa misma tarde.
Día 1- Sábado 16/05/15: Pontevedra, Poio y Arousa
Madrugamos para aprovechar a tope el día (salimos de casa a las 8 de la mañana) y dejar Pontevedra vista y rematada antes del examen (16:30), para luego visitar el Monasterio de Poio y cenar por la Ría de Arousa tras una visita la Illa.
TOTAL: 408 kms.
Llegamos a Pontevedra a las 11 de la mañana, pero entramos por la parte Sur para acercarnos al lugar del examen y demás, total, que dejamos el coche hacia las 11 y cuarto enfrente de la Estación de Autobuses.
Pontevedra es historica y actualmente la capital de las Rias Baixas, amén de haber sido el puerto más importante de toda Galicia. Según la leyenda fue fundada por Teucro, un héroe de la Guerra de Troya, bajo el nombre de Helenes. Sin embargo, los estudios arqueológicos dicen lo contrario, que nació a raíz de la villa romana Turoqua sin que hubiera anteriormente ningún asentamiento.
Nos fuimos al centro por la Avenida de Vigo y ya al llegar a la Praza da Peregrina tomamos un café y nos pusimos a seguir el itinerario que llevaba descargado en el móvil (os recomiendo bajarlo, luego nos dieron el mismo plano en la Oficina de Turismo, pero por si la pillais cerrada o algo, está el link más arriba) y nos dirigimos al principio de la misma, a la Alameda del Arquitecto Sesmero, donde nos encontramos con la Oficina de Turismo y una chica muy amable nos dio el plano en papel y nos comentó un poco por encima que ver. El centro es muy pequeño y las distancias son mínimas, la verdad que en un par de horas se ve, y merece mucho la pena.
Esta alameda es muy bonita y un punto de entrada perfecto para el casco histórico pontevedrés y acoge el Monumento a los Héroes del Ponte Sampaio, una batalla librada en ese municipio pontevedrés en la Guerra de Independencia, en la que tras liberar toda la provincia a excepción de la capital, las tropas españolas comandadas por Morillo aguantaron valerosamente las embestidas del Ejército Napoleónico, que tras verse repelido en tres ocasiones tratando de cruzar por dicho puente se retiraron desordenadamente, siendo la batalla que liberó definitivamente Galicia de los franceses.
Acoge además el bonito Ayuntamiento de la ciudad.
En la parte trasera de la Casa Consistorial, ya en el centro propiamente dicho, se encuentra el Conjunto Escultórico El Fiel Contraste.
Seguimos ruta la Praza Alonso de Fonseca, realmente bonita y como todas en Pontevedra con una fuente en medio.
[img][https://lh6.googleusercontent.com/-leYiisDsQU0/VVzFpgAOKhI/AAAAAAAACN4/xZ9i09dE_j0/w800-h532-no/DSC00706.JPG/img]
Al fondo de la plaza está la Basílica Menor de Santa María la Mayor. No es una catedral, pero este templo gótico-renacentista podría serlo perfectamente y es el más bonito de Pontevedra. Su fachada, que es una especie de retablo de piedra, es la obra por excelencia del plateresco gallego y merece la pena asomarse a su interior a admirar sus 3 naves y sus vidrieras (está abierta todo el día pero no se pueden hacer fotos)
Bajamos a la pequeña Praza das Cinco Ruas (todo el centro está en cuesta hacia el río, luego tocaría subir, pero tampoco es muy pronunciado) que es pequeña, y que como su propio nombre indica, de ella salen 5 calles estrechas y bastante fotogénicas.
Seguimos bajando hacia el río y llegamos al Parador, que se encuentra en la Casa do Barón
Además había una boda, con un señor Rolls Royce en la puerta que nos dejó boquiabiertos.
Y llegamos ya a la ribera del Lérez, muy cerquita ya de su desembocadura en la Ría de Pontevedra. De la otra vez que vine me acordaba de una fantochada de Colón, y aquí está, es un jardincillo conmemorativo a la construcción de la Santa María con la que descubrió América, que fue construida en Pontevedra.
Pero en la placa conmemorativa dicen que fue usada por el almirante pontevedrés, con un par, la verdad es que nos echamos unas risas con esta reinterpretación histórica.
