Hola de nuevo 
 . Aunque un poco tarde (llegué el Domingo 13 de Diciembre de Bruselas), me gustaría comentaros mi experiencia.
Todo salió más o menos como lo llevaba planeado, aunque también hubo algunas excepciones e improvisaciones, jeje 
 .
Llegamos al Aeropuerto de Bruselas Zaventem sobre las 20:15 h. Del Viernes y aprovechamos para cenar allí mismo antes de ir para la ciudad. Ojo con el Aeropuerto, la mayoría de los restaurantes y tiendas cierran a las 20:30 h. O a las 21:00 h. (cosa que no entiendo), por lo que más tarde será complicado comer alguna cosa. Queríamos ir al Pizza Hut Express, pero ya estaba cerrado, por lo que acabamos en el Quick, que cerraba media hora más tarde. Al terminar nos desplazamos hasta la estación de tren y adquirimos un "Billete Weekend" (este billete desde el Aeropuerto consta de ida y vuelta a realizar entre el Viernes a las 17:00 h. Hasta el Domingo a las 23:00 h.) con destino la estación de Bruxelles Central. Andamos hasta el Hotel (NH Grand Place Aremberg) y en menos de 10 minutos ya estábamos. Nos instalamos, abrigamos (teníamos una temperatura media de 3º C.) y salimos a dar una vuelta por la zona de la Grand Place y el Mercado de Navidad, aunque la mayoría de puestos cierran a las 22:00 h., a excepción de los de comida que alargan algo más el horario. Llegamos hasta la Noria y muy cerca nos compramos un Gofre delicioso, el cual comimos de camino al Hotel, aunque antes pasamos por el Manneken Pis y la Janneken Pis. Después de una ducha a dormir y a reponer fuerzas para el día siguiente.
Por la mañana desayunamos y salimos directos a la estación de Bruxelles Central, donde compramos el "Billete Weekend" hacia Brujas. Minutos después llegó el tren y tardamos una hora aproximadamente en llegar a Brujas (de Bruselas a Gante se tardan unos 40 minutos). La estación de Brujas se llama "Brugge" y está algo alejada del Centro, aunque se llega dando un agradable paseo. Frente a la estación estaba la famosa exposición de figuras de hielo que organizan en estas fechas, pero a la cual no entramos por falta de tiempo. Un pequeño paseo siguiendo las indicaciones de la Oficina de Turismo y en menos de 10 minutos llegamos, compramos un par de guias con itinerarios marcados (2€ cada una) y unos mapas de bolsillo (0.50€ la unidad). Como era Sábado había un mercado al principio del pueblo con alimentación, ropa, bisutería, complementos, etc... Vaya, el típico mercadillo que se puede encontrar en España también. Dimos una vuelta y compramos algunas cosillas antes de empezar con el primer itinerario marcado en la guía que compramos. Brujas nos fascinó desde que bajamos del tren hasta que volvimos a Bruselas, todo era como muy de la Edad Media, las plazas, los coches de caballos, sus calles empedradas, las murallas, los castillos, los canales, los edificios, los pozos, todo en conjunto... 
 . Especial mención a las plazas de Markt y Burg, los canales, los Molinos Gigantes, los parques e iglesias en general y las calles desiertas de la zona más alejada del Centro al anochecer. Como era época de Navidad también pudimos pasear por el Mercado Navideño y deleitarnos con una de esas salchichas grasientas con cebolla y ketchup que vendían en los puestos para comer, ¡ qué ricas !.
Lo pasamos tan bien que ni nos dimos cuenta de la hora que era y decidimos dejar Gante (la cual también entraba en nuestros planes para ese día) para otra ocasión, por lo que callejeamos ahún más por Brujas y compramos algunas cosillas, todo ello bajo una temperatura media de 1º C. Para calentarnos un poco aprovechamos a entrar en el FNAC de la Markt y curioseamos un poco las novedades electrónicas, informáticas, de libros y discos de Bélgica. Cerca de las 19:00 h. Bajamos de nuevo a la estación para tomar el tren hasta Bruselas. En el viaje de vuelta nos arrepentimos de no haber hecho uno de esos paseos en barco por los canales (había mucha gente y hubiéramos perdido demasiado tiempo) y nos dimos cuenta de que no hubiera sido mala idea pasar una noche en Brujas 
 .
