Último día de viaje... ✏️ Diarios de Viajes de AzerbayanTodo lo bueno se acaba, y el día 5 de Enero era nuestro último día en el país. Lo aprovechamos para conocer algunas cosas que nos habían quedado pendientes en Bakú, y repetir otras que nos habían gustado especialmente. Comenzamos la mañana yendo...Diario: Azerbayán, "The land of fire"⭐ Puntos: 4.9 (19 Votos) Etapas: 11 Localización: AzerbayanTodo lo bueno se acaba, y el día 5 de Enero era nuestro último día en el país. Lo aprovechamos para conocer algunas cosas que nos habían quedado pendientes en Bakú, y repetir otras que nos habían gustado especialmente Comenzamos la mañana yendo de nuevo a la ciudad vieja, para visitar por dentro el Palacio de los Shirvanshahs. Este palacio, junto con la Torre de la Doncella y el resto de recinto amurallado de Bakú fue inscrito como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2000. Está representado en el anverso del billete de 10.000 manat de 1994-2006, y del billete de 10 manat emitidos desde 2006. En el siglo XV la dinastía Shirvanshah bajo Ibrahim I de Shirvan transfirió la capital del país de Shemakhi a Bakú, y emprendió la construcción del palacio. Se cree que el edificio es un complejo memorial construido alrededor de un lugar sagrado de veneración (pir) y una tumba de Seyyid Yahya Bakuvi quien era un santo sufí helwati. El complejo está en medio de las callejuelas de la ciudad vieja y consta de varios edificios y niveles, por lo que es fácilmente identificable a primera vista. Incluye edificios residenciales de la familia del shah, una mezquita, baños... Entramos por la puerta principal para ver el patio principal, donde se ubica la taquilla para comprar las entradas. Desde aquí se tienen unas buenas vistas de la mezquita del palacio con las omnipresentes Flame Towers. Lo primero que visitamos fue el Divankhana, un pequeño pabellón de piedra situado dentro de un patio rodeado por una galería en arcada en tres lados. El pabellón Divankhana está formado por un salón central octaédrico con una cúpula de piedra tanto dentro como fuera. El alto portal, bien proporcionado, de la entrada principal está decorado con un ornamento e inscripción arábiga. La arquitectura de esta parte del palacio me recordó a las imágenes de países como Irán o Uzbequistán, aunque sin colorido. Volvimos al patio y cruzamos la gran puerta apuntada para entrar en el edificio principal, que fue comenzado en 1411 por Shirvanshah Sheykh Ibrahim I. Tiene dos plantas con diferentes estancia, relacionadas entre sí mediante tres estrechas y sinuosas escaleras. Esta parte del palacio es hoy en día un museo donde se exhiben objetos artesanales, instrumentos musicales, cuadros, etc. También es posible ver un salón del trono reconstruido. Dentro de esta zona se encuentra la tienda de recuerdos, donde por fin encontré el libro de fotos de Azerbayán que estaba buscando. Salimos de nuevo a la plaza principal del complejo y bajando por unas escaleras pasamos por un estudio fotográfico donde te puedes hacer fotos vestido con ropas tradicionales del país, pero no lo hicimos. Escaleras abajo se llega a otro nivel del complejo palaciego, donde se puede ver la mezquita, que tenía una exposición sobre Galileo, y el mausoleo los Shirvanshahs, que es de forma regular y coronado con una cúpula hexaédrica. Dentro se puede ver una serie de tumbas alineadas en la penumbra del lugar. En otra zona de este nivel se puede ver otra plaza donde se encuentra una sala de exposiciones, cuya entrada se compra aparte de la del palacio, y el mausoleo de de Seyid Yahya Bakuvi, quei fue un erudito real en la corte de Shirvanshah Khalilullah. En esta zona es donde se encuentran también las piedras traídas del castillo de Sabayil, el que estaba construido en una isla en el Caspio y cuyos restos están hoy cubiertos por el agua. También vimos rápidamente los restos de la casa de baños, en la terraza inferior del complejo. Fue descubierta en 1939 y se remonta al siglo XVII. Consta de 26 habitaciones que solían estar cubiertas con cúpulas y la luz penetraba a través de aberturas en las cúpulas. La casa de baños estaba semi-enterrada para mantener el calor en el invierno y el frescor en el verano. En el complejo palaciego pasamos unas dos horas, y al terminar nos dedicamos a dar un paseo por las callejuelas escondidas de la ciudad vieja, aprovechando para realizar las últimas compras de souvernirs para familiares y amigos. Encontramos una casa muy curiosa que tenía una fachada llena de figuras que sobresalían de ella, toda la superficie estaba cubierta de este tipo de esculturas a pequeña escala. Pudimos comprobar que la zona de la ciudad vieja todavía es una zona viva, y que además de hoteles hay mucha gente que vive aquí, y además se están reconstruyendo o arreglando muchas de las viviendas. Después