[b]Dia 6. Bilbao - Guernica ( 35 km) - Mundaka ( 12 km) - Bermeo - ( 4 km) San Juan de Gaztelugatxe ( 11 km) -Bilbao ( 14 km).
Hoy tenemos intención de visitar muchas cosas, pero con horario solo en San Juan de Gaztelugatxe.
Llegamos a Guernica pronto, y podemos aparcar delante de la Casa de Juntas y del Árbol, un lugar de gran simbolismo porque junto al Arbol, jura el cargo el Lehendakari. Por temas de COVID, la Casa está cerrada pero si te puedes acercar al famoso árbol de Gernika. Aunque el árbol es un roble del XVIII, bajo el primitivo árbol del XIV se constituyeron los Fueros Vascos y por eso la Casa de Juntas cercana acogía las reuniones de la Asamblea.

Damos una vueltecita por Guernika. Nos apatece hacer una visita guiada desde la Oficina de Turismo pero no nos cuadran los horarios y nos tomaría mucho tiempo. Justo al lado de la Casa de Juntas se ubica el Parque de los Pueblos de Europa, donde destacan dos enormes y preciosas esculturas de Henry Moore y de Eduardo Chillida. Imprescindible.


Nos hubiera gustado visitar el Bosque Pintado de Oma, un bosque pintado por el artista Ibarrola en los años 80 pero está cerrado al público desde hace más de un año.
Llegamos a Mundaka, el paraiso de los surfistas pero es imposible aparcar. Parece ser que el Ayuntamiento no quiere turistas y ha habilitado todos los aparcamientos públicos para residentes y solo te deja la opción de aparcar en el arcén de la carretera. Que están llenos de coches en fila aparcados como pueden… Pues nada. No nos quieren, nos vamos.
Y nos sucede lo mismo con Bermeo. Un pueblo pesquero precioso, pero con los parkings llenos y sin vistas a mejorar. Nos marchamos.
Total, que llegamos a San Juan de Gaztelugatxe más pronto de lo que queríamos, pero nos sentamos en uno de los merenderos de los accesos y bajo la sombra, estamos estupendamente.

A las 13’40 tenemos hora de entrada. Es gratuita pero sin reserva es imposible. De todas formas, el primer mirador ubicado al lado de las taquillas es gratis y desde allí se ve muy bien la ermita en la cima del islote.
Es un lugar precioso, y muy de moda despues de GOT. Con todo respeto pero es muy divertido ver las fotos postureo de muchos. Como se nota lo que van a subir a Instagram!!..
Subimos los 200 escalones con muchas paradas. Si, nosotros también hacemos muchas fotos, y por eso no se hacen demasiado pesadas las escaleras. El tema es que son las 2 de la tarde, y la solana es la que es.. Pero las vistas son impresionantes. Para mí, lo más pesado fue el camino de vuelta,que una vez has bajado , te hacen regresar por otro punto y el camino es pesado y largo.

De regreso a Bilbao, me hace una especial ilusión visitar el Museo de Bellas Artes, una de las mejores colecciones de arte del país. Y claro, comparado con el Guggenheim, parece que este nunca tiene problemas para conseguir entradas.
Voy sola, y disfruto de los Nonell, Anglada Camarassa, Gaughin, Mary Cassat, Sorolla y de arte contemporáneo. Mágnificas todas. La colección es fascinante. Y está muy bien porque no está ordenada cronológicamente sinó por temas segun el alfabeto. Es decir, mezcla obras de cualquier epoca y lo que importa es el tema. Y cada sala tiene una Letra. N de Negro, M de Maternidad, T de Tierra… Y creo que son 3’5 EUR. Preciosas las dos exposiciones temporales, una dedicada a los paisajes de Regoyos y otra de Ameztoy, un artista que no conocía y que me gustó bastante.

He quedado con R en la Campa de los Ingleses que está enfrente del Guggenheim para tomar fotos. Nos pasamos casi un par de horas fotografiando desde los puentes, desde el otro lado de la Ría, que si el edificio de metal, que si el Puente de la Salve, y el tulipán de Jeff Koons, el Puppy obra del mismo autor y posiblemente el perro más grande del mundo, y la Mama, la enorme araña de Louise Bourgeoise, uno de sus temas preferidos. Por un lado, como homenaje a su madre, que era tejedora y por otro lado, a ese aspecto protector de las madres. Impresiona.
Terminamos cenando un buen chuletón en AMAREN y justo cuando nos apetecía caminar, por aquello de bajar la cena, se pone a diluviar. Regresamos al hotel, y como os podeis imaginar, para de llover justo al llegar…