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Historia : Agadir ✏️ Ciudad-Marruecos
Autor: Australs
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Agadir y su historia Agadir, tal y como la conocemos hoy en día, es una ciudad construida hace poco mas de 100 años, pues sus orígenes se remontan a la llegada de los franceses en 1913 coincidiendo con el inicio del protectorado; no obstante, la historia agadireña empezó algo antes, allá por el S XVI, tras la llegada de los portugueses a esa costa en la que fundaron una factoría comercial y la de los Saadíes que construyeron la Kasbah Oufella. Aunque toda la costa atlántica marroquí ha sido visitada regularmente desde la época de los fenicios y los cartagineses, las primeras referencias documentadas relativas a la bahía agadireña y sus primitivos asentamientos, las encontramos en una cartografía costera que data del siglo XIII a pesar de lo cual dicha bahía no empezó a tomar importancia a la par que a sentar las bases de una futura ciudad hasta la llegada de los portugueses a principios del siglo XVI. La llegada de los portugueses no fue casual sino que respondió a los intereses geopolíticos de la época al intentar contrarrestar la cada vez mayor influencia española en esas costas tras la conquista de Canarias, la llegada al poder de los Reyes Católicos y el descubrimiento de America; prescindiendo de los acuerdos bilaterales que tenían con España (Tratados de Alcaçovas (1479) y Tordesillas (1494), los portugueses se establecieron en la bahía de Agadir porque ésta les facilitaba abrigo para fondear sus barcos para poder reabastecerlos para su posterior viaje hacia el sur. Marina de Agadir Pero héte aqui que, lo que en principio fue un fondeadero que obedecía a razones operativas relativas al avituallamiento de sus navíos, terminó por convertirse en un polo comercial tanto por el incipiente comercio que se empezó a establecer con las tribus semi nómadas locales como por ser escala de otros navíos europeos por lo que los portugueses compraron al sultán de turno, en el año 1513, unos terrenos situados en el lado norte de la bahía para fundar un pequeño emplazamiento comercial fortificado al que llamaron Santa Cruz do Cabo Guer (Agadir). Souk El Had Así mismo, establecieron un fuerte satélite al que llamaron Ben Mirao, a poco mas de 15 km al norte de Agadir, en la actual Tamraght, que emplazaron en el promontorio rocoso llamado la Roca del Diablo, situado en la playa de Imourane de dicha localidad, siguiendo los patrones de la ingeniería militar de la época que utilizaba estos satélites como vanguardia para control, vigilancia y defensa en caso de agresión. Este fuerte, cuyas ruinas son aun apreciables, no tuvo un uso muy prolongado y fue abandonado pocos años después al empezar las hostilidades con los Saidies. Roca del Diablo, restos fortificación portuguesa de Ben Mirao Pero Agadir nunca fue una ciudad “imperial” puesto que en ella nunca resido "la corte" ni fue tomada como capital por ningún sultán ya que sus orígenes se remontan a la llegada de los portugueses a esa costa en el año 1505 y su consolidación se debe al comercio que se generó entorno a la presencia de los navíos extranjeros que fondeaban allí hasta que, allá por el 1540, los Saidies, que ni controlaban ni obtenían provecho alguno de ese polo comercial, decidieron poner punto y final a ese dominio extranjero atacando a los portugueses, primero desde Taroudant y, posteriormente, desde la kasbah Oufella que fue construida por ellos para tener una base mas cercana desde la que hostigarlos para expulsarlos, algo que consiguieron un año mas tarde. Desde la expulsión de aquellos "extranjeros molestos", Agadir, aunque conservó el comercio y creció en asentamiento y población, nunca se consolidó como ciudad (y menos amurallada) ya que tanto a los sultanes Saidíes como a los Alauitas, que les sucedieron tras su caída, lo único que les interesaba era la actividad comercial en la bahía-fondeadero, de cierta importancia debido al comercio con Europa, pues en esa época, se exportaba azúcar, cera, cobre, cueros, pieles y oro y se importaban los productos manufacturados procedentes de Europa, especialmente franceses, tales como armas y telas. Durante algo mas de dos siglos la bahía agadireña mantuvo este status-quo hasta que aquellos vientos, que habían