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POR EL VALLE DE QADISHA (I):
BCHARRE Y LOS CEDROS
POR EL VALLE DE QADISHA (I):
BCHARRE Y LOS CEDROS
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VUESTRO LÍBANO Y EL MÍO
Vosotros tenéis vuestro Líbano y yo tengo el mío,/
El vuestro es el Líbano político y sus problemas,/
el mío es el Líbano natural en toda su belleza./
Vosotros tenéis vuestro Líbano con programas y conflictos./
Yo tengo el mío con sus sueños y esperanzas./
Estad satisfechos de vuestro Líbano, tal como yo me alegro con el libre Líbano de mi visión./
Vuestro Líbano es un enmarañado nudo político que el tiempo intenta desatar./
Mi Líbano es una cadena de cumbres y montañas que se elevan,reverentes y majestuosas, hacia el cielo azul./
Vuestro Líbano es un problema internacional aún por resolver./
Mi Líbano es el de los tranquilos valles encantados, murmurantes de campanas de iglesia y susurrantes arroyos./
Vuestro Líbano es una competición entre un adversario del Oeste y uno del Sur./
Mi Líbano es una alada plegaria que revolotea en la mañana/
cuando los pastores llevan a pastar sus rebaños, y de nuevo en el crepúsculo/
cuando los campesinos regresan de los campos y los viñedos./
Vuestro Líbano es un censo de cabezas incontables./
El mío es una serena montaña asentada entre el mar y la planicie,
como un poeta entre una eternidad y otra./
Mi Líbano es una guirnalda de recuerdos de damiselas exultantes bajo la luz de la luna,/
y de vírgenes cantando entre la era y el lagar./
Vuestro Líbano es una partida de ajedrez entre un obispo y un general./
Mi Líbano es un hombre que reclina la cabeza sobre su brazo/
a la sombra de los cedros sagrados, ajeno a todo menos a Dios y a la luz del sol.
Khalil Gibran (1883-1931), fragmento del poema “Vuestro Líbano y el mío”
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VUESTRO LÍBANO Y EL MÍO
Vosotros tenéis vuestro Líbano y yo tengo el mío,/
El vuestro es el Líbano político y sus problemas,/
el mío es el Líbano natural en toda su belleza./
Vosotros tenéis vuestro Líbano con programas y conflictos./
Yo tengo el mío con sus sueños y esperanzas./
Estad satisfechos de vuestro Líbano, tal como yo me alegro con el libre Líbano de mi visión./
Vuestro Líbano es un enmarañado nudo político que el tiempo intenta desatar./
Mi Líbano es una cadena de cumbres y montañas que se elevan,reverentes y majestuosas, hacia el cielo azul./
Vuestro Líbano es un problema internacional aún por resolver./
Mi Líbano es el de los tranquilos valles encantados, murmurantes de campanas de iglesia y susurrantes arroyos./
Vuestro Líbano es una competición entre un adversario del Oeste y uno del Sur./
Mi Líbano es una alada plegaria que revolotea en la mañana/
cuando los pastores llevan a pastar sus rebaños, y de nuevo en el crepúsculo/
cuando los campesinos regresan de los campos y los viñedos./
Vuestro Líbano es un censo de cabezas incontables./
El mío es una serena montaña asentada entre el mar y la planicie,
como un poeta entre una eternidad y otra./
Mi Líbano es una guirnalda de recuerdos de damiselas exultantes bajo la luz de la luna,/
y de vírgenes cantando entre la era y el lagar./
Vuestro Líbano es una partida de ajedrez entre un obispo y un general./
Mi Líbano es un hombre que reclina la cabeza sobre su brazo/
a la sombra de los cedros sagrados, ajeno a todo menos a Dios y a la luz del sol.
Khalil Gibran (1883-1931), fragmento del poema “Vuestro Líbano y el mío”
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Qué bonito ¿eh? ¡Qué bucólico! Qué bien escribía Gibran dotándole a todo de ese aire de serenidad, de paz interior, esa atmósfera mística, esa etérea espiritualidad... ¡¡ Y cómo describe el Líbano a través de esta poética dualidad...!
