Al día siguiente el destino era Roving, era una ciudad a la que yo le tenía un poco de miedo, ya que todo el mundo me había dicho que era muy bonita y eso en muchas ocasiones me suele desencantar cuando llego, pero en este caso las expectativas se cumplieron y nos pareció un sitio encantador.
Tras nuestro camino habitual de carretera y aparcar, nos dirigimos a la zona del mercado, no es muy grande pero si un buen sitio para comprar fruta y productos similares, seguimos las callejuelas subiendo hacia la iglesia, había misa por lo que esperamos fuera hasta que terminó, el interior está muy bien, destaca el sepulcro de Santa Eufemia, a la que está dedicada la iglesia y es objeto de gran devoción para las croatas. Las vistas desde la colina donde esta situada la colina son magnificas
Bajamos por la calle empedrada que está llena de tiendas de recuerdos y artesanía, vimos que mucha gente lo hacía al contrario que nosotros subía por esta zona y bajaba por la que llega al mercado, creo que es mejor hacerlo como lo hicimos nosotros ya que la subida es más cómoda y con el calorcito veraniego se agradecía.
Al llegar a la zona de puerto lo seguimos bordeando hasta llegar al final donde íbamos a comer en el restaurante Maestral que vimos recomendado en la lonely, y fue un acierto, comimos en la terraza con unas preciosas vistas de la ciudad y la isla de Sta Elena (es la imagen de la lonely de Croacia) todo estaba muy bueno, dos frituras de pescado, unos espaguetis con marisco y una maravillosa sepia guisada com polenta mas dos botellas grandes de agua con gas y una coca cola 400 kn (57€).
Por la tarde nos fuimos al fiordo de Lim, que la verdad no nos pareció nada del otro mundo, y creo que el noble de fiordo le queda un poco grande, pero como siempre en estos casos para gustos los colores, puede que si llegar por mar impresione un poco más, pero desde tierra, para nosotros, nada de nada.
A continuación nos fuimos a Grozjan, un pueblo medieval que ha sido rehabilitado por artistas, artesanos y músicos, nos encantó. El coche hay que dejarlo fuera del pueblo, hay parking gratuito sin problemas, hay un montón de tiendas artesanas magnificas, pero aún sin la masificación que suele ocurrir en sitios similares, aún conserva mucho la esencia del pueblo. Nos sentamos en una terraza en la plaza junto a la iglesia y viendo la puesta de sol desde allí, se estaba en la gloria. Durante el verano hay un certamen musical en el pueblo con master class, talleres, etc, con lo que según vas paseando vas escuchado música que sale desde cualquier casa con lo que es el complemento perfecto.
Caminar o ir con un cochecito de niño por Grozjan se puede hacer un poco difícil, ya que las calles son empedradas y con cuestas.