"Hay dolencias peores que la dolencia"
Pessoa
Pessoa
Hay dolencias peores que las dolencias,
hay dolores que no duelen, ni en el alma,
pero que son dolorosos más que los otros.
Hay angustias soñadas más reales
que las que la vida nos trae, hay sensaciones
sentidas sólo con imaginarlas
que son más nuestras que la misma vida.
Hay tantas cosas que, sin existir,
existen, existen demoradamente,
y demoradamente son nuestras y nosotros…
Por sobre el verde turbio del ancho río
los circunflejos blancos de las gaviotas…
Por sobre el alma el aleteo inútil
de lo que no fue, ni puede ser, y es todo.
Dame más vino, porque la vida es nada.
hay dolores que no duelen, ni en el alma,
pero que son dolorosos más que los otros.
Hay angustias soñadas más reales
que las que la vida nos trae, hay sensaciones
sentidas sólo con imaginarlas
que son más nuestras que la misma vida.
Hay tantas cosas que, sin existir,
existen, existen demoradamente,
y demoradamente son nuestras y nosotros…
Por sobre el verde turbio del ancho río
los circunflejos blancos de las gaviotas…
Por sobre el alma el aleteo inútil
de lo que no fue, ni puede ser, y es todo.
Dame más vino, porque la vida es nada.
Nuestro cuarto día en Lisboa y a las siete de la mañana ya estábamos en pie. Después del aseo y del desayuno cogimos el metro para ir a estación metro Martin Moniz. Una de las salidas del metro es la entrada al Centro Comercial Mouraría. No es el típico centro comercial, aquí no hay Mc Donald’s ni tiendas de lujo..., abundan los puestos donde se puede comprar desde un vestido de la india hasta especies y condimentos que solo ves en los documentales de viajes. Como todavía no eran las diez de la mañana la mayor parte de las tiendas estaban cerradas. Decidimos ir al Largo Martin Moniz, que es una especie de plaza larga.
En la misma plaza montamos en nuestro primer tranvía en Lisboa, el 12. El viaje en el 12 fue tranquilo y muy agradable; el tranvía iba vacío. Es un trayecto corto y circular - bastante más corto que el recorrido que hace el mítico tranvía 28. Recorrimos parte del barrio de la Mouraría, Graça y la Baixa hasta llegar a la Plaza da Figueira.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de hacer el recorrido completo y de haber tenido una discusión acalorada el conductor del tranvía con otro de una furgoneta que se le había atravesado en la vía, decidimos bajarnos en una parada que hay cerca del mirador de Portas do Sol. Por esta zona, como en la mayor parte de Lisboa, las casas tienen gran parte de sus fachadas decoradas con azulejos. Hicimos paseando la siguiente ruta.
Desde la parada del 12 llegamos en cinco minutos al mirador Portas do Sol. Vimos unas preciosas vistas de Alfama y el Tajo. Se puede ver en la siguiente foto la distribución desordenada y laberíntica del barrio. Destaca el color blanco de las paredes encaladas de sus casas que le dan un toque especial a esta zona de la ciudad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Bajamos al otro mirador que hay en esa zona, el Mirador de Santa Lucía. En este mirador se ven también unas buenas vistas de Alfama. Este lugar tiene mucho encanto pero se ve sucio y deteriorado. Compramos una cajita de porcelana a una de las vendedoras que pululan por el mirador.
Mirador de Santa Lucía
Continuamos andando hacia el Castillo de Sao Jorge. En el camino vimos una pintada en alusión a los ruidosos españoles y un curioso urinario público en la misma calle y a la vista de cualquiera que pasara por la calle; auténticamente medieval la escena.
El silencio portugués
Urinario callejero
Visitamos el castillo - 5 € cuesta la entrada. Magníficas vistas de Lisboa desde los miradores del Castillo. Sacamos muchas fotografías y visitamos las murallas y el interior del Castillo, subiéndonos a las torres para ver Lisboa desde distintas perspectivas. Lo mejor del Castillo son las vistas inmejorables de toda Lisboa. En las siguientes fotos podéis ver distintas panorámicas de las muchas que se ven desde el castillo.
