NOTA: Las etapas escritas en letras mayúsculas representan el inicio de un viaje completo (antes era un diario independiente). A continuación, figuran las etapas con su número correspondiente. Las etapas que no tienen número son de excursiones desde España o visitas sueltas.
Me propongo reunir en este diario todas las etapas de los viajes que mi marido y yo hemos hecho por Francia en nuestro coche y que se hallaban repartidas en tres diarios del país vecino y algunos del norte de España, puesto que cuando vamos cerca de la frontera a menudo la cruzamos para hacer excursiones. Como nuestros itinerarios suelen ser muy anárquicos, sin atenernos a zonas concretas, creo que es mejor que las etapas francesas estén todas juntas, y de ese modo también aparecerán las que se encuentran en diarios que no son de Francia. Sé que muchas etapas son antiguas y no aportan demasiados datos prácticos, pero quizás resulten útiles para dar pistas a la hora de montar o completar alguna ruta. Espero añadir más etapas en el futuro, ya que Francia es uno de nuestros países favoritos para recorrer. De hecho, mi primer diario en el foro fue el que dediqué a los Castillos del Loira, Normandía y Bretaña en el año 2012, y le tengo mucho cariño. Ahora, lo he trasladado aquí.
No voy a incluir nuevas etapas de nuestros primeros garbeos por Francia, pues han pasado demasiados años y únicamente conservo muchos gratos recuerdos y unas pocas fotografías (entonces había que utilizar carretes y los revelados eran muy caros) en las que nosotros éramos más protagonistas que los sitios visitados, sin demasiado interés, por tanto, para quienes lean el relato de un destino turístico. Aun así, no me resisto a ilustrar esta etapa con unos collages de aquella lejana visita a París, porque un diario de Francia sin su capital quedaría cojo. Cuando vuelva allí, que alguna vez volveré, lo actualizaré convenientemente.
Las etapas aparecen ordenadas por la fecha de su publicación en el foro, pues así es como se mueven las etapas de un diario a otro. Y, salvo pequeñas modificaciones, las voy a dejar tal como las escribí en su momento. Bueno, ahora he cambiado un poco el estilo...
Como he comentado al comienzo, las etapas escritas en letras mayúsculas representan el inicio de un viaje completo antes era un diario independiente). A continuación, figuran las etapas con su número correspondiente. Las etapas que no tienen número son de visitas sueltas.
Nuestro primer recorrido por Francia fue en 1992, de paso hacia Suiza y Austria y entonces visitamos Pau, Nimes, Albertville y Chamonix. En otras vacaciones, estuvimos unos días en París, antes de continuar a Bélgica y Países Bajos. Un año después, con Italia como destino principal, nos alojamos una noche en Niza. Y pasamos por Estrasburgo al finalizar un viaje a Alemania. En fin, era el siglo pasado, casi la prehistoria. De modo que será mejor regresar al siglo XXI.
Escrito en 2012.
Este es mi primer diario en el foro, el diario del viaje de dos semanas que hicimos mi marido y yo a Francia, en coche particular desde Madrid, con un total de 4.500 kilómetros recorridos, visitando un poquito de Aquitania, del Valle del Loira, de Normandía y de Bretaña.
Es un relato basado en opiniones personales, sin intención de hacer juicios de valor de nada ni nadie. Aunque parezca una paradoja, las visitas turísticas generan reacciones íntimas, con vivencias muy particulares y diferentes de unas personas a otras, incluso aunque viajen juntas; así, lo que a uno le parece sublime, a otro puede dejarle indiferente. El tiempo disponible es escaso y las entradas no son baratas, con lo cual el anhelo por disfrutar del mayor número de sitios y las disponibilidades económicas puede hacer cambiar diametralmente la consideración de si merece la pena pagar una entrada o desviarse del camino para ver algo concreto.. Mis descripciones expresan simplemente mis sensaciones y no incluyo las historias de los lugares pues lo hacen mucho mejor las guías. Me encanta viajar y siempre procuro quedarme con lo mejor de cada lugar, por lo cual pido disculpas por anticipado si alguien pudiera forjarse falsas expectativas.
