-- Como de costumbre, me despierto 2 horas antes de lo previsto, pero esta vez me doy media vuelta y dejo que el despertador haga su trabajo. Aunque tampoco fue así, ya que a las 7 a.m ya estábamos en pie, desayunando y gozando de un nuevo privilegiado y soleado (parcialmente) día.
-- Nos aseamos y vamos a la
playa de Vik, nos llama la atención su amplitud, su
negra, fina y "limpia" arena, no se queda impregnada en la piel.
Al fondo vemos los caprichos de la naturaleza de la
playa de Reynisfjara, 3 colosos que emergen del mar para moldear una impactante silueta a lo lejos.
-- Tomamos camino hacia allí, y a la llegada, de nuevo una extensa playa, está protegida a sus espaldas por una inmensa formación rocosa, compuesta en un tramo por las conocidas columnas basálticas, naturales y no trabajadas por el hombre como pueden aparentar. Siendo domingo, tal y como pasó en Landmannalaugar, el incremento de visitantes era notable; sin embargo no excesivo.
-- Ya desde esa posición observamos con más acercamiento los 3 colosos citados, impresionantes elevaciones rocosas que peinan la trayectoria de las olas del mar.
-- A su frente, se divisa un pequeño archipiélago con un arco en la roca, que no pasa inadvertido. Tomamos rumbo a
Dyrhoaley, ese era el lugar de ubicación del arco costero.
-- Desde el aparcamiento, se disfrutaba de una preciosa y dominante
vista sobre toda la costa desde Dyrhoaley hasta Reynisfjara, divisando claramente una partición de dos playas de arena negra, haciéndolas estar situadas espalda con espalda.
-- Finalizada la visita, ponemos rumbo a la
cascada Skogafoss, con una anchura de 25 metros y una altura importante de caída del caudal del agua, nada más y nada menos que 60 metros de altura.
-- Estacionado nuestro vehículo, y contiguo a otro de los extendidos campings, allí se encontraba Skogafoss, franqueado desde el pie hasta la parte accesible de la cabeza, por numerosos visitantes. Nosotros no íbamos a ser menos, y allí fuimos.
-- Desde abajo se apreciaba el golpeo del agua a tal altura; muy violento, cargado con cientos y cientos de litros. Y a medida que ascendías la vista hacia abajo se iba haciendo cada vez más vertiginosa.
-- En la cabeza de la cascada, se apreciaba una gran caída libre, de la que seguro no saldríamos ilesos; por eso no merecía la pena arriesgarse para buscar una buena foto. Cosa que vimos hacer a dos osados visitantes.
-- Un regalo de la naturaleza que nos ofreció el espléndido día que hacía, fue un efímero arcoíris que no tuve tiempo a captar con mi cámara, pero sí con mi retina; una imagen que no te deja indiferente y perdura en tu recuerdo.
-- Finalizada la visita, nos esperaba otra de las cascadas más impresionantes de Islandia,
Seljalandfoss,
continuando por la N1 hasta observar claramente su desvío.
-- Cuando llegamos, de nuevo un aparcamiento, esta vez aún más abarrotado si cabe, con 3 autobuses y al menos 2 docenas de coches. Aquí si se respiraba un auténtico domingo de buen tiempo en Islandia.
-- Pero dejando de lado la masificación, fuimos a lo nuestro,
Seljalandfoss. He de decir que no nos afectó en la visita, la masificación de vehículos citada. Me enfundé en un
chubasquero de dos piezas, mi mujer con la pieza de arriba nada más, tomé mi cámara Gopro, y allí fuimos;
a bordear por detrás esta participativa cascada, la que te ofrece más que una vista por delante y en ocasiones por los laterales. No era especialmente caudalosa, pero si muy atractiva.
-- Al igual que Skogafoss, estaba protegida por un pequeño semicírculo de altas lomas, que hacen que tenga un aspecto más mágico aún si cabe. Su vista por detrás era de película de ciencia ficción, habíamos pasado al otro lado de la cascada, a un pasadizo secreto, de ahí a que la catalogue como la cascada más participativa; pues juegas con ella, tú l
a bordeas en 180º y ella te riega sutilmente, que como no vayas provisto de ropa impermeable, acabas bien fresquito.
-- Abandonamos
Seljalandfoss y
vamos en busca de una piscina de agua caliente, ubicada en un valle montañoso, en principio excluida de las masivas visitas, se llama Seljavallalaug.
Tomando la salida en la carretera N1 direccion Reikjavik-Vik, la primera salida de la 242, con el nombre de Raufarfell.