soplado favorables a los intereses agadireños, se tornaron en tempestad cuando Agadir sufrió el primer gran terremoto, de los tres que la han asolado en su corta historia; en 1731 la ciudad y su kasbah quedaron muy dañadas, su reconstrucción fue lenta y muy costosa y el comercio con Francia, hasta entonces un socio activo, empezó a decaer siendo sustituido por los ingleses y, sobre todo, por los holandeses que se prestaron a ayudar en la reconstrucción a cambio de instalar un almacén comercial al pie de la Kasbah, bajo la autoridad del sultán, hito histórico reflejado en la inscripción holandesa fechada en 1746 “Vreest God ende eert den Kooning”, (Teme a Dios y honra a tu rey), sita sobre la puerta de entrada a la Kasbah y que, aun hoy, todavía se puede ver. Tras recuperarse del primer terremoto, Agadir continuó manteniendo su status hasta que, en 1755, el destino volvió a tomar cartas en el asunto mediante el devastador terremoto de Lisboa que afectó en gran medida a todo el litoral atlántico marroquí, se cargó el estuario y el puerto de Rabat Salé, destruyó buena parte de la kasbah Oufella e inundó la bahía y toda su zona costera debido al tsunami asociado a él que alcanzó los 9 m de altura en esa zona (según un estudio publicado por la NASA), lo que supuso el fin de toda actividad comercial en la bahía de Agadir así como el abandono de la ciudad al marchar casi toda su población máxime cuando, cinco años mas tarde, en 1760, el sultán alaouita Sidi Mohammed Ben Abdallah, cerró definitivamente la bahía al tráfico europeo tras fundar la Essaouira que conocemos hoy en día al reconstruir las fortificaciones y el puerto de Mogador sobre los restos que habían dejado los portugueses tras su marcha. Essaouira Así que, esta vez, no hubo reconstrucción integra sino tan solo de subsistencia por parte de aquellos pocos nativos que no abandonaron el lugar. Lo que dos terremotos no habían conseguido, casi lo logra la re-fundación de Essaouira, la reconstrucción de su puerto y la perenne enemistad entre las tribus de la región del Souss y Mohammed III. Abandonada por todos, la que otrora fuera un polo comercial de cierta importancia cayó en un ostracismo que duró siglo y medio, convertida en un cúmulo de casuchas medio derruidas en las que apenas si vivían unos pocos pescadores nativos de la región mientras que Essaouira, mas al norte, mas cerca de Marrakech y, por ende, de Europa y de las rutas caravaneras procedentes del sur que via Telouet pasaban por Marrakech, se convertía en el gran puerto de referencia para el comercio internacional en la costa atlántica marroquí, tras haber sustituido al de Rabat Salé ya que el terremoto de Lisboa modificó de tal manera el fondo oceánico frente al estuario del Bouregreg que hizo imposible la reconstrucción de dicho puerto para la navegación de grandes barcos (navegación que en la actualidad sigue siendo imposible para barcos de medio o gran calado a pesar de tener un canal central que es dragado constantemente). Estuario del Bouregreg Draga en el canal central del Bouregreg Estando así las cosas, en 1881 el sultán Moulay Hassan volvió a abrir la bahía al comercio … una ilusión que duró poco, hasta 1886, pues Agadir siguió siendo un lugar pobre, despoblado y sin comercio ya que los intereses del Sultán no pasaban por refundar Agadir ni dotarlo de un puerto al estilo de Essaouira sino por poder abastecer a las expediciones militares que estaba llevando a cabo en el sur, destinadas a reafirmar su autoridad sobre las tribus de Souss a la par que oponerse a los proyectos que, ingleses y españoles, tenían en esas regiones. Mezquita Loubnane Tras este espejismo de corte bélico del que Agadir nada obtiene de bueno, tal cual como si fuera una ironía del destino, un cuarto de siglo después, otro episodio de carácter bélico sacó a Agadir del olvido y la situó tanto el mapa nacional como en el internacional cuando, en 1911, en pleno auge del colonialismo europeo en Africa, la llegada de un navío de guerra alemán a la bahía para proteger los intereses de las empresas alemanas afincadas en el valle del Souss, (y al que poco después se le añadió un segundo de la misma nacionalidad), provocó un conflicto diplomático con connotaciones militares entre Francia y Alemania, debido a la tensiones prebélicas existentes entre los dos países en Europa tres