De camino a Yellowstone (4-7 de agosto) ✏️ Diarios de Viajes de USA

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4 de agosto

A poco de atravesar los límites del estado de Utah y entrar en Idaho, decidimos parar a comprar bebidas y agua para el camino y tener provisiones para los días de Yellowstone, así que salimos de la autopista a la altura de Malad City. Hoy no tenemos ninguna cosa para visitar prevista, o sea que vamos con muuuucha calma. Después de comprar en el supermercado de Malad, y como el desayuno ha sido más bien escaso, entramos en el restaurante "The Pines" para comer, pues son pasadas las 3 de la tarde. Por suerte, en muchos restaurantes no cierran la cocina a mediodía. Por poco más de 50$ entre los 3, nos tomamos unos buenos pedazos de ternera tamaño XXL, acompañados como no, con ensalada de col, puré de patatas, verduras...y un postre espectacular. Incluso llegamos a felicitar al cocinero!
Con la barriga llena, seguimos camino al norte. Hasta ahora hemos conducido unos 180 kms, y aún nos queda un tramo. Muy convencido de mi buena memoria y del itinerario, programo el GPS para que nos lleve al Motel 6 de Pocatello. Menuda sorpresa al llegar allí y ver que la reserva es para dentro de unos días... Hoy tenemos que dormir en Blackfoot, unos 40 kms más al norte. La edad no perdona. Por suerte no habíamos descargado las maletas. Nos montamos en el bólido y seguimos más al norte aún, otros 40 kms, hasta el Super 8 en Blackfoot. Ahora sí. Nos registramos, dejamos los trastos en la habitación y salimos a ver qué hay en el pueblo. Os comunico que éste puede que sí sea el lugar más aburrido de USA (y quizás del mundo). El downtown completamente vacío, todos los locales cerrados, ningún restaurante en el centro... Sólo llegamos a ver el "MUSEO DE LA PATATA". Sí, sí, en serio. Hay un museo de la patata, aunque no es de extrañar, pues Idaho es el mayor productor de patatas de USA (y quizás del mundo). Obviamente, a esta hora está cerrado y no podemos disfrutar de sus excelencias.
Muy frustrados, damos unas vueltas con el coche por este pueblo casi fantasma, sin ver ni un alma, casi da miedo. Volvemos al motel, y por el camino vemos un Walmart. Tristemente, nos vamos a pasar lo que queda de tarde (no es mucho) allí, y de paso, hacemos alguna compra más.
Antes de regresar deprimidos al motel, paramos a cenar en la zona de cadenas de fast food que hay en todos los pueblos de USA, en las entradas de la autopista, entre gasolineras y concesionarios de coches. En estas zonas, habitualmente se encuentran las cadenas: Denny's, Wendy's, Jack in the Box, McDonalds, Burger King, Panda Express, Taco Bell... y muchas más. En Blackfoot nos conformamos con encontrar algo abierto: Homestead Family. Unas ensaladas y postre por unos 30$ para redondear un día lamentable. Nos vamos a dormir temprano para poder salir mañana pronto.

Distancia conducida: 325 kms.
Alojamiento: Super 8 Blackfoot. 65€, desayuno incluido (Priceline)

5 de agosto

El desayuno en el motel es el típico servido en todos los moteles que lo ofrecen: café americano, pastas industriales, cereales y yogur. Tras tomárnoslo en el comedor improvisado frente a la recepción, cargamos el coche y nos proponemos abandonar Blackfoot, pero debemos tener un punto de raritos que nos hace ir a visitar el Museo de la Patata antes de partir. La entrada vale 3$ por cabeza, y se vende en la tienda de regalos del museo: camisetas, juegos de Mr. Potato (cómo no?), llaveros y alguna otra rareza. Por extraño que parezca, no estamos solos en el museo, hay 5 o 6 raritos más viendo las fotografías de campos, paneles informativos de las diferentes especies de patatas, historia del cultivo de la patata y alguna otra excentricidad. La visita entera no ocupa más de una hora. Si tenéis curiosidad y algún maleficio os obliga a parar en Blackfoot, ahí lo dejo.


