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El sábado era mi 40 cumpleaños. Fue uno de los motivos por los que nos fuimos a Amsterdam: para mi, la mejor forma de celebrarlo era ir de viaje con mi familia a algún lugar chulo, y de ahí nació este viaje.
Mi hija me prometió que se iba a portar muy bien como regalo de cumpleaños. La verdad que así fue.
Después de desayunar comenzamos el día como siempre cogiendo el tren, y después el tranvía para llegar al NoorderMarkt. Otro mercado al aire libre, este prácticamente dedicado a la alimentación. Una calle larga con puestos a ambos lados. Siempre nos gusta visitar los mercados allí donde vamos, y este también nos gusto. Ademas, aprovechamos la mañana para visitar el bonito barrio de Joordan, algo menos bullicioso que el centro, muy pintoresco y en el que da gusto pasear. Cuenta con algunos de los puentes y canales mas chulos, en nuestra opinión.
Caminando caminando llegamos a Westwerkerk,justo al lado de la casa de Anna Frank. Esta iglesia aparece en el diario, haciendo mención a la campana, que Anna podía escuchar desde su escondite y que le daba tranquilidad. La torre de la iglesia es imponente, muy bonita. Por dentro, la iglesia (que es gratis, de las pocas que vimos, y en cuyo interior hay un aseo, que si cobran, como es costumbre), es bastante austera. Al ser protestante, no tienen figuras, ni altar. Había un púlpito, sillas y poco mas que ver.
Fuera hay una estatua de Anna Frank, megafotografiada, como también nosotros hicimos.
Salimos de ahí, y después de ver en el lateral el símbolo dedicado a los homosexuales, colectivo que durante la 2ª guerra mundial fue perseguido y masacrado, al igual que los judíos, por parte de los nazis. Es un simple triangulo rosado en el suelo, que era la señal que les ponían los nazis para identificarlos. Un lugar lleno de simbolismo.
Pasamos por al lado de la casa de Anna Frank, con la interminable cola de gente, y justo al lado las empresas de paseos en barco hacen su agosto aprovechando la multitud que allí se congrega. Entré a preguntar a una de ellas, y el chico (que hablaba español) me dijo que no era necesario el chaleco para la niña. Además, podíamos dejar allí el carrito y recogerlo al terminar. El barco no era tan chulo como el del dia anterior. Este era el típico acristalado, con el techo semiabierto, pero visto lo visto nos iba bien.
Hicimos el paseo (16€ adultos, niños gratis) con audioguía en español. Duró una hora y no estuvo mal, pero pienso que el otro en una barcaza descubierta nos había gustado mas.
Al salir, nos acercamos a una pizzería que vi en internet con buenas criticas y a 5 minutos: la perla.
La carta: solo pizzas. Ni antipasti, ni ensalati. Pizzas. 14 euros cada una. Eso si: buenísimas, autentica pizza napolitana (el señor que nos atendió, que no era muy simpático, era italiano). No tenían cerveza, solo refrescos a 4€ y Ginger Ale. Para sentarse, 4 taburetes contados en una pequeña barra junto a la entrada, y en una sala contigua, muy rustica, una enorme mesa de madera que se quedó libre en ese momento y en la que nos sentamos. Pues eso, solo pizzas pero riquísimas.
Después de comer, volvimos al lado de la iglesia y cogimos el tranvía hasta Amsterdam Centraal, y nos marchamos al hotel a descansar un rato.
Sobre las 18 volvimos al centro. Mi hija iba durmiendo y decidimos ir al parque Vondelpark y despertarla una vez allí.
De nuevo una zona mas tranquila que la del centro, pero también muy bonita. Pasamos un par de horas paseando por el parque, jugando en la zona infantil. Hay una fuente circular, como una piscina, con bloques redondos para ir saltando de uno a otro y cruzar la fuente de un lado a otro. Estaba sin agua, supongo que la llenarán en verano. Aun así mi hija se lo paso muy bien saltando de bloque en bloque, y luego en los columpios... le dimos de comer a los patos (tambien había aves mas exóticas para nosotros, creo que eran garzas, se paseaban tranquilamente buscando comida) y salimos por un lateral del parque, ya de noche, para acercarnos a ver las famosas letras de IAMSTERDAM.
De camino íbamos viendo las casas, se nota que es una zona de gente con dinero (en realidad toda Amsterdam da un poco esa impresión), y como esta gente no sabe lo que son las persianas y cortinas, puedes ver el interior de las casas, con techos altísimos y algunas con lamparas y cuadros espectaculares. Se despertó nuestro lado “voyeour”.
También, al andar por la acera, las casas suelen tener un piso mas bajo que el nivel de la calle, y se veía a la gente cenando o preparando la cena es sus cocinas. No se... supongo que para ellos es normal, pero a mi no me gustaría que pudiese verme todo el mundo mientras estoy en mi casa.
Llegamos a las letras IAMSTERDAM. Si tu idea es sacarte una foto a solas, olvídate o acércate a las 3 de la mañana. Allí había bastante gente y eso que el Riskmuseum, que está al lado, ya estaba cerrado.
Fuimos paseando hasta Leidseplein, la plaza con mas ambiente de Amsterdam, por lo menos a esas horas. Multitud de restaurantes, bares.... nos sentamos en uno y cenamos Costillar a la BBQ, Fish&chips, y dos cervezas, unos 35€. El reclamo del local era que las costillas podías comer todas las que quisieras (All you can eat) pero luego en la letra pequeña te advierten que con cada ronda, tienes que pedir una bebida. Una cerveza sale a partir de 4€, así que ahí está el negocio. Yo, en cualquier caso, tampoco tenía mas hambre, así que nos marchamos al tranvía, justo cuando se ponía a llover, pero como lo teníamos al lado no nos importó. Fue la única lluvia que tuvimos que sufrir. Al hotel y a dormir, que el día había sido muy largo.
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