Tras despedirnos del Café du Palais, nos dirigimos a toda velocidad a la estación de tren para coger nuestro tren a Dijon. Es un tren convencional y ya está estacionado en el andén, así que nos aposentamos en nuestros asientos y esperamos a que parta.
Arquitectura ecléctica de Reims
El tren va bastante lleno, sobre todo de estudiantes, pero estos no son nada ruidosos, así que duermo un rato. El paisaje es bonito, con colinas boscosas, pequeños ríos y valles muy verdes. De vez en cuando paramos en algún pueblo con casas de piedra.
El tren ha salido de Reims a las 13:11 y llega a Dijon a las 16:41, con absoluta puntualidad. Los trenes franceses son puntuales, con una red muy extensa y poseen numerosos descuentos:
www.sncf.com/
Aquí nos reunimos con nuestra cicerone local: Christine, que nos acompañará durante nuestra estancia en Borgoña.
Lo primero que tenemos que solucionar, sin salir de la estación, es un problema logístico de Thomas: tiene mañana por la tarde tren a Paris pero le han cancelado el vuelo a Munich por una huelga… y tiene que estar el lunes por la mañana en Munich por una cita de trabajo. Bromeo con el: ¿Trabajo o la Oktoberfest?
Conseguimos cambiar el billete de Paris, por un tren a Karlsruhe. Dormirá en Karlsruhe y continuará al día siguiente hasta Munich, justo para llegar a la hora de su cita. Los ferrocarriles franceses son muy flexibles para cambiar billetes.
Plaza de la Liberation - Dijon