Arequipa es la capital y mayor ciudad del Departamento de Arequipa. Tierra de volcanes, cañones gigantescos y fuentes termales, es el hábitat ideal para cóndores, vicuñas, zorros, guanacos y flamencos, estos últimos numerosos sobre todo en las lagunas de Salinas. En la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca se encuentran los volcanes tutelares de la Ciudad Blanca el Misti, el Chachani y el Pichu Pichu y la extensa planicie de Pampa Cañahuas.
Arequipa
A la sombra de lo que los ancestros llamaban “Apus protectores” (tres volcanes que han marcado la historia de la ciudad: el Chachani, el Pichu Pichu y el imponente Misti, que está activo) se abre Arequipa, blanca y brillante, cuyas casas y templos están construidos con sillar, piedra de origen volcánico que resplandece con la luz del sol.
Arequipa es la segunda ciudad más importante de Perú y, para muchos, una de las más bellas. Su casco histórico se extiende sobre una superficie de 332 hectáreas. Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, fue importante asentamiento colonial: la elegancia y opulencia de la época pervive en las preciosas casas señoriales de Arequipa, así como en sus templos y sus callejuelas tiradas a cordel alrededor de la Plaza de Armas, conforme a las típicas reglas de urbanismo colonial.
Visita obligada es el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica Santa María, donde se encuentra La Dama de Ampato (o “Princesa de Hielo”), doncella inca cuya momia (congelada) se puede visitar allí. Según la leyenda, la joven fue un sacrificio a los “Apus”, cuya ira se aplacaba, según los incas, con sacrificios como el suyo.
Cabe destacar el Monasterio de Santa Catalina, uno de los edificios religiosos coloniales más fascinantes de Perú. Porque, más que un edificio, “es una pequeña ciudad dentro de la ciudad”, con sus estrechas callejas, pequeñas plazuelas llenas de árboles y bellos patios.
Fue fundado para las monjas de clausura en 1580 y hoy es perdición de los amantes del arte y, también, de la fotografía, por su enorme atractivo visual.
“Los obligados” de Arequipa pasan inevitablemente por su cocina. La gastronomía arequipeña es una de las más afamadas de Perú. Una de sus grandes especialidades es el rocoto relleno (rocoto desvenado, relleno de carne picada, con queso, leche y papas), pero también puedes decantarte por el adobo arequipeño (carne de cerdo adobada con chicha y especias, cocida a la olla). De postre,
queso helado (postre a base de leche fresca). No te arrepentirás.
Tampoco hay que volver de Arequipa sin un producto típico. Se puede optar por un cinturón de cuero repujado, por un artículo decorativo hecho de sillar o, siendo prácticos, por un buen jersey de alpaca, típico del próximo y pintoresco pueblo de Pampamarca.
Ostras, retomando el tema de Perú después del fiasco por lo del Covid, veo que os dirigíais a mi y no llegué a contestar. Supongo que ya tenía absolutamente descartado el viaje por la situación sanitaria. Aún así quería pedir disculpas por no haber contestado en su día, me sabe mal, y hubiera estado genial haber coincidido.
Bueno, el tema es que ahora estoy releyendo estos mensajes planteandome este, como próximo gran destino, a ver si consigo encarrilarlo de nuevo. Sobre todo porque después del viaje de este mes de noviembre a Yucatán me replanteo mucho como organizar el... Leer más ...
Buenas!
recomendamos como imprescindible el Museo de los Santuarios Andinos que es el lugar donde está la momia Juanita.
La visita se hace (creo que era obligatorio) con guía y durante 45-55' te va explicando todos los objetos que hay en el museo, y, claro está, acabas viendo la mencionada momia.
Por lo que hace estrictamente la ciudad, bien merece mínimo día y medio ya que, aunque es pequeña, es muy bonita y hay bastantes cosas por hacer (free tour también sí o sí).
Ya para acabar, el mirador de Yanahuara se puede realizar cuando se vaya al aeropuerto (o del aeropuerto a la... Leer más ...