Dedicaremos dos días completos para recorrer la isla de punta a punta. Empezaremos por Punta Cocos, se encuentra a unos 2,5 kilómetros del centro y decidimos hacerlo caminando porque si bien hemos leído que se puede hacer tambien en bici, haremos muchos tramos por la arena y creemos que la bici estorbaría más de lo que nos ayude. Otra opción es alquilar los carritos de golf en los que andan todos los turistas, pero son muy caros y no entraban en nuestro presupuesto.
Empezamos tempranito la caminata y aún así el sol estaba muy fuerte, el primer tramo lo hicimos por la playa y es muy bonito, primero nos encontramos con muchísimos pelícanos y un señor que les daba pescado, luego hay unas pinturas muy chulas en la playa que son las paredes de un antiguo faro que hubo y más adelante restaurantes con letras de Holbox y hamacas.
Llega un punto que está cerrado y ya no se puede continuar por la playa, a partir de ahí está muy bien indicado, hay carteles que ponen Punta Cocos y los vas siguiendo, antes de llegar a la playa nos encontramos un restaurante que tienen muchas pinturas de Frida Calho por fuera donde puedes sacarte fotos, no entramos pero desde fuera tenía muy buena pinta.
Llegamos a la playa y fuimos hasta la punta donde terminaba, a la izquierda hay como un lago y a la derecha la playa, nos gusto mucho porque estaba lleno de árboles y podíamos elegir el que más nos guste para ponernos a la sombra porque no había nadie. Llegamos con muchísimo calor así que lo primero que hicimos fue meternos al agua y la verdad que no nos gustó nada, la arena era súper blandita, como arenas movedizas, el color del agua era de un verde fuerte, no se si es contaminada o que y no nos llegaba ni a la rodilla.
Las aguas de Holbox nos decepcionaron un poco, pero el entorno era muy bonito.
Nos quedamos relajadas toda la mañana a la sombra, comimos algo ahí que nos habíamos llevado y luego por la tarde volvimos a la zona del centro. Llegando nos encontramos montón de murales guapísimos en las paredes.
Nos pusimos en la playa principal donde encontramos un poco de sombra y nos bañamos aquí a gusto, el agua estaba mucho más transparente y la marea más alta que el día anterior, nos encantó hoy esta playa. Nos quedamos hasta la hora del atardecer que es la hora más esperada por todo el que está en la playa y nos fuimos a verlo hoy desde encima del puente, donde se acumula la mayoría de gente y fue igual de espectacular que el del día anterior. De camino al Hostel dimos una vuelta por el centro donde hay muchos carritos que venden comida y nos compramos algo para llevar.
Al día siguiente recorreríamos el otro rincón de la isla, salimos temprano también porque se hace bastante pesado caminar con el calor que hacía, de camino compramos unas empanadas en un bar "Antojitos el Abuelo Tom" que lo recomendaban en un blog porque era bueno y barato, solo venden comida para llevar por todo el tema del Covid, la comida está buenísima, me atrevería a decir que son los mejores "antojitos" (así le llaman a las empanadas tacos y similares) que probamos en México.
Hay que ir temprano a Punta Mosquito porque se va por la misma playa, hay muchos bancos de arena, que forman parte del atractivo del paisaje y además si vuelves tarde sube mucho la marea y puede ser que el agua te llegue más arriba de la cintura. Vimos muchas caracolas hermosas y gigantes de camino, muchos pajaros y hasta una cigueña, creo yo, y lo que más nos sorprendió fue ver estrellas de mar sobre la arena, muy bonitas por cierto.
A medida que íbamos avanzando pasa de ser el agua en tonos de verde y turquesa, la más bonita que vimos en Holbox, hasta una parte que se junta con el lago que hay a la derecha y se vuelve de un color marrón oscuro que no ves por donde pisas y huele muy mal. Antes de llegar a la punta que la vimos de lejos, llena de vegetación hay unos carteles que prohíben el paso porque dice que hay cocodrilos y mantas raya, no se si esto será verdad pero el lago que apestaba tenía muy mala pinta, así que seguimos un poquito más porque toda la gente seguía a ver si había algo interesante y nos dimos vuelta, ya que no tenía mucho sentido ir hasta la punta si no nos íbamos a poder bañar por el riesgo de que hubieran cocodrilos dentro.
En conclusión ir a Punta Mosquito solo vale la pena por los paisajes que se van formando con los bancos de arena y por los animales que te puedes encontrar, pero no es para ir a pasar el día como creíamos nosotras, es solo para caminar y volver otra vez por el mismo camino.
Nos quedamos en la playa del pueblo pero en una zona más alejada que no habíamos estado y pasamos la tarde ahí.
Cuando regresabamos al hostel pasamos otra vez por mismo Bar que compramos a mediodía y probamos las gorditas, las hacen con dos tortillas de tacos rellenas de frijoles, luego las fríen y les ponen el relleno que tu elijas con con ensalada y salsa, me gustaron muchísimo.
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