Al llegar de nuevo a la estación de Bruxelles Central vuelta al Hotel a abrigarnos un poco más (la temperatura ya había descendido a 0º C.) y desde allí tomamos el Metro hasta la estación de Heysel, no sin antes hacer un transbordo. Llegamos a la zona del Atomium sobre las 21:15 h. Y pese a la soledad que reinaba por los alrededores no nos sentimos en ningún momento inseguros. Poco después de estar allí llegaron grupos de personas a verlo también y a hacerse fotos, incluso coincidimos con unos 3 o 4 grupos de españoles (se notaba por los gritos que pegaban), por lo que durante un rato nos pareció estar visitando algo de nuestro país, jejejeje 
 . Media hora por los alrededores (cerca del Bruparck ya había mucho más ambiente) y vuelta al Metro para desplazarnos a la zona de la Grand Place a ver el espectáculo de Navidad.
Tengo que reconocer que el espectáculo Electrabel Nights me gustó muchísimo más el año pasado, no sé si será porqué me gusta la Navidad tradicional o qué, pero encuentro que música disco y un Dj. En directo no hace demasiado para estas fechas. Aparte de todo ello la iluminación del año pasado me pareció mucho más bonita (había más) y los juegos de luces más espectaculares. Con todo esto no digo que no me gustara, pero tengo que reconocer que mucho mejor la del año pasado. El árbol central algo más pelado y destrotado, pero con una iluminación genial (este año supongo que la crisis también ha afectado a la capital europea). Terminado el espectáculo cenamos en el Pizza Hut Express de la Bourse (en Bélgica tienen algo que aquí no he visto en ninguna cadena de pizzerías: pan de ajo con queso y bacon), dimos una vuelta por el Mercado de Navidad con muchos puestos ya cerrados, nos tomamos el típico vino caliente (muy parecido al "rom cremat" catalán) en una mesa en la calle y callejeamos hasta llegar de nuevo al Hotel. Un baño con espuma para relajarnos y a dormir, que al día siguiente era el último día.
El Domingo nos despertamos, desayunamos y nos preparamos las maletas para dejar la habitación antes de irnos. Bajamos a recepción (un gustazo porqué todo el personal del Hotel hablaba en español), pagamos la estancia y nos guardaron las maletas en el cuarto destinado a ello hasta media tarde, que sería cuando pasaríamos a por nuestro equipaje. Salimos del Hotel y nos dirigimos andando hasta la zona del Jardin Botanique, no sin antes pasar por la Place du Congres y la Rue Royale. Paseamos un poco por la zona financiera (alrededores de la Gare du Nord) para recordar el Hotel en el que nos alojamos el año pasado, vimos el Sacré Coeur muy de lejos (ya lo visitamos el año pasado y no queriamos perder el tiempo en ir hasta allí) y tomamos el Metro hasta el Parc du Cinquantenaire. Nos hicimos montones de fotos por la zona y pasamos un frio del carajo (la temperatura media estaba en torno a los -2º C.), bajamos hasta la zona del Parlamento Europeo andando y estuvimos un rato en el parque de detrás del Parlamento dando de comer a las gaviotas, patos, ocas y palomas. Nos hicimos las típicas fotos y decidimos prescindir del Metro para llegar al Palais de la Nation ("zigzagueamos" un poco por las calles y hasta vimos la Embajada Española en Bélgica 
 ). Después paseamos por el parque de delante del Palais Royal (muy descuidado para mi gusto al igual que el año pasado), nos hicimos las fotos en el Palais, bajamos hasta la Place Royale, las iglesias de alrededor, el edificio Old England y nos compramos un gofre en un puesto callejero, el cual nos comimos rumbo al Palais de Justice, pasando antes por una iglésia a la cual entramos para resguardarnos un rato del frío. El Palais de Justice en obras al igual que el año pasado, pero esta vez lo pudimos ver de día (es espectacular y muy bonito, pero lo sería todavía más sin esos feos andamios, jeje, aunque la cúpula superior ya está restaurada y destapada).
