Decidimos aprovechar la escala en LAX para conocer la ciudad y no hacer tan grande la etapa del regreso.
Estuvimos alojados en el Hotel Millenium Biltmore, la habitación muy mal: con una “ventana” que no se podía abrir, daba un patio trasero del sexto piso y sin luz casi. El hotel estuvo bien, en tiempos claro….
El bar funciona bien y tiene cierto ambiente, pero si no das la propina correspondiente te la piden!!!
Teníamos un city tour contratado, en castellano: de 8 a 12 de la mañana en coche de aquí para allá sin un respiro……prescindible. Cierto es que el señor nos advirtió que no pasáramos a la zona de “menudeo” y donde está la gente sin hogar puesto que eran zonas peligrosas. Se veía gente sin hogar durmiendo en la calle. Hay mucho contraste.
En nuestro caso, vamos mejor a nuestro aire, con precaución claro.
Aquí nos movimos con Uber para ir a Santa Mónica, Venice, Hollywood..
Santa Mónica lleno de gente hasta la bandera, el muelle a tope. La playa con un oleaje bárbaro, en la foto no se aprecia.


Estuvimos por Beberly Hills y las colinas de Hollywood que te dejan acceder con el vehículo para ver las típicas viviendas que tenemos en el imaginario cinematográfico:

No me gustó lo Ángeles: mucho tráfico, muy grande y no funciona bien el trasporte público.
Es una ciudad inmensa “no llegas andando a ninguna parte”, os dejo una foto de un funicular en el centro de Los Ángeles que da acceso a una zona de mercado y comida rápida entre las calles ST OLIVE Y HILL ST.

Ejemplo de tráfico: Con decir que volver de Santa Mónica nos llevó 1:54 minutos en el Uber, un trayecto que se hicimos a la ida en 20 minutos.
En general es una ciudad barata.
Regreso el 29 de julio, Los Ángeles-Londres- Madrid- Santiago Compostela: ¡¡¡¡¡una barbaridad de horas de vuelo!!!! A casa llegamos el 31 de julio. Muy cansados. Dormimos más de doce horas seguidas al regresar.
Ha sido un viaje fantástico: la Polinesia es un paraíso, muy lejano.