El avión no salía hasta las 15:30, así que daba tiempo a corregir algo que se había quedado en el tintero: los mercados de frutas y de pescado de Rialto. Además estaban al lado del hotel. La verdad es que no muy diferentes a otros similares. Lo único el continente del de pescado, que ya habíamos visto desde la orilla opuesta del Gran Canal. El mercado de la fruta era bastante completo
y con algún puesto que llamaba la atención por la forma de presentar el producto
En el del pescado también había formas atractivas de presentación, como es el caso de estas vieiras
O por el producto que se te metía por los ojos
E incluso por el hecho de que hubiera rodaballos traídos desde España
Me fui a darme una última vuelta por las Merceries y me encontré una tienda de pasta con un escaparate muy bien puesto
Se hacía la hora de irnos hacia Treviso. Así que me fui hacia el hotel, cogimos las maletas, pagamos el impuesto ese de 2€ por persona y día, (el hotel ya estaba pagado), cogimos el vaporetto y nos fuimos hasta Tronchetto con tiempo suficiente para no tener que correr. Allí el Barzi bus salió a su hora exacta y ale pa el aeropuerto. Habíamos calculado para que nos diera tiempo a comer allí. Y así fue. Y con un ligero retraso embarcamos y llegamos a Valencia con tiempo suficiente para llegar a la estación Nord y regresar a Murcia con los mismos problemas que a la ida. Esta vez se sumó que no funcionaba el aire acondicionado y hacía un calor más allá del razonable. Esta vez le eché el chorreo al revisor fruto del cual se arregló lo del aire acondicionado y lo del sistema de megafonía. Pero claro, no lo de ir sentados en sentido contrario a la marcha. En fin, a las 10:30 estábamos en casita otra vez. Acabó el viaje a Venecia. Habrá que ir pensando en el siguiente.