Transnistria ✏️ Diarios de Viajes de MoldaviaSi habéis leído algo sobre Transnistria igual tenéis una imagen similar a la que tenía yo antes de ir: un reducto comunista , un régimen cerrado anclado en los años de la Unión Soviética, un lugar tenebroso y misterioso, un museo al aire libre...Diario: Una semana en Moldavia y Ucrania (Chisináu, Transnistria y Odesa) diciembre 2017⭐ Puntos: 4.7 (7 Votos) Etapas: 4 Localización: Rusia y Ex URSSSi habéis leído algo sobre Transnistria igual tenéis una imagen similar a la que tenía yo antes de ir: un reducto comunista, un régimen cerrado anclado en los años de la Unión Soviética, un lugar tenebroso y misterioso, un museo al aire libre, etc. Bueno pues siento decepcionaros, pero nada de eso. Transnistria es un país capitalista normal y corriente. Bueno vale, tiene algunas particularidades que lo hacen interesante, pero no precisamente en una línea revolucionaria/socialista. Transnistria es una república independiente que no reconoce ningún país del mundo (a excepción de otras repúblicas tampoco reconocidas como Ossetia y Abjasia, en Georgia y Nagorno Karabaj en Azerbaiyán), pero que de facto tiene la protección de Rusia (y en parte por eso existe). De hecho, hay ejército ruso desplegado en su territorio. Se encuentra entre medio de Moldavia y Ucrania y tras la caída de la Unión Soviética hubo una guerra en esta zona (1990-1992) que terminó con el pacto entre Moldavia y el movimiento independentista de Tiraspol (capital de Transnistria) en crear una zona desmilitarizada que, aunque su status político no se ha resuelto, funciona de facto como un país independiente. Como tal tiene una moneda, una organización económica, política y social independiente. Nosotros veníamos de Chisináu, capital de Moldavia, y es fácilmente accesible en autobús (son microbuses que salen de la estación central de Chisináu, al lado del mercado). El trayecto dura unas 2 horas hasta Tiraspol y vale 37 lei moldavos (unos 2€). No tuvimos ningún problema para pasar la frontera. Simplemente no te sellan el pasaporte y te dan un papelito que tienes que entregar al registrarte cuando llegas. Nosotros pagamos la novatada, en parte por la idea preconcebida que teníamos del país, y pagamos 10€ entre los cuatro para que la mujer que nos alquilaba el apartamento en Tiraspol nos acompañara a hacer el trámite. Ella aseguró que necesitabas alguien de allí para hacer el registro, pero después de la visita al país me parece que con tu documentación, la dirección de dónde te vas a quedar y el papelito que te dan en la frontera es más que suficiente. Igual hace unos años te ponían más trabas, tenías que sobornar a alguien, etc. no lo sé, pero ahora es muy fácil. Hay varias oficinas de registro, pero una está en la estación de tren (los buses paran justo delante, Tiraspol es muy pequeño así que no hay problemas con eso) y cuando haces el registro pones los días que te vas a quedar y te vuelven a dar un papelito. Ese papelito deberás entregarlo a la frontera cuando salgas. La mayoría de ciudadanos de Transnistria son también moldavos, aunque también hay rusos y ucranianos. Es importante para ellos tener alguna de estas nacionalidades porque, al no ser un país reconocido, su documentación transnistria no les sirve para viajar. No tendréis ningún problema para cambiar moneda ya que hay muchas casas de cambio. En el momento de nuestra visita 1€ equivalía a unos 19 rublos transnistrianos y para nuestro poder adquisitivo todo es muy barato. Dormimos en un apartamento (“Tiraspol Apartment”) que nos costaba 30€ la noche entre los 4, que estaba muy bien. Es muy recomendable que reserves el alojamiento antes de llegar allí porque casi no hay ninguno anunciado. Nosotros lo reservamos por booking pocos días antes y si vais a un apartamento de este tipo hay que contactar a la persona antes de llegar porque si no, no vais a encontrarlo. Transnistria es una zona que históricamente ha sido muy importante para la república socialista de Moldavia ya que allí se concentraba gran parte de la industria (especialmente eléctrica y armamentística) y actualmente sigue siendo una zona de gran actividad industrial. Una de las cosas más turbias del país es el control casi monopolístico que tiene la empresa Sheriff. Inicialmente estaba formada por dos socios capitalistas principales Viktor Gushan e Ilya Kazmaly. Esta empresa controla gran parte de la economía del país incluyendo refinerías, supermercados, industria tabacalera, de alimentación y bebidas alcohólicas, telecomunicaciones, un grupo editorial, un canal de televisión y es la principal constructora del país. Es además fundadora y patrocinadora del famoso club de fútbol Sheriff Tiraspol que juega en la liga de campeones de Europa. La presencia de la empresa Sheriff es fácilmente visible en todo el país. Es la única que puede importar mercancía de fuera y comerciar con moneda que no sea el rublo transnistrio. Recibe importantes ayudas y subvenciones y tiene una estrecha relación con el gobierno. Además de Sheriff, hay otras empresas privadas que operan en el territorio y en general, salvando las distancias culturales y lingüísticas, paseando por Tiraspol una no tiene la sensación de estar en un país tan diferente a otros de Europa del Este. Aunque el limbo político en el que se encuentra el país genera unas condiciones favorables para el blanqueo de capital y todo tipo de negocios ilegales. Además de tener una economía de