Zona norte de Lisboa, una de las zonas nuevas de la ciudad
Praza da Figueira
Elevador de Santa Justa y Convento do Carmo
Praza do Comercio y el río Tajo
Lisboa y el puente 25 de Abril al fondo
La visita al castillo es agotadora si recorres todas sus almenas y distintos miradores. Hay una gran cantidad de escaleras que cuando las bajas no tienes problema, pero cuando se trata de subirlas..... Como ejemplo tenéis este pedazo de escalera que menudo esfuerzo nos costó subirla.
Entrada al Castillo
Al salir del castillo, en el recinto amurallado, nos encontramos con un cantautor y su guitarra, y con un chico que hacía auténticas virguerías con las monedas, las pulía con gran precisión hasta crear figuras; nos quedamos un buen rato viendo como hacía su trabajo. Salimos del recinto del castillo y un poco cansados de subir y bajar escaleras hicimos el siguiente recorrido.
Nos compramos en una tienda de recuerdos el típico tranvía amarillo de Lisboa y bajamos a tomar un refresco con croqueta de bacalao incluída al Chapitó. El Chapitó es un curioso local en el que hay una asociación cultural y una escuela de artes circenses, está situado en las laderas del castillo de San Jorge; ocasionalmente realizan espectáculos abiertos al público. Desde su terraza hay unas buenas vistas de la ciudad y el servicio es muy cordial. En general la gente en Lisboa es muy amable y trata de ayudarte para hacer más cómoda tu estancia en la ciudad.
Escalinatas de camino a la Sé Catedral
Después del pequeño descanso en el Chapitó bajamos hacia la Sé Catedral - te preguntarás que es eso de Sé; no son más que las siglas de Sede Episcopal. Vimos el interior, la fachada románica y el magnífico rosetón exterior. Previo pago de 2´50 € entramos en el claustro para ver los restos arqueológicos. Al museo de arte sacro de la catedral decidimos no ir porque el arte religioso no nos atrae en absoluto.
Sé Catedral
Detalle del claustro de la Catedral
Delante de la catedral subimos por primera vez al mítico Tranvía 28 para ir de nuevo al Largo das Portas do Sol - este tranvía va mucho más lleno que el 12, cuidado con los carteristas. Desde el Largo das Portas do Sol iniciamos la visita al barrio de la Alfama, paseando por entre las estrechas callejuelas y empinadas escaleras. Esta zona de Lisboa es algo decadente. Gran parte de sus casas se encuentran muy deterioradas y se ve bastante suciedad desperdigada por sus calles. Lástima que el ayuntamiento de Lisboa no se esfuerce en cuidar este barrio porque encanto si que tiene. Os invito a subir en el 28 en el siguiente video.
[flash width=425 height=344]www.youtube.com/ ...5jZYY4.swf[/flash]
El tranvía 28 hace la clásica ruta de Lisboa. Suelen pasar cada siete minutos y es otro de los símbolos de la ciudad. Tiene un recorrido de algo más de nueve kilómetros que recorre las zonas más interesantes de Lisboa.
El tranvía 28
En Alfama se respira un ambiente obrero, humilde y tranquilo. Es como una pequeña aldea dentro de la ciudad. Esta parte de la ciudad fue habitada a lo largo de su historia por musulmanes, judíos, burgueses y pescadores.
Adentrándonos en la Alfama
Alfama y sus habitantes
Escaleras, escalinatas y escalones en Alfama
Vimos alguna plaza pequeña muy limpia y encantadora, pero es la excepción en Alfama. Su etapa árabe que comprende cinco siglos históricos de la ciudad, del VIII al XII - conserva la estructura de la época musulmana, con patios de flores y ropa tendida, cuestas y escaleras. Es también el más antiguo y popular; toma su nombre de un derivado de Alhama que significa “fuente termal” o de Aljama, que en árabe significa población.