años antes del estallido de la I GM y a su rivalidad por el reparto colonial en África. Medina Coco Polizzi Las reacciones internacionales, especialmente duras en el caso de Gran Bretaña, sorprendieron a Alemania en un momento muy tenso pues la guerra en Europa amenazaba. Tras arduas negociaciones, casi a finales de ese año, se firmó un tratado franco-alemán, dejando las manos libres a Francia que pudo establecer su protectorado sobre Marruecos, a cambio de lo cual cedió algunas colonias en África, y los navíos de guerra alemanes abandonaron la bahía de Agadir. Jardines Olhao Dos años después de estos sucesos, cuando la ciudad tenía menos de mil habitantes, las tropas francesas desembarcaron en Agadir. Era el 15 de junio de 1913; hacia menos de un año que Francia y España se habían “repartido” Marruecos con el beneplácito alemán e inglés tras la firma del Tratado de Fès y los acuerdos hispano-franceses; tres años después, en 1916, se construyó en la bahía un embarcadero que se mantuvo operativo hasta finales del siglo XX, cuando se decidió remodelar todo el frente marítimo agadireño construyendo el paseo marítimo actual. En 1920, y bajo el dominio total del protectorado francés, se construyó el primer puerto pesquero y se empezó la construcción de la ciudad, mas o menos a unos dos km al norte de lo que hoy en día son los limites del “centro ciudad”, empezando por el antiguo barrio de Talborjt en la meseta situada al este de la colina donde se halla la kasbah Oufella. Dos años más tarde, colindante con ese barrio y a lo largo de la falla geológica de Wadi Tildi, comenzó a construirse el distrito más popular de Yahchech. Estos dos barrios desaparecieron del mapa a raíz del terremoto de 1960 y no fueron reconstruidos en el mismo lugar. Vista desde el telecabina de la superficie sin urbanizar devastada por el terremoto de 1960 En la década de 1930 se empezó a construir el centro urbano moderno según el diseño del urbanista Henri Prost, director del departamento de urbanismo del Protectorado, quién había proyectado un modelo de herradura, una circunferencia cuyo lado recto era el paseo marítimo y cuyo eje era una avenida perpendicular a dicho paseo (actualmente avenida du Général Kettani). En 1950, a este arquitecto le sucede el director del departamento de planificación urbana de Marruecos, Michel Ecochard quien se hace cargo de la continuación del desarrollo urbano, lo que incluye la construcción y puesta en servicio del nuevo puerto comercial (el actual puerto pesquero) que permite a Agadir revitalizar su economía con la pesca y las conserveras a la par que exportar productos agrícolas y minerales. En esa época y coincidiendo con el máximo apogeo del colonialismo francés y los inicios de la incipiente aviación comercial de la mano de Aéropostale, que hacía escala en la ciudad en su ruta comercial de Toulouse a Dakar, Agadir empezó a abrirse al turismo gracias a su clima, a la inversión hotelera, a la organización de acontecimientos deportivos de la talla de los Grandes Premios de Automovilismo de Marruecos o torneos de golf todo lo cual no solo se mantuvo tras la independencia sino que se potenció mediante la publicidad generada con las visitas de diferentes personalidades de relevancia internacional de la época, muchas de ellas invitadas por la Casa Real Marroquí. Pero, cuando parecía que Agadir había encontrado su destino, con la independencia de Marruecos consolidada, una monarquia que estaba por la labor de potenciar a la ciudad y con todas las discrepancias entre sus habitantes y el Poder allá en Rabat dirimidas, la ciudad de Agadir desapareció del mapa por tercera vez en su historia a causa, como no, de un terremoto. Kasbah Oufella Algo mas de 60 años después, Agadir es una ciudad nueva renacida y reconstruida 2 km más al sur, bajo la dirección de los arquitectos Jean-François Zevaco, Élie Azagury, Pierre Coldefy y Claude Verdugo, sobre los escombros de aquel terremoto que la asoló aquel 29 de febrero, con el recuerdo como herencia y convertida en el destino turístico de costa mas importante de todo Marruecos. La meseta bajo la kasbah fue olvidada y la kasbah Oufella ha sido parcialmente rehabilitada con fines turísticos, telecabina incluido. Última Actualización: 21/04/2024 - 19:22 Tips relacionados
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