cogimos el metro en Icheriseher hasta Nizami. Esta parada está considerada la más bonita de la ciudad, ya que está decorada con grandes murales sobre Nizami, uno de los grandes poetas y escritores medievales del país, y personajes de sus obras. Es cierto que es la más bonita de las que vimos, pero supongo que no se podrá comparar a los metros de Moscú o San Petersburgo, que aún no conozco. La razón de llegar hasta aquí era visitar uno de los grandes mercados de la ciudad, el Taza Baazaar. Las calles para llegar hasta él se parecen muy poco a las glamourosas avenidas y plazas del centro de la ciudad. Aquí nos encontramos una zona más deprimida, aceras descuidadas, calzadas en mal estado, tiendas de aspecto más que modesto... incluso el propio mercado tiene un aire decadente. Sin embargo, en ningún momento tuvimos sensación de inseguridad, como en el resto del país. De camino pasamos por una especie de panadería donde aprovechamos para comprar unas empanadas y pastas tradicionales, que fueron nuestra comida de ese día. Compramos una de pollo que estaba buenísima y otra de queso que aunque me gustó, no era como la de pollo. Ya tenía yo ganas de probar algún día comida de este estilo, y nos costó dos duros. De camino pasamos por varios colegios y otros establecimientos que tenían la bandera turca, supongo que serían financiados por Turquía o que los propietarios eran turcos. El mercado no es excesivamente grande, pero está bien provisto. Lo que más vimos fueron puestos de frutas y verduras, con la tradicional granada por todas partes, y también, cómo no, puestos de especias. En uno de ellos hablamos con una señora con la que nos entendimos como pudimos y acabamos comprando azafrán a muy precio (comparado con el de España y al que vimos en Sheki) y otras especias. El mercado tiene también zona de carnicerías y pescaderías (el pescado tenía una pinta un poco regular) y hasta de productos electrónicos. Tras dar una vuelta tranquilamente por los distintos sectores del mercado y curiosear en sus puestos volvimos al metro. Esta vez nuestro destino era de nuevo la Escape Room a la que no pudimos entrar el día 1 de Enero. Un par de días antes vimos que justamente para ese sábado tenían un descuento del 90% (!!!!) si seguías a la empresa en Telegram, así que reservamos para la sala de Juego de Tronos. Las críticas eran muy buenas pero también era la más difícil de la empresa. Llegamos con antelación al sitio y nos dijeron que para optar al descuento todos teníamos que seguirles en Telegram, no sólo el que hizo la reserva, así que tuvimos que ponernos allí mismo a descargar la aplicación. Al final lo conseguimos, y tras esperar un rato en una zona llena de niños y sus madres (sería el cumpleaños de algunos de ellos o algo así), pudimos entrar. La verdad es que la ambientación es fantástica y mereció la pena entrar, y más pensando que pagamos 4 euros por los 4. Lamentablemente, esta vez no lo conseguimos, pero nos gustó la experiencia de juego. Al salir ya era hora de cenar, así que aprovechando que estábamos por la zona decidimos repetir en el georgiano de la otra vez y que tanto nos había gustado. Esta vez, al ser sábado por la noche, había más gente y nos tocó esperar un rato hasta que se quedó una mesa libre. Dentro nos encontramos con un señor que cantaba canciones georgianas algo anticuadas en directo, fue toda una experiencia. Y la comida, pues de nuevo nos gustó mucho. Repetimos algunas cosas y probamos otras nuevas, y puede que incluso mejor que la primera vez. Decididamente, hay que planificar un viaje a Georgia . Cuando terminamos de cenar nos volvimos al hotel. Nuestro vuelo salía temprano por la mañana, a las 7:40, así que teníamos que coger el bus del aeropuerto sobre las 4, y todavía teníamos que hacer las maletas y queríamos descansar un rato. Y con esto pusimos punto y final al viaje. La verdad es que desde que decidimos este destino yo tenía muchas ganas de ir, porque suponía un reto viajar a un sitio relativamente desconocido, sin mucha información disponible en Internet, y que era a la vez exótico pero seguro. El país no nos ha decepcionado y hemos descubierto que tienen mucho que ofrecer, además de ser gente muy amigable y siempre dispuesta a ayudar. Es un destino que estamos recomendando a todo el mundo, ya que a nosotros nos ha encantado. Por un lado es posible visitar Baku, una ciudad con mucha historia en pleno proceso de expansión y modernización y que quiere llamar la atención del mundo, pero por otra parte se puede ver el Cáucaso más profundo, con sus ciudades aún por descubrir para los turistas occidentales. Además, la mezcla turco-rusa es algo que convierte a este país en un destino único. Imagenes relacionadas Índice del Diario: Azerbayán, "The land of fire"
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