Después de nuestro paseo por Reims, tenemos cita reparadora en el Café Du Palais, un café casi centenario en pleno corazón de la ciudad, regentado por tres generaciones consecutivas de una misma familia. Una vez más nos encontramos con la tradición: los negocios pasan de padres a hijos.
El café está decorado con estilo Art Déco. Fuera tenemos una amplia terracita donde los locales toman el café, pero nosotros nos sentamos en su interior, justo bajo una gran vidriera de Simon, el mismo que hizo algunas de la Catedral y que era amigo de la familia.
Este café-restaurante, tan típicamente francés, tiene varios menús, sobre 35 euros y, lo que es de agradecer para las familias, un menú infantil por unos 10 euros.
La comida es estupenda: unos entrantes de delicias típicas del país, un plato fuerte con verduras muy frescas, queso y jamón de la región. Siempre acompañado de deliciosos vinos o de champán….
¡Menos mal que no tenemos que conducir el tren a Dijon!
Lo mejor de todo está por llegar: los postres… lo malo es que hay que elegir. Yo como ya voy lleno me pido una bola de helado de fresa… da igual me ponen una copa. Tiene una textura cremoso y muy buen sabor. Thomas y Peter bromean con que aquí no hay ningún postre pequeño.
Al final acabamos compartiendo los suyos que resultan aún mejores que el mío... y eso que el mío es estupendo.
LE CAFE DU PALAIS
14, Place Myron Herrick
51100 REIMS
00 33 (0)3 26 47 52 54
www.cafedupalais.fr