Justo al lado está ya el Río Lérez, cerca ya de desembocar en la Ría de Pontevedra. Enfrente de este jardincillo tenemos la Ponte do Burgo, construido por los romanos y que da nombre a la ciudad (por el término latino Pontem Veteram -puente viejo-) Por él pasa el Camino Portugués, que une Tui con Santiago de Compostela, y así lo indican las conchas que lo jalonan en las arcadas.
Y aquí una vista del río.
Empezamos a subir de nuevo hacia el centro, y nos encontramos con la bonita Praza de Celso García de la Riega
Tras subir una bonita calle llegamos a la Praza do Teucro, que acoge el edificio de la Cámara Agraria Provincial (izquierda) y unos antiguos preciosos al fondo.
Y tras una pequeña subida llegamos al Liceo, pegado al Ayuntamiento donde empezamos nuestro recorrido, de muy bonita planta.
Seguimos nuestro precioso paseo por Pontevedra hasta alcanzar la Praza de Curros Enríquez, de la que guardaba un muy buen recuerdo. Y merecidamente, es una plaza bastante alargada y a la que la fuente le da un toque ideal.
Y llegamos a la mayor plaza de Pontevedra, y una de las más bonitas, la Praza da Ferrería, con la Iglesia de San Francisco al fondo rodeada de jardines y con muchas terrazas. Nos sentamos a tomar algo admirando esta maravilla.
E intentamos acceder a la iglesia, (DESCRIPCION).
Delante, los Jardines de Casto Sampedro hacían la imagen de postal, si bien la gente que estaba dentro no era del todo recomendable, no así el resto de la plaza, a tope de pontevedreses disfrutando del sol.
Y bajamos al punto más esperado del día, la preciosa y celebérrima Praza da Leña, pequeña y con su cruceiro en medio tomando el nombre de ser donde se vendía la madera hace siglos... Pero llena de toldos de terrazas que afeaban muchísimo uno de los rincones más bonitos de Galicia y seguramente de España, una auténtica pena.
Tras esta pequeña decepción llegamos a la Iglesia de San Bartolomé, con una espectacular fachada.
Y acto seguido entramos en el Museo Provincial de Pontevedra, un edificio muy moderno y con muestras de arte de todas las etapas históricas. Hicimos una visita rápido y pasando muy por encima que había aún bastante que hacer pero pasamos un rato agradable, y además es gratis, así que está bien aunque solo sea por refugiarse del sol de las Rías Baixas, que pega más que en el resto de la costa gallega con su especie de microclima.
Información práctica
Acceso: En el centro de Pontevedra
Horario: 10-21 (martes-sábado) 11-14 (domingos y festivos) Cierra los lunes
Precio: Gratis
Web: www.museo.depo.es/
Y llegamos otra vez a la altura del río para ver por fuera el bonito Mercado de Abastos, muy cerca ya del final de nuestra visita a la capital de las Rías Baixas.
Y para acabar, a eso de la 1 y media, una parada en la Praza da Verdura, última recomendación del plano y una preciosa plaza también llena de terrazas, pero rodeada de edificios muy bonitos.
Dimos una vuelta buscando sitio para comer, y nos sentamos en la Praza do Teucro en el Los Raíles donde pedimos mariscos varios, el precio bastante normal para lo que es Galicia, la comida mala (siendo amable y tirándola por alto) El pulpo duro, las zamburiñas enanas... Una comida que no nos gustó nada y por la que aforamos 20 euros por cabeza, lo desrecomiendo totalmente, sin duda el error del viaje. Tras esto dimos un paseo por la ribera del Lérez y tras hacer el examen (aprobé jeje) cogimos el coche y nos fuimos de Pontevedra.
CONCLUSIONES DE PONTEVEDRA: El centro histórico es precioso en su totalidad, una combinación de estrechas calles con plazas que transportan a otra época con sus fuentes o cruceiros en medio. Es pequeñito, pero la convierte en mi ciudad preferida de Galicia por su ingenuidad y por ser tan poco conocida, por encima incluso de Coruña y Santiago (que también son preciosas, al César lo que es del César).
