Recién llegado de Berlín.
Hemos estado 5 días: Del 7 al 12 de Octubre un grupo de amigos que viajaron a Berlin 4 desde Bilbao y uno (yo) desde Londres.
Estuvimos hospedados en el Hotel Titanic Comfort Mitte, situado muy cerca de la estación de metro de SpittelMarkt, en Mitte a apenas 10 minutos de distancia caminando de Alexanderplatz. Está bien: Moderno y limpio y con precio razonable si, tal como hicimos nosotros, lo reserva con tiempo de antelación. Las habitaciones son pequeñas y con muchísimos espejos para dar impresión de que son realidad mayores de lo que realmente son y para dar sensación de luz en esta ciudad tan gris. Aunque a mí, que no soy nada presumido ni narcisista tanto espejo me parece excesivo. No cogimos desayuno en el hotel pues costaba 12€, así que ibamos a desayunar a una cafetería cercana de la cadena Cappuccino, a precios más razonables.
Nuestra primera tarde en Berlin tuvimos un incidente en el metro. Un componente del grupo, haciendo uso del fondo común que pusimos, compró billetes de metro para todos, cometiendo un error, pues no leyó la letra pequeña de la máquina y los billetes que adquirió eran sólo para viajar hasta 3 estaciones. Nos pilló el revisor, quien nos hizo salir del tren para imponernos una multa de 60 € a cada uno. En la estación donde compramos los billetes no había personal, sólo máquinas. Protestamos y protestamos. Nos pidió identificación. Éramos 3 personas (los otros dos del grupo ya estaban en el Reichstag), pero sólo dos con identificación pues una persona se la dejó en el hotel. El revisor nos dijo que los que teníamos pasaporte podíamos pagar más adelante por medio de transferencia bancaria, pero que la indocumentada tenía que pagar ahí mismo. Discutimos más tiempo. El tío se mostró inflexible, a pesar de que estaba clarísimo que éramos turistas que habían cometido un error. Al final, tras mucho insistir, decidió imponer multa de 60€ sólo a la persona indocumentada que pagó ahí mismo (compartimos gastos y pagamos cada uno 20€) y perdonarnos a los que teníamos pasaporte: Y contentos: Nos ahorramos 120€. El episodio nos pareció vergonzoso: No tienen personal para informar a la gente en las estaciones pero sí que lo tienen para pillar y castigar a los viajeros.
En general, los berlineses nos han parecido bastante cuadriculados de mente y no especialmente simpáticos, aunque evidentemente hay de todo, como en botica. Nos llamó la atención en varios restaurantes y también en un taxi que cuando pagamos no nos daban los cambios, asumiendo que se los podían quedar como propina. Tuvimos que pedir los cambios unas cuantas veces. Un gesto que fastidia un poquillo.
El día de nuestra llegada, por la tarde (ya más bien noche) visitamos la cúpula del Reichstag. Bastante espectacular tanto la construcción (por Norman Foster) como las vistas nocturnas, con la explicación en castellano por audioguía. Nos llamó la atención la sobriedad de los escaños del Parlamento Alemán. Una vez terminada la visita pasamos por la Puerta de Brandenburgo y admiramos su iluminación, pues estos días se celebra en Berlin el Festival de Luces y varios edificios emblemáticos de Berlín están siendo iluminados con distintos tipos de luces, algunas estáticas otras cambiantes, con efectos y con música. Las de la Puerta de Brandenburgo eran asombrosas, pero también admiramos las del Fernsehturm (torre de la tele alemana) en Alexanderplatz y en otros edificios. A mí las que más me gustaron fueron las que había en la Iglesia de San NIcolás. Muy bonito. Este Festival de Luces se celebra todos los años. Este año durará hasta el 16 de Octubre.
Berlín: El edificio de la Universidad de Humboldt iluminado
Estuvimos un día en Potsdam. Los palacios y jardines son bastante espectaculares. A mí especialmente me gustó la casa china. El pueblo de Potsdam es muy bonito. Recomiendo tomar café y postres en Cafe Alice, que también es Pension. El Aple Strudel estaba de muerte.
El domingo, que llovía, lo dedicamos a visitar los museos: El Pergamon y el Neue Museum. Fantásticos ambos. En Pergamon, la Puerta de Ishtar, se puede ver aunque está restaurándose. Me gustó mucho además la parte que tienen sobre Mesopotamia y el Imperio Hitita. Y tienen una muy buena colección sobre el Islam. También visitamos el Neues Museum. Nefertiti: Impresionante ¡Qué mujer! ¡Los años no pasan por ella!
Visitamos los famosos patios del Norte de Mitte. No nos dio tiempo de llegar a la hora a la Sinagoga.
