Excursión en tren a Verona, marcada por el mal tiempo y las aglomeraciones. La visita a Verona nos hacía mucha ilusión, a pesar de que parecía que el clima no iba a acompañar mucho. Fuimos con tiempo suficiente a la estación, y en cuanto pusieron...
La visita a Verona nos hacía mucha ilusión, a pesar de que parecía que el clima no iba a acompañar mucho. Fuimos con tiempo suficiente a la estación, y en cuanto pusieron el número de andén nos montamos en el tren. Tras varias vueltas no fuimos capaces de encontrar dos asientos juntos. Pero bueno, eran menos de dos horas, tampoco era para tanto. Lo peor es que en sucesivas paradas siguió subiendo gente, que ya no tenía donde sentarse, y el calor en el tren era excesivo, sumado al agobio de tanta gente de pie.
Cuando nos bajamos del tren, casi toda la gente se dirigía al centro, así que no tenía pérdida. Por el camino se pasa por Porta Nuova.
Cuando llegamos a la Piazza Brà donde está la Arena nos llevamos una sorpresa mayúscula al ver que la mayor parte de la plaza estaba tomada por una carrera popular, además de por diversos puestos de dulces y comidas varias. La cola para entrar en la Arena era considerable. La idea era comprar la Verona Card, que permite acceder a los principales monumentos y ahorrarse la cola en la Arena, pero se compra en la Oficina de turismo, que estaba en el otro extremo de la plaza. Con todo lo de la carrera no veía claro por donde acceder, así que nos pareció más práctico hacer la cola normal y comprar allí mismo la Verona Card. Cuesta 18 euros, pero creo que merece la pena, teniendo en cuenta que solo la entrada a la Arena son 10 euros, y que entrar a las principales iglesias cuesta 3 euros cada una.
La visita a la Arena es muy recomendable. Es uno de los anfiteatros romanos más antiguos y mejor conservados que existen. Lo recorrimos de arriba abajo y nos gustó mucho, sin haber estado en el Coliseo de Roma.
Cuando terminamos la visita nos encontramos con que no se podía salir del recinto hasta que no acabase la carrera. Le dimos dos vueltas enteras a la Arena sin encontrar la forma de salir. Paciencia, pasados unos 15 minutos habilitaron una salida.
De allí nos fuimos paseando (más bien dejándonos llevar por la gente) hasta Castelvecchio. El castillo no tiene mucho que ver, pero el puente del mismo nombre me pareció muy bonito. Caminar por el puente era un imposible, lleno de puestos y abarrotado, pero conseguimos cruzarlo y disfrutar de las bonitas vistas que hay desde el otro lado.
Después nos dimos un paseo para ir a la Basílica de San Zenón. Es un rato andando pero se hace bien, y la iglesia bien merece la pena. Es una joya del románico y el edificio religioso más importante de Verona. A nosotros nos gustó mucho, el claustro, los frescos y, sobre todo, la puerta de bronce con escenas de la vida de Cristo. Con la entrada está incluida una audioguía.
Comimos en Ostería Casa Vino. Pedimos unos ñoquis negros que estaban buenísimos, y unos raviolis, buenos, pero que no les llegaban a los ñoquis. Pedimos una tabla de quesos italianos, para probar distintas variedades, pero no fue una buena idea. Primero, porque se olvidaron de que la habíamos pedido, y nos tuvieron allí esperando un buen rato, como si estuvieran ordeñando para hacer el queso. Y después, porque no nos identificaron cada tipo de queso, por lo que no sabíamos qué variedad estábamos probando. Recomiendo el restaurante, el error de pedir el queso fue nuestro.
Después de comer continuamos el paseo, pasando por el Arco dei Gavi y la Porta Borsari, ambos de origen romano, construidos en el siglo I d.C.
Llegamos a la Piazza delle Erbe, la plaza más antigua de la ciudad de Verona, situada en la zona del antiguo foro romano. Estaba tomada por una multitud, como toda la ciudad, así que no pudimos apreciar mucho de la plaza ni sus bellas fachadas. Destaca la Torre Lamberti, con sus 84 metros. Dado que estaba incluido en la Verona Card, subimos a la torre, pagando un euro por usar el ascensor. Las vistas desde arriba son magníficas, aunque no nos quedamos mucho rato por el viento que hacía.
Seguimos hasta la Iglesia de Santa Anastasia. De estilo gótico, es uno de los imprescindibles de Verona. Su interior, con colorida decoración, es impresionante, con bonitas capillas. Son curiosos los jorobados que sostienen dos pilas al lado de las columnas cercanas a la entrada. En esta iglesia también se incluye la audioguía, aunque reconozco que nos resultó un poco pesada.
Desde allí fuimos hasta el Duomo que, en realidad, es un complejo que alberga tres edificios religiosos. La catedral, propiamente dicha, es una mezcla de estilos, y especialmente nos gustó la semicúpula del ábside con la Coronación de la Virgen.
San Giovanni in Fonte, donde se ubica una pila bautismal octogonal tallada en un único bloque de mármol y decorada con escenas de la Infancia de Jesús. Nos gustó mucho.
Por último, la iglesia de Santa Elena, que ocupa el espacio de la primera basílica paleocristiana del siglo IV y de la otra más grande que se construyó en el V. Bajo su suelo se pueden ver mosaicos de las construcciones primigenias.
