A poco más de 7km de Mojados se encuentran Las Lagunas de Raso, un precioso paraje de avistamientos de aves.

Las lagunas están consideradas por los expertos ornitólogos como unas de las más importantes de Castilla y León. Se pueden ver dos lagunas en el humedal, Laguna Grande y Laguna pequeña. Dejamos el coche en el parking gratuito de tierra que hay habilitado en las cercanías de las lagunas. Comenzamos la visita por la Laguna Grande.

Nos dirigimos hasta la caseta que hay habilitada para avistamientos de aves, pero la laguna estaba bastante seca y no veíamos nada, así que optamos por adentrarnos a través del campo. Alrededor de las lagunas hay un total de seis observatorios, nosotros sólo estuvimos en este.



Se pueden observar cigüeñuelas, avutardas, fochas, polluelas y cigüeñas, nosotros sólo vimos patos.

Las lagunas se crearon en 2012 para la regeneración medioambiental de ríos y riberas, y para la reparación de espacios riparios, todo ello gracias al II Plan de Restauración de Riberas en la cuenca del Duero.

Una vez que nos acercamos sólo pude decir wow!!!, era un maravilloso espejismo que tenía frente a mis ojos, estaba alucinada, que belleza de lugar.


Este paraje es conocido como "La Dehesa de los Caballeros", llegó a estar completamente inundada en el siglo XIX y fue desecada.

La tierra procedente de la excavación de las dos lagunas se aprovechó para crear las dos isletas que se pueden ver en el centro de las mismas, y que sirven de refugio a las aves, estos islotes los emplearán para la cría las diferentes especies de aves que habitan en la zona.

Al acercarnos, levantaron el vuelo ciento de aves y nos dejaron estas imágenes tan bonitas.



Nos acercamos hasta la orilla de la Laguna Grande para hacernos algunas fotos a modo espejo con las nubes, que preciosidad de lugar y que paz, sólo nosotros y las cientos de aves que se movían a sus anchas, al igual que nosotros que no dejábamos de observarlas.


Nos acercamos a ver la Laguna Pequeña pero sólo pudimos ver un poco a lo lejos porque todos los alrededores estaban llenos de maleza y juncos muy altos y no había manera de acercarse más, sólo apreciamos el canto de las aves, una pena pero si para otro viaje nos pilla cerca, nos acercaremos a ver si hay más suerte. Después de disfrutar de estos bellos parajes durante treinta minutos, nos ponemos de nuevo en ruta y nos vamos a Madrid, no dejéis de visitar este bello lugar

