Sábado, 16 de abril de 2011 ✏️ Travel Journeys of Italy

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Primera sorpresa agradable del viaje: Alitalia nos deja impactados cuando nuestro vuelo a Milán sale de Barajas con una puntualidad suiza. Durante el vuelo, una siestecita antes de llegar a Milán… justo cuando pasan con el snack y el refresco y nos despertamos cuando ya están tres filas por delante… bueno da igual.
En Milán Linate cogemos el autobús 73 que nos lleva hasta el centro de la ciudad. En la máquina de la parada cuesta 1 €, en el autobús 1,5€. Un consejo, si hacéis esta escala, comprad dos billetes por persona, así os despreocupáis de buscar un quiosco de prensa para comprar el billete de vuelta y mucho mejor en la máquina que en el autobús, nosotros lo compramos en el autobús porque se iba.
Media hora de trayecto y ya estamos en la capital italiana de la moda. Esto es otro mundo, les encanta llamar la atención vistiendo con marcas y de la forma más fashion que se pueda imaginar, al final van todos tan puestos que no destaca nada más que el que viste normalito.
Llegamos en un corto paseo a la plaza del Duomo (en realidad es una parada de metro pero preferimos recorrer la zona de compras, nos vamos haciendo a la idea de lo que las tiendas representan para los italianos en general y para los milaneses en particular. Es como una religión) y después de un poco de despiste… nos ponemos en la cola para subir, cuando llegamos a la puerta nos damos cuenta de que el billete hay que sacarlo por adelantado así que me voy a buscar la “bigleteria” mientras mi chico va dejando pasar puestos en la cola. Buscando por aquí y por allí la taquilla, me entero de que la cola la estamos haciendo en la subida por las escaleras, cuando habíamos decidido utilizar el ascensor, así que una vez conseguidos los tickets me voy en busca de mi chico para coger el ascensor. Registro de mochilas, cámaras, bolsos y… ¡arriba!
La primera impresión de las terrazas es impresionante, el día es claro y se ve toda la ciudad. Merece mucho la pena pagar los 8€, (5€ para los valientes de los escaleras).
Una vez saturados de vistas decidimos bajar para visitar la catedral por dentro… también espectacular y de ahí a la Galería de Vittorio Emanuele II, para intentar pisarle los cataplines al toro pero todo el mundo ha tenido la misma idea y nos vamos sin hacerlo. En realidad el toro ya solo tiene un agujero de tanto pisotón.
Aprieta el hambre a estas horas casi de merienda y en esta zona no hay nada adaptado a nuestros bolsillos así que McDonalds, aunque ubicado dentro de la galería, se convierte en nuestro aliado y una vez devorados los tres McMenús Big Mac Grandes (18,90€)… a la plaza de la Scala, no hacemos la visita por la falta de tiempo, aunque compramos algunos souvenirs en su tienda. De camino al Castillo Sforzesco, vemos una heladería con una larga cola por la que decidimos pasar a la vuelta para probar el primer helado italiano.
Llegamos al Castillo Sforzesco, en restauración. En la misma puerta una furgoneta sesentera con unos gigantescos bafles sobre su techo ofrece un concierto de rock con los músicos tocando en su interior. Paseo por los jardines y patios del castillo, a esta hora ya está cerrado y no hay posibilidad de visitarlo. La restauración invita a una futura y más detenida visita. Los relajantes jardines hacen del paseo una agradable experiencia. Más souvenirs.
Y de vuelta a la Plaza del Duomo vamos buscando la heladería que habíamos detectado, pero ya en la puerta decidimos no parar porque hay mucha gente. Pasamos de nuevo por la Galería de Victorio Emanuele II y ahora sí cumplimos con el trámite de pisarle los cataplines al toro para atraer la buena suerte. Yo sí lo hago, mi chico dice que no. De nuevo al autobús 73 y al aeropuerto.
Primera sorpresa desagradable del viaje: compartimos el vuelto con varios colegios de adolescentes y encima habíamos elegido nuestros asientos en el medio de uno de los grupos. Otra siestecita y otra vez sin snack, afortunadamente, McDonalds nos había satisfecho para la comida-merienda-cena y no teníamos hambre… solo cansancio.
La lluvia nos recibe en nuestra llegada al aeropuerto de Palermo pero sorprendentemente esta vez Alitalia no ha perdido nuestras maletas… de chiripa. Las hemos visto tiradas delante del mostrador de “Lost and Found” al dirigirnos a la cinta transportadora. Posiblemente las habían enviado en un vuelo anterior… ¡pobres! debieron dar miles de vueltas solas en la cinta hasta que alguien las retiró. Y menos mal que las vimos de paso, sino podíamos haber estado horas delante de la cinta esperando inútilmente nuestras maletas, llegado tarde a recoger el coche… no quiero ni pensarlo.
Siguiente paso, recoger el coche de alquiler. Para llegar a la oficina de alquiler hay que coger el microbús interno del aeropuerto ya que el rent a car está bastante lejos. Llegamos a las 23:30. Nos dan un Alfa Romeo Mito, que es un grupo C ¡Menuda machina! (se pronuncia “máquina” y significa coche), cuando habíamos reservado un grupo B. El problema es que nos han cobrado el suplemento por cambio de grupo cuando están obligados a suministrarte un coche del grupo que se haya reservado o uno superior al mismo precio sino tienen disponible uno de tu grupo. No nos damos cuenta, pensando que el incremento de importe se debe a los seguros del grupo superior. También nos han clavado un impuesto de circulación de 12,11€ + 20% de IVA (¿Desde cuándo los impuestos se gravan con otro impuesto?, y por 7 días, eso implica un coste de 631€ anuales de impuesto de circulación).
El tío ha tapado con su mano la parte superior donde aparecía todo esto cuando nos ha enseñado el contrato para llamar nuestra atención sobre el hecho de que se han eliminado las franquicias. Tretas poco éticas para una empresa de alquiler de vehículos multinacional como esta ¡Cuidado con estas cosas, revisad bien los contratos antes de firmarlos y preguntad hasta la saciedad! A nosotros nos cogieron con las defensas bajas por el cansancio. Hemos reclamado y estamos a la espera de la respuesta. La próxima vez utilizaremos una compañía NI-SU (PADRE LA CONOCE).
Y 89 km hasta Trapani.
Aunque la recepción de los apartamentos cierra a las 24:00, habíamos avisado de nuestra llegada muy tardía y nos estaban esperando.
Una desagradable sorpresa nos aguarda en el apartamento: la bomba del agua hace un ruido horrible, es la 1:30 de la madrugada y estamos agotados, le preguntamos al recepcionista por una solución al ruido y nos dice que apaga la bomba con el riesgo de que por la mañana no tengamos agua. ¡Genial! Con ruido y con agua o sin ruido y sin agua. De repente el ruido se para y podemos dormir. A lo largo de la estancia el ruido de la bomba ha ido apareciendo y desapareciendo pero no por la noche.
Mañana nos levantaremos tarde para recuperar sueño.

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