Al día siguiente nos dividimos: Algunos queríamos conocer la ciudad en bici otros no. Es muy facil andar en bici por Berlin pues hay muchos carriles habilitados para ello. Fuimos pedaleando hasta el Muro de Berlin en la zona Este para admirar los murales y graffitis. El del famoso beso de Breznev y Honecker estaba petado de gente. Regresamos a Alexanderplatz pedaleando a lo largo de la inmensa avenida de Karl Mark Alle. Intentamos subir a la Torre de TV para admirar las vistas, pero había una cola de unas dos horas, así que desistimos. Fuimos en bici por la Puerta de Brandenburgo, Columna de la Victoria hasta Kurfurstendam, pasando por la famosa "Iglesia Rota" (Kaiser-WilelmGedachtniskirche) que, a mi modo de ver, ha sido fastidiada por los dos modernos mamotretos arquitectónicos que le han construído al lado. Kurfurstendam es una calle muy comercial sin más. Posteriormente nos encontramos con nuestros amigos no-ciclistas en Postdamer Platz, en el edificio Sony donde, por cierto, estaba teniendo lugar la premier de la película "Inferno". Había mucha gente y tuvimos ocasión de ver in situ a su protagonista,Tom Hanks, paseándose por la alfombra roja y saludando a la peña. Cenamos en el Maredo de Potsdamenplatz, una cadena de restaurantes de steaks, entrecots y hamburguesas. Bastante bien, aunque el camarero una vez más intentó adueñarse de la propina de antemano
Al día siguiente fuimos a ver la zona del Reichstag y la Puerta de Brandenburgo de día. También vimos la Cola de Ballena de Frank Gehry que se encuentra en el vestíbulo del Banco DZ, junto a la Puerta de Brandenburgo. También vimos el monumento a las víctimas del Holocausto, donde presenciamos una escena bastante patética e irrespetuosa: A pesar de que hay carteles que avisan que se visite el monumento en silencio y con respeto, había muchos turistas, niños y no tan niños, que iban gritando, riéndose, corriendo de un lado para otro jugando al escondite por entre los bloques. De pena. Y los guardias que vigilan el sitio pasando de todo ¡¡Qué diferencia con la Plaza de los Héroes de Podgórze, en Cracovia!! Esa sí que es sobrecogedora...
También dimos un paseo en barco por el Spree. Estuvo bien, aunque la guía, que explicaba en alemán e inglés, se detenía más en las explicaciones en aleman haciéndolas en inglés un poco de corrido. De todos modos era un poco sosa.
En Mitte Norte, en nuestro segundo intento, visitamos la Sinagoga por dentro, que no tiene gran cosa: un museo que muestra cómo era la vida en el barrio judío donde se encuentra antes de la Guerra, dimos otra vuelta por el centro y fuimos a visitar a Kurfurstendam a un pariente de uno de los miembros del grupo, que vive en Berlin. Nos llevó a su oficina, que se encuentra en uno de esos enormes edificios de la zona para disfrutar de las asombrosas vistas. Cenamos comida alemana en Zur Gerichtslaube, en Mitte: Muy recomendable.
Mis amigos se marchaban muy pronto a la mañana del miercoles pero mi vuelo era a las 8 de la tarde, así que tras hacer el check out y dejar mi equipaje en consigna, alquilé una bici y me fui al Check point Charlie (donde no pude evitar recordar el Check Point que tuve que atravesar hace apenas unos meses en Nicosia, una capital que aún está dividida), Friederichstrasse, Mitte del Norte, Alexanderplatz, donde comí en un italiano normalito para proseguir pedaleando por Unter den Linden hasta llegar al Museo de Historia Alemana, que se encuentra en el edificio llamado Zeughaus (Antiguo Arsenal). Pagué 8 €. Me estaba gustando muchísimo. Lo estaba visitando en orden cronológico, con tan mala suerte que, cuando estaba en la sección de la Reforma Luterana, saltó la alarma de incendios y tuvimos que evacuar el edificio completamente. Viendo que andaba un poco justo de tiempo, decidi no volver a entrar pues tenía que devolver la bici, coger mi equipaje y trasladarme al aeropuerto. Pero lo que ví del museo me gustó mucho. Y el edificio también (¡ Wifi gratis !).
Mis impresiones y conclusiones: Digámoslo sin tapujos: Berlín es una ciudad fea de coj*nes. Interesante pero horrorosa. Cierto: Ha tenido una historia muy convulsa y tanta guerra y régimen totalitario, con sus delirios de grandeza y su tendencia a aniquilar el individualismo han desgarrado y desprovisto de todo carácter al conjunto urbanístico de la ciudad, destruyendo lo que había para construir avenidas más anchas y edificios más grandes. No hay casas, hay bloques impersonales. No hay "rincones con encanto". Por otro lado Potsdamen Platz y Kurfurstendam con sus enormes y contemporáneos edificios de cristal hacen que resulten frías y sin personalidad. Hoy se construye siempre igual: Grandes mamotretos arquitectónicos de cristal, todos distintos pero todos iguales. Lo que más me ha gustado de Berlín: Sus museos... Y Potsdam -que no es Berlín-
La gran relevancia histórica que se le atribuye a Berlín en realidad no es tanta: Simplemente ha tenido una muy intensa historia durante los últimos 120 años, pero apenas hay nada anterior a 1800. En este sentido me alegré de haber visitado el año pasado la región del Harz, en el centro de Alemania, donde también puedes ver la disparidad entre la Alemania del Este y la del Oeste (por aquí pasaba el Telón de Acero), pero donde además puedes disfrutar de su rica herencia histórica de la época medieval y moderna en un entorno mucho más bonito, visitando pueblos y ciudades con mucho más encanto en una zona germánica 100% apenas visitada por turistas extranjeros.
Y colorín-colorado este tocho se ha acabado
Gracias por leer.
Última edición por Gadiemp el Mar, 06-11-2018 17:27, editado 1 vez