Después de la visita al museo, ponemos rumbo norte por la I-15 hasta Idaho Falls, donde cogemos el desvío que sigue dirección noreste, por la carretera 20 (la que lleva a West Yellowstone). A la altura de Rexburg, nos metemos en el "Yellowstone Bear World", una especie de minizoo con animales típicos de la zona. La razón de parar aquí es que tenemos una reserva para que Ester y Ada puedan dar un biberón a unos oseznos durante la visita del Parque. La reserva es para las 5 de la tarde, pero como sabemos que hay un par más de horarios y apenas es mediodía, nos atrevemos a preguntar en la garita de las entradas si se puede cambiar el horario. Lamentablemente, todas las reservas están ocupadas y no podemos cambiar, así que volveremos por la tarde. Siguiendo más al norte de Rexburg, llegamos a Ashton, y cogemos el desvío en la carretera 47, que corresponde a un "scenic drive", por entre campos de patatas y bosques junto al Warm River hasta llegar a las Mesa Falls. Como en la mayoría de cascadas, tenemos las Lower y las Upper. En el sentido en que vamos, visitamos primero el mirador de las Lower, en el que apenas hay que andar 100 metros para tener una buena vista de las cascadas. En 5 minutos, fotos y parada en el retrete incluidas, lo tenemos visto para sentencia.


Seguimos hasta las Upper, dónde hay que pagar una entrada de unos 5$. Por suerte, preguntamos si vale el pase de los Parques Nacionales y nos responden que sí. Aparcamos y cogemos el sendero de pasarela de madera que baja desde el aparcamiento hasta las cascadas, en total no llega a medio kilómetro. Unas cuantas fotos más, y de regreso al coche, que empezamos a tener hambre. Es una visita prescindible absolutamente, pero si bajáis de o subís hacia West Yellowstone y váis bien de tiempo, es menos aburrido que ir por la autopista.


Regresamos en dirección Rexburg de nuevo, pero nos paramos a comer en el centro de Ashton, en el 511 Main Fountain and Pizzeria, unas pizzas y hamburguesas con unas patatas de Idaho de regalo de acompañamiento. La comida es inusualmente sabrosa y no muy cara (35$ los tres). Son pasadas las 2 cuando acabamos de comer y tenemos un tramo hasta el "Yellowstone Bear World". A ver si al final no nos va a dar tiempo a visitarlo antes de la hora de la reserva...
Llegamos al parque a las 3 y entramos, con las entradas pagadas al hacer la reserva por Internet (17$ por cabeza + 45$ por cabeza lo del biberón): www.yellowstonebearworld.com.


El primer tramo se hace dentro del coche, en un recorrido en el que se pueden ver varios osos, bisontes, ciervos, algún lobo y alces. Te recuerdan sobre todo que no se pueden bajar las ventanillas del coche, ni para sacar fotos, por seguridad. Adivináis a quién le tienen que llamar la atención? Correcto. El recorrido se puede hacer también en una especie de autobús en el que los ocupantes van en el techo, descubierto, y así pueden sacar fotos o echarles comida a los osos, que se apoyan en el bus y se ponen a dos patas para ganarse la comida. En mi opinión, bastante triste, pero hay que reconocer que a los animales se les ve bien alimentados y no muy tristes a pesar del reducido espacio a compartir entre tantos.


Acabado el recorrido en auto, aparcamos en la zona de la tienda de regalos, junto a la zona de animales no peligrosos y los oseznos. En una especie de jardín de infancia, se pueden acariciar y dar de comer a cervatillos, cabras, gallinas, cerdos...
A las 5 en punto, los encargados de la zona de oseznos hacen una pequeña reunión con todos los que van a tener la oportunidad de dar el biberón a los cachorros, 6 en total, que mientras no llega la hora, pasan el rato peleándose entre ellos y jugando en su patio.



Los oseznos se vuelven locos cuando ven entrar a los cuidadores acompañados del grupo de gente. Los sientan en unos taburetes de plástico y van dando indicaciones a los visitantes de cómo sujetar el biberón, dónde acariciar a los animales, dónde mirar para las fotos que les van a vender...
Durante casi media hora, todos los participantes tienen la oportunidad de alimentar a todos los cachorros.
Después, te regalan la primera foto y te venden las demás si las quieres. No gracias, con la de regalo y las que he sacado yo desde la valla nos vale.



Paso obligado por el bar, por el lavabo y por la tienda de regalos, y salimos del parque en dirección este hacia Victor, nuestro destino para dormir hoy. Poco antes de llegar, paramos a llenar el depósito y aprovechamos para sacar una foto poco frecuente de la cordillera que da nombre al Grand Teton: desde el lado oeste. Normalmente la gente la fotografia desde el Parque Nacional, que queda al este de la cordillera.