Para ver la ciudad basta con 2-3 horas para el viajero medio, y es, sin duda, una de las visitas imprescindibles de Galicia.
La segunda parada fue el Monasterio do Poio, en lo alto de una colina y dominando el inicio de la Ría de Pontevedra. Se cree que está fundado en el siglo VII y que la orden benedictina se instaló aquí en el siglo X tras la invasión musulmana. Protegido y mimado por los monarcas de los siglos XII y XIII empieza a ganar riqueza, convirtiéndose en el centro económico y cultural de toda la región; incluso el Emperador Carlos V les otorgaría un privilegio para que inauguraran un Colegio Mayor de Teología.
El poder de Poio en toda la zona de Salnés seguía siendo muy importante hasta la Desamortización de Mendizábal de 1835, cuando los fueros del monasterio quedan eliminados y la orden benedictina abandona el lugar; que sería retomado por la Orden de la Merced medio siglo más tarde, reconstruyendo buena parte del edificio y restaurando la biblioteca que cuenta con más de 80.000 ejemplares, siendo una de las más grandes de toda Galicia.
Ya lo había visto por fuera hace un par de años, en la plaza (donde se aparca) hay un cruceiro en medio, el Ayuntamiento a un lado y la impresionante Iglesia renacentista al otro. Es preciosa.
Me había quedado con ganas de entrar, y por fin me pude sacar la espinita. Lo primero que se ve es el Claustro das Procesiones, renacentista y con una preciosa fuente en el medio. La bóveda de crucería es muy bonita también.
Entramos a la iglesia, con un retablo mayor muy recargado, y donde estaban preparando una boda, con su alfombra roja y velas a ambos lados del pasillo, tuvimos suerte porque empezaba en tres cuartos de hora y entramos por los pelos.
Entre los dos claustros que componen el monasterio tienen una sala con diversos restos escultóricos e incluso algún códice.
Y tras esto llegamos al Claustro do Cruceiro, que tiene por las paredes de los corredores 200 metros cuadrados de mosaicos con la temática del Camino de Santiago, desde Roncesvalles a Compostela con las principales ciudades. Es precioso. Creo que solo por ver esto merece la pena venir al monasterio.
Y en el centro un jardín con arbolillos y un cruceiro en el medio, que da nombre al claustro.
Al salir nos encontramos con uno de los mayores hórreos de Galicia.
Información práctica
Acceso: A unos 5 kms. de Pontevedra. En coche está bien indicado.
Horario: www.monasteriodepoio.com/ ...ecios.html
Precio: 1.50€
Web: www.monasteriodepoio.com/
Y tras esto nos fuimos a descansar un rato al hotel, que se nos estaba haciendo largo el día. Qué decir del hotel, es una auténtica pasada, os lo recomiendo por completo.
A eso de las 8 menos cuarto nos pusimos en camino de la Illa da Arousa, donde decidimos ir a cenar. Unida a Vilanova por puente en 1975 esto le convirtió en un lugar turístico, aunque no de masas, lo que le hace mantener el aire genuino de un pueblo volcado al mar.
Pero antes de ir a cenar a Porto do Xufre, nos dirigimos al Parque Natural do Carreirón, mirando hacia la tranquila Ría de Arousa y con un camino bordeando la costa precioso (creo que bordea casi toda la isla) Las vistas eran bonitas y las fotos en familia cayeron en decenas.
Tras este paseo nos dirigimos a Porto do Xufre, capital de la isla, pero dando un rodeo siguiendo el contorno de la misma y dejándonos sorprender por la cantidad de bateas que pueblan esta ría que hace de frontera entre Pontevedra y A Coruña.
Y tras esto sí que nos fuimos al pueblo marinero de Porto do Xufre, sorprendentemente tranquilo para ser sábado en pleno puente de San Isidro. Nos sentamos en un restaurante que nos recomendaron dos lugareños, A Meca, y aquí sí que nos pegamos una señora mariscada por un precio similar al de la comida (21€/persona) con sus zamburiñas, pulpo, navajas y almejas a la marinera, todo ello riquísimo y que nos dejó completamente llenos. Además cenar ese marisco en la terraza en una temperatura agradable y con estas vistas es un recuerdo inolvidable. ¡Qué señora cena!
