Tour por el centro de Múnich y tarde en Neuschwanstein ✏️ Diarios de Viajes de AlemaniaSábado 22 de junio. Hoy, como primer contacto con la ciudad haremos como solemos hacer y nos uniremos a un tour de Sandemans . En estos tours en castellano se paga la voluntad y suelen ser muy completos y amenos. A pocos metros del hotel se...Diario: Múnich y Neuschwanstein: un finde de cuento⭐ Puntos: 5 (11 Votos) Etapas: 4 Localización: AlemaniaSábado 22 de junio Hoy, como primer contacto con la ciudad haremos como solemos hacer y nos uniremos a un tour de Sandemans. En estos tours en castellano se paga la voluntad y suelen ser muy completos y amenos. A pocos metros del hotel se encuentra la Karlstor, una de las puertas medievales de la ciudad. Obviamente, como media Alemania y por culpa de los malditos nazis, la mayoría de los edificios históricos existentes son reconstrucciones ya que los originales fueron destruidos en la II Guerra Mundial. Como hay tiempo antes de que empiece el tour y nos viene de paso, entramos en la catedral, la Frauenkirche. De estilo gótico y hecha de ladrillo, destaca en su exterior por las dos torres coronadas con cúpulas acebolladas y en su interior es famosa la llamada “pisada del diablo”, que no es más que una huella de zapato en una piedra. Normalmente se puede subir a una de las dos torres, pero actualmente está en obras. Desayunamos en una cafetería que tiene pinta de ser bastante antigua cerca de la plaza Viktualienmarkt. Tiene terraza en el exterior y también en el interior. La carta es poco extensa, fríen al momento una especie de churros y buñuelos que acompañan perfectamente un café. Schmalznudel Café Frischhut Empieza el tour y el guía nos cuenta brevemente la historia de la ciudad de Múnich: En el siglo XII Heinrich der Löwe o “Enrique el León”, duque de Baviera y Sajonia, construyó un puente sobre el río Isar en este lugar para poder cobrar peaje a los comerciantes que iban y venían de Salzburg, que producía lo que se consideraba oro blanco en esa época por su valor, es decir, la sal. Llamaron a este lugar “donde los monjes” ya que cerca había un monasterio benedictino del siglo VIII. El emplazamiento fue creciendo hasta convertirse en la capital de Baviera y hoy en día es la tercera ciudad más grande de Alemania (después de Berlín y Hamburgo). Estamos en la plaza Marienplatz, dedicada a la Virgen María. En el centro de la plaza y desde el siglo XVII se encuentra una columna con la imagen de la Virgen, erigida para celebrar la victoria contra los suecos en la Guerra de los Treinta Años. Hasta entonces y durante 500 años la plaza era conocida como “la plaza del mercado”. Pero lo más espectacular de la plaza es sin duda el Ayuntamiento Nuevo o Neues Rathaus, de finales del siglo XIX. Una joya neogótica de más de 9.000 metros cuadrados y con una fachada impresionante de casi 100 metros de largo. Se salvó de las bombas de la II Guerra Mundial por ser uno de los edificios más altos de la ciudad, ya que a los pilotos les servía como referencia. Se puede entrar al patio, dónde se encuentra un restaurante asequible y de comida tradicional. También se puede subir a la torre, hay un mirador a 85 metros de altura al que se accede mediante un ascensor por 4€ (horarios y precios actualizados en la web de turismo oficial ). Una de las mayores atracciones que ofrece el Ayuntamiento es su carrillón o Glockenspiel en alemán. Cada día a las 11:00, a las 12:00 y a las 17:00 con 43 campanas y 32 figuras de madera, se representa la boda del duque de Baviera Wilhelm V y Renata de Lorena en 1544. Las figuras, a parte de los novios y unos músicos, incluyen unos caballeros que se enfrentan en una justa. Por supuesto, siempre gana el de Baviera (con la bandera azul y blanca). Posteriormente y en la parte de abajo del carrillón se representa el Schäfflertanz, el baile de los toneleros. Se cuenta que para animar