Bueno... pues no estoy de acuerdo con él
A ver: ¿Qué es eso de "Vuestro Líbano es un enmarañado nudo político que el tiempo intenta desatar."? ¿Eh?... Yo es que soy de los poquísimos que todavía cree que nuestros políticos intentan poner solución a ese enmarañado nudo político. Soy un ingenuo, ya lo sé. Pero aún lo creo. Lo que pasa es que ese nudo político está tan enmarañado que no hay manera. Y además aquél que intenta ponerle solución termina al final enmarañado, atrapado en él. Pero el propósito final (se supone) es bueno: Buscar soluciones a nuestros problemas. Nadie dice que sea fácil... Y mucho menos Gibran que habla de los problemas de "Vuestro Líbano" como si con él no fuese la cosa...
Bueno, que me estoy liando... Yo, que quería empezar el capitulo con un poema que dejaría la etapa super-guay y "cultureta"...y al final termino despotricando... Siempre me pasa lo mismo: No tengo lo que hay que tener.. Me falta glamour, estilo, clase... El que vale, vale... Y el que no... pues no vale... Y yo no valgo para cursi
En fin... A lo nuestro...
Miércoles, 3 de Mayo, 2017
Salí a desayunar antes de la hora establecida (oficialmente los desayunos comienzan a las 7) y para las 7.30 yo ya estaba con la maleta hecha haciendo el checking out sin problemas. A las 7.45 el conductor de Nakhal vino a recogernos y algo más tarde ya estaba entrando en la furgoneta que nos llevaría a Bcharre y los Cedros. Le dije a la guía que iba con mi maleta porque me quedaba en Bcharre, lo cual le extrañó porque me comentó que nadie le dijo nada de mis planes:
- Pues se lo comenté a otros guías, al de la recepción, al que comprueba todas las mañanas nuestros billetes y nos distribuye en los distintos buses y a la empresa con la que he venido.
Me comentó que iríamos primero a Bcharré a ver el museo de Gibran, luego subiríamos al bosque de Cedros, bajaríamos a la aldea de Blawza, que está 20 minutos en coche del pueblo para comer y luego, ya a la vuelta hacia Beirut, el Monasterio de Qozhaya. Me dijo que si quería ir a mi hotel tendría que sacrificar la visita a Qozhaya, pero que podríamos pedir a los empleados del restaurante que pidiesen un taxi que me llevase a Bcharré. Le comenté que me parecía muy buen plan. Subimos a la furgoneta y comenzamos nuestro trayecto.
Fuimos por la carretera de la costa abarrotada de coches y pasado Jounieh nos desviamos hacia la derecha para tomar la que sube hacia la montaña bordeando el valle de Qadisha. Paramos en un lugar indefinido para tomar un café o comer algo y continuamos. Las vistas son espectaculares.
El paisaje era rural. Seguíamos subiendo hacia el Monte Líbano. Pasamos por un punto en el que se podía divisar una panorámica del pueblo de Hasroun con sus rojos tejados.
Hasroun
Y llegamos a Bcharré ( بْشَرِّيْ ). El trayecto duró un par de horas. Justo antes de la entrada al pueblo hay una entrada a mano derecha que nos llevó al primer destino del día: El Museo de Khalil Gibran, escritor, poeta, filósofo y pintor. Un clásico en la literatura libanesa, autor de "El Profeta" y del fragmento del poema con el que he comenzado esta etapa.
Museo de Khalil Gibran - متحف جبران
Gibran era natural de aquí y a muy temprana edad perdió a su madre. Esto se va a notar en su trabajo. Vivió en Boston, U.S.A. y también en Paris. Su obra pictórica -bajo mi punto de vista- tiene en el trazo un aire de Cezanne, aunque la temática es propia: Muchos desnudos, aunque sin erotismo. Todo muy espiritual y "cósmico". Muchos ángeles y trabajos ensalzando el amor maternal.
A mí "El Profeta" no me parece nada del otro mundo. Me llamó la atención sus ideas sobre el matrimonio, reivindicando la independencia de los cónyuges, cosa que me pareció bastante avanzada para la mentalidad de su época (comienzos del siglo XX) en el entorno libanés. Pero, por lo demás, es igual que su pintura: Todo muy espiritual, místico y etéreo. Creo que su fama se debe más a la forma, al tono con el que se expresa, que a sus ideas en sí.