Viendo las pocas perspectivas de pasear por aquí, nos fuimos a Vilanova a bajar un poco la cena pero tampoco había mucho, así que al hotel a descansar que el domingo tocaba seguir conociendo la Ría de Arousa, aunque del otro lado, de la parte coruñesa en la apenas conocida por el turismo de masas Barbanza.
Día 2- Domingo 17/05/15: Península da Barbanza
Para hoy teníamos planeado visitar el Mirador de A Curota, las Dunas de Corrubedo y el Castro de Baroña, pero se nos pegaron algo las sábanas y decidimos dejar Corrubedo sin visitar al ver que se trata de caminar y requiere un tiempo que no teníamos. Luego ya nos fuimos a Santiago a comer y a ver el fútbol (y bajamos, manda huevos...) y para casa.
TOTAL: 399 kms.
Tras desayunar como reyes en el hotel, nos dirigimos a la primera parada del día, el Mirador da Curota, que a más de 600 metros de altitud es el punto más alto de las Rías Baixas y se ven las 3 desde él (la de Arousa, en la que está, solo que ya del lado coruñés; la de Pontevedra y la de Vigo) Está indicado ya desde la autopista y la carretera está en bastante buen estado, aunque las pendientes son curiosas.
El sitio es precioso, y la verdad sea dicha, las fotos son de postal, y más si hay suerte y el día es despejado (como fue nuestro caso)
Bajo nosotros tenemos la Ría de Arousa, con cientos de bateas poblándola y la Illa, donde ayer degustamos una cena increible, enfrente nuestro.
Alargando la vista hacia el Oceáno Atlántico tenemos el final de la Península do Barbanza con Ribeira bañada por la ría.
Mirando hacía tierra adentro tenemos muchas más bateas, y el final de la Ría de Arousa con las sierras gallegas por detrás.
Y fijándonos en las Rías Baixas en su conjunto tenemos una magnífica perspectiva. La Illa da Arousa en primera instancia, la península de O Grove colgando entre las rías de Arousa y Pontevedra por detrás, y Ons queriendo destacar por delante de las Cíes. Es un lugar espectacular y sorprendentemente vacío y semidesconocido, no me lo explico.
Y tras deleitarnos con las vistas bajamos otra vez a la altura del mar, aunque esta vez a la desembocadura de la Ría de Muros e Noia, donde se encuentra el Castro de Baroña, nuestra última parada del viaje. Situado en un promontorio junto al mar, gran parte de él desapareció comido por las olas del Atlántico, si bien es el mejor ejemplo de castro costero.
Se baja un camino por un bosque en unos 5-10 minutos para llegar allí, y ya desde lejos vemos que está rodeado por playas preciosas y desiertas.
El castro en sí está completamente abierto al público, y es muy llamativo verlo aquí, en plena playa, en una pequeña península.
El pequeño istmo tenía una doble muralla con foso defensivo, y tenía que ser difícil de tomar al asalto, al verdad sea dicha.
La planta de las edificaciones del castro se conserva perfectamente, y es una gozada a poco que guste la fotografía jugar con enfocar las piedras o el mar.
Dentro del castro hay dos partes diferenciadas, una en la entrada y otra más arriba, la Acrópolis, de carácter más publico y donde estaban todas las dependencias comunes.
Y la verdad, que para estar totalmente abierto al público 365 días al año 24 horas al día el estado de conservación es muy bueno.
Y tras esto pusimos rumbo a Santiago (ya conocida) a comer de tapas y a San Lázaro y luego a casa; tras un finde preciosa por este entorno del Norte de las Rías Baixas tan guapo y desconocido.
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· Pontevedra: Te sorprenderá
· Barbanza: Preciosa y sin masas
LO MENOS RECOMENDABLE
· Sinceramente nada me disgustó
LAS SORPRESAS
· A Curota: Supe de su existencia de refilón y es preciosa.
· Monasterio do Poio: Uno de los secretos de la Ría de Pontevedra
LAS DECEPCIONES
· La comida de Pontevedra
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Explorar la Costa da Morte
· Pasear por las Dunas de Corrubedo
· Rematar Rías Baixas (nos faltan Baiona y Tui)
Un saludo viajeros!
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