Nos dirigimos al Valle de Mai por la carretera del interior envuelta entre gigantescas palmeras. Este valle, Patrimonio de la Humanidad, es el tesoro de la isla sin lugar a duda.
La entrada al mismo cuesta 20€. Tardamos alrededor de tres horas en recorrerlo. Caminamos despacio y nos detuvimos a contemplar las columnas arboreas tan opacas que borraban el cielo. Estábamos practicamente solos en el Valle de Mai. Espectacular el sonido del viento moviendo las gigantescas palmeras del coco de mar.
Al salir del valle tomamos un bus y recorrimos la isla bordeando la costa. Toda ella es muy similar. Nos hubiera gustado visitar Anse Georgette, aunque supongo que sería muy similar a Anse Lazio. Según me comentó el propietario de mi guesthouse este año, debido a las quejas de los alojamientos de la isla, han habilitado un acceso a la playa bordeando el hotel, para evitar cruzar a través del lujoso hotel Lemuria.