El museo se fundó en 1935 y en el se encuentran más de 400 pinturas y dibujos hechos por él además de su tumba, muebles y pertenencias. Su web: www.gibrankhalilgibran.org/Museum/
El edificio es bastante curioso. Fue adquirido por su hermana Mariana en 1931 a petición de Khalil. Anteriormente había sido el monasterio del eremita Mar Sarkis (San Sergio), del siglo VII y excavado en la roca (la mayor parte del museo lo está). Fue en 1975 cuando lo transformaron en museo. Está prohibido hacer fotos en su interior, cosa que no me importó porque su obra no es santo de mi devoción.
De hecho lo más fotogénico del lugar está en la entrada: Son las vistas del pueblo de Bcharré en la ladera de una de las montañas que bordean el valle.
Bcharre - بْشَرِّيْ
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EL BOSQUE DE LOS CEDROS DE DIOS (HORSH EL-RAB) -
أرز الربّ
EL BOSQUE DE LOS CEDROS DE DIOS (HORSH EL-RAB) -
أرز الربّ
Subimos de nuevo a la furgo para seguir nuestro camino hasta alcanzar los 2000 metros de altura, al fondo se veía el Monte Libano (de más de 3000 metros) nevado. Este bosque se encuentra a 4 kms de Bcharre y su entrada está frente a un enorme cedro tras el cual hay un camino con varias tiendas de souvenirs. Curiosée en varias tiendas y en cada una de ellas me ofrecían un llavero con mi nombre grabado en un trozo de madera de cedro, así que en cada tienda daba un nombre distinto.
El cedro libanés o cedrus libani, es el majestuoso árbol que aparece en la bandera del país. Crece exclusivamente en la Cordillera del Monte Líbano, que lo atraviesa de norte a sur. Aquí hay sólo 375 y están meticulosamente protegidos por la organización sin ánimo de lucro Forest of Lebanon Cedar Friends ( www.cedarfriends.org/en/ ). La madera de estos souvenirs procede de ramas enfermas de cedro, que han sido cortadas para evitar que la enfermedad se extienda al resto del árbol. Esta asociación es la encargada de cuidar y plantar los cedros del Líbano, pero su resultado sólo se verá a muy largo plazo debido a su lentísimo crecimiento: Sólo 30 cms al año.
Los cedros libaneses tienen imponentes troncos y sus copas son planas. Cuanto más viejo, más planas. Su corteza es oscura pero su madera es clara, dura y asombrosamente resistente al tiempo. Segregan una resina muy aromática. Son de verde hoja perenne. La leyenda dice que Dios mismo los plantó. Y han sido mencionados unas cuantas veces en la Biblia y en el poema de Gilgamesh. Algunos de los que hay en este bosque tienen más de 1500 años. Los fenicios construían sus barcos con su madera, el rey Salomón la pedía para su templo de Jerusalén, los egipcios utilizaban su resina para la momificación y los británicos los utilizaron para construir la linea de ferrocarril entre Tripoli y Haifa (hoy en desuso). Otros como Lord Byron o el poeta Lamartine grabaron su nombre en alguno de sus troncos. La Reina Victoria de Inglaterra mandó construir un muro a su alrededor para protegerlos.
"Aquél que es honesto florece como la palmera y crece como el cedro del Líbano" (psalmo 92:12)
El bosque está cerrado al público los lunes. Nada más entrar hay un cedro enorme, sin apenas hojas, que tiene una alegoría de la Trinidad en relive en su tronco. Caminamos en silencio por el camino marcado. Asombroso ¡Qué relajante! ¡Qué majestuosidad y belleza... ! ... ¡¡¡ Y qué aroma !!!
"Mi Líbano es un hombre que reclina la cabeza sobre su brazo/ a la sombra de los cedros sagrados, ajeno a todo menos a Dios y a la luz del sol" dice Gibran en su poema... ¡Nos ha fastidiado! Este es su Líbano, el mío, el tuyo y el de todos ¡Será "joío" el tío...! Es que esto es precioso... Dejo unas cuantas fotos para que os relajéis. No hacen justicia al lugar... porque no puedes oler las fotos ¡Y nunca olvidaré ese aroma!