-- Siguiendo las indicaciones de un amable viajero que colgó en su blog cómo llegar, vamos viendo un pequeño trasiego de personas que van y vienen de lo que parece trayecto hacia la piscina. Y efectivamente, la piscina "llena", con unas 15 personas en el agua y algunas otras fuera... tenía elevadas expectativas de que fuera tranquila y mágica, pero se vinieron abajo nada más ver a tanta gente; en su mayoría lugareños. He de decir que era un enclave estupendo con vistas impresionantes, aunque se nota que se ha corrido la voz. Llegado hasta allí, tomo un agradable baño y ponemos rumbo a nuestro alojamiento, esta noche la pasamos en una pequeña granja,
GlacierView Ghest House, desde la N1 saliendo de Vik, tomando la 209 con indicación de Hrifunes.
-- Llegamos a las 19h, ya llevamos de nuevo otro atareado día, y al fin recuperado el día robado por culpa de la huelga de controladores aéreos franceses. Pero aunque de la impresión que estos 5 días ya en Islandia, sean muy cargados; las visitas y actividades fueron disfrutando sin relativas prisas de cada regalo de la naturaleza. Si bien, donde sí se notó el tener que recuperar, fue en los kms de conducción, adelantando ruta antes de finalizar el día, para el día siguiente quedar lo mejor ubicados geográficamente.
--
En el Ghest House nos atiende su amable propietaria,
Elin, la cual nos lleva a nuestro hogar por una noche, y nos informa que a las 20 horas ser sirve la cena.
Una cena que ya previamente habíamos acordado tomar, ya que al ser un establecimiento de hospedería de poquitas plazas y familiar, ellos preparan con mucho cariño el menú y es
aconsejable reservar la cena ó desayuno.
-- Con unas vistas a una amplia pradera, asaltada por una blanca y helada
cima del glaciar Myrdalsjokull, tiene lugar la cena, compartiendo mesa y mantel con 3 parejas más venidos de Suiza, Holanda y Alemania. Una experiencia muy dinámica, en la que si no es por mi mujer, poca participación hubiera tenido jijiji, mi nivel medio bajo de inglés me permite moverme para no quedarme con una mano delante y otra detrás, pero de ahí a un diálogo de mesa, soy algo duro de oído.
-- Al margen de mi barrera idiomática, la velada fue de lo más agradable, y la cena realmente sublime,
Elin y su madre eran las artífices de esa obra de arte gastronómica.
-- Nos sorprendieron con varios
entrantes variados, empezando por una crema de patata con toque de jengibre y no recuerdo que más llevaba (aunque estaba espectacular, tuve que repetir), siguiendo con unos tortellinis caseros al pesto, una especie de ensalada con cebolla francesa, queso feta, maíz y algo que ahora no logro recordar; con otro salteado variado muy fresco del que no puedo tampoco aportar datos (había tantos ingredientes varios en la mesa que no pude captarlos todos, tenía mucha hambre y me ceñí a disfrutar), unas patatas al horno, un arroz aromático que regué con unas gotas de salsa de soja, y el plato estrella; fueron
2 tipos de pescado: una tierna y jugosa lubina al limón y otro pesado que no supo darnos el nombre en inglés, ya que era típico de Islandia. Su textura, algo nuca visto ni sentido por nuestros paladares, se deshacía en la boca, se desmenuzaba apoyándole el tenedor con la mínima presión...como dije, sublime. Para acabar, el postre. Una
tarta de zanahoria cubierta con una crema de un queso francés con azúcar y algo más, que siguió la tónica de elevada gastronomía casera, y cerró una jornada marcada por el buen tiempo hasta la buena compañía en la mesa.
-- Como dato curioso, comentar que en un momento de la cena me vi solo con los 3 matrimonios en la mesa (mi mujer jugaba con la hija pequeña de uno de ellos), todos hablando Alemán y yo con una cara de no tener ni idea de lo que allí se estaba tratando, ni lo intuía siquiera jajaja.
-- Para ayudar al proceso de digestión, Elin nos preparó un
té de menta que ella misma
cultiva en su jardín, y tras tomarlo, nos retiramos a dar un paseo por el alrededor del Ghest House y de ahí al sobre, que mañana nos esperaba otra nueva etapa. -- Esta ya, como si no hubiéramos tenido contratiempos, al haber recuperado la ruta como estaba establecida (hubo variaciones en el orden entre el 4 y 5 día, pero se hizo lo previsto).