
Después del desayuno decidimos hacer la primera parada en Firgas ya que está el día algo nublado y confiamos en que despeje para luego aprovechar las piscinas naturales de Agaete y llegar al mirador del balcón con el cielo despejado.
Firgas es un pueblo bastante pequeño que se recorre fácil, al llegar verás un parking prácticamente al lado de la calle Canarias (gratuito).
En pleno casco urbano en una calle con pendiente natural, te encuentras con el Paseo de Gran Canaria que tiene una gran cascada de 30 metros de largo en piedra de cantería con unos bancos en un lateral con azulejos sevillanos que recuerdan a los de la Plaza de España en Sevilla, en este caso cada asiento representa los pueblos de la isla.
Arriba de esta calle está el Paseo de Canarias donde están esculpidas en el suelo las maquetas de cada una de las 7 islas canarias con su paisaje representativo.
Entre los dos paseos está la Plaza de San Roque con su Acequia Real recuperada donde se han añadido unos lavaderos donde aparecen representadas las lavanderas con unas esculturas de unas manos.

Ahora nos acercamos a Agaete y aparcamos en la zona de las piscinas naturales, las vemos y hay bastante gente al ser domingo, ya el día a clareado y decidimos ir primero por el paseo marítimo hasta el pueblo y visitarlo. Desde la playa se puede ver la piedra llamada el dedo de Dios, el pueblito son un conjunto de casas blancas y azules que ser recorre rápido. En el pueblo también hay parking gratuito pero desde las piscinas por el paseo marítimo andando no llega ni a cinco minutos por si prefieres aparcar allí.

Decidimos comer pronto para luego ir hasta el mirador el balcón y volver al pueblo para pegarnos un baño en las piscinas y luego ir a las Canteras para ver atardecer.
Elegimos el restaurante Ragu que comemos muy bien, pedimos un par de medias raciones que cuando nos las sacan pensamos que se han equivocado y son raciones enteras pero no. Así que si vais a este restaurante pedir medias y luego si queréis más ya pediréis.
Pedimos Bruschetas, papas arrugas con mojo, pimientos de padrón, cerveza, zumo, café y polvito uruguayo (32€).

Ir hasta el Mirador el Balcón no sé hasta qué punto merece la pena llegar desde aquí, son una infinidad de curvas para ver unas vistas hacia el mar con el perfil de una montaña que se hace asemejar a la cola de un dragón. Supongo que si no estás acostumbrado a este tipo de vistas sí merecerá la pena, pero si como en nuestro caso vives en la costa y en otros viajes ya has visto similares, no impresiona. No digo que no sea bonito, porque lo es, pero “perder” una hora entre ida y vuelta tengo mis dudas.
Si vas, ten cuidado con la carretera, muchas motos van como locas y de hecho vimos un accidente que acababa de pasar, nosotros subíamos y el accidente era en dirección bajada, una moto había colisionado con un coche, cuando volvimos seguían allí con la policía.

Volvemos a Agaete para bañarnos tranquilamente en las piscinas naturales, en su día fueron unas salineras, el agua está fresquita ehhh pero luego se está estupendamente, son varias piscinas que se unen por escaleras y piedras, pasamos un buen rato aquí. Si podéis venir un día entre semana suponemos que habrá menos gente.

Nos vamos a las Palmas. Para visitar las canteras desde el Auditorio, te aconsejamos aparcar en el centro comercial porque tienes 3 horas gratuitas y desde aquí, tienes un paseo muy agradable de más de 3km con sus terrazas y cafés. Nosotros llegamos hasta la zona de la playa donde está la barrera natural, La Barra, es un arrecife rocoso que protege de las mareas y las olas a gran parte de la playa. Y aquí tumbados esperamos la puesta de sol que es preciosa.