Sobre las 7 de la tarde, llegamos a nuestro B&B de hoy, una casa en una zona residencial justo a las afueras de Victor, con un ambiente un tanto hippy. La propietaria nos recibe y acomoda en la habitación que tienen habilitada en el sótano, hablamos un rato y nos indica donde podemos ir a cenar. Le pedimos una llave para cuando regresemos y dice que no hace falta, que nunca cierran las puertas con llave. En otro lugar no nos quedaríamos muy tranquilos, sabiendo que tenemos que dejar todas nuestras cosas aquí un par de días mientras visitamos Grand Teton, pero la verdad es que se ve un barrio tranquilo y seguro. Nosotros nos vamos a cenar y Christine a ordeñar unas cabras...
El pueblo es muy pequeño y la oferta de restaurantes mínima, tras dar un corto paseo por las dos calles que forman el pueblo, nos quedamos a cenar en el Big Hole BBQ, por 45$. Tras la cena, a dormir. Mañana empezamos con la parte más interesante del viaje: Grand Teton y Yellowstone!

Distancia conducida: 340 kms.
Alojamiento: A peaceful spot (B&B). 126€ dos noches, sin desayuno (AirBnb)

6 de agosto

Con ganas de visitar el Grand Teton, nos levantamos y preparamos rápidamente. Como no tenemos el desayuno incluido en la casa, salimos pronto, y nos paramos en el primer sitio que encontramos en la misma ciudad de Victor, el Scratch. Es un local pequeñito, con ambiente también hippy, con gente desayunando en la terraza y en el interior. También hay gente que espera sentada cómodamente en los bancos de la terraza. Una amable camarera nos indica que debemos esperar un poquito, pues tiene todos los asientos ocupados. Sin problema, es sábado, no hay mucha prisa y la temperatura en la terraza es muy agradable. Resulta que el poquito se convierte en media hora. Al final nos dan una mesa exterior y pedimos unos platos bastante completos para desayunar, más bien un "brunch". Otro ratito largo de espera hasta que nos sirven y nos cobran 30$ por todo. La comida en verdad es buena y abundante, pero 30$ por desayunar me parece exagerado, más teniendo en cuenta que llevamos 1 hora aquí. Mañana no volveremos, hala!
Son casi las 11 cuando emprendemos la carretera que llega a Jackson Hole desde el oeste, 40 kms de la Idaho-33 que se convierte en la WY-22. Un puerto de montaña y unas cuantas curvas más tarde, llegamos a Jackson Hole, y nos paramos en un súper a comprar provisiones para el almuerzo de hoy, vamos a hacer alguna excursión y comeremos en plan campestre.
A pocos kms de Jackson, se encuentra la entrada a Grand Teton.


Paramos en el centro de visitantes para informarnos de las excursiones no muy largas ni muy duras. Al final nos decidimos por la vuelta al Sting Lake, pegado a su hermano mayor el Leigh Lake, un poco más al norte del más famoso Jenny Lake. De camino al punto de partida del sendero, paramos varias veces para inmortalizar la estupenda cordillera que da nombre al parque desde varios puntos. Desde la salida del sendero, situada tras el Jenny Lake Lodge, parten varios recorridos, seguramente el más concurrido sea el de Jenny Lake y Hidden Falls, pero no queremos andar encontrándonos a mucha gente, así que nos desviamos por el sendero que rodea el String Lake. Decisión acertada, pues apenas encontramos a nadie durante el paseo, hasta que llegamos a la orilla del lago, cerca del punto de partida, dónde nos instalamos para almorzar. El paseo apenas llega a los 6 kms, y discurre entre las montañas y los lagos, muy bonito y tranquilo. Hay que cruzar un puente en un punto en que el lago se estrecha al juntarse con el Leigh. Como hace buen tiempo y no es profundo, atravesamos chapoteando por el agua, como niños. Aprovecho el momento para pedirle a Ester si se atreve a casarse con un servidor, rodilla en tierra (bueno, agua), como mandan los cánones.


