Haciendo un resumen de mis impresiones de la ciudad, verdaderamente es una de las ciudades con los monumentos más destacables de Irán.
17 de octubre:
Mi hotel, el Ghasr Monshi estaba junto a una calle de un bazar que da acceso a la plaza Naqsh-e Jahan, en la que pude ver como trabajaban los hombres en algunos talleres.
La primera imagen de la plaza deja boquiabierto por la extensión que tiene. Según llegué me fui a visitar el palacio Ali Qapu. La entrada cuesta 200000 IRR. Desde mi punto de vista lo más interesante es la panorámica del palacio desde el exterior, con las columnas de la terraza. En la última planta está la llamativa sala de la música.
Seguidamente fui a ver la Masjed-e Shad, a la que cuesta entrar otros 200000 IRR. Destacable la decoración con azulejos de los iwans y santuarios. Algunas zonas están en restauración.
A continuación visité la Masjed-e Lotfollah. Otros 200000 IRR. Esta mezquita es más simple, ya que no tiene ni patios ni minarete, pero la decoración del santuario es muy llamativa con los azulejos de paredes y cúpula.
Después de comer me quedé varias horas sentado en la plaza observando a la gente y entablando conversación con algún viajero.
La plaza es bonita de día, pero por la tarde, cuando activan la fuente del estanque central y se comienzan a iluminar todos los monumentos, es si cabe mucho más atractiva.
Antes de volver al hotel, me pasé por el cercano zurkhaneh para ver una demostración de ejercicios de fuerza. Me impresionó cómo movían unas mazas que probablemente pesaban más de 20 kg como si se tratase de un objeto ligero.
18 de octubre:
Mi primera visita fue a la Mezquita del Viernes o Masjed-e Jameh. Para variar, 200000 IRR, que al cambio actual es poco más de un euro. Es la mezquita más grande de Irán y sin duda alguna la que más me impresionó por reunir diferentes estilos arquitectónicos y decorativos incorporados a lo largo de su historia. Las salas con columnas, la decoración de las cúpulas, los mihrabs, la decoración con azulejos de los iwans. Todo llama la atención. Estuve una hora y media, que sin duda podía haber sido más.
De la Mezquita del Viernes fui al Palacio de Chehelsotun. La entrada cuesta 200000 IRR. La primera imagen tras pasar la puerta de entrada es preciosa, porque se puede contemplar un estanque al fondo del cual se encuentra el palacio, con sus 20 columnas de madera en la terraza. El nombre del palacio significa 40 columnas, cuyo nombre viene del efecto óptico que produce el reflejo de las columnas en el agua del estanque. En el interior hay una sala con espejos, pero sin duda alguna lo más importante son los frescos que decoran las paredes del salón del trono, con escenas que evocan la vida palaciega o diversas batallas.
El jardín que rodea el palacio es un típico jardín persa (agua, palacios y cipreses son elementos comunes a todos estos jardines) y es Patrimonio de la Humanidad.
El Palacio de Hasht Behest está peor conservado y las pinturas que decoran paredes y cúpulas están bastante peor conservadas. Los 200000 IRR que pagué también en este monumento quizás fueron los que menos me merecieron la pena después de haber visitado el anterior. El jardín que rodea el palacio es bastante grande y agradable para pasear y como no, lleno de iraníes haciendo su habitual picnic.
Seguidamente fui al barrio de Jolfa para ver la Kelisa-ye Vank, que es la iglesia armenia más importante en Irán. La entrada fue más cara, 300000 IRR. En la iglesia, ortodoxa, destacan los frescos con escenas de demonios. También hay un museo con colecciones de evangelios y biblias ilustradas.
Cerca está la plaza Jolfa, rodeada de soportales y con un reloj de sol. Estuve allí un ratillo observando el ambiente sin más.
Mi siguiente y última visita fue el Museo de la Música. La entrada cuesta 500000 IRR. La colección está formada por instrumentos musicales típicos iraníes, como el setar, el tar, el santur, el kamancheh, etc... En otra planta hay una sección dedicada a instrumentos musicales de cada provincia. El museo me pareció muy interesante y estuvo complementado por un pequeño concierto a cargo de diferentes personas del museo.
Pasé nuevamente por la plaza Naqsh-e Jahan para verla de noche iluminada y hacer alguna compra en las tiendas de los alrededores.
19 de octubre:
Este día me lo tomé con muchísima calma y vi poca cosa. Por la mañana fui en taxi a ver el Hamman-e Ali Gholi Agha, donde pagué otros 200000 IRR
En alguna de las salas hay maniquíes que ilustran el uso que tenían las diferentes partes del hammán. Es destacable la decoración con azulejos que hay en las diferentes salas.
A la vuelta, el taxi me dejó cerca del acceso a la plaza Naqsh-e Jahan más próximo al portal de entrada al Bazar-e Bozorg, que es el Portal Qeysarieh. Es interesante por los frescos que lo decoran. Por ser viernes, el acceso al bazar por esta puerta estaba cerrado. Y yo pensando que las otras galerías por las que había estado paseando los días anteriores eran del mismo bazar
Fui siguiendo un recorrido que marcaba mi guía para ir a la Masjed-e Hakim y a la plaza Imán Ali atravesando otras calles abiertas del bazar, pero alejándose de la zona más cercana a la plaza todos los puestos estaban cerrados y no me molaba caminar por esas calles/galerías desiertas, así que aborté la idea.
Después de comer, como acabé tarde y estaba cansado, me volví al hotel y ya no me apeteció salir más. Me quedó pendiente de ver alguno de los puentes significativos de la ciudad, aunque con el río completamente seco pierde bastante.
En definitiva, 3 días en esta ciudad no está nada mal.
Saludos.