DÍA 17. Adiós Santorini, adiós Grecia.
Se acerca el momento de la despedida y queremos aprovechar al máximo los últimos momentos. Tras el maravilloso desayuno en la terraza del Nefeli, cogemos el coche para ir rumbo a Oia, quizá el pueblo más bonito de las Cícladas y seguramente el más fotografiado. Tratamos de ir pronto pues sabemos que es un destino muy visitado, aun teniendo en cuenta que este año no hay cruceros. En Oia vemos la caldera desde otra perspectiva, además de la isla de Thirasia al frente. Llegamos hasta el castillo, parando en cada tienda, cuidada al detalle, como todo en la isla y para cerrar nuestra visita y nuestro viaje, nos compramos algunos recuerdos griegos. Son poco más de las 12 cuando nos dirigimos al coche para regresar al hotel y percibimos cómo el pueblo de Oia se va llenando de gente.
En el hotel Nefeli sin embargo sigue reinando la calma. Hemos dejado las maletas en recepción pero nos permiten permanecer en la zona de la piscina hasta nuestra partida. Nos damos el último baño y nos preparamos para partir. Le decimos a Christina que volveremos, pues sin duda, si volvemos a Santorini, nos encantaría regresar al Nefeli.
Cargamos las maletas en el coche y nos dirigimos a Firostefani, pues tenemos reservada una mesa para comer en la terraza del Aktaion. Creemos que es la mejor manera de despedirnos, y así lo es. El camarero ya nos conoce y nos pregunta si nos veremos en 2022. ¿Quién sabe?
- Aktaion: el aperitivo de regalo preferido de mi hija, bolitas de feta con chutney de tomate, calamares con tzatziki y vino. Y de regalo un postre rico rico, de queso con frutos del bosque. 19€.
A las 15:45, tal y como habíamos acordado, estamos en la oficina de alquiler de coche de Fira. El dueño de la agencia nos lleva al aeropuerto. Lo hemos acordado así pues es lo más cómodo para no tener que aparcar el coche allí y además el chico controla muy bien el camino para llegar y nos deja en el aeropuerto.
A las 17:40 sale puntual nuestro vuelo directo, Santorini-Madrid. Desde la ventanilla del avión podemos ver perfectamente la media luna en la que hemos pasado los últimos instantes de un viaje de ensueño.
Agradecemos a Grecia regalarnos tantos momentos bellos…
… y permitirnos azulear un año más.