Bajamos por el ascensor que hay al lado y llegamos dando un paseo al Grand Sablon, a la Chapelle y a la Place de l'Albertine. Antes de llegar a la zona de la Grand Place nos pasamos por las Galeries Bortier (delante de la Iglesia de la Madeleine), unas galerías prácticamente desconocidas para el turista, pero el paraíso para los amantes de los libros antiguos (había incluso hasta narrativa de los más célebres escritores españoles). Fue al salir de allí y nos dirigíamos a la Grand Place cuando el frio paró de golpe y empezaron a caer tímidos copos de nieve que no duraron más de 10 minutos y que no llegaron prácticamente ni a pintar un poco de blanco las calles (una lástima, ya que esperábamos que pudiera nevar aunque sólo fuera un poco en esas fechas, pero se ve que la nieve se reservó para los días siguientes, ¡ y menuda nevada !, jeje 
 ). Paseo por la Grand Place y por las calles adyacentes, sobamos un poco la figura que hay al principio de la calle que va a parar al Manneken Pis para que nos diera suerte y llegamos a él, el cuál estaba desnudo 
 (leí en algún sitio que el 95% de los días se podía encontrar vestido, pero tanto ese día como la primera noche y los dos días del año pasado que lo vimos estaba desnudo). Llegamos a la Bourse y nos gustó tanto la cena del día anterior que decidimos repetir comida en el Pizza Hut de delante. Después paseamos por el resto del Mercado de Navidad hasta la Place Ste. Catherine y allí nos subimos a la Noria Panorámica para admirar las vistas, que son bastante espectaculares aunque no lo parezca a simple vista. Al bajar fuimos a ver el Ice Monster (un bicho de unos 40 m. De largo que se paseo por las principales ciudades del mundo, al que se entra por la boca y se sale por la cola que es una especie de pasaje del terror) que montan cada año en una plaza cercana y después a la Place de Brouckère y a la Monnaie, que el año pasado se nos pasó por alto.
Eran ya las 16:30 h. Aproximadamente y nos fuimos a hacer las últimas compras antes de volver a recoger las maletas al hotel: la bolsa de "merchandising" de los Plaisirs d'Hiver para meter todo lo que compremos y subirla al avión, unos merengues riquísimos con una base de galleta y cubiertos de distintos chocolates que venden en una parada de delante de las escaleras de la Bourse (es el segundo año que los compro porqué el año pasado quedé encantado), unas galletitas navideñas con formas de árbol, reno y de "Jenji" (personaje de "Shrek", la galleta) de un puesto de las galletas "Elisabeth" y un par de cajas de bombones de Godiva y de Neuhaus. La verdad es que fue un placer ver como las dependientas de ambas tiendas entendían y hablaban el español. Cargados como mulas último paseo por la zona de la Grand Place para despedirnos, nos comimos unas galletitas bañadas en chocolate que caía de una fondue pública de una tienda Coté d'Or y desfile por las Galeries Saint-Hubert rumbo al Hotel. Pillamos nuestras maletas, metimos dentro algunas de las cosas compradas y nos despedimos del recepcionista rumbo a la Gare Centrale.
El tren no tardó en pasar y con nuestros flamantes Billetes "Weekend" comprados el Viernes anterior llegamos de nuevo al Aeropuerto de Bruselas Zaventem. Pasamos por el mostrador de Vueling para informarnos sobre la puerta de embarque y tal y para que nos pesaran el equipaje de mano y nos pusieran esa etiqueta que ellos tienen para certificarlo como tal. Nos recorrimos el largo camino entre la zona de facturación y la de embarque, no sin antes sufrir más de media hora de cola en los controles de acceso. En mi opinión lo tienen muy mal montado para ser un Aeropuerto tan importante como ese, ya que los controles están justo después de un largo pasillo con cintas transportadoras y de la gente que había ya se sobrepasaban una de ellas, por lo que la gente tenía que llegar al término de la cinta y recular por los laterales hasta alcanzar el final de la fila de gente (un caos, la verdad). También apuntar como detalle importante que parte de los puntos de control estaban cerrados, por lo que si los hubieran abierto yo creo que no habría habido tanto lío.
Al llegar a la zona de embarque el vuelo se anunciaba a su hora (las 21:00 h.) pero por otra puerta de embarque (todavía espero que en todos mis viajes la puerta de embarque coincida finalmente con la que me indican a la hora de facturar 
 ). Como no teníamos mucha hambre no cenamos en el Aeropuerto (lo dejamos para el mismo avión o para cuando llegaramos a Barcelona), aunque si hubiéramos querído tampoco sabemos si podríamos haberlo hecho, ya que casi todo estaba cerrado 
 . Embarcamos según el horario previsto, tomamos algo en el avión (unas patatas fritas y un refresco) y llegamos a Barcelona en hora (ya lo dice el lema de la compañía: "Vueling en hora" jeje 
 ) y nada, para casita rememorando esa fantástica segunda visita a tierras belgas 
 .
Espero no haber aburrido a demasiada gente. Llevo escribiendo este post (con pausas cada cierto tiempo y una más larga para comer) desde esta mañana, ya que no me ha dado tiempo a ponerme en serio con el Foro hasta ahora desde mi llegada. Prometí que al volver daría mi opinión y expondría mi experiencia. Es ya tarde... Lo sé, pero os lo debía y espero que le sirva de ayuda a otros usuarios 
 .
En los próximos días iré poniendo otros mensajes en distintos posts explicando mi experiencia. ¡¡¡ Gracias a to2 por la ayuda y Felices Fiestas !!! 
 .