Bosque de los Cedros de Dios
Una vez terminado el paseo (¡nada de turistas! ¡Estuvimos solos!) salimos por el otro lado del bosque, donde nos esperaba el chófer con la furgoneta para llevarnos al restaurante Saba junto a la carretera principal en Blawza, donde donde degustamos otra deliciosa comida a base de meze fundamentalmente, carne y pollo y fruta de postre. Muy bien. El cielo, ahí a más de 1500 metros de altura estaba muy nublado, aunque la temperatura era agradable. La guía habló con los empleados y me dijeron que habían llamado un taxi para llevarme a mi hotel Chbat de Bcharre. Ellos se marcharon y yo me quedé esperando el taxi. Comenzó a caer una molesta llovizna y las nubes bajaban cada vez más y más. Llegó el taxista: Un tío conduciendo una furgoneta, que me cobró 20000 libras libanesas (taxis y transportes no son caros en el Líbano) y en 15 minutos ya estaba en el hotel. El taxista era un chaval muy joven y dicharachero que me dio su número de móvil, ofreciéndoseme como guía para recorrer el Valle de Qadisha al día siguiente. Le pregunté "¿Cuánto cobras?" Y se me echó a reir... ¡Qué cosas tiene el forastero! ¡Hablar de dinero así: De golpe y porrazo! No me respondió... Así que ya veremos...
Hice el check-in en el hotel. La "hotelera" me explicó lo que hay que explicar. Me dijo que esa noche iba a ser el único huésped del hotel , que el desayuno lo sirven a las 8, que a la mañana siguiente el dueño me explicaría todo lo que iba a necesitar para mi paseo por el Valle... Que si quería cenar el mismo hotel tiene un restaurante en la parte de abajo... y que no hay internet en las habitaciones, sólo en la zona de recepción...Ojo al dato:... ¡¡¡¡ previo pago de 10$ al día...!!!! Dije "it´s OK" pensando que lo primero que tenía que hacer era darme una vuelta por el pueblo para familiarizarme con él y asimismo llevar a cabo la "Operación búsqueda de internet"
El Hotel Chbat es muy grande. Se nota que en temporada alta se celebran bodorrios y eventos en él. Tiene 3 estrellas, aunque yo creo que le sobra una. La habitación tiene un aire montañés, que me gustó, con un baño bastante pequeño y de marcado estilo setentero y con un ventanal que daba a... a... a la nada... porque la niebla era tan cerrada que no se veía absolutamente nada. Dejo fotos de la habitación:
Hotel Chbat, en Bcharre
¡Qué bien me lo iba a pasar perdido en medio de un nubarrón bcharriano, sin visibilidad y sin conexión a internet! Cerré la puerta y salí a explorar el pueblo... casi a tientas porque no se veía ni castaña. Decidí ir "para abajo", consultando google maps en el móvil de cuando en cuando a ver si decía algo. Pasé un cruce, giré hacía la izquierda. El pueblo tenía poco movimiento y al cabo de 10 minutos llegué a "la Plaza del Pueblo", que no es que tuviese mucha vidilla en ese momento, aunque me dí cuenta de que se estaba celebrando una misa en la iglesia. Fue entonces cuando ví, ahí en la plaza, "Transportes Estefan", del que encontré información en internet (que compartí en el foro LosViajeros.com), pregunté por horarios para regresar a Beirut y el empleado me dió una tarjeta con ellos. Estupendo: tienen un bus cada hora desde las 5 de la mañana hasta la noche y además, si les llamas, te vienen a recoger al hotel. Todo esto por 7000 librillas de nada (5 €). El problema del regreso el sábado a Beirut lo tenía resuelto
Ví entonces que unos niños de edades entre los 6 y 10 años bajaban galopando a la salida del colegio por unas largas escaleras que llevan a la plaza. Serían sobre las 6 de la tarde y yo comencé la operación "Búsqueda de bar con wifi", cuando ví un cartel que ponía "Al Hotel Palace" del que yo encontré información en internet y a punto estuve de reservarlo, pero ví que sus últimos comentarios en tripadvisor y Booking.com eran de hace más de un año y que su página web desapareció por lo que supuse que el negocio había cerrado, lo cual me sorprendió porque sabía que lo habían renovado recientemente. Fui a inspeccionar. Entré y el recepcionista me dijo que estaba abierto.
- ¿De dónde eres? -me preguntó el recepcionista.
- De España.
- ¡Ah! Pues los dueños son venezolanos ¿ves a ese tipo que está cortando leña en ese jardín de al lado? Pues es el hijo del dueño. Vamos a saludarle.