No sé si es apropiado poner el resumen y las conclusiones al principio de un diario, pero he pensado que, quizás, así resulte más útil para quienes buscan alguna información sin meterse en profundidades descriptivas. Al ser mi primer diario, pido comprensión para los fallos que inevitablemente cometeré y aceptaría encantada cualquier consejo para mejorarlo.
COMENTARIOS GENERALES:
- Horarios: Salvo en sitios muy, muy turísticos, para comer hay que estar sentados antes de las 2 y para cenar antes de las 9, si no corres un riesgo muy alto de que no te atiendan. En Josselin, a las 9:15; con una tarde fantástica de sol, nos quedamos sin cenar: aunque las terrazas aún tenían gente, la cocina estaba cerrada y solo servían bebidas y ya con mala cara. Los supermercados cierran a las 19:30 y los domingos sólo abren por la mañana.
- Comidas: Se come muy bien en restaurantes tipo brasserie, con calidad excelente y precios parecidos a los de España, incluso más baratos comparando la calidad y el nivel de vida Hay platos del día (un solo plato), entre 9 y 12 euros; y lo que llaman “formules”: entrante más plato; plato más postre; o entrante, plato y postre, entre 11 y 20 euros, bebida aparte. Con un entrante, dos platos principales y un postre teniamos de sobra para los dos. A la carta y tomando incluso marisco, con copas de vino y cafés incluidos rara vez subía de 45 euros, salvo un par de caprichos que nos dimos. También comprábamos bocadillos y fruta para tomar en los bonitos y numerosos sitios que hay para hacer picnic. Las bebidas (excepto la cerveza), en contra de algunos comentarios que he leído, son asequibles: refresco frío en tiendas, entre 1 euro y 1,75 euros, a veces son botellas de plástico de medio litro. Las cervezas en bares, entre 2,50 euros y 3 euros; el vino, depende del tipo, pero en los restaurantes existe la posibilidad de pedir una copa de cualquier vino, sin necesidad de cargar con la botella completa. La sidra está muy buena, tanto la tipo brut (seca) o doux (dulce). En los restaurantes se puede pedir agua del grifo “une garafe d’eau”. A veces remolonean un poco, pero insistiendo te la traen sin problemas. El café suele ser muy malo y cuesta unos dos euros.
- Visitas a los castillos: Según mi experiencia, como cierran a las 7 de la tarde, en julio se pueden visitar tres castillos diarios por dentro sin problemas de tiempo ni de saturación salvo que uno se quiera empapar de todos y cada uno de los infinitos detalles que puede haber en cada una de las salas. Con una guía, información de Internet y el folleto que te dan con la entrada al castillo, te haces perfecta idea de todo sin necesidad de audioguías, al menos en lo que a mi respecta, lo cual me ayuda a no saturarme de información que olvidaré en cuanto salga del edificio. Para ver varios castillos, en las Oficinas de Turismo las venden por lotes, con descuentos Yo escogí Chinon porque no ofrece paquetes cerrados sino que se pueden comprar las entradas para los que uno quiere visitar con descuentos. Además del ahorro, se evitan colas, aunque tampoco había multitudes, la verdad. Me regalaron un mapa de la zona y una guía de los castillos. Muy agradable la empleada de la oficina, aunque solo hablaba francés. Se ahorra mucho tiempo llevando la información preparada, con mapas y sitios a visitar con precios y horarios. En las páginas web de las oficinas de turismo de cada pueblo, hay información con todo lo que os facilitarían in situ..
- Gasolina: La vimos entre 1.47 y 1,71 euros. Interesa repostar en supermercados tipo Carrefour, Inter Marché o Super U. Es muy importante hacerlo donde haya cajero/cajera físico. Pagar con tarjeta en cajero automático supone que te cobren una fianza de 100 euros, independientemente del importe que pongas, y esta especie de garantía abusiva aún la tengo retenida en mi tarjeta puesto que aunque ya me han cargado los importes correctos, se mantiene la retención de la diferencia entre la fianza y lo ya consumido. Cuidado con esto, y conviene llevar suficiente carburante, en algunas carreteras, incluso autovias, se recorren muchos kilómetros sin gasolineras y te puedes ver en un apuro.