a la población y a la vez al negocio, después de la peste del siglo XVI, los toneleros salieron a la calle a bailar. La cosa parece que tuvo cierto éxito, porque hoy en día esta festividad sigue teniendo lugar, una vez cada siete años. En un lateral de la misma plaza se encuentra el Altes Rathaus, el viejo ayuntamiento. Aunque la primera mención que se conoce de él es de principios del siglo XIV, el edificio que vemos ahora es una reconstrucción de edificio gótico del siglo XV, del mismo arquitecto de la catedral. Actualmente alberga un museo de juguetes. Visitamos también la plaza Viktualienmarkt o Mercado de Abastos. Está lleno de paraditas de comida y plantas. El guía nos cuenta la historia del Maibaum o “palo de mayo”. Desde hace siglos, la tradición ha marcado que el día 1 de mayo en cada pueblo se erige el tronco del árbol más alto, que se previamente se ha talado, se han cortado las ramas, se ha pintado de los colores bávaros, azul y blanco, y se ha decorado con figuras de lo más representativo del pueblo. El día 1 de mayo para celebrar que se acerca el buen tiempo, en cada pueblo se danza alrededor del bonito mástil. Resulta que también ligado a la tradición de danzar, está la tradición de robar el palo del pueblo vecino, el cual tiene que humillarse y entregar barriles de cerveza al pueblo ladrón como rescate para poder recibir de vuelta su palo. Hacemos una pausa cerca de la popular cervecería Hofbräuhaus. Se puede usar el baño libremente. Esta taberna es toda una institución en la ciudad, lleva haciendo cerveza desde la edad media. Solía ser la cervecería de la corte (literalmente, es la traducción de su nombre) pero la abrieron al público a principios del siglo XIX. Por supuesto el edificio actual está reconstruido después de la II Guerra Mundial pero mantiene el encanto tradicional de antaño. El guía comenta que tienen buena cerveza pero nos sugiere que comamos en algún otro sitio. Se puede consultar la carta en su web y me parece que los precios son similares a cualquier otro restaurante del centro. Por supuesto, no podemos perdernos la extravagancia gótica de estos hermanos artistas, los Asam, que se construyeron su propia iglesia privada al lado de casa. La Asam Kirche, aunque es pequeña, no pasa desapercibida y es una joya tanto su exterior como su interior. El exterior: Y el interior: La siguiente parada es la plaza Max-Joseph dónde se encuentra una estatua del mismo, el que fue el primer rey de Baviera. Por su alianza con Napoleón éste le dio este título en 1806 (hasta entonces Baviera no era un reino, era un ducado). En la cara norte de la plaza está el palacio Residenz, la antigua residencia real de la dinastía de los Wittelsbach, que con las modificaciones a través de los años y los siglos combina estilos como el Renacimiento, el Barroco y el Rococó. (Se puede visitar). Seguimos hacia la Odeonsplatz, dónde podemos admirar el Feldherrnhalle, una galería renacentista copia de la Loggia dei Lanzi de Florencia y la iglesia Theatiner, una joya barroca que parece sacada de cualquier ciudad de Italia. También aquí el guía nos cuenta el intento de golpe de estado de Hitler en 1923 y nos lleva a descubrir el callejón Viscardigasse, usado por los locales para esquivar el saludo nazi obligatorio si pasaban por delante del memorial a los llamados “mártires” del golpe de estado en Odeonsplatz. Y finalmente el tour acaba en la Catedral. Ha sido muy interesante. Después de coger las mochilas en el hotel y comer, tomamos el tren en dirección a Füssen, dónde haremos transbordo a un autobús para llegar a Hohenschwangau. Son dos horas y media de trayecto por entre prados verdes y con vistas a los Alpes nevados, en las cuales ha caído un buen chaparrón. Desde dentro del autobús ya avistamos el maravilloso castillo Neuschwanstein. Desde el mismo pueblo se ve perfectamente encima de la colina, entre el frondoso