Así que allá fuimos. Me lo presentó y el chico me dijo "el dueño es mi padre. Ahora te lo presento". Estaba claro que no había mucho que hacer... Me llevó a una casita que hay junto al hotel. Abrió la puerta diciendo "¡Papá!". Se encontraba en la salita rezando el rosario. Y fue muy amable. Me dijo que la web desapareció porque el tío que llevaba la informática les hizo una jugada redireccionando los correos al suyo propio... me imagino que para robar de una manera u otra. Lo tuvieron que echar y ahora la única forma de reservar es a través de booking.com Me enseñó una habitación con vistas al valle... con niebla. El hotel es moderno y con internet en todas las habitaciones. Le conté lo del Hotel Chbat y me djo "Si quieres te puedes cambiar de hotel, pero no le comentes al del Chbat que te lo he dicho yo, que es amigo mío" Decidí que no lo iba a hacer, pues ya lo tenía pagado. Pero lo digo aquí para que conste: Es mejor hotel el Palace. Está mejor situado, es más moderno e incluso creo que más barato (tiene una parte que es hostel)
Seguí caminando por el pueblo de calle en calle de plaza a plaza. Terminó la misa. En una plaza con vistas comprobé que la niebla comenzaba a disiparse.
Más arriba, en otra plaza con otra iglesia y con otra misa había unos niños con un perro y con un turista australiano al que estaban avasallando con preguntas. Tanto que escapó... y entonces me tocó mi turno. Estaba claro que querían hablar inglés. Me dijeron que estaba chalado haciéndome un gesto con el dedo indice en la sien, que porqué saco fotos si no se ve nada con esa niebla, que mejor sacarles a ellos... Y me hicieron algún posado con perro, morritos y orejas de burro.
Salió la gente de la iglesia y me cogió por banda un vejete octogenario de complexión fuerte aunque tembloroso y con bastón poniéndose a hablar en una mezcla de árabe y francés, así que yo apenas entendía un 15% de lo que me decía, pero me contó que en sus años mozos fue campeón de lucha.
- Pegue, pegue -me dijo, señalando su abdomen.
- ¿Que yo le pegue a usted un puñetazo?
- Si, sí. - Y yo pensando: "Pero ¿cómo le voy a dar un puñetazo a un vejete desconocido y temblequeante?" Así que le dí un tímido puñetazo.
- ¡¡No, no... Fuerte, fuerte...!! -me dijo.
Así que le dí más fuerte. Y sí: El abuelete estaba en forma. Entonces con sus dos manos cogió la mía y me dijo:
- Vivo en la principal casa del pueblo, la que está a la entrada. Estás invitado a pasar por ahí cuando quieras. - A lo cual yo, con una sonrisa bobalicona, le respondí:
- Gracias, gracias.
- Tu: Mon ami - me dijo. Y yo:
- Merci, merci - y pensando: "¡¡... Pero suéltame la mano!! - Pero el repetía una y otra vez, sin soltarme.
- Tu: Mon ami. - Y así se quedó repitiendo esto una y otra vez durante unos minutos y sin soltarme la mano.
Y fue entonces cuando por mi mente pasó una escena, como en una película, en la que aparecían dos hombres de dos generaciones y países distintos estrechándose la mano en medio de la plaza de Bcharre, simbolizando la amistad entre dos pueblos. El reloj de la iglesia marcaba las horas, la niebla se iba disipando, las luces de las casas se iban apagando. El cielo de la noche estaba más despejado y comenzaban a aparecer algunas estrellas. La panorámica se iba alejando y comprendía más y más terreno, tomada desde más arriba de modo que abarcaba la totalidad del Valle de Qadisha en medio de la oscura y estrellada noche silenciosa, sólo interrumpida por dos pequeños puntitos que en ella había. Uno decía:
- Tu: Mon amí -
Y el otro, en una lengua que muy pocos en la comarca podían comprender, gritaba:
- ¡¡¡¡¡¡..... Socoooooooorrrrrrrroooooooooo........ !!!!!!!
Pero por suerte no fue así: Tras un buen rato me soltó la mano ("¡Free at last!" me dije -como Martin Luther King-) y puse pies en polvorosa para llegar por fin al Bar Makhloufi, donde tomar una cerveza, cenar y wasapear con la wifi del lugar.
Bcharre: Vista del Monte Líbano
Finalmente me fui a dormir. Mañana me tocaba madrugar.