- Idioma: Con francés básico o/y algo de inglés vale. Si acaso, viene bien un pequeño diccionario para saber lo que se pide para comer. Hay pocas cartas en inglés y ninguna en español, pero pronto se aprende a reconocer los ingredientes principales. La gente en general es muy amable y se esfuerzan por entenderte y hacerse entender.
- Navegador GPS: Resulta muy útil. Ayuda a calcular los horarios casi al minuto para evitar sorpresas y puedes atreverte a ir por rutas de lo más pintoresco sin miedo a perderte. Las carreteras locales recorren paisajes preciosos, atraviesan pueblos encantadores pero inéditos, tienen buen firme y poco tráfico. Una gozada con buen tiempo y para descansar de las prisas. Y respecto a algunos comentarios demasiado peyorativos (muy respetables, desde luego) hacia el aparatito, sólo aclarar que NO es necesario llevar conectada la voz robótica (es más, resulta insoportable oirla) y funciona perfectamente en silencio.
- Tarjetas: De chip, tanto de crédito como de débito sin ningún problema.
- Climatología: Nos hizo un tiempo excelente. Sólo llovió una mañana (a cántaros) en Amboise, y un aguacero en el coche de camino a Malestroit. Un par de días de nubes y claros y el resto mucho sol e incluso calor.
- Carreteras y autopistas: hay muchos radares, pero no creo que más que en España. Las carreteras tienen buen firme y respetando los límites de velocidad no hay problemas. Tampoco los conductores franceses actúan de modo muy diferentes a los españoles. Corren lo que pueden y más, y te achuchan y te pitan si no vas a su velocidad de crucero. En resumen: como aquí. El aparcamiento gratis a la hora de la comida, y desde las 7 de la tarde a las 9 de la mañana; el resto del tiempo normalmente de pago, pero no muy caro, entre 80 céntimos y 1,20 € la hora, según el lugar. Los aparcamientos subterráneos tampoco son caros y a veces te sacan de apuros y te ahorran tiempo en ciudades complicadas, tipo La Rochelle o Saint Malo.
- Itinerario:
La idea inicial era visitar los castillos del Loira en una semana, pero leyendo diarios y comentarios, la tentación de ver otros lugares no muy distantes fue irresistible, con el consecuente incremento de días de viaje, aunque no podían ser más de 14 si queriamos guardarnos unos días para descansar en la playa.
Sobre la marcha tuvimos que descartar algunos lugares sobre todo por la temprana hora de entrada en algún hotel, pero en general lo vimos todo sin agobios gracias a que los días son muy largos en julio y, también hay que reconocerlo, por el excelente tiempo de que disfrutamos. Las siguiente etapas describen nuestro itinerario final.
CASTILLOS DEL LOIRA, NORMANDÍA, BRETAÑA Y UN POQUITO DE AQUITANIA.
Viaje de 15 días de duración, en nuestro coche, desde Madrid, en el mes de julio de 2012.
Día 1. MADRID - SAN SEBASTIÁN - DUNA PILAT - ARCACHON. 700 Km.
Paramos en San Sebastián para hacer una visita (funicular hasta el Monte Igueldo, Peine del Viento, la Concha, zona centro, Paseo Nuevo y zona del Kursal) y a comer unos estupendos pintxos en una terraza en la plaza que hay frente al Ayuntamiento. El sol brilla en un cielo despejado y las playas están a rebosar.
A las 5 dejamos Donostia tras repostar y pasamos la frontera: por la autopista de peaje vamos adelantando interminables caravanas de camiones hasta llegar a la salida de Parentis en Born para tomar la carretera hacia Biscarrose Plage en busca de la Duna de Pilat. Entre las casas, vemos la Duna y a mucha gente subiendo por la escalera que ponen en verano para los turistas, pero como la entrada en el hotel es antes de las 8, preferimos ir allí primero y visitar la Duna después. Cuando volvermos, no localizamos la escalera, con lo cual nos toca ascender por la ladera. El esfuerzo merece la pena porque las vistas en lo alto son espectaculares: a un lado los bosques, a otro el mar con islas de arena que deja la marea baja y el sol reflejando destellos de colores.
