El barco ya tiene sus veintitantos años pero no se le notan en demasía. Está bien mantenido y cumple con las expectativas.
La tripulación la podemos puntuar de sobresaliente en cuanto a trato y cometido. Además había gente de habla hispana por doquier, sobre todo mejicanos, por lo que el idioma no ha sido problema, siendo el español usado casi a la par en presentaciones, megafonía y demás.
Íbamos un pasaje de 3.200 personas (no iba lleno, es mediados de Septiembre también...) y se ha notado en la ausencia de colas, aglomeraciones o luchas en el buffet aunque para coger sitio en los jacuzzis había que armarse de paciencia.
La animación y espectáculos han sido variados y de calidad. Además han introducido cosas nuevas como proyectar una película muda en el teatro mientras un pianista le ponía música, tal y como se hacía en los primeros tiempos del cine. Por contra, la música interpretada ha flojeado mucho pese al amplio elenco desplegado en los diferentes espacios del barco. No sé si será por tema de royalties o similar pero las canciones que se tocaban u oían eran siempre las mismas.
En esta salida ha habido un cambio de Director de Crucero y nos ha tocado Michele, un clásico en los cruceros del Mediterráneo Occidental de los últimos años. Tuve ocasión de departir con él un momentito y me transmitió la misma energía que acostumbraba. El que había hasta la semana anterior parece que era algo flojo, tal y como nos comentaron nuestros compañeros de cena, que repetían semana.