DIA 6 y 7. MIRADOR DEL RÍO. JAMEOS DEL AGUA. CUEVA DE LOS VERDES. VUELTA A CASA ✏️ Diarios de Viajes de España

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Nos levantamos prontito y, tras dar buena cuenta del desayuno buffet, rodamos al coche para ponernos en marcha hacia el Mirador del Río… ¡Qué lugar! ¡Qué fantasía setentera esculpida en la roca, diseñada para gozar de las maravillosas vistas! De verdad, pensaba que íbamos a estar poco rato, pero disfrutamos muchísimo con este lugar.

Después, fuimos hacia los jameos del agua. Había una cola impresionante, pero no era necesario esperarla si ya llevabas bono o entrada. (En esos casos, es mejor que uno se adelante y lo pregunte por si acaso, para no hacer el panoli y esperar si no es necesario). Nos pareció, evidentemente, imprescindible, pero había demasiada gente, y el encanto se pierde un poco.

Cuando salimos fuimos a la cueva de los verdes. Allí, casi nos da un jamacuco de la cola, pero me negaba a irme sin verlo, y los 45 minutos de cola valieron la pena porque el hecho de andar por los tubos lávicos y ver esa maravilla es digno de cualquier espera.

AL salir, que ya era tarde, paramos en Punta mujeres y comimos en el Teleclub. (32€ una rabas, croquetas, papas arrugás y bebidas). Las piscinas naturales de Punta mujeres, son muy bonitas y curiosas de ver.

A la tarde descansamos en el hotel.

Al día siguiente, visitamos la Playa del papagallo, preciosa. Pero, sin duda, la que más nos gustó, quizá porque la visitamos antes y no había ni un alma, fue la Playa del congrio… qué pasada… me recordaba a la playa de la escena final del Planeta de los simios en el que aparecen las ruinas de la estatua de la libertad… esto es más una paranoia mía, pero la soledad y el aspecto de la playa me hizo pensar en esa escena.

VUELTA A CASA

La vuelta a casa transcurrió con tranquilidad. Satisfechos de haber visitado esta isla maravillosa. Contentos con nuestras compritas (licores, mermeladas…) y con el recuerdo que vamos a guardar de este trocito de España tan diferente a todo lo que conocíamos por ahora. Nos prometimos volver a las Islas Canarias e ir conociéndolas, porque seguro que todas ellas tienen ese encanto que encontramos en Lanzarote.

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