Ya distinguimos la escalera, pero preferimos bajar deslizándonos por la arena. Teniamos pensado cenar en Arcachón, pero solo vemos una zona animada donde resulta imposible aparcar, nos metemos en un laberinto de calles con mansiones de vacaciones que conforman las villas de invierno, verano, primavera y otoño. Vemos la iglesia, damos una vuelta por el paseo marítimo, volvemos al coche y después de vagar perdidos por calles desiertas, decidimos que el navegador nos lleve de vuelta al hotel y cenar en un McD, lo único abierto a las diez y media de la noche. Empezamos a comprobar lo tantas veces repetido: hay que adaptarse a los horarios franceses si quieres sobrevivir.
Día 2. ARCACHON - MARAIS POINTEVIN - CLISSON - NANTES. 435 km.
Brilla el sol. ¡Qué bien! Después de poner gasolina en un Carrefour a 1,51 €., y comprar fruta, pan y algo de fiambre por si acaso, seguimos camino. Tras dos horas largas de autopista de peaje, llegamos a Coulon, capital de las Marismas Pointevin (también llamadas “La Venecia Verde”), dispuestos a dar un paseo en barca (chalana) por los canales. Ya por carreteras locales, el paisaje cambia y la vegetación te envuelve y preciosas casitas blancas con ventanas con marcos de madera azules y rojos salpican un paisaje coloreado por miles de flores. Encontramos los embarcaderos fácilmente. Son negocios familiares que alquilan barcas y te facilitan mapas con itinerarios. Como no nos apetecía remar, pedimos una barca con barquero para hora y media (13 euros por persona), pero había que esperar bastante y nos decidimos por la barca colectiva (9 euros por persona). Era la una y nos dieron hora para las dos. Fuimos a dar una vuelta por el pueblo y comimos un buen menú del día por 13 euros. Pensábamos que la barca colectiva sería una barcaza grande, pero son las mismas barcas de seis u ocho plazas en las que va subiendo gente hasta que se completan. Nos toca con una pareja de franceses, el barquero explicaba en francés, pero con el folleto que te dan te enteras de qué va y, además, lo importante son las vistas y la maravillosa sensación de paz que produce deslizarse en absoluto silencio por las aguas intensamente verdes de unos canales cerrados por un toldo de floresta y en cuyas orillas pastan tranquilamente las vacas. Aunque el paisaje es idílico, la hora y media de paseo resulta suficiente.
Seguimos por las Marais, a orillas de los canales y atravesando aldeas preciosas como Arcais y Maillezais, en las que también se pueden dar paseos en barca. En esta última, visitamos las ruinas de su abadía.
Luego, hacia Clisson. De camino a Nantes, si hay tiempo, merece la pena dedicar una horita a visitar este encantador pueblo de influencia italiana, del que dicen “evoca a la Toscana”. Las vistas desde los puentes de piedra con las siluetas del castillo, la iglesia y los antiguos molinos reflejadas en el río son preciosas y también es muy agradable acercarse al jardín llamado “Garenne-Lemot”, con palacetes, estatuas y grutas de estilo romano clásico y una bonita evocación del castillo incrustado en el bosque. La entrada es gratuita.
Llegamos a Nantes sobre las 9. Nuestro hotel está justo enfrente del castillo de los duques de Bretaña y la habitación tiene unas vistas estupendas del mismo. La ciudad parece atractiva y hay ambiente nocturno. Cenamos en “La Cigale”, de la cual dicen los franceses que es la brasserie más hermosa del mundo. Lugar emblemático en Nantes, está catalogado como monumento histórico y abre ¡desde las 7,30 hasta las 24,30 horas!. La cena nos sale por 92 euros, pero merece la pena por la calidad de la comida y, sobre todo, por ver la fantástica decoración art nouveau de sus salones con artesanados de madera, esculturas, espejos, plantas y cerámicas. Además, ¡qué caramba: es nuestro aniversario!