Antes de abandonar el Duomo, contemplamos su fachada, ya que fuimos primero a ver el interior, porque estaba a punto de cerrar. Por cierto, la audioguía también estaba incluida, pero había tanta gente que se habían agotado.
Cruzamos el Ponte di Pietra, lleno de puestecillos de artesanía. Desde allí hicimos bonitas fotos, acercándonos después al teatro romano, que está en muy mal estado de conservación. Nos hubiese gustado subir hasta el Castillo de San Pietro, desde el que hay una vista panorámica de la ciudad, pero era ya tarde y estábamos cansados, así que lo dejamos para otra ocasión.
Empezamos a desandar camino, pasando por Arche Scaligere, las tumbas monumentales de una familia noble de Verona, muy bonitas. Y desde allí a la Piazza dei Signori, abarrotada con un mercadillo navideño.
A esas alturas la ciudad estaba tan abarrotada que ya tenían calles de un solo sentido para el tráfico peatonal. Aunque el tema no nos interesaba mucho, hicimos por asomarnos a la casa de Julieta, pero vimos tal multitud en el callejón que lleva a la casa que desistimos. Entonces ya dimos la visita a Verona por concluida y empezamos a caminar hacia la estación. En una de las calles nos quedamos atascados, no podíamos caminar. Tras unos cuantos minutos sin movernos, viendo como venía cada vez más gente, optamos por darnos la vuelta y salir por alguna otra calle. Soy un poco claustrofóbica y este tipo de aglomeraciones que no me dejan moverme me ponen nerviosa. Y así, dando un rodeo, logramos salir del centro de Verona. Ya solo nos quedaba un corto paseo hasta la estación de tren.
Es una lástima que la visita a Verona se viese deslucida por el mal tiempo y la gran cantidad de gente que había. Una ciudad que en otras circunstancias debe ser muy agradable de pasear y con encanto.
El tren de vuelta iba casi vacío, nada que ver con el tren de la mañana. Llegamos tarde y cansados, y entramos en uno de los pocos sitios que vimos abierto para cenar, nada reseñable.
Gracias! En agosto seguro que no hay tanta gente como cuando fui yo, así que estupendo. Y Bérgamo te va a gustar, suele pasar desapercibida porque no tiene la fama de sus vecinas, y por ser una ciudad pequeña, pero es muy bonita.
Hola marimerpa! Me encanta tu diario y me resulta muy práctico porque es un viaje que terminaré haciendo ya que Milán tiene una combinación muy buena con Sevilla y es fácil para darse una escapada. No había visto nada de Bérgamo así que tomo buena nota, a mí también me gusta escapar del bullicio y visitar zonas más tranquilas. Un saludo!
Me alegro que te haya gustado, y que pueda serte útil. Es cierto que hay buenas conexiones (generalmente baratas) desde casi todos los aeropuertos y es una escapada que merece la pena. Saludos!
Muchas gracias por tu diario, me ha gustado mucho. Milán es una ciudad que conozco y Bérgamo también, yo suelo ir por motivos musicales. Precisamente, me ha hecho gracia leer que estuviste justo el día 7 de diciembre, menudo día ¡¡¡ Milán se viste de gala justo ese día. Es la noche más importante de la ciudad. Por eso viste tantos medios de comunicación en la plaza del teatro de la Scala. El día 7 se inaugura la temporada operística y acuden decenas de caras conocidas de toda Italia, y también muchas celebrities del extrangero, así que está repleto de fotógrafos, periodistas, cámaras de televisión. Además, justo ese día que tu estuviste en Milán, actuaba en la Scala nada menos que la soprano más famosa del mundo, Anna Netrebko, así que la expectación era enorme. No te acercaste hasta la puerta del teatro? O había mucha gente, imagino que sí. Que suerte poder estar en Milán ese día¡¡¡ Tu diario es super interesante, y las fotos geniales. te felicito¡¡ un saludo
Gracias DonAlvaro! La verdad es que a la puerta del teatro era imposible acercarse, estaba blindada por la policía, creo que nunca había visto tanta policía junta. Así que nos conformamos con escuchar un rato la ópera en las pantallas que había en las galerías. Saludos!
Italia y sus pueblos-2018/2019/2023DAROS A CONOCER LOS DISTINTOS LUGARES DE ITALIA, UNOS MAS CONOCIDOS QUE OTROS PERO IGUAL DE...⭐ Puntos 3.83 (6 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 272
Florencia, Siena y San Gimignano 5 díasViaje de 5 días, 2 días y medio en Florencia, 1 en Siena y 1 de San Gimignano, a estos...⭐ Puntos 5.00 (9 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 230
Paso, paso
Es como ver la tumba donde enterraron al Quijote ...
Y hacer cola para tocarle una teta a una réplica de la estatua ... Pues tampoco lo termino de ver, la verdad.
Prefiero cosas mas "culturales". Claro está, hay gustos para todos
Voy a pasar la nochevieja en Verona con mi pareja y nos gustaría reservar algún lugar (no super caro) para cenar y luego ir al Tutti in Piazza a Capodanno en plaza Bre. Tampoco sabemos si allí hay tradición de salir de noche a bailar después de las 12 y qué hora es la de cierre de bares y clubs una noche como esa. Agradezco info si alguien ha estado y conoce estos datos.