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Rincones por la Alfama
Local de Fado en Alfama
Marionetas y payasos en Alfama
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un rincón de Alfama en la zona baja
Después de llegar a la casa do Fado, en la parte baja de Alfama, subimos de nuevo al Largo das Portas do Sol y allí comimos en el restaurante “Sol Nascente”. No lo recomiendo en absoluto, fue donde peor comimos en los días en que estuvimos en Lisboa; pedimos bacalao y nos trajeron sardinas, el servicio poco agradable y antipático – aunque rectificaron el "error" después de comentárselo al camarero. Después de mal comer y de disfrutar del ajetreo constante de tranvías que pasan por esta zona, hicimos este recorrido.
El 12 y el turístico (rojo) en Portas do Sol
Volvimos a coger el tranvía 28 delante del restaurante, en el largo das Portas do Sol, y bajamos en la parada que hay al lado de la Iglesia de Sao Vicente de Fóra,cuyo interior visitamos. La entrada a esta iglesia es gratuíta. Paseamos la Feira da Ladra (ladroa - ladrona); llamada así por los objetos robados que se vendían y se siguen vendiendo ocasionalmente en sus puestos. Todavía quedaban bastantes puestos de venta a pesar de que eran las cuatro de la tarde.
Puestos en la Feira da Ladra
La Feira da Ladra es una especie de rastro en el que puedes encontrar desde ropa y calzado de segunda mano hasta objetos muy usados que no sirven para nada - merece la pena darse un paseo por el mercado como curiosidad.
Feira de Ladra y Panteón Nacional
Justo al lado de los puestos de la feria está el Panteón Nacional de Santa Engracia - entrada 2 €. De color blanco impoluto, se puede distinguir el contraste entre la suntuosidad del Panteón y la mediocridad de la Feria; Portugal es un país de contrastes. Aquí se encuentran los sepulcros de personajes ilustres de Portugal - entre ellos destaca el de la popular y querida fadista Amalia Rodrigues: fadista muy querida en Portugal y para muestra un botón; era la única tumba que tenía flores frescas.
El panteón, de dimensiones considerables, merece una visita aunque solo sea para admirar la enorme cúpula interior o para subir por sus interminables escaleras a su magnífica terraza para disfrutar de las preciosas vistas de una parte de Lisboa y del rio Tajo. En el panteón me ocurrió una pequeña anécdota cuando quise ir al servicio; pensaba que a unos metros ya tendría el cuarto de baño... ¡¡error!!, tuve que recorrer pasillos estrechos, pasillos más anchos con curvas, sin curvas, subir escaleras, bajar escaleras, agacharme para no dar con la cabeza en el techo y volver a subir otras escaleras por unos pasadizos estrechos que ni te cuento - en mi vida me costó tanto trabajo llegar a unos servicios.
El Tajo desde el mirador del Panteón Nacional
Al salir del Panteón Nacional pasamos de nuevo por el mercado y esperamos en la parada al Tranvía 28 para hacer el recorrido completo - desde el Largo da Graça hasta el Cementerio de los Prazeres en Campo de Ourique. El tranvía a medida que va parando se va llenando de gente hasta los topes. Recorrimos la zona antigua de Lisboa - desde el barrio da Graça, pasando por la Sé, Baixa, Chiado, Barrio Alto, Estrela…, hasta Ourique. Imprescindible hacer este viaje aunque se puede hacer un poco agobiante debido a la cantidad de gente que va en el tranvía. Durante el recorrido vimos que un señor de unos 45 años nos estaba controlando, posiblemente fuera uno de los muchos carteristas que hay en Lisboa. Aquí podéis ver el recorrido que hace el 28 así como los barrios que atraviesa.
Una vez llegamos a Ourique volvimos a subir al 28 de vuelta para bajar en la parada que hay delante de la Basílica da Estrela. Vimos el interior de la Basílica y continuamos a pie bajando las calles del Barrio da Estrela.