Ya a la orilla del lago, comemos no tan tranquilamente, abarrotado como está de gente: nadando, haciendo paddle surf, comiendo, jugando, descansando... A poco rato de acabar, el cielo empieza a nublarse y amenaza una tormenta épica. Tras las montañas ya se ven relámpagos que no auguran nada bueno, así que recogemos a toda prisa y vamos en busca del coche. Por cierto, es muy difícil encontrar un hueco para aparcar en esta zona, hay coches por todas partes, en los arcenes, un caos.
Seguimos al norte solamente hasta Jackson Lake Junction. La parte más septentrional ya la veremos mañana, pues debemos cruzar el parque de nuevo para ir a Yellowstone.


De regreso al Visitor Center, nos desviamos para ir a ver Mormon Row y el famoso granero tantas veces fotografiado con las montañas al fondo. Para llegar, hay que coger el desvío de Antelope Flats, justo antes de Moose Junction en dirección sur. Aún no llueve, pero da la impresión que va a caer una gorda...Sacamos 4 fotos del granero y de los simpáticos perritos de la pradera que corren a sus anchas, y volvemos al coche a punto para esquivar las primeras gotas. En vez de volver por el mismo camino, nos aventuramos a seguir hacia el este y coger el desvío que va a Kelly. Gran decisión. Poco antes de llegar a la carretera principal de nuevo, vemos, al otro lado del Gross Ventre River, unos alces pastando tranquilamente bajo la lluvia, sabedores que nadie los va a molestar con este tiempo. Ha valido la pena el rodeo.


Es media tarde, y nos vamos a dar una vuelta por el pintoresco pueblo de Jackson Hole, donde tras hacer las compras de rigor, cenaremos. La compra de rigor de hoy es una chaqueta para mi, pues no he traído nada de abrigo y la temperatura aquí y en Yellowstone es bastante baja, especialmente a primera hora de la mañana y a la hora de cenar.
Cenamos en el Town Square Tavern, en la plaza del pueblo, con los arcos hechos de cornamentas de ciervo en cada esquina. Más de lo mismo, por 40$.


Tras la cena, emprendemos el regreso por la misma carretera que esta mañana, pero totalmente a oscuras, con el riesgo de atropellar o chocar con alguno de los cervatillos que pastan en los arcenes.

Distancia conducida: 235 kms.

7 de agosto

No vamos a cometer el error otra vez de ir a desayunar donde fuimos ayer, lo tenemos claro. Preparamos todos los trastos y los metemos en el coche. No podemos despedirnos de nuestros anfitriones porque no hay nadie en casa aparte del perro y el gato, que deambulan a sus anchas. La casa está abierta, como nos dijeron que estaba siempre. Montamos en el coche y a los pocos minutos paramos enfrente del supermercado del pueblo, en el que pensamos entrar y comprar algo para desayunar allá mismo, aprovechando que hay unas mesas con taburetes en uno de los pasillos. Compramos algo de pan y embutido con unos tomates para el pan, y cogemos unos cafés de la cafetería del supermercado. Nos instalamos en plan "okupa" en la mesa y desayunamos a nuestras anchas, ante la mirada de los pocos clientes que van entrando.
Antes de volver a adentrarnos en Grand Teton, pararemos en la lavandería de Victor para lavar algo de ropa, pues volvemos a estar justitos. Mientras se lava ropa y zapatos, empieza a llover de una manera bestial. Al poco, la lluvia se transforma en granizo. Cualquiera sale a la carretera con la que cae!


Suerte que lo de lavar la ropa necesita su tiempo, que gastamos mirando la granizada estival y hablando con unos mexicanos instalados en Denver que han venido a visitar los parques aprovechando unos días de descanso. Por suerte, justo antes de que la ropa y los zapatos se hayan secado completamente, la granizada ha parado, dejando la calle y la carretera cubiertas de pequeñas bolas de hielo, que no tardan en desaparecer.
Montamos en el coche y nos ponemos en marcha hacia Jackson Hole de nuevo, donde paramos a repostar, pues dentro de los parques la gasolina es bastante más cara.
Para llegar a la entrada sur de Yellowstone, debemos atravesar Grand Teton otra vez, y pararemos en Schwabacher Landing, para hacer la miniexcursión de media milla aproximadamente, que nos lleva a un punto donde se ve la cordillera perfectamente reflejada en un estanque de aguas totalmente quietas. Lástima que aún llueve un poco y las ondas que se forman en el estanque deforman la fotografía. Al Sr. Schwabacher seguro que no le pilló la lluvia cuando hizo su famosa foto...


Después de esta parada, recorremos la parte que no vimos ayer de Grand Teton hasta entrar en Yellowstone sin ninguna parada más.

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