Nuestro último día completo en Samoa amaneció gris y lluvioso. La gran atracción del día era la que sin duda también es la atracción más conocida de Samoa: la To Sua Ocean Trench, y era una pena que nos pillara lloviendo, pero habíamos tenido mucha suerte todo el viaje y no podíamos quejarnos. Teníamos todo el día por delante para llegar hasta Apia, con alguna otra parada en mente además de To Sua, así que nos lo tomamos con mucha calma, disfrutando de las vistas:
Paisajes de Upolu
To Sua (entrada 20T) es un gigantesco boquete, una especie de cueva inundada a primera vista que en realidad se corresponde al colapso de un túnel de lava que llegaba hasta el mar. El techo del túnel se derrumbó, dejando el acceso libre desde arriba, y la “cueva” está conectada con el mar de forma que el agua sube y baja con la marea. Es posiblemente el sitio más visitado de Samoa y la foto que se ve en todas las revistas, panfletos y campañas turísticas. Pero nosotros no lo vimos como en las famosas fotos donde el agua es azul turquesa y totalmente transparente. Hacía mal día, con mucho viento, y el mar estaba revuelto, y por tanto el agua en To Sua también. Tenía un tono verde oscuro tirando a sucio, que aunque no era tan bonito como lo que habíamos visto en fotos, seguía siendo espectacular. El acceso al agua es por una empinada escalerilla de madera donde no puede haber más de una persona a la vez, y bajar o subir por ella es parte de la experiencia To Sua. Algunos se rajan cuando ven las escaleras, y es verdad que hay que tener cuidado, pero no son para tanto.
To Sua Ocean Trench
Cuando llegamos estaba muy gris y medio lloviendo, y como no teníamos prisa nos tumbamos en uno de los fales que hay en el jardín a esperar a que asomara un poco el sol. Tardó un rato, pero acabó asomando. Además, el mejor momento del día para las fotos es a media mañana, cuando el sol cae en vertical sobre el agua. Bajamos a bañarnos por turnos, porque hay que dejar todas las pertenencias arriba. La corriente en el agua era bastante fuerte y por eso hay una cuerda que atraviesa la poza; te agarras a ella y notas como el agua entra y sale de la poza con el oleaje (hubo una tan fuerte que casi se lleva mi bikini!). En realidad hay dos pozas conectadas por el mismo tubo de lava, y puedes nadar de una a otra agarrado a otra cuerda guía. Es una experiencia muy curiosa, y la escalera es más fiable de lo que parece.
Además de la poza, en To Sua hay un jardín muy bonito donde hacer picnic, duchas donde quitarse la sal después del baño, y te puedes asomar a los miradores para ver toda la costa volcánica, incluso hay una rock pool donde bañarse, aunque ese día el mar estaba tan revuelto que estaba cerrada. Las vistas son muy bonitas, incluso con el mar embravecido como estaba:
To Sua Ocean Trench
Nos había dado la hora de comer y nos acercamos a uno de los resorts que hay en la zona, el Saletoga Sands Resort. Este ya es un resort en condiciones, y con precios acordes: comimos oka y fish and chips con un par de coca colas por 80T. Es un buen hotel para ir con niños, con una playa propia muy maja y una piscina en condiciones, y organizan excursiones y alquiler de coches.
Después de comer emprendimos la vuelta hacia Apia. La primera parada por el camino fue Sopoaga Falls, una cascada preciosa que se ve desde un mirador junto a la carretera (entrada 10T). El mirador tiene un jardín muy bonito, con especies autóctonas con cartelitos con los nombres. La cascada está lejos y es muy espectacular entre tanto verde:
Sopoaga fall
La siguiente parada era otra cascada, Fuipisia Falls, que se supone que es muy bonita pero es uno de los pocos sitios donde el precio de la entrada es “flexible”. Yo llevaba apuntado que costaba 7T, pero había leído en TA que a veces el colega de la entrada (que en realidad es una casa particular, porque el mirador está en su terreno) se descuelga pidiendo 20T, y eso es precisamente lo que pasó. Le dije que le pagaba 7T, y me dijo que no. También había leído que hay que andar un poco para llegar al mirador por un camino que se embarra mucho, y con lo que había llovido ya podíamos ver mucho barro en la entrada, así que entre eso y que no me gusta que me timen, le dijimos amablemente que nos íbamos. Cuando nos vio darnos la vuelta nos ofreció entrar por 10T, pero ya habíamos decidido que nos marchábamos, así que nos la perdimos. Seguimos con nuestro camino atravesando la isla de sur a norte, y disfrutando de los paisajes, las casas y los colores:
(Más) paisajes de Upolu
La siguiente parada fue Piula Cave, una piscina natural de agua dulce junto al mar formada en un tubo de lava (entrada 5T). El agua es increíblemente cristalina y hay algunos peces (carpas) que pasan nadando entre tus piernas. Estaba fresquita pero hacía mucho calor y no nos importó. Fue una visita breve porque se nos estaba haciendo tarde, pero nos gustó mucho. Curiosamente, está en terrenos de una escuela teológica y además de tener alguna reglas específicas (nada de alcohol, nada de ir en bañador por los terrenos excepto en la piscina…), hay baños pero son sólo de mujeres.
Piula Cave
Era ya tarde pero no nos resistíamos a meter una última parada antes de llegar a Apia. Sauniatu Fall es una cascada con un acceso un poco malo, por un camino sin asfaltar tierra adentro. Son 7km que se hacen muy largos (25 minutos), pero se pueden hacer sin problemas sin 4x4. La cascada está en terrenos de una iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la entrada es gratuita. La cascada en sí no es muy espectacular, sobre todo comparada con otras que habíamos visto, pero es una zona muy tranquila para bañarse en el río, hacer picnic y pasar el día. Nosotros llegamos a última hora, casi al atardecer, y ya no daba el sol en el río porque está bastante metido entre vegetación. Imagino que si vas por la mañana apetecerá más bañarse y la zona lucirá más, sobre todo para compensar el caminito hasta allí.
Sauniatu Waterfall
Esta fue la última parada del día, y desde aquí fuimos directos al hotel de Apia. Echamos gasolina (2.81T/L) para dejar el coche ya lleno, que nos lo recogerían a la mañana siguiente. Esa noche cenamos en un restaurante indio junto al hotel y dejamos las maletas preparadas para el día siguiente. Las vacaciones se terminaban!!