Pasamos por delante del restaurante XL (frecuentado por políticos y personajes famosos de Portugal – el futbolista Figo es un asiduo del restaurante cuando se encuentra en la ciudad). Justo un poco más abajo del XL y a mano izquierda se puede ver el Parlamento - Palacio de la Asamblea de la República Portuguesa - con un gran frontón que recuerda al Partenón griego.
El Parlamento de Portugal
Dejando atrás el Barrio da Estrela nos adentramos en el Barrio Alto. Seguimos callejeando a pié y cuesta abajo hasta llegar al Mirador de Santa Catarina - zona habitual elegida por la gente joven para hacer el botellón. Desde este mirador se ven unas estupendas vistas del Puente 25 de abril y del Cristo Rei, además de las Docas de Alcántara - una de las zonas de marcha por excelencia de Lisboa, junto con la zona de Barrio Alto. El mirador de Santa Catarina es un buen sitio para tomarse una Sagres en plan botellón o en una de las terrazas que hay un poco más abajo. Las cervezas Sagres y Super Bock son las más consumidas en todo el país portugués y las encontrarás en cualquier bar o cafetería.
Muy cerca del mirador de Santa Catarina, después de esperar un buen rato por el conductor, nos montamos en el Ascensor da Bica para bajar a la zona oeste de la Praza do Comercio. Impresionante la bajada del elevador; con una doble pendiente muy pronunciada. Disfruté mucho más esta bajada que la subida con el Elevador da Gloria que hicimos el primer día que llegamos. Mirad como sube el elevador da Bica.
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Elevador da Bica
Bajamos del ascensor da Bica y subimos a un tranvía que nos llevó a la Praza do Comercio. Continuamos por Rúa Augusta donde nos volvieron a ofrecer costo y cocaína. Hicimos una cola de algo más de media hora para subir en el Elevador de Santa Justa. Valió la pena; ya era de noche y la vista del elevador iluminado era preciosa.
Santa Justa
El Ascensor de Santa Justa es impresionante. Este elevador fue diseñado por Raul Mesnier de Ponsard - discípulo de Eiffel - un ingeniero nacido en Oporto y de padres franceses. Su construcción comenzó en 1900 y finalizó en 1902. Tiene una altura de 45 metros y su estructura es de hierro. La decoración es de estilo neogótico, los dos ascensores de su interior están revestidos de madera y tienen capacidad para 24 personas cada uno. Al último nivel se accede a través de una escalera helicoidal que termina en una terraza en donde hay un pequeño bar-restaurante y donde se pueden ver unas estupendas vistas de Baixa, Rossio y Castelo. Cuando subimos nosotros estaba tocando un dúo musical que amenizaba las vistas desde este curioso mirador.
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Continuamos por la pasarela que conduce a los restos del Convento do Carmo y bajamos a la Rúa Garret para tomar un café y un pastel de Belém en el Café Brasileira. Al salir del Brasileira, justo al lado de la boca de metro Baixa - Chiado nos encontramos con una actuación callejera de un dúo musical (una chica de color cantaba y bailaba al ritmo de un xilófono tocado con maestría por otro chico), disfrutamos de lo lindo viéndolos. Media hora después bajamos al metro en estación Baixa-Chiado; impresionante el desnivel que hay que salvar a través de las escaleras mecánicas para llegar a coger el metro; esta estación es la más profunda de toda la red de metro lisboeta y está toda decorada con azulejo blanco.
Estación metro Baixa-Chiado
Hicimos transbordo en estación Alameda y como siempre salimos en estación Olaias - línea roja que conduce a Oriente. Cenamos un par de hamburguesas con pan de sandwich en la cafetería Charlot - al lado del nuestro hotel. Pasadas las diez de la noche nos fuimos a descansar a la habitación del Hotel. Hoy habíamos recorrido Lisboa de punta a punta y de cabo a rabo. El día más intenso con diferencia desde que llegamos a la ciudad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Arco da Vitoria desde la Plaza del Comercio