bosque. Literalmente, esta foto está tomada desde la calle principal, enfrente de la parada de autobús. Son las seis y media de la tarde y la mayoría de turistas se están yendo ya. Hacemos check-in en la bonita pero algo apartada casita que muy acertadamente se llama “Romantic Pension” Albrecht. Son diez minutos caminando, el pueblo es poco más que una calle principal dónde se alinean parkings para turistas que vienen de día y hoteles para turistas que vienen a pasar alguna noche. Hay pocas tiendas de souvenirs que ya están cerradas. Hay tres restaurantes que parece que sólo abren al mediodía. Finalmente encontramos el restaurante de un hotel que no cierra hasta las 20:30, ¡ya pensábamos que nos íbamos a quedar sin cenar! Con un buen trozo de carne bávara entre pecho y espalda y no siendo todavía de noche decidimos aventurarnos a subir la colinita que lleva al castillo. Es un buen trecho de camino asfaltado y bien señalizado. Al inicio una señal nos advierte que se tardan veinte minutos hasta el castillo. A buen ritmo (no queremos que se nos haga de noche aquí) y con el paraguas abierto (está chispeando) por el empinado y solitario camino, oscurecido por los altos árboles, alcanzamos la cima en el tiempo previsto. Se alza majestuoso en nuestras narices, enorme e imponente. No podemos parar de tomar fotos. Otra señal nos dice que hay veinte minutos (nosotros tardamos 15) hasta Marienbrücke, el puente de hierro desde el que se obtiene la fantástica panorámica del castillo con los lagos y la pradera al fondo. Está oscureciendo y nublado, pero aún así es una imagen fascinante. En el puente somos sólo seis personas. Teniendo en cuenta que por aquí acostumbran a pasar unas seis mil personas al día (en verano) , tener el puente casi para nosotros solos es todo un lujo. Aunque descendemos que ya casi ha oscurecido por completo, el camino dispone de iluminación y no sentimos ningún tipo de inseguridad. Estas son las vistas desde el sendero entre Marienbrucke y Neuschwanstein, con el castillo de Hohenschwangau por encima del pueblo. Por nuestra experiencia, es totalmente recomendable pasar una noche en Hohenschwangau (o bien en Schwangau o Füssen, los pueblos más cercanos, si se dispone de transporte propio). La mayoría de turistas vienen en autobús, llegan a partir de las 9 de la mañana y se van a media tarde, así que las primeras horas y las últimas son definitivamente cuando se disfruta más de tan idílico lugar. Aunque si no tienen más remedio que dedicarle únicamente una jornada viniendo desde Múnich, no dejen de venir. Índice del Diario: Múnich y Neuschwanstein: un finde de cuento
Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 5 (1 Votos)
Últimos comentarios al diario: Múnich y Neuschwanstein: un finde de cuento
Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN LA ETAPA
Diarios relacionados 15 días por la Selva Negra y la Alsacia Francesa
Un maravilloso viaje para descubrir la Selva Negra en su estado puro y la...
⭐ Puntos 4.79 (24 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 393
La Selva Negra en 7 días: 1357 km de contrastes
Nuestra aventura alemana en 7 días, con breve visita a la Alsacia y al lago...
⭐ Puntos 4.78 (27 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 286
13 días por Selva Negra, Alsacia y Baviera
La familia Telerín nos vamos al sur de Alemania, visitaremos la Selva Negra, Alsacia...
⭐ Puntos 4.69 (13 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 250
Berlín, un viaje de reencuentro.
Cuatro días y medio en la ciudad de Berlín. Nuestra hija lleva medio año trabajando allí, que...
⭐ Puntos 5.00 (1 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 250
Selva Negra con senderista de 6 años
Viaje de 11 días en Agosto de 2018 recorriendo la selva negra y algo de Alsacia con una...
⭐ Puntos 4.50 (10 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 220
Galería de Fotos
|