Hoy nos levantamos muy ilusionados porque ha llegado uno de los días top del viaje, pero el cielo no puede estar más gris y empiezan a caer cuatro gotas. Esperemos que se cumpla lo de que en Escocia puedes encontrarte las 4 estaciones del año en un solo día…
Hemos cogido la excursión de las 9:50 porque estamos de vacaciones y no teníamos ganas de madrugar tanto. Desayunamos con contundencia para seguir con nuestra idea de aguantar el día con poca cosa y nos acercamos al puerto. De camino, paramos en el Tesco a coger unos sandwiches. Hay una oferta de 1 bocata + 1 snack + 1 bebida por 3 libras. Cogemos dos porque llevamos galletas y cosas varias en la mochila.
Llegamos a las 9:30 a la tienda de Staffa tours para recoger los billetes de todo el dia y nos pide que espabilemos, que tenemos que estar ya en el ferry!!! Suerte que está cerca, pero toca correr un poco.
Llegamos sacando el hígado por la boca y nos encontramos una cola enorme para subir al ferry con el que cruzaremos a Mull! No hacía falta correr, pero bueno, el chico de Staffatours nos ha estresado…
Nada más arrancar el ferry las vistas ya valen la pena.

Es precioso y nos ponemos en cubierta, porque aunque caen dos gotas nos hace ilusión no perdernos nada. Al cabo de un rato, empieza a apretar la lluvia y tenemos que entrar dentro, pero cuando bajamos del barco está diluviando y toca ponerse los chubasqueros hasta el autocar.
Nos subimos y empieza la ruta de 1 hora hasta Tobermory. El guía no calla, pero su inglés tiene muuuuucho acento escocés y Raul no pilla nada. Aun así, el paisaje hace de la ruta una maravilla. Un poco larga, pero es el precio a pagar por ver los esperados puffins. Y poco a poco vemos que se van abriendo claros en el cielo…
Cuando llegamos a Tobermory bajamos y nos ponemos a la cola para subir al barco de Staffa (el suyo propio). Hay gente que va directa a Iona y coge otro ferry! Antes, pero, pasamos a hacer un pipi rápido en el wc que hay allí mismo.

VACAS PELUDAS EN EL PUERTO DE TOBERMORY
Y ahora sí, por fin, son las 12:30 y nos dirigimos hacia Staffa!!!!! Abrimos bien los ojos para ver si tenemos suerte y vemos algún delfín o ballena, pero no hay manera. En poco más de media hora llegamos a Staffa y lo primero que nos enseñan es la Cueva de Fingal, a la que no podemos entrar por desprendimientos.


Después rodeamos la isla para desembarcar y en cuanto ponemos los pies en el suelo salimos disparados a buscar a los puffins. Hace mucho, pero mucho aire y nos preocupa que la peque salga volando, pero cuando llegamos arriba del todo subiendo las escaleras vemos que es un poco menos peligroso de lo que parecía.

Andamos 10 minutos siguiendo a la gente y….. allí están!!! Tirandose como locos por el acantilado y volviendo a sus nidos, que estan justo debajo de nuestros pies.

Es increíble!!! Vale cada minuto y cada céntimo que hemos invertido en ir a verlos. Y de vez en cuando sale el sol!!!



ATENCIÓN A LA CARA DE JÚLIA... HABLA POR SI SOLA!

Solo tenemos una hora en tierra, y decidimos por unanimidad pasar olímpicamente de la cueva y quedarnos la hora entera disfrutando de estos pequeños pajarillos encantadores. Si no tiro 300 fotos no tiro ninguna!!!

BUENO, YO, Y 60 PERSONAS MÁS..
Pero va llegando la hora de marcharnos y Julia se niega en rotundo. De hecho, se nos pone a llorar porque no quiere volver a la barca. Pero se va si no espabilamos, así que toca apretar el paso que hemos apurado el tiempo…
Llegamos a la barca justo cuando se acaba de llenar la primera, pero en 5 minutos llega la segunda y nos subimos. A la vuelta volvemos a tener los ojos abiertos, pero tampoco hay suerte. Jooooo, queremos ver bichos en el agua…
Paramos en Iona, y aunque al principio esta parada no nos hacía especial ilusión, hay que reconocer que la isla es bonita para pasar un rato...
La Abadia de Iona entraba en la Explorer Pass, pero estamos cansadas y decidimos que para el poco rato que tenemos pasearemos un poco y bajaremos a la playa a que la peque juegue un rato.

SEÑORA ESPERANDO EL FERRY PARA LLEVAR SUS CARTAS. ENCONTRÉ EL MOMENTO ENTRAÑABLE.

DETALLE DEL CLAUSTRO

Al llegar a Tobermory cogemos el autobús, pero esta vez el guia vocaliza millor y Raul puede ir explicadome algunas anécdotas (prometo apuntarme a clases de inglés de una vez por todas…)
De vuelta en el ferry hasta Oban yo me quedo en cubierta haciendo fotos del paisaje porque hay una luz preciosa y no se donde mirar, y Raul y Julia se quedan abajo. Cuando voy a buscarlos me dicen que han visto una foca. Sniiiiiffffff, yo no!!



Raul y yo no tenemos hambre, pero Julia pide un fish and chips y nos paramos en un chiringuito en el puerto que nos hace buena cara. Pues resulta que no solo a nosotros, si no que a las gaviotas también, porque a la que nos despistamos vemos que roban un trozo de salmón de un plato de la mesa de al lado. Y aunque la echan como pueden, vemos que se va haciendo la despistada para volver a atacar…
Son más de las 9 y estamos muy cansados. En el apartamento y antes de irnos a dormir compramos los tickets para el ferry que tenemos que coger mañana hacia Skye. Pero nos llevamos una sorpresa… Solo quedan dos horarios disponibles y nos descuadran la hora de ver pasar el tren jacobite!!! Lo miramos y remiramos y al final decidimos que no iremos. No nos vale la pena porque tenemos que estar a las 14:30 en Mallaig.