mercado, Transnistria tiene un sistema político multipartidista y los dos principales partidos políticos son los nacionalistas y los liberal-conservadores (aunque hay algún partido marxista-leninista en la oposición). Y si Transnistria es un país capitalista (en lo formal y en lo real) ¿porque tenemos la idea que sigue siendo un reducto soviético? Transnistria conserva simbología soviética como por ejemplo la hoz y el martillo, la estrella roja y esculturas de líderes soviéticos como Lenin. Se me escapan los motivos, pero imagino que tiene que ver con los mismos que podría tener Rusia, tampoco sospechosa de tener una economía de corte socialista, pero dónde también se pueden encontrar en algunos sitios recuerdos de la época soviética. El mantenimiento de estos elementos tiene más que ver con el nacionalismo ruso, de recordar la URSS como un imperio y potencia mundial, que no tanto por cuestiones sociales o económicas. Igual es que yo tenía unas expectativas muy altas, pero imaginaba que vería muchas más esculturas y símbolos soviéticos por todas partes. No es tan así (aunque depende de lo que andéis buscando claro). La zona donde se concentran más es delante del parlamento, un edificio de corte soviético. Allí delante hay una escultura de Lenin, un cartel de la ciudad mega ochentero, el memorial a la guerra de independencia (1990-1992) y un tanque. Al lado de esta zona, que es dónde la avenida principal (25 de Octubre) es más ancha, hay también un parque con una escultura del militar ruso Aleksandr Suvórov, fundador de la ciudad en 1792 (curiosamente el mismo año que se fundó Odesa, la ciudad ucraniana que visitamos después). Hay otro busto de Lenin delante del ayuntamiento (también conocido como La casa de los Soviets) y algunos carteles con la hoz y el martillo o la estrella roja en muchas calles. Al lado del ayuntamiento hay también un mural con personajes destacados de la Unión Soviética. Tiraspol es una ciudad pequeña y el centro se puede recorrer fácilmente a pie. También hay algunas iglesias ortodoxas (hay que ver como después de tantos años de políticas activas y, hasta represivas, de un estado laico, la religión sigue teniendo un peso tan grande, igual habrá que hacer un poco de autocrítica y el camino a la secularización es más efectivo sin una promoción activa de la misma, no lo sé). Una cosa que nos llamó la atención es que los pocos restaurantes que hay son bastante lujosos, al menos en apariencia. La verdad es que comimos muy bien y muy barato, pero es posible que no haya la cultura o el hábito de comer fuera para la gente de a pie, por lo que la figura del “bar Manolo”, tan extendida en España, desaparece. Si comes fuera es porque tienes bastante dinero o porque es un momento importante y por eso los pocos restaurantes que hay son de “categoría”. Casi todos se concentran en la Avenida 25 de Octubre, muy cerca unos de otros. Un día comimos en el “Mafia” que tiene además Karaoke (muy bueno, barato aunque no mucha cantidad), otro en el “7 Fridays” (este más regular, no estaba tan bueno) y la última cena la hicimos en el “Placinta”, al lado del Teatro Nacional, que es una cadena que también encontramos en Chisináu de comida moldava que está muy bien. La especialidad son las placintas, que es una comida típica. Se trata de una pasta similar al hojaldre rellena de varias cosas como patatas (producto muy utilizado en la gastronomía moldava), queso, espinacas, col, carne, etc. Hay de varios tipos e incluso dulces. Aproximadamente, una comida con primero, segundo, postre y bebida nos costaba unos 500 lei (unos 25€) entre los cuatro. En general la gente bastante amable y maja, a pesar de la barrera lingüística que dificulta poder intimar y poder hablar de según qué cosas, por ejemplo a nivel político, pero a nivel cuotidiano no hay el ambiente lúgubre y misterioso que a veces se pinta. Otra cosa que se puede hacer desde Tiraspol es coger el trolebús número 19 e ir hasta Bender (a unos 20 minutos) otra ciudad moldava, pero que de facto pertenece a Transnistria. Lo más famoso de la ciudad es un fuerte que se puede visitar. Delante de allí hay también hay una columna soviética y un tanque. Volvemos a dedo a Tiraspol parando en el estadio del Sheriff Tiraspol. Se puede hacer un tour, pero no nos interesa tanto y vamos a la tienda del club (se nota que no están muy acostumbrados a los turistas porque casi que los guardias de la puerta no saben ni dónde está). En resumen Transnistria es un lugar interesante, pero que no se diferencia mucho de otras ciudades de Europa del Este, que no tiene nada de socialista más que los cuatro símbolos que pueden resultar atractivos para los curiosos y la “mística” de estar en un lugar que no reconoce nadie, pero que de facto tiene un funcionamiento normal. Tiraspol, su capital, no es muy grande y en un día lo tenéis todo visto. De allí, queríamos ir a Odesa, ciudad ucraniana, esta sí mucho más turística en verano, pero el microbús no salía hasta la tarde y no queríamos esperarnos todo el día (es recomendable preguntar los horarios el día anterior). Los microbuses salen desde la estación de tren que, por cierto, pasa de manera muy irregular. Negociamos con un taxi por 800 lei que nos acerque las dos horas y media que separan Odesa de Tiraspol, aunque en temporada alta (verano) este trayecto puede ser de 4 o 5 horas